BATALLA DE LA PLACILLA.

  Pasado el triunfo, primero
Se le dió descanso a la tropa
Miéntras huian lijeros
Los contrarios en derrota.

  De Miramar a las Palmas
A las tropas vencedoras
Saludaban miles de almas
Desde las locomotoras.

  Todas unian sus preces
Para que exentos de males
Vencieran diez y mas veces
Sí, los constitucionales.

  En Placilla el campamento
Del contrario se encontraba
En el preciso momento
Que el opositor llegaba.

  Rompióse al instante el fuego
Del ejército enemigo
Contestándolo luego
El opositor amigo.

  Lucha mas encarnizada:
Pelear por un tirano
Bala en boca y mano armada
Talvez hermano y hermano!

  Qué merece la canalla
Del poder omnipotente
Que en fratricida batalla
Sacrifica tanta jente?

  Por qué si no era cobarde
No fué con férrea cota,
De valor haciendo alarde,
A buscar triunfo o derrota?

  No le bastaba al tirano
Sostener traidora homilia
Si no que armaba al anciano
Contra su misma familia!

  Al fin la plaza mas fuerte
De Chile cayó en poder
Del ejército que en suerte
Supo morir o vencer!

  Hoi que la lucha ha pasado,
Que nuestro porvenir trunca,
Roguemos a Dios que nunca
Vuelva ya ese triste estado!

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BATALLA DE CONCON.

  Fuerzas constitucionales
Desembarcan en Concon;
Y en arrojo no hai iguales,
Todos luchan con tezon.

  Los batallones Taltal
Iquique, Tarapacá,
Valparaiso, Chañaral
Todos se encuentran allá

  Con empuje irresistible
Diez mil bravos campeones
Luchando con lo imposible
Vencen, quitan posiciones

  Van con el agua hasta el pecho
Con su rifle levantado
Pasando el brazo derecho
Del Aconcagua, en mal vado.

  No es posible resistir
Empuje tan formidable!
Todos comienzan a huir:
Es la vida tan amable.

  El mismo estado mayor
Con Alcérreca y Barbosa,
Se van a escape, mejor,
Ponen piés en polvorosa.

  Bravos constitucionales
De nuestro Chile querido:
De diez mil dictatoriales
En lucha en regla han vencido.

  El ruin Barbosa tenia
Magnificas posiciones,
Poderosa artillería,
Mas nó bravos corazones.

  Los de Holley, Körner y Canto
Defendian con tezon
El derecho sacrosanto
De nuestra Constitucion.

  Por eso los gobiernistas,
Que luchaban sin empeños
A los bravos congresistas
Dejaron del campo dueño.

  Y siete dias mas tarde
Se probaba al mundo entero
Que el dictatorial cobarde
No es chileno verdadero.

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Contrapunto de un minero y un dictatorial

       MINERO
  Yo soy rotito minero
Que vengo en la oposición,
A pelear aquí en Concón
Como soldado guerrero.

       DICTATORIAL

  Yo, señor, soy de Colina,
De allá á mi me trajeron,
Como soldado me dieron
Munición y carabina.

       MINERO
  Ha de saber que he peleado
Como un valiente artillero,
Y también como lancero
Y como un rico soldado.

       DICTATORIAL
  Ha de saber usted, señor
Que yo no he sido soldado,
Y si me halla aquí parado
Es culpa del Dictador.

       MINERO

  A mí no me venis con ocho y nueve
Porque aquí está mi cuchillo,
¿Que creí, porque soy chiquillo,
De aquí usted se me mueve?

       DICTATORIAL

  Oigame, señor Minero,
Yo no le he tratado mal,
Porque serví en el tercero
Con un valor sin igual.

       MINERO

  No te vengas á empalar
Porque muy caro te cueste,
Te voy á dar un puñete
Que la vas á sacar mal.

       DICTATORIAL

  Me ha hecho pasar un mal rato
Por uua pura lesura,
Si serví á la dictadura,
La culpa la tuvo un ñato.

       MINERO
  Por fin mándate cambiar,
Te hay hecho pasar un susto
Para que no seas bruto
Y no seas dictatorial.

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LA COSTURERA

  Dale vuelta ruedecita
Dale vuelta con afan
Mientras leo la cartita
Que me ha escrito mi galan.

  Aunque en falso en la costura
La agujita va a pasar
No lo temo, no me apura:
¡Soi feliz en el amar!…

  Es preciso cuide atenta
La mirada del patron;
Si otra floja me echa en venta.
¡Ai! Le coso el corazon!…

  Soi feliz por la mañana
Mi galan puedo… mirar,
Dale vuelta rueda ufana
Que yá luego va a pasar.

  ¡Ai! Ya pasa, señas me hace,
Pero… mirame el patron…
Es mejor que yo me case
Y asi pierda… la ilusion.

  Me señala una cartita…
Esto va acabar mui mal.
Y el patron que no me quita
Sus miradas de zorzal.

  Mi querido, disgustado
¡Ai! Conmigo debe estar!
Pobrecito, habrá pensado
Que no quiero… contestar.

  La ansiedad me vuelve loca,
No poderlo yo seguir…
Para ver si se equivoca
¡Ai! A qué hora iré a salir!…

  Dale vuelta linda rueda
Dale vuelta un poco mas,
¡Maldición! que yo no pueda
Ver su carta ¡por san Blas!

  ¡Triste suerte! siempre terca,
No descanse núnca yó!…
El patron a mí se acerca
¡Ardió Troya!… me pilló!

  Mas, el hilo tiembla en vano
Al entrar al carretel!…
Tenga firme yo la mano
Y al… Olimpo voi con él…
  Es preciso cuide atenta
La mirada del patron
Si otra floja me echa en venta,

¡Ai! Le coso el corazon!…

       TULIPAN ROJO.

Enero de 1888.

Imp. de La Patria-88-16735

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SU PRISION

  El bandido Belarmino
Ponce será ejecutado
Por haber asesinado
A su querida… ¡asesino!

  El juez del crimen, primero,
A muerte lo condenó
Y el consejo confirmó
Ese fallo justiciero.

  ¡Lo tiene bien merecido
Porque ha sido tan malvado!
En el Hospital ha estado
Algún tiempo este bandido;

  Sin duda creyó, ¡estafermo!
Que fácilmente algún dia
Del Hospital huiría
Y al punto finjióse enfermo.

  Pero tanto finjimiento
Púsole a cuatro las peras:
El pobre enfermó de veras
Lo acosó el remordimiento!

  Pobres monjas! cuántas veces
Fueron cubiertas de injurias
Apaciguando las furias
De Ponce contra sus jueces!…

  Que parecia una fiera,
(Sor Javiera me contaba,)
Cuando Ponce blasfemaba
Contra la América entera.

  Decia: démen la muerte
Y no me tengan sufriendo
Lentamente sucumbiendo
A los golpes de mi suerte!…

  Blanca espuma vomitaba,
(Sor Felicidad, decia.)
Cuando Ponce maldecia
Al doctor que lo cuidaba.

  Al poco tiempo sanó
Y a la cárcel lo llevaron,
Donde varios intentaron
Fugarse, Se descubrió.

  El complot; vieron entónces
Que el promotor principal
De todo aquel bacanal
Era: Belarmino Ponce!

  Cuatro dias en capilla,
Cuatro soldados al frente
Y… acaban próximamente
Con una oveja sencilla.

  ¡Como es posible se asile
En tan jóven corazon
Tan grande depravacion
Que el morir no le horripile?

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Soi morena vivaracha,

  Soi morena vivaracha,
No soi floja, (es lo mejor)
Todos dicenme: muchacha,
Lavandera de mi amor!…

  Si los futres me enamoran
O me juran fiel pasion,
No les creo; y aunque lloran
Yo les lavo… el corazon!…

  Con la artesa y las gamelas,
La costilla, el alfiler,
Futrecillo; ¿no recelas
Sea fúnebre el querer?…

  ¡O no piensas, desgraciado
Que eres pompa tú no mas!
Yo no dejo mi… lavado
¡Ai! por tí, jamas, jamas!..

  Cuando el sábado en la tarde
Voi la ropa yo a dejar
El patron haciendo alarde
Tambien quiere… enamorar!

  Mas, yo me hago que no entiendo
Poco tiempo en Chile estoi…
Yo tan fácil no me vendo
Aunque vieja siendo voi.

  Cuando el agua pongo al fuego
Yo me acuerdo del patron;
Pero, olvidolo mui luego
Enjuagando… un camisón!…

  Con las planchas y el caldero
Y la tabla de aplanchar
Mi trabajo es lo que quiero;
Mucho tiempo hai para amar.

  Si soi jóven o bonita
Siempre guardo mi honradez,
Si soi niña pasadita
Soi mas seria yo que un juez.

  Si de treinta, o de cuarenta,
De respeto soi mujer
Y a medida que se aumenta…
Ya no pienso en el amor!…

  Si soi vieja y tengo chicas
Cuido siempre de su honor,
Si las pillo yo en platicas
Ai las zurro con amor!…

  Que me llamen lavandera
No me importa a mí, señor,
Y aquel jóven que me quiera
No se burle de mi honor!…

       Enero de 1888.

IMP. “VALPARAISO” DE C. ROSAS—JAIME, 47

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Valparaíso, 4 de Marzo de 1889

  Enfermos, buenos y sanos
Hoy día le hacen la vénia,
Al grán doctor Castellanos
Especialista en la ténia.

  Tánta confianza ha inspirado
Este doctor Castellanos,
Que miles lo han consultado
Y se han puesto entre sus manos

  Cuantos donde él han ido
Á buscar la mejoría,
De sus manos han salido
Libres del mal que existía.

  Da gusto ver el contento
Que este doctor ha causado,
Á los que de un grán tormento
El con su ciencia ha librado.

  El buen doctor amanece
Cada dia más famoso,
Y bien su fama merece
Por su talento asombroso.

  Unánime es la opinión
Entre los que él ha curado,
Que es con sobrada razón
La fama que él ha alcanzado.

  Pero no falta jamás
Quién envidie al que prospera,
Envidiosos por demás
Hoy al doctor vitupera.

  Y esto lo hacen de un modo
Vulgar y sin miramiento,
Que demuestra sobre todo
La falta de entendimiento.

  Uno de esos hombres vanos
Guiado por su malicia,
Al buen doctor Castellanos
Acusó ante la justicia.

  Lo acusó de estafador,
De charlatan, y farsante,
Y la justicia al instante
Procedió contra el doctor.

  El señor juez decreto
Órden de allanamiento,
Esto de gozo llenó
Al que hizo el acusamiente

  Siendo esta una ocasión
De obrar con mucha destreza,
Se confió al sargento Mesa
Cumplir con esta misión.

  Cómo la misión cumplió
En los diarios pueden ver,
Pues muy segura estoi yo
Que á mí no me han de creer.

  Cuando á la casa llegó
El sargento con su gente,
La órden del juez leyó
A los que estaban presente.

  Asi la casa allanaron
¡Háce visto tal maldad?
Y con grán prolijidad
Las ténias falsas buscaron.

  Tenían la convicción
Que ténias artificiales
El buen doctor por millares
Guardaba con precaución.

  Y descubrir dónde estaban
Era lo que ellos querían,
Pero en vano las buscaban
Las tenias no parecian.

  Cuanto cajón encontraron
Con llave ganzúa abrieron,
Buen desengaño sufrieron
Pues nada en ellos hallaron.

  Todos los libros hojearon
Estos mal aventurados,
Pero por más que buscaron
Salieron desconsolados.

  Ténias de entre las hojas
Ni lo que es una sacaron,
Ni ténias blancas, ni rojas,
En los libros encontraron.

  Creyeron que encontrarían
Desecadas como flores,
Ténias de varios colores
Que al doctor acusarían.

  Mas nada, nada, sacó
El pobre sargento Mesa,
Pues ni una ténia encontró,
Ni siquiera una cabeza.

  Al fin sin dar en el hito
Dejaron de registrar,
Pues el cuerpo del delito
No pudieron encontrar.

  Tánta cólera le dió
Ver su pesquiza burlada,
Que nueva órden impartió
Y aquí está la salvajada.

  Dió órden de desnudarse
A todos los empleados,
Estos lo más indignados
Empezaron á quejarse.

  Pero el sargento no oía
Por mucho que se quejasen,
Y la justicia exigía
Que todos se desnudasen.

  Ni el secretario escapó
De un mandato tan grosero,
Porque á él se le ordenó
Se desnudase primero.

  Este lleno de impaciencia
Por órden tan singular,
Trató de hacer resistencia
Como era muy natural,

  Pero de nada sirvió
Que él se quisiese oponer,
La justicia allí insistió
Y él tuvo que obedecer.

  Cuando la justicia ordena
Con mano armada ¿qué hacer?
Resignarse en hora buena
Y tratar de obedecer.

  No se si esta será bola
O si habrá algo de verdad,
Que un tal doctor ¡carambola!
Ordenó esta atrocidad.

  Si es verdad esta rudeza
Y esta falta de respeto,
Muy poca delicadeza
Debe tener el sugeto.

  Después que se desnudaron
El secretario y empleados,
Las ropas les registraron
Pero salieron chasqueados.

  Porque ténias no encontraron
Entre la ropa escondidas,
Ni tampoco las hallaron
En los zapatos metidas.

  Vergüenza da que esta gente
Que viene de un pais lejano,
Le haya pasado esta mano
Tan fea y tan indecente.

  Á esa hora el doctor
Que andaba fuera ese día,
Volvía á su casa y ¡qué horror!
¿Qué era lo que sucedía?

  Ajentes de policía
Estaban en posesión,
Y á su hermano lo veía
Desvestido en el salón.

  Del mismo modo veía
A todos sus empleados,
Y estos pobres parecía.
Estar atemorizados.

  El doctor con grán sorpresa
Preguntó lo que pasaba,
Respondió el sargento Mesa
Que la casa se allanaba.

  La órden del juez mostró
Para tal procedimiento,
Y al doctor se le intimó
Se desnudase al momento.

  El doctor enfurecido
Pudo apenas dominarse,
Y muy firme y decidido
Resolvió no desnudarse.

  Dijo lo más enfadado
Que esa órden no obedecía,
Sólo se desnudaría
Si por la fuerza obligado.

  Esta respuesta infundió
Cierto respeto al sargento,
Que al oirla desistió
Llevar á cabo su intento.

  Viendo que ya no podía
Sacar ninguna ventaja,
Echó mano de una caja
Que el doctor allí tenía.

  Esta caja contenía
Preciosas preparaciones,
De que el doctor se valía
Para hacer sus curaciones.

  Unos frascos que encontró
Con ténias en aguardiente,
Creyó ser prueba evidente
Y de ellos se apoderó.

  Cartas y apuntes tomó
Que había sobre una mesa,
Y hasta una música impresa
Al juzgado se llevó.

  Y mientras en el juzgado
Se ventila la cuestión,
Los enfermos han estado
Impacientes con razón.

  A la casa del doctor
A toda hora han ocurrido,
A pedirle por favor
Dispense lo sucedido,

  Y siga siempre prestando
Sus servicios esmerados,
A los que salud buscando
Van donde él esperanzados.

  Esto al doctor ha probado
Que se aprecia su talento,
Y que el pueblo entusiasmado
Cree en su medicamento.

  Sirva esta demostración
Que él tan bien ha merecido,
Para calmar la impresión
Del disgusto que ha sufrído.

  Este es el deseo de una persona muy
agradecida al señor doctor Castellanos
por sus servicios profesionales.

       TORITO.
Imp. Valparaíso de C. Rosas–Jaime—4

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Himno a Prat

  Por las aguas de Iquique arrullada
la «Esmeralda» se mese altanera
tremolando la invicta bandera
que la patria a sus guardas confió.

  Esa insignia jamas mancillada
brilla altiva de un héroe en la mano
ese Prat se midió al Oceáno
que la gloria a su lauro arranco.

  A empañar del chileno la estrella
vuela el «Huáscar» cual fiera rujente
Prat lo aborda i lo encuentra en su puente
noble tumba de gloria inmortal.

  Al morir en su frente destella
de la gloria el mas limpido rayo
i la fecha Veintiuno de Mayo
de su ardor es emblema triunfal.

  Oh vosotros honor del chileno
Prat i Condell, Serrano i Aldea
nobles héroes que alientan una idea
de martirio, de gloria i valor.

  Brille siempre en el cielo sereno
de la patria esa pleyade santa
que de Chile renombra, ajiganta,
es emblema i es timbre de honor.

  Ya los bravos al ver el desfile
sobre el puente enemigo caer
supo el mar que los hijos de Chile
morir pueden mas nunca temer.

  De la fama la trompa dedique
mientras puedan los siglos correr
sus acentos al héroe de Iquique
que ha sabido a la muerte vencer.

  Como el sol que los orbes alumbra
suspendido en exelsa rejio
así Prat hoi del mundo deslumbra
con su gloria la vasta estension.

  Fué su acero una viva centella
que a la sombra se ve relucir
del simpar tricolor de la estrella
cuyo lema es triunfar o morir.

  I cumplir la tremenda consigna
con jamas ni aun soñaba altivez
cual su acción no hai ninguna mas digna
de alcanzar en la Historia alta prez.

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EL VALIENTE CHILENO

  Alza altiva la frente el chileno
Defendiendo á su patria el honor
No desmiente que es noble y que es bueno,
Y en la guerra valiente y feroz.

  No le arredra el acero enemigo
Que á su pecho dirije veloz,
El que ayer se llamaba su amigo
Se trastorna en infame y traidor.

  El chileno no teme en la guerra
Es altivo en su noble coraje
Ay! le hierve la sangre en las venas
Cuando siente de Chile un ultraje.

  Es la guerra peligro inminente
En la vida normal triste acción
Y si en ella no somos potentes
Nos arrastra á la ruina y baldón.

  ¿De qué sirven entonces las glorias
Que con sangre ganamos ayer,
Si se mancha con sangre la historia
Por faltar á tan noble deber?

  Cuando el reto de guerra escuchemos
Que esa lid defendiendo la ley,
Al momento á las armas volemos
Nuestra vida con gusto á exponer.

  No se arredra jamás en la guerra
Nuestro noble y altivo linaje
Al contrario, aunque tiemble la tierra
Nos veréis más henchido en coraje

  Como Prat, Riquelme y Serrano
Retemplante en nuestra alma también
No temáis que nos tiemble en la mano
El acero que ajusta la ley.

  En la guerra el Chileno vencido
No se ha visto jamás por do quiera,
Que no manche ningún atrevido
Nuestra augusta y querida bandera.

  No se manche de Chile la frente
No se empañe su puro pendón,
Que el traidor enemigo insolente
No nos cause la ruina y baldón.

  Bello Cóndor, sujetad potente
Que te ayude con fuerza el Huemul,
Esos lindos colores lucientes
Colorado, el blanco, el azul.

  Que en tu medio pendón reluciente
Siempre, siempre se mire brillar
Esa estrella cual luna fulgente
Que platea las ondas del mar.

  Otro tiempo gallarda en sus aguas
Tremolando triunfante en la lid,
Con un buque á la flota española
Se ha barrido á los hijos del Cid.

  Esa estrella cual rica guirnalda
Que de Chile es el alma y su fe
Ostentó la difunta Esmeralda,
Y el de Iberia cayó á nuestros pies.

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CANCION AMOROSA

  Ninfa bella, querida y hermosa
Eres preciosa desde que nacistes
Y desde entonces humilde paloma
De ternura un besito me diste.

  Polomita ¡oh! mi dulce recreo
Cuando te veo se me alegra el alma
De alegría, contento y amor
No siento dolor estando con calma.

  Eres como el alba al venir el dia
Tus resplandores alumbran mimente
El sol de la altura fulgura en tu frente
Y aumenta tu brillo y tu bizarría.

  Dia y noche me llevo pensando
En tu belleza tan encantadora
Me dejastes a mi fascinado
Con tu mirada jovial y seductora.

  Yo siempre deseo tener el iman
Para traerte lijero a mi lado
Y dormir en tus brazos un sueño
De puro anhelo mi cielo estrellado.

  Entonces seria dichoso con tí
Y no tendria por qué delirar
Encontrándome yo a tu presencia
Cantaria mi dicha sin par.

  Siempre contigo seria feliz
Gozando la dicha, la paz y dulzura
En este mundo brindando de liz
Tendriamos una armoniosa ventura

  Como palomo y paloma en su nido
Que víven solos y se hacen caricias
Pasivamente contentos lo pasan
Disfrutando las gratas delicias.

  Pongo esta estrofa por comparacion
Hermosísima diosa y querida
Con regocijo leal y en union
Viviriamos llenos de vida.

  Si me quieres me tienes constancia
Con tu amorosa pasion sin igual
Tengo sinceridad y confianza
Para cumplir tu amor esencial.

  Con cariño te digo lindura
Que hagas nuestro esplándido enlace
Vamos, vamos los dos donde el cura
Antes que el tiempo veloz se pase.

  Al fin, hoi me despido cantando
Perseverando tu honor verdadero
Si faltais al juramento que hicisteis
Quedará tu corazon prisionero.

       Javier Perez,
       Poeta popular.

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