SOLICITUDES DE INDULTO
AL REO BRICEÑO

  De Coquimbo i la Serena
Venciendo dificultades
Pidieron las sociedades
Conmutacion de la de la pena.

  Presto la solicitud
Su Excelencia recibió
I mui luego declaró
Resolver con prontitud.

  También se pide tal gracia
Por cartas particulares
De aquellos mismos lugares
Sin conocer la eficacia.

  Deseo mucho en el alma
Que no sea ajusticiado
Por ser de la juventud
Hombre querido i honrado.

  Para el trece del corriente
El Consejo fué citado
I se sabe ya de fijo
Que el indulto le ha negado.

  El reo se halla tranquilo
En su celda silencioso
Esperando el triste fallo
Que de un principio es dudoso.

  Con la mayor ansiedad
El ultimatum se espera,
I la justicia debiera
Mostrarse con mas piedad.

  Lo que resulte señores
Pronto daré a conocer
Para al corriente tener
A mis amables lectores.

  Ya la viuda de Gonzalez
Trabaja con grande empeño
Para que el reo Briceño
No muera por ciertos males.

  Hoi puesto el reo en capilla
Le leyeron la sentencia
I este reo sin clemencia
Triste pasa en una silla.

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CANTARES

  Nadie a querer me ganaba;
Pero mi amor se acabó
La brasa se hace ceniza,
I aire se vuelve el amor.

  Mas veces he suspirado
Que arenas tiene la mar
I tú mas sorda te has puesto
Que una silla de montar.

  En el jardin de mi casa
Tengo una mala de almendro.
¡Quien plantara una esperanza
En un rincon de tu pecho!

  Niña, si tú me quisieras
I yo te quisiera a tí,
Te aseguro que en el mundo
No habría amor mas feliz.

       A. Reyes.

Imprenta Ercilla, Bandera 21-K

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El terromoto
DEL 13 DE MAYO

  Hoi se recuerda con dolor
que en un tiempo no remoto
hubo un gran terromoto
en Santiago con terror

  La jente toda con desmayo
presto a la plaza recurria
i pues nos recuerda ese dia
en la procesión de Mayo

  Con toda solemnidad
la procesión sale hoi dia
en nuestra culta ciudad
único recuerdo en la vida

  A las cuatro de la tarde
Sale hoi la procesion
I presurosos iran
Los fieles con devocion

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Contrapunto
Del peluquero con el
parroquiano

       El parroquiano

  A que me haga la peluca
Caballero aquí yo vengo
Porque parece que tengo
La cabeza como cuca,

       El peluquero

  Parroquiano lo acaricio
Como sacarse una rifa,
Pero subió la tirifa
A treinta cobres servicio.

       El parroquiano

  De esa manera ma atrapa
Mejor que me vaya al rio,
Por un diez sere servio
I hasta el almuerzo de yapa

       El peluquero

Tú hablas mas que un caturro
I a la razón no te dais,
¿Por qué entonces no te vais
Que te corte el pelo el burro?

       El parroquiano

  Sin que nunca me alborote;
Le digo sin que desmaye
Mas bien póngase en la calle
A saltear con un garrote.

       El peluquero

  Soportarte aquí no es dable
I mereces por regalo
Que yo te ajuste un buen palo
Por cochino i miserable.

       El parroquiano

  Amiguito no se altere
No sea tan propasado,
Que al verlo tan enojado
Hasta el alma se me hiere.

       El peluquero

  Yo te alego la razon
I tú formas la bolina,
Bien sabes que la quinina
Cuesta caro i el jabon.

       El parroquiano

  Aquí le pongo barajo
En esta que aquí se trata
Yo tambien ganar la plata
Me cuesta mucho trabajó.

       El peluquero

  Por fin no quiera contigo
Quebrantarme la cabeza
Ya se va con lijereza
El ñato nariz de ombligo.

       El parroquiano

  Meneando las tijeritas
Querías empalicarme
I al mismo tiempo dejarme
Al pio de mis chauchitas

       El peluquero

  Te desafio maldito
A seguir el contrapunto
I tengo por este asunto
Que dejarte calladito.
       (Continuará)

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LO QUE SE DA I SE QUITA

       La prenda que tú me diste,
       Quitàrmela solisitas:
       Si has de quitar lo que das,
       Para qué das lo que quitas?

    Tú misma me prometiste
De tu bella boca un sí;
I esta ha sido para mí
La prenda que tú me diste.
    Con caricias inauditas
Me brindaste tu belleza;
I hoi esa misma fineza
Quitármela solisitas.
    Seria mejor quizas
Borrar un finjido amor:
Para que haces un favor
Si has de quitar lo qué das?
    Desde que tú facilitas
Lo que fué tu voluntad.
Luego si no hai veleidad,
Para qué das lo que quitas?
       Bernardino Guajardo.
Impresos por P. Ramirez— Echáurren, 4.

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LAS VICTIMAS DE CHICURE[O]

       Ya con la vida pagaron,
       El crímen que cometieron
       Los que a Chicureo fueron
       I a tantos asesinaron.

    Dos que en un rancho dormian
I que no eran inquilinos
Por los crueles asesinos
Atroz muerte recibian;
Con los que auxilio pedian
Mas bárbaros se mostraron,
A una sirvienta dejaron
Inerte en su propio lecho.
Los autores de tal hecho,
Ya con la vida pagaron.

    A la pena capital,
Condenados por las leves
Fué Luis Peña, Orqueda, iReyes
Cada uno por criminal.
Del recio golpe fatal 
Escaparse no pudieron
Bastante tiempo tuviern
Para que a Chile dejasen,
Convendria que pagasen
El crímen que cometieron.

    Nueve de ellos condenados
A prision perpetua están,
I un año que cumplirán
Solitarios encerrados;
De los tres ajusticiados
La triste ejecucion vieron,
Cerca de ellos los pusieron
Oprimidos de cadenas.
Hoi sufren severas penas
Los que a Chicureo fueron.

    Los sacerdotes piadosos,
A los reos auxiliaban
I a Nuestro Señor rogaban
Que los hiciera dichosos;
Preguntaban los curiosos
Qué desacatos causaron,
Otros así, contestaron:
Que por un salteo injusto,
Donde robaron a gusto
I a muchos asesinaron.

    Al fin, aquella mañana,
Los que al cadalso salieron
Los auxilios recibieron
De la relijion cristiana;
Que es en esta vida humana
El mas laudable consuelo
Decir que ama con anhelo
A Jesús crucificado,
I al que muere en ese estado
Dios lo proteje en el cielo.

       Bernardino Guajardo.

El dinero i las alhajas,.
Todo debia entregarlo,
Porque si no lo entregaba
Se la llevaria el diablo;
Tuvo la pobre señora
Que dar todo a aquellos bárbaros
Para no ser victimada
Por tan alevosas manos;
A una sirvienta que habló
Allí mismo la mataron
Uno de los malhechores
Sin reflexión ni recato.
Unos leñateros muertos
Fueron en un viejo rancho,
I quizás cuando dormian
En un profundo letargo,
Así es que al dia siguiente
Era triste el espectáculo;
Ver llevar a tanto muerto
En carreta, como sacos.
Luego el señor comandante
Llamó a los comisionados,
I éstos al fin descubrieron
Quiénes eran los malvados;
De suerte que de uno en uno
Doce a la cárcel llevaron,
I en tal prision detenidos
Estuvieron como un año,
Cuando las declaraciones
Unos a otros se acusaron;
I se supo quiénes eran
Los mas perversos i malos,
Que en esa noche trrible
Hicieron mayor esrago:
Tres eran los mas culpables
I a los tres los condenaron
A la pena capital,
I cuando llegó a sus manos
Aquella amargsentencia
Todos los tres la besaron,
Uno de estos fué Luis Peña,
El otro era Liberato
Orqueda, i este segundo
Se dice que era cuyano;
El tercero fué Gabriel
Reyes i Reyes, mui guapo,
I que al fin de todos ellos
Aquí vereis sus retratos,
Los pusieron en capilla
I el dia les designaron
En que juntos a los tres
Debian de ejecutarlos.
    Detengámonos aquí
I la ejecución veamos:

    Ya salen de la capilla
Marchando con pasos lentos,
En los últimos momentos
Cuando ya la alma se humilla.

Con el corazon mas tierno
Van i con dolor profundo
A despedirse del mundo
Para pasar a lo eterno.

    Con ellos los relijiosos,
Juntos marchan al suplicio,
Ofreciendo en sacrificio
La alma de aquellos dichosos.

    Orqueda al banco se sienta,
Besa los divinos piés
Del justo i severo juez
A quien tiene que dar cuenta.

    Reyes como que delira
Entre la imajinacion,
I para pedir perdon,
A sus compañeros mira.

    Peña hizo una insinuacion,
Como pidiendo favores
Para que los tiradores
Le tiren al corazon.

    Asi fué la ejecucion
De los tres ya mencionados,
Y los otros sentenciados
A una perpetua prision.

Al fin, al concluir la historia,
Pedir al Señor bueno es
Que a las almas de los tres
Coloque en su eterna gloria

       Benardino Guajardo.

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Nota: esta lira está armada con pedazos de otras. Esta secuencia de versos refieren al mismo tema, no se separan por título, pero se forman por décima encuartetada, romance y cuarteta. Las ponemos juntas como en el documento.

Apuntes biogràficos de D. Benjamin Vicuña Mackenna.

    De ilustres padres nació
Esa alma privilejiada;
Por ellos una esmerada
Educación recibió.

    Hizo tan grandes progresos
En sus primeros estudios,
Luego verán sin preludios
Los libros que dejó impresos.

    Tomo con la mayor pena
La pluma para escribir,
Cómo dejó de existir
El noble señor Mackenna.

    Una cruel enfermedad
Cortó de su vida el hilo,
Cuando estaba mas tranquilo
I en lo mejor de su edad.

    Conversando de esta suerte
A un relijioso decia:
Ya veo próximo el dia
I hora fatal de mi muerte.

    Habiendo reconocido
Que se le acercaba la hora,
Dijo así: muerte traidora
No estaré desprevenido.

    No pudo la ciencia médica
Salvar la vida al grande hombre,
Que eternizará su nombre
En Europa i en América.

    Nada he de dejar oculto
De aquel jenio intelijente
Fué un literato eminente
I el mejor jurisconsulto.

    Cuántas obras de su pluma
Deja el insigne escritor!
Fué este esclarecido autor
Igual a Pompilio Numa

    La guerra franco-prusiana
Por su mano quedó escrita,
Leyenda que felicita
La nacion americana.

    Con su talento cientifico
I para eterna memoria
Nos deja tambien la historia
De la guerra del Pacífico.

En la susodicha guerra
Hizo que el roto chileno
Hiciera en otro terreno
Prodijios por mar i tierra.

    Entró en la revolucion
Del año cincuenta i uno,
I fué fiel como ninguno
En sostener su opinion.

    A California emigrado
Marchó con otros perdidos,
I pasó a Estados Unidos
Donde fué mui bien tratado.

    A la Europa hizo tres viajes
I en Inglaterra escribió
Un folleto que le dió
Mil aplausos i homenajes.

    En Francia otro libro igual
Dió a luz i dijo el frances:
Este escrtir chileno es
Publicista sin rival.

    En España, por milagro
Rejistró algunos archivos,
I escribió sin correctivos
La historia de Diego Almagro:

    Con palabras verdaderas,
I lleno de patriotismo.
Dejó escrito el Ostracismo
De O’Higgins i los Carreras.

    Por él en otros anales
Queda la administracion
Del ilustre señor Montt
I de don Diego Portales.

    Aquí, cuando fué intendente
Hizo en su majistratura
El camino de Cintura
Tan útil i conveniente.

    Ningún majistrado habia
Imajinado siquiera
Hacer un recreo el que era
Cerro de Santa Lucía.

    Estátuas i monumentos
Ordenó que se instalasen,
Para que representasen
Los hombres de mas talentos.

    Este grande homhre, sabreis
Que el treinta i uno nació,
I fué así que falleció
En el año ochenta i seis.

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SÚPLICA AL POETA LILLO

    Lillo si estas agraviado
Por que yo te he desmentido,
Que me perdones te pido
I siempre serás mi amado:

    No tengas conmigo agravio
Esto pongo en mi defensa,
I perdonar una ofensa
Es deber de todo sabio;

    Por eso querido Antonio
Os ruego que asi lo hagais,
I si no me perdonais
Talvez, te lleve el demonio;

    Sabés que no fué acción buena
Cuando mi firma tomaste,
I de mi parte quedaste
Exento de culpa i pena;

    Por tal jenerosidad
I viendo lo que tu has hecho,
Solo estaba en mi derecho
Perdonar vuestra maldad;

    Espero que prontamente
Me concedas el perdon:
Ese noble corazón
Será para mí induljente;

    Perdóname al fin, por Dios,
I observa lo que te digo,
Si te muestras mi enemigo
Es doble peor para vos;

    Yo no me creo de cuentos
Que los muchachos me dan,
De mí mucho te dirán
Pero con falsos inventos;

    Conoces que yo te aprecio
Desde que te conocí,
I tú me tratas a mí
De viejo imbécil i necio;

    Cuanto dices es verdad
Aunque lo digas por chanzas,
I querer tomar venganza
Seria una necedad;

    Por lo tanto necesito
Que me des contestacion;
I una clara esplicacion
Sobre lo que aquí va escrito;

    No dejes de contestarme
Cuando tengas ocasion,
Como sea tu intencion
Con todo he de conformarme;

    Sabiendo yo tu respuesta
Quedaré mui complacido,
I seré tu agradecido
Aunque sea una protesta;

    Al fin amigo Gaspar,
De la Tapia no se asombre,
Al ver este estraño nombre
Misterioso i singular.

                  Bernardino Guajardo.

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