CRÍMEN EN MONTEVIDEO
LA ESPOSA QUE ASESINÓ AL
MARIDO POR VAGO I MAL
ENTRETENIDO I NO LE DABA
UN CENTAVO PARA LOS HIJOS

  Voi a contar un suceso
Recientemente ocurrido
Una mui leal esposa
Le dió la muerte al marido.

  El hombre era un gran borracho
Vago, y mal entretenido
Sin verguenza y palangana,
I en el vicio corrompido.

  Pasaban meses, y meses
I no llegaba a su casa,
No sabia este el canalla
Lo que a su esposa le pasa

  Diariamente en los chincheles
Se entretenia en beber,
Sin pensar de que tenia
Hijos a quien mantener.

  Su señora trabajando
De continuo lo pasaba,
I el tunante se llevaba
Bebiendo, y salagradiando.

  Sus ávitos eran vivir
Dia, y noche en la jarana,
Sin pensar el tarambana
En su necio porvenir

  Se fué a burriendo la bella
Viendo tan mala su suerte
Propuso en su corazon
Darle al mal hombre la muerte.

  Un dia le demandó
Donde un juez con tono altivo
Le propuso el majistrado
Mujer no le hallo motivo.

  Le contesto placentera
Ella con gran enerjia,
Fijese señor usía
Que este es mui calavera.

  Pero hija que podre hacer
Yo con esta jente vana
Dejalo beber no mas
Hasta que quite lagana.

  Señor su balanza es china
Le pruebo aunque me de[ ]
Si usted no me hace justicia
Yo me hare justicia entonces.

  Salió con rabia la esposa.
A la calle haciendo raya,
I al marido por canalla
Le dió una muerte alevosa.

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EL HORRIBLE CRIMEN
Del cerro de Yungai donde un sar-
jento fué muerto a puñaladas

  En el cerro de Yungai
Sucedió el drama sangriento
El cual, lectores les cuento
Por que otro como él no hai.

  Como a las dos de la tarde
Se principió la bolina
La cual terminó en ruina
Con un crimen tan cobarde.

  Los Peñas con mal intento,
Salieron a combatir
Solo para hacer salir
Al valeroso sarjento.

  Los dos con cuchillo en mano
Estaban dándose tajos
Furiosos i sin barajos
Con instintes de paganos.

  Ubeda estaba soñando
I dormia con empeño,
I oyó decir en el sueño
Jesús, que se están matando.

  De un salto se levantó
El sarjento de la cama,
I a donde el deber lo llama
Armado se presentó.

  El roto de mano armada
Se le mostró invariable
I ántes que sacase el sable
Le dió la cruel puñalada.

  El sarjento mui fugaz
Quiso sacar el acero
I el hermano del primero,
Le dió otro tajo de atras.

  Al suelo el pobre sarjento
Cayó i siguió agonizando
I esto que yo estoi contando
No estén creyendo que es cuento.

  Los asesinos huyeron
Por salvar de la prision
I en esa misma ocasion
A los dos los aprehendieron.

  El sarjento en agonia
Al verse su triste estado
Prontamente fué llevado
Hácia la Comisaria.

  Esos hermanos malvados
Por orden del juez del crimen
Donde los mortales jimen
Están bien asegurados.

Daniel Meneses, Poeta Nacional Chileno Maruri 523

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Completos detalles
de los estragos que han
hecho los temporales
en Chile
de Sur y Norte

  En su trono celestial
El gran poderoso Eterno
A trasformado este Invierno
En diluvio Universal

  El formidable Aguacero
Nas a perdido el respeto
I a inundado por completo
A todo el pais entero.

Un tren en momentos, pero
Se cayó al Rio Claro,
Llegó al puente i hizo aro
Con todo los pasajeros.

  La empresa como un San
       [Bruno
Al saber los por menores,
Dijo al público señores
Que ahí no se ahogó ninguno.

  Yo como poeta aspierto
Que se el echo referir,
Solamente por decir
Que esa mentira no es cierta.

  No solamente en Santiago
Reina la calamidad
En el sur de mui verdad
Mas grande ha sido el estrago.

  En este año sin mentir
Cuento como por bureo,
Que por hacer un tanteo
Quiso el Mapocho salir.

  Por los campos despoblados
Al eterno le clamaron,
hácia las Palmas quedaron,
Una multitud de ahogados.

  Tambien en Valparaiso
Arreció el aluvion,
I la grande inundacion
Se sintió de un improviso

  Los cauces se reventaron
Causa de tanto llover,
I por eso en mi entender
Muchas calles se anegaron.

  El mar se trasformó en Leon
I estiró sus fuertes brazos,
Haciendo dos mil pedazos
Gran parte del Malecon.

  En Coquimbo i la Serena
Les cuento aquí sin engaño
De que la jente en este año
Casi se a muerto de pena.

DANIEL MENESES, Poeta nacional chileno
QUEBRADA DE MARQUEZ Nº 57

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Atros i horrible ecatombe
En una tertulia en el
Brasil,
el Novio que asesinó
A la Novia. i el papá de
I ella Asesinó al Novio
i el papa del Novio
asesinó al padre de la
Novia.

  Un novio infame, i salvaje
A su novia le dió muerte,
I cuando la vió inerte
Rujió con ira i coraje.

  El availar la imbitó
Con mui noble corazon,
I ella con justa razon
Tenazmente se negó.

  Sin ser el un criminal.
Se trasformó en homicida,
I por quitarle la vida
Le sepultó el puñal.

  Con la mortal puñalada
La pobre niña dió un grito,
I en menos de un bendito
En sangre calló bañada.

  Otro hombre con vista fija
En ese momento fiero,
Con un tiro mui sertero
Vengó a su amada hija,

  Viendo su hija caer
El hombre se enfureció,
I una pistola sacó
Sin poderse contener.

  Como con trémulo brazo
Le hizo la puntería,
I aquel de la alevocía
Le dió el primer balazo.

  Cuando del novio el papá
Vió caer su hijo al suelo,
Sin temor, i sin recelo
Castigó esa orfandá.

  El padre de la morena
Tambien calló en agonía,
I en medio de la alegría
Se desarrolló esa escena.

  Algotros varios heridos
Dice el diario que hubieron,
Pero de que no murieron
Porque fueron atendidos

  Por fin, tres muertos quedaron
En esa noche señores,
I vo cuento a mis lectores.
Como el hecho principiaron.

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CANTOS
PARA LOS NUEVE DIAS DE LA NO-
VENA DEL NIÑO DIOS

       Dia primero

  Señora doña María,
Yo vengo de la Tranquilla
A dejarle a su Niñito
Dos peras i una frutilla.

  Yo supe que en un pesebre
Noció a la luz de la luna,
Su hijo querido i émado
Dándonos dicha i fortuna.

  Le dije yo a mi taitita:
Hoi que voi a donde el niño
Mándele usted de cariño
Un pavo i una pollita.

  Mi mama abuela me dijo:
Ya que vas, Estefanía,
Llévale para el infante
Esta gorra a ña Maria.

  Al fin, señora, ya vine
A darle la bienvendida,
Para usted con ño José
I su niño un feliz dia.

       Dia segundo

  Anteayer pensé este viaje
I lo dejé para hoi,
I a su presencia estoi;
Varias cositas le traje

  Por causa de ño Prudencio
Que no me prestó el caballo,
No le traje de regalo
Una carga de zapallo.

  Me dijo la Rosalía
Que le dijera, Señora,
Mañana a primera hora
A saludarla vendria

  Le traigo, mi ño José,
De becerro dos tiritas
Para que le haga al niñito
Un buen par de chalailitas.

  Al fin, pues, misiá Marica,
Cogollito de Cunelo,
Para que envuelva a su hijito
Voi a dejarle un pañuelo.

       Dia tercero

  Vengo con gusto i anhelo,
Llena de gracia i fevor,
A dejarle en una jaula
Un canarito cantor.

  Mi hermano Pancho le manda
En una jaula mayor,
Para su niño, Señora,
Un loro mui hablador.

  Hoi dia, mui de mañana,
Yo pasé por la Angostura
I le agarré del sandial
Una sandilla madura.

  También le traigo un melon
Arvejas i porotitos
Unas lindas zanahorias
I unos choclos tiernecitos.

Al fin le traigo un gallito
Para usted, misiá María;
Le ha de despertar el niño
Cuando ya amanezca el dia.

       Dia cuarto

  Con un regocijo tanto
Vengo lleno de contento
A cantarle estos versitos
Al son de un pobre instrumento

  Con una tia que tengo
Yo los comencé a arreglar,
Si acaso los halla feo
Sirvase de disculpar.

  Confórmese señorita
Le suplico por favor;
Yo le canto lo que sé,
No lo puedo hacer mejor.

  Soportando el gran calor
Vengo misiá Mariquita
A dejarle por lechera
Una mui mansa cabrita.

  Al fin, disculpe señora
El presente que es mui malo;
Yo le traigo de regalo
Una tenca mui cantora.

       Dia quinto

  ¿Cómo está misiá María?
Vengo a dejarle un cuerito
Para que ponga en la cama
Por si se mea el niñito.

Un canastito con flores
Tambien traigo ño José
Endonado para usted
Un zorzal de esos cantores.

  Fui esta mañana donde Pancho
I me dijo ña Catita:
Ya que va a ir donde el niño
Llévemele esta pollita.

  En el camino pillé
Un jilguero mui mansito,
I se lo voi a traer
Cuando crezca otro poquito.

  Al fin, misiá Mariquita,
Cogollito de azucena,
Para yo quitar mi pena
Permitame una ramita.

       Dia sesto

  En un pesebre botado
Fué nacido el Sumo Bien,
Bendiciendo con su gloria
Todo el pais de Belen.

  Fué tan grande el regocijo
Que tuvieron los arcánjeles
I la multitud de ánjeles
Al ver al Divino Hijo.

  Aquel hermoso tesoro
Cuando ya lo divisaron,
Donde él se presentaron
Cantándole un nuevo coro.

  Las aves cuando supieron
Que era nacido el Mesías,
Todas con sus melodías
A saludarlo vinieron.

  Al fin, la leal jerarquía
Con miles de entonaciones
Decian en sus canciones
Glorias, glorias a María.

       Dia sétimo

  Dios te salve Reina i Madre
Según nos dice tu historia
Emperatriz de la gloria
Hija del Eterno Padre.

  Dios te bendiga María
Con su infinita bondad,
Te dé gracia i gran poder
Por toda la eternidad.

  Dios te haga soberana
En los coros celestiales,
I te ponga la corona
De los tres imperios reales.

  Dios te dé misericordia
Con su sabia providencia,
I con invocar tu nombre
Halle el hombre resistencia.

  Al fin, Dios te trajo al mundo
Con divino regocijo,
I te crió santa i pura
Para madre de su hijo.

       Dia octaro

  Señora doña María
Vengo con mucho contento
A celebrarle a su hijo
El divino nacimiento.

  Le traigo lienzo de hilo.
Que le compré en los portales
Del mas mejor i mas fino
Para que le haga pañales.

  En una tienda compré
Cuatro varas de castilla
I se las vengo a dejar
A fin que le haga mantilla.

  Lana yo tambien le traigo,
Disculpe que es mui poquita,
Pero creo alcanzará
Para hacerle una gorrita.

  Al fin, le traigo un jarrito,
Perdone el corto cariño,
En él espero, Señora,
Que tome aguita su niño.

       Dia noveno

  Cuando Dios formó la gloria
Los querubines i arcánjeles
Ya era nacida mil veces
Antes de que hubieran ánjeles.

  De dia el sér recibí
Adios ser comuniqué
Así ser madre logré
Del que existió ántes de mí.

  Para el bien del cristianismo
A este mundo descendí,
Pobre i misera viví
Por librarlo del abismo

  Cuando la divina ciencia,
A los cielos los formaba,
Presente i pura me hallaba
Solo por su omnipotencia.

  Al fin, cuando ya bajó
Al mundo i tomé el gobierno,
Hasta los mismos demonios
Temblaron sn el infierno.

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Apuntes biogràficos de D. Benjamin Vicuña Mackenna.

    De ilustres padres nació
Esa alma privilejiada;
Por ellos una esmerada
Educación recibió.

    Hizo tan grandes progresos
En sus primeros estudios,
Luego verán sin preludios
Los libros que dejó impresos.

    Tomo con la mayor pena
La pluma para escribir,
Cómo dejó de existir
El noble señor Mackenna.

    Una cruel enfermedad
Cortó de su vida el hilo,
Cuando estaba mas tranquilo
I en lo mejor de su edad.

    Conversando de esta suerte
A un relijioso decia:
Ya veo próximo el dia
I hora fatal de mi muerte.

    Habiendo reconocido
Que se le acercaba la hora,
Dijo así: muerte traidora
No estaré desprevenido.

    No pudo la ciencia médica
Salvar la vida al grande hombre,
Que eternizará su nombre
En Europa i en América.

    Nada he de dejar oculto
De aquel jenio intelijente
Fué un literato eminente
I el mejor jurisconsulto.

    Cuántas obras de su pluma
Deja el insigne escritor!
Fué este esclarecido autor
Igual a Pompilio Numa

    La guerra franco-prusiana
Por su mano quedó escrita,
Leyenda que felicita
La nacion americana.

    Con su talento cientifico
I para eterna memoria
Nos deja tambien la historia
De la guerra del Pacífico.

En la susodicha guerra
Hizo que el roto chileno
Hiciera en otro terreno
Prodijios por mar i tierra.

    Entró en la revolucion
Del año cincuenta i uno,
I fué fiel como ninguno
En sostener su opinion.

    A California emigrado
Marchó con otros perdidos,
I pasó a Estados Unidos
Donde fué mui bien tratado.

    A la Europa hizo tres viajes
I en Inglaterra escribió
Un folleto que le dió
Mil aplausos i homenajes.

    En Francia otro libro igual
Dió a luz i dijo el frances:
Este escrtir chileno es
Publicista sin rival.

    En España, por milagro
Rejistró algunos archivos,
I escribió sin correctivos
La historia de Diego Almagro:

    Con palabras verdaderas,
I lleno de patriotismo.
Dejó escrito el Ostracismo
De O’Higgins i los Carreras.

    Por él en otros anales
Queda la administracion
Del ilustre señor Montt
I de don Diego Portales.

    Aquí, cuando fué intendente
Hizo en su majistratura
El camino de Cintura
Tan útil i conveniente.

    Ningún majistrado habia
Imajinado siquiera
Hacer un recreo el que era
Cerro de Santa Lucía.

    Estátuas i monumentos
Ordenó que se instalasen,
Para que representasen
Los hombres de mas talentos.

    Este grande homhre, sabreis
Que el treinta i uno nació,
I fué así que falleció
En el año ochenta i seis.

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SÚPLICA AL POETA LILLO

    Lillo si estas agraviado
Por que yo te he desmentido,
Que me perdones te pido
I siempre serás mi amado:

    No tengas conmigo agravio
Esto pongo en mi defensa,
I perdonar una ofensa
Es deber de todo sabio;

    Por eso querido Antonio
Os ruego que asi lo hagais,
I si no me perdonais
Talvez, te lleve el demonio;

    Sabés que no fué acción buena
Cuando mi firma tomaste,
I de mi parte quedaste
Exento de culpa i pena;

    Por tal jenerosidad
I viendo lo que tu has hecho,
Solo estaba en mi derecho
Perdonar vuestra maldad;

    Espero que prontamente
Me concedas el perdon:
Ese noble corazón
Será para mí induljente;

    Perdóname al fin, por Dios,
I observa lo que te digo,
Si te muestras mi enemigo
Es doble peor para vos;

    Yo no me creo de cuentos
Que los muchachos me dan,
De mí mucho te dirán
Pero con falsos inventos;

    Conoces que yo te aprecio
Desde que te conocí,
I tú me tratas a mí
De viejo imbécil i necio;

    Cuanto dices es verdad
Aunque lo digas por chanzas,
I querer tomar venganza
Seria una necedad;

    Por lo tanto necesito
Que me des contestacion;
I una clara esplicacion
Sobre lo que aquí va escrito;

    No dejes de contestarme
Cuando tengas ocasion,
Como sea tu intencion
Con todo he de conformarme;

    Sabiendo yo tu respuesta
Quedaré mui complacido,
I seré tu agradecido
Aunque sea una protesta;

    Al fin amigo Gaspar,
De la Tapia no se asombre,
Al ver este estraño nombre
Misterioso i singular.

                  Bernardino Guajardo.

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LLEGADA DE PANCHO GRANDON
A LA RELOJERIA
DE
GASPAR CONTRERAS

        Autor
A la bajada del puente
Marchaba un huaso bajando
Con poncho al hombro i braceando
Con facha mui imponente.

    A una señora de moño
Le preguntó i dijo así:
¿A onde zerá pua quí
Esa calle de Gorgoño?

    La señora lo miró
Con una mirada brusca
I le dijo: a mano izquierda
Está la calle que busca.
        Huaso.
    En la calle que le nombro
Sabrá que encontral yo quero
A un tal don Gaspal Contrera
Que hicen ques relozero.
        Señora.
    Andando usted media cuadra
Donde hai un reloj colgado.
Ahi vive el caballero
Por quién usted ha preguntado
        Autor.
    El huaso llegó a la puerta
I dice de esta manera:
Estés la relozeria
Del heñor Gaspal Contrera.

    Contreras sale al instante
I viendo un huaso tan grande
Le dice yo soi Contreras
I estoi para que me mande
        Huaso.
    Muchas gracias zu merzé
Por usté se puée hicil
Que yo no pueo mandal
A quen hebo de zelvil.
        Contreras.
    Señor, ahí tiene asiento
Si gusta puede sentarse
¿Que busca por estos mundos?
Ya puede claro esplicarse.
        Huaso.
    Ha de zabel caballero
De que agora necezito
De que usté en primer lugar
Me vea este relozito.

    Mea hicho otro relozero
De qués un reló mui rico
I enüelto en papel de zea
Lo treigo aqui en el bolzico
        Autor.
    Contreras tomó el reloj
I en conocer no dilata
Que es un reloj de juguete
Con las tapas de ojalata.
        Contreras.
    Este si que es reloj rico
De farica acreditada
La máquiña no la entiendo
Porque es algo complicada.
        Huaso.
    Mé! i como ijo García
Que a usté tanto lo conoze
Quera güeno pa poezía
I pa componer relozes.
        Contreras.
    Amigo quiere decirme
Ya que con usted converso
¿Que tiene que ver mi oficio
Con el arte de hacer versos?

        Huaso.
    Es que yó tamien soi güeno
Cuando se ofrehe pallar
I por eso ñor Nicasio
Mea hejao en zu lugar.
        Contreras.
    Ya saco por consecuencia
Por esa contestacion
De que usted será el insigne
Poeta Francisco Grandon.
        Huaso.
    Yo no zeré tan insiuno
Como usté heñor Contreras
Pero poimos cantar
Del cóliga i lo que quera.
        Contreras.
    A proposito del cólera
Quiero preguntarle amigo
Si también anda este mal
Allá en su apartado abrigo
        Huaso.
    Allá ha pegao juertazo
I ha dejao casa zola
Que a toititos por parejo
Lo ha hecho parar la cola
        Contreras.
    Me mueve a curiosidad
I usted, como se ha escapado
Que ha venido por aquí
I el cólera no le ha dado.
        Huaso.
    Ande heñor por la pucha
De que en Concon i Rauten
Con la bostita he caballo
Lemos sacado mui bien.
        Contreras.
    Con la bosta de caballo
Buen medicamento es ese
Era bueno que en Santiago.
De médico se metiese.
        Huaso.
    A mí me dió una lipiría
De haber comio melón
I con la bosta caliente
Se libró Pancho Grandon.
        Contreras.
    Con estiercol de caballo
Usted mejoró tan pronto
Es decir que esta epidemia
Respeta mucho a los tontos.
        Huaso.
    Poco a poco on Contrera
No ze quera propazar
Mire que yo zoi güen pueta
I bien güeno pa peliar.
        Contreras.
    No haga caso don Panchito
De las palabras de un loco
Que decirle tonto a un huaso
Eso es docirle mui poco.
        Huaso.
    Una vez ques bufonáa
La que acaba de hecil
Hablando de lepidemía
Bien poimos prozeguil
        Contreras.
    Digame si por allá
No han hecho algún lazareto
Porque el cólera en las casas
Los arruina por completo.
        Huaso.
    Hicen qui hai un nazareto
Hon diai doutores mui práutico
Pero no zana ninguno
Yendo con cólico asiáutico.
        Contreras.
    Si ha estado en Valparaiso
Digame amigo grandote
Si tambien habrá llegado
Por allá, este cruel azote.
        Huaso.
    I mucho qués tan bramático
I de güena endiucacion
Mestá hiciendo grandote
I sabe que zoi Grandon.
        Contreras.
    I se el cordon sanitario
Hasta Montenegro está
Quisiera saber don Pancho
¿Cómo pasó para acá?
        Huaso.
    Ande heñor por la maire
Que allí lo queamos vario
Haciendo la curentela
En el coiron solitario.
        Contreras.
    En el tiempo que allí estuvo
Tambien quisiera saber
¿Gastaban de su bolsillo
O les daban de comer?
        Huaso.
    Ande cumpa que allastaba
Mui caraza la comia
Que por una tasecardo
Hasta medio Ze pehia.
        Contreras.
    ¡Jesus que caldo tan caro!
A mi me ha causado susto,
Cada i cuando se peia
Olería usted a su gusto.
        Huaso.
    Déjeze de truneria
Heñor Contreras por Dios
Que ya quea poco tiempo
Paque cantemos los dos.
        Contreras.
    Es decir que se quiere ir
Sin haberme contestado
Si este terrible flajelo
A Valparaiso a llegado.
        Huaso.
    Yo no ze ná de fraquelo
Porqueso pa mí es mui nuevo
Le hiré que los porteños
Tan que no les cabe un güevo.
        Contreras.
    En el valle de Aconcagua
Dicen que ha dado mui fuerte
Este mal, i a miles de hombres.
Les ha causado la muerte.
        Huaso.
    On Gaspal en San Felipe
Murió mi compaire nacho
En Catemo i en San Roque
Ei han muerto como diacho
        Contreras.
    ¿Que me cuenta de Quillota
De la Cruz i la Calera
Prohiben siempre la fruta
O la come aquel que quiera?
        Huaso.
    Ta enojáa como diantre
Esa jente quillotana
De ver que sestán puiriendo
Los peros i las manzanas.
        Contreras.
    Para los agricultures
Aquí ha sido cosa séria
Les privan vender su fruta
I hoi jimen en la miseria.
        Huaso.
    Es decil que pior quel cólega
Pa ellos ha zido esta plaga
Diambre se van a morir
Si el gobielno no les paga.
        Contreras.
    No hai cuidado, amigo mio
Que el gobierno es jeneroso
¿Como ha, de dejar muriendo
A tantos menesterosos?
        Huaso.
    Saurá cumpita Contrera
Que ya se vá ziendo tarde
Deseo ir ha comel argo
Porque ya me muero de hambre.
        Contreras.
    Vaya usted con Dios mi amigo
I que le haga buen provecho
Puede volver cuando quiera
A defender su derecho.
        Huaso.
    Mañana temprano güelvo
En lugar de ñor García
Para contestar por él,
Esta grande alegacía.
        GRANDON I CONTRERAS
Continnará.

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OTRA

    Señora Doña María
El dia del nasimiento,
Cantó el gallo de mi casa
El anuncio i el contento.

    La diuca al venir el dia
Cantó un verso selestial,
I le acompañó el zorzal
Un cántico de alegría.

    Las águilas i el delfin
Encumbraron de sus nidos
Al suber que éra nasido
El precioso Querubin.

    Los ruiseñores tambien
Con la calandria cantaron.
I miles reboletearon
Sobre el pesebre en Belen.

    Señora Doña María
Cantó el pequen tabaquero,
La loica el chercan la rara
El canario i el jilguéro.

                  Nicasio García

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OTRA

    Señora Doña María
Yo bine con mis chiquillas,
Entre toditas cortamos
Un canasto de frutillas.

    Una árguina llenesita
Le traji fué de mi agrado:
Con sapallitos del tronco
Para que le hecha al guisado.

    Cinco centavos le traji
Al niño que le a nasido,
Comprele un mebon de olor
Que en mi chacra no e tenido.

    De tomates un canasto
Le traji bien maduritos,
I colifores tambien
Son ricos con aseitito.

    Señora Doña María
Yo vengo de Guechuraba;
Mi abuelito le mandó
Como almud i medio de abas.

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