CONTRA PUNTO
ENTRE
Pedro Urdemales i el Correjidor Zañartu.

  Ciente diez años cabales
Hacen que anduvo en el mundo
El célebre sin segundo
Llamado Pedro Urdemales.
  Zañartu, don Manuel Luis,
Era el gran correjidor
I en ese entonce el señor
Que gobernaba el pais.
  Era el tal mui vanidoso
I, por lo tanto tirano:
De su poder soberano
Hacer gala, fué su gozo.
  La mejor renta tenia,
La mejor casa habitaba,
La mesa en que se sentaba
Era la mejor que habia.
  Su esposa, doña María,
La mas bonita mujer,
I era riesgoso tener
Más que lo que él poseía.
  Así se esplica que un dia,
Rondando la población,
Le llamara la atencion
Un letrero que decia:
  «Sepa quien se haya parado
A leerme con despacio,
Que habita en este palacio
Don Juan vive sin cuidado.
  El correjidor, picado
En lo mas hondo del alma,
Repitió con mucha calma:
«Don Juan, vive sin cuidado»
  Haremos que este don Juan
Viva desde hoi cuidadoso
I su letrero orgulloso
Lo baje de ahí al zaguan.
  A la mañana siguiente,
El duro correjidor
Mandó buscar al señor,
El del letrero insolente.
  Una vez en su presencia,
Le dice: ¿Usted, caballero
Por qué ha puesto ese letrero
Que anuncia su independencia?
  —Señor, sin cuidado digo
Que vivo aquí en esta tierra,
Porque a nadie hago la guerra
Ni conozco un enemigo.
  —Pues bien, ¡por Santa Teresa!
Si es que mañana no apuntas
A contestar mis preguntas,
Te hago cortar la cabeza.
  Se fué don Juan asustado
A su rejia habitacion
I a la mas dura aflixion
Se entregó desesperado.
  Al tener conocimiento
Pedro Urdemales de aquello,
Conteniendo su resuello
Se dirijió a su aposento.
  I así, sin decir palabra,
Se le dentró de repente,
Andaba mui indecente
I mas pobre que una cabra.
  Qué hai, señor, ¿cómo le vá
¿Ud, tan rico i llorando?
I yo que me hallo cantando
I el hambre me mata ya!
  —Ai, Pedro, si a contestar
No acierto mañana mismo
No sé cuantos embolismos,
Zañartu me hace ahorcar.
  —Vaya un acto justiciero!
¿I por qué tal tiranía?
—No recuerdas que tenia
Sobre mi puerta un letrero?
  —Recuerdo perfectamente.
—Pues bien, le ha desagradado
I este lance me ha creado
Para matarme, el demente.
  ¡Llorar por esa chufleta!
Si Ud, me firma aquí un vale,
A fé de Pedro Urdemale
Lo saco en bien de esta treta.
  —Con mucho gusto, buen Pedro.
¡Un vale por cuanto quiera!
—A fin de que Ud, no muera
Veremos si yo me arredro.
  Tengo su misma estatura,
Su misma fisonomía;
Lo salvo, por vida mia…
¡Vamos a hacer la escritura!
  Por mil pesos ya firmada,
Para mayor parecido,
Pedro se puso el vestido
De su triste camarada.
  Así, dirijió apurado
Donde Zañartu sus piés;
Golpeó, preguntan, ¿quién es?
—Don Juan vive sin cuidado.
  Ante tal provocacion,
Sale Zañartu enojado
de la puerta un costado
Abre de su habitacion.
  I sin mas auto i traslado,
Como si vinieran juntas,
Principiaron las preguntas
Bajo el tenor apuntado:
       EL CORREJIDOR
  Deseo saber, don Juan,
Porque así me he decidido,
¿Qué tiempo va trascurrido
Desde nuestro padre Adan?
       URDEMALES
  Ese tiempo no lo sé,
Porque el sol señala el dia
I sabe su señoría
Que lo detuvo Josué.
       C.
  Se me ha antojado la gana
De saber esta otra cosa:
¿Cuál es la fruta mas sana
I cuál es la mas sabrosa?
       U.
  La mas sabrosa ha de ser,
Según la razon humana,
La dulcísima manzana
Que Dios impidió comer.
  Es la mas sana la breva,
Pues con sus hojas la higuera
Permitió que se cubriera
La vergüenza Adan i Eva.
       C.
  ¿Por qué el armiño prefiere,
Antes de caer al cieno,
Entregarse como bueno
A la mano que lo hiere?
       U.
  Porque en su instinto brutal
Tiene honor e intelijencia;
I hai hombres que en su existencia
Muestran ser mas animal.
       C.
  Tengo una i lea mui bella:
Se me ha ocurrido saber
¿Cómo se puede mover
Allá en el cielo una estrella?
       U.
  Se mueven, según yo sé,
Lo mismo que las carretas,
Tienen dos ruedas sujetas
I las mueve San José.
  ¡Mil demonios i centellas!
¿Cómo me pruebas tu eso?
—Mandando Ud, de esprofeso
A preguntárselo a ellas.
       C.
  Deseo saber ¿qué flor
No se vé, gusta ni huele
  por la que el hombre suele
Esponer hasta el honor?
       U.
  La única que en verdad
Tenga tan grande valor,
a, señor correjidor,
La de la virjinidad.
       C.
  ¿Por qué la flor de la higuera
No es por nadie conocida
Siendo ella tan perseguida
En toda la primavera?
       U.
  Porque la breva no lleva
La cáscara cristalina,
I a buscarla nadie atina
Dentro mismo de la breva.
       C.
  ¿Cómo San Francisco pudo,
Con su cabeza cortada,
Tenerla en el brazo alzada
I darle un beso tan rudo?
       U.
  Ud, me exije que diga
Con que boca la besó:
Según lo comprendo yo,
Fué con la de la barriga.
       C.
  ¿Quién es niña en la vejez,
I aunque doncella, es preñada,
I es la niña mas preciada
Sin tener brazos ni piés?
       U.
  Sin contestar por antojo
I porque Ud, no me riña,
Esa misteriosa niña
Tiene que ser la del ojo.
       C.
  Di ¿qué sér en la horfandad
Nace i en dura prision,
I encuentra su destruccion
Al hallar su libertad?
       U.
  Según reflexiono i creo
I para ser verdadero,
Ese raro prisionero
Debo decir que es el… Peo.
       C.
  Deseo saber ¿quién es,
En este mundo de Dios,
Quién nace en cuatro i en dos
Prosigue i concluye en tres?
       U.
  El hombre es ese varon,
Que gatea en la niñez;
Hombre, anda en dos, i despues;
Ya viejo, anda con baston.
       C.
  Si no me responde llano,
Don Juan, le aplico mi lei
¿En qué se parece un rei
A un fraile dominicano?
       U.
  Si por eso me perdonas,
Os respondo sin tardanza
Que la sola semejanza.
Es que ámbos tienen coronas.
       C.
  ¿Cuál elijieras de fijo
Si condenados a muerte
Te dieran uno a la suerte:
Hermano, mujer o hijo?
       U.
Al primero, porque es llano
Que mujer e hijos perdidos
Lleguen a ser adquiridos,
Pero jamá otro hermano.
       C.
  Yo deseo conocer
Aunque es grosera intentona,
¿Cuánto valdrá mi persona,
Si se pudiera vender?
       U.
  Diré, sin merecer bravos,
Que si fuérais a una féria,
Valdríais una miseria.
Setenta i cinco centavos.
       C.
  ¡Voto al diablo! ¡qué insolencia!
Bien pronto la pagarás
O esplicación me darás
De tu chusca consecuencia.
       U.
  Si Dios, rei doble i sincero
Valió apénas treinta reales,
Valdrá un rei quince cabales,
I vos, seis reales… sin pero.
       C.
  Ahora por fuerza anhelo
Saber de fijo en sustancia,
¿Cuál es la mayor distancia
Que hai de la tierra al cielo?
       U.
  ¡Lo mismo que con escuadra
Que la hubiera yo medido,
La distancia que he sabido
Es de un millón de cuadras!
       C.
  Lo que acaba de decir
¿Cómo probarlo podrá?…
—Es mui fácil, mande allá
Que las vayan a medir.
       C.
  Váyame Ud, respondiendo;
¿Entre el ruido i la elegancia,
Allá en las playas de Francia,
Qué se haya mi hermano haciendo?
       U.
  Señor, le voi contestando:
Que si se encuentra con vida,
Es una cosa sabida
Que se encuentra resollando.
       C.
Lo declaro, cómo nó,
Que respondes sin demora;
Mas, vamos a ver ahora,
¿En qué estoi pensando yó?
       U.
  Piensa Ud, con sus cabales,
De que Ud, ha interrogado
A Juan vive sin cuidado
I habla con Pedro Urdemales.
       C.
  ¡Perdono a don Juan, carai!
I os sobo a vos la badana,
Si no me traeis mañana
Un real de hai i otro de no hai.
  Al otro dia buscó
Unas alforjas cochinas,
Las llenó a un lado de espinas
I al palacio se marchó.
       U.
  Os traigo, dijo Urdemales,
Lo que me habeis encargado:
Emplié ayer en el Mercado
Cabalitos los dos reales.
       C.
  Cuidado, porque jugais
La vida i no es bufonada…………
Dijo en un lado: ¡No hai nada!
I en el otro: hai, hai, hai, hai.
  Zañartu quedó vencido,
Don Juan quedó perdonado
I Urdemales dispensado
Del engaño cometido.

       FIN.

       ROLAK.

Imprenta Estrella de Chile, Sto. Domingo, 47
Se venden: Cequion, núm. 11

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LUJURIA
POEMITA HISTORICO
INTRODUCCION

Yo surcaba el sendero de la vida,
exento de amargura i de dolor,
como la golondrina complacida
juguetea en el prado a su sabor,

como el arroyo que del alto monte
deciende jugueton a la colina,
bañado con la luz del horizonte,
corbata azul de plata, peregrina,
sin hallar una valla en su camino
que desvie su curso rectilno
ni espumée su fluido brillantino
ni lo convierta en bravo remolino,

como travieso pez que se dezlisa
por las salobres aguas del océano,
mansamente movidas por la brisa
de un crepúsculo bello de verano,

como en fértil, espléndida llanura
retosa el inocente corderillo
con avidez mordiendo i con dulsura
la yerba salpicada de amarillo,

como en los años de la edad primera
goza i se rie el tierno pequeñuelo,
embriagado en eterna primavera,
en placer i deleite, flor i cielo,

como púber que a lúbricos placeres
incanto, no abre su inocente pecho,
para que depositen las mujeres
en su interior un huracan deshecho.

Pero asi como a dias de verano,
  suceden los de invierno,
el pesar, al deleite soberano,
  a la gloria, el infierno,

asi como el arroyo melodioso
  se convierte en torrente,
en horrido pantano i asqueroso
  la cristalina fuente,

asi como la casta, virjen, pura
  se vota a corrompida
i pone precio vil a su hermozura
  para siempre perdida,

asi como la encina poderosa
  que se erguía altanera,
yace tendida al golpe quejumbrosa
  de la tormenta fiera

       continuarà

       ROLAK

Nota: este verso continua en esta lira.

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RAMILLETE AL EJÉRCITO CONSTITUCIONAL

Por el triunfo conseguido
i al retumbar del coéte
voi a hacer un ramillete
a cada cuerpo escojido.

  Yo no quiero hablar de Canto
ni de Korner ni de Holley
defensores de la ley
bajo juramento santo;
el merecimiento es tanto
de estos héroes sin par,
que merece su cantar
un bardo mas inspirado,
no el verso desaliñado
de un poeta pupular.

       Constitucion uúm. 1

  El cuerpo Constitucion
llamado número uno,
se portó como ninguno
cuerpo de la oposicion;
este heroico batallon
cembatió con gran denuedo;
nunca se mantuvo quedo
en la pelea un instante
i Lopez su Comandante
era un soldado sin miedo.

       Valparaiso núm. 2

  Segundo o Valparaiso
cuerpo digno de su nombre,
conquistando gran renombre
al enemigo deshizo;
siempre atacó de improviso
con valentía i destresa;
su Comandante Baeza
hombre de gran corazon,
peleó en Placilla i Concon
pero siempre a la cabeza.

       Pisagua nùm. 2

  Pisagua número tres
fué valiente por demas,
no retrocedió jamas
peleando uno contra diez;
fué del Ejército prez
por su arrojo i valentía;
el glorioso Echeverría
que lo mandó con bravura
en el cerro i la llanura
ninguno le resistía.

       ROLAK

       Talral núm. 4

  Cuarto de línea Taltal,
de improvisados guerreros
formados con los mineros
de aquel rico mineral;
ahí no tuvo rival
como lo dirá la historia;
siempre cubierto de gloria
su pigño jefe Pairóa,
donde ponia su proa
siempre hallaba la victoria.

       Chañaral núm. 5

  Chañaral llamado quinto
nunca demostró fatiga
i a la cohorte enemiga
puso siempre en laberinto;
con el yatagan al cinto
i su fusil preparado,
ninguno mas denodado
en el campo de la accion;
su jefe, un bravo campeon,
era el tipo del soldado.

       Iquique núm. 6

  El número seis Iquique
tuvo, por ser tan gallardo,
a las tropas del bastardo
a tres dobles i un repique;
su presencia echaba a pique
sin pescanso al adversario;
fue su jefe temerario
el bizarro Anibal Frias
que hizo mil fechorías
con valor estraoreinario.

       Esmeralda nùm. 7

  Esmeralda fué un portento,
el niete Rejimiento era,
puso en alto su bandera
peleando en todo momento;
un guapo fue a todo viento
su jefe Larráin Patrizio;
prestó mui útil servicio,
bajo su brazo dispierto
el que no caia muerto
iba a parar al Hospicio.

       Antefagasta núm. 8

  El octavo, Antofagasta,
se mostró mui superior.
la hueste del Dictador
al verlo pelear se aplasta;
se mostró tan entuciasta
en todo encuentro o peléa
que sempre tuvo la idéa
de pelear hasta morir;
siempre se le vió acudir
el primero en la taréa.

       Tarapacá núm. 9

  Noveno, Tarapacà,
peleó con gran ardimiento
i era el cuerpo mas violento
que vino de por allá;
ahí la historia escribirá
su papel tan importante
con letras de oro i brillante
porque mui bien lo merece
desde que siempre aparece
su jefe firme adelante.

       Atacama nùm. 10

  El décimo, el Atacama,
bien desplegado en guerrilla
en Concon i la Placilla
recibió renombre i fama;
defendiendo su oriflama
sombatia como fiera;
su jefe Bonnen Rivera
tras la vicroria completa
calaba a la bayoneta
saltando foso i trinchera.

       Huasco núm. 11

  El Huasco, once Rejimiento
causó mucha admiracion
se condujo como un leon
peleando en el campamento;
causó mucho desaliento
a Balmaceda i su cría;
al jefe, el bravo Beytía,
hombre de mucho coraje
el despotismo salvaje
en Concon mismo lo hería

       Escuadron Guias

  Guia, el bravo escuadron
de jente mas que resuelta
mataba en coda revuelta
de enemigos un monton;
la metralla ni el cañon
amas detuvo a su jente
i del Solar don Vicente
si ahí no murió en la mala
fué solo porque la bala
respeta siempre al valiente.

       Escuadron Lanceros

  El Escuadron de Lanceros
llevando en riste la lanza
siempre la victoria alcanza
en todos los derroteros;
jefe de estos coraceros
fué don Salvador Vergara;
nadie la hizo volver cara
en medio de la batalla
en donde ponia a raya
al que atajarlo intentara.

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LOS TRES CRIMENES
DE QUILLOTA

En el pueblo de Quillota
i en un tiempo limitado,
la sangre se ha derramado
dia a dia i gota a gota.

En menos de una semana
i con muchos desacatos,
hubo tres asesinatos
en esta ciudad galana.

Voi a contar el primero,
que sucedió este domingo,
pues, según yo lo distingo,
es el mas grande i severo.

De la mañana es la una
cuando en medio de un potrero
con su buen ojo certero
i su esperiencia gatuna,

un paco de la rural
que se llama Manuel Dias,
vió algo que parecia
ser mensajeao del mal.

Se aproximó mui formal
i se encontró con dos hombres
que no sabe sus nombres
i uno de ellos criminal.

El uuo estaba de pié
i el otro estaba tendido
i en apariencia dormido,
según se verà despues.

El policial le pregunta
¿vamos a ver camarada,
a hora tan avanzada,
qué significa esta junta?

A mi pobre amigo espero
[contestó el desconocido]
que como vé, está bebido
i yo soi buen compañero.

I otras cosas le decia,
con tanto tartamudeo,
que el policial, según veo,
comprendió que le mentia.

I tomándolo de un brazo,
lo trató de llevar preso;
el diablo se hacia el leso
siguéndole paso a paso.

Mas despues a resistió
i le sujetó el caballo,
por lo cual el bravo gallo
de huascasos me le dió.

Entonces el infernal,
se dejó caer al snelo
i se rodó sin recelo
hasta caer al canal.

Este guardian sin fortuna
volvio donde el otro estaba
i hubo ver que nadaba
de sangre en una laguna.

Con el cràneo machacado,
aunque vivo todavia.
pudo ver en su agonia
gue se hallaba asesinado.

La policia severa
persigue a! cruel con empeño.
El crimen de este diseño
ha ocurrido en la Calera.

El SEGUNDO sucedio
el domingo por la noche,
dos amigos del derroche,
uno al otro lo mato.

Olivares Pedro i Juan,
estos dos se apellidaban
i siempre en pedencia andaban
i uno i otro eran gañan.

Pedro era corpulento
i en su desesperacion,
tomo Juan un asadon
i lo atraveso violento.

Cuando Pedro cayo muerto
Juan al pnnto se arranco,
un policial lo siguio
i yà está preso de cierto.

El TERCER caso ¡por Dios!
ahí mismo en la Calera,
ocurrió de esta manera,
entre Robles i Muños:

Iba de a caballo Roble,
Muños, de a pié i con enojo,
mas embriagado que un piojo,
llevaba de chicha un doble.

Una disputa ocurrió
que pasó a vias de hecho
i Muños en su despecho,
con el doble le tiró.

Roble al golpe se cayó,
atrosmente ensangrentado,
i el criminal fué llevado
donde el Juez, que lo guardó.

Quillota se halla de luto
por tanta carnicería.
¡La justicia neberia
escarmentar tanto bruto

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AL MARINO CUYANO BARRAZA
EL DEL BRINDIS CONTRA PRAT

  Quién hubiera creido, oh gran Barraza,
que pasando la puerta de tu casa,
donde te fuera la fortuna escasa,
de gloria te vistieras i de gaza!

  ¡que tan pronto, coqueta la fortuna
te subiera a los cuernos de la luna,
por sostener con lójica importuna
la mas tremenda aberracion bacuna! (1)

  Caprichos de la suerte i embolismo,
què el bárbaro i estupido cinismo
en lugar de arrastrarte hàcia el abismo,
te hiciera el paladin del heroismo!

  ¿Quién eras tù, Barraza, cuando un dia
dejastes tu nacion con alegría,
para inflijir con gran descortecía
a mi pais, profanación impía?

  Fruto pasmado de la raza humana,
trivial intelijencia i chavacana,
¡dócil esclavo de pasion enana
transfigurado en gloria americana!

  Grau, al sentir que tu cerebro quema
el jugo de la parra, fué tu tema;
¡talvez avergonzóse de tu flema
allá en el Cielo el héroe problema!

  ¡I aquel que fué, contra tu ruin enpeño,
sobre su barco de podrido leño
del heroismo el sin igual diseño,
no lo puedes jusgar, sois mui pequeño!

  ¡Allà te haga el Perú por tu diablura
elojios i festejos con locura
i te llame una endecha de hermozura
i de tu patria la primer figura!

  ¡I las damas de allà te saquen versos
i te tejan corona de mastuerzos
i te exhiban de anversos i reversos
cual nuevo Cid i agoten sus esfuersos!

  ¡I remonten los Andes con gran paso,
improvisando sólido Parnaso,
i qué, emblema de union, de firme lazo,
te den por fin un formidable abrazo!

  ¡I qué el Contra-Almirante de la Haza
que en la pasada guerra no hizo baza,
se levante con multiple cachaza
e inmortalise el nombre de Barraza!

  ¡Mientras què la República Arjentina
que tu conducta báquica examina,
apreciando el valor de tu bolina
cual simple cacareo de gallina
te manda con imperio i te conmina
que vuelvas a tu casa i tu ruína!

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PRIMERA PARTE
La persecucion

Os hago lector querido
Para narrar lo que cuento,
El mas sério juramento
Que hecho jamás haya sido.
Os juro que ha sucedido
Con sus completos detalles
En un apartado valle
De los Estados Unidos.
Tambien es deuda sagrada
Hacer la declaracion,
Que consta esta narracion
De dos partes separadas.
Aquí solo la primera
Con el titulo de arriba,
Es la única que escriba,
La otra será postrera.
Esta historia verdadera
Por mas que parezca cuento,
Con vuestro consentimiento
Principia de esta manera:
De Carolina Nador
En un dia señalado,
Perfectamente montado
Venia un agricultor.
Este pobre campesino
Llegó allá a vender harina
Y como encontró su ruina
Se volvia a su destino.
Caminaba mui tranquilo
Al paso de su caballo,
Cuando vió salir un rayo
Entre unas matas de quilo.
Una aparicion como esa
Al caballo encabritó
Y al campesino dejó
Mudo de miedo i sorpresa.
Mas reponiéndose un poco
Se dirijió al matorral,
Pero hombre i animal
Casi se volvieron locos.
Pues vieron en su intentona
Despidiendo llamaradas,
Las pupilas incendiadas
Del mismo DIABLO en persona,
Dando por la cerca brincos
Con tan grande lijereza,
Que a pesar de ser bien gruesas
Los saltaba de hasta cinco
Y con su cola arrastraba
Robles i grandes encinas,
Produciendo gran bolina
Con el ruido que atronaba.
Nuestre pobre chacarero
Quedó mas muerto que vivo;
El pingo se volvió esquivo
Y arrancó por el potrero.
Cuando al pueblo hubo llegado
Sin saber cómo ni cuándo,
Por tierra cayó rodando
Por completo desmayado.
Solo despues de una hora
Vino a contar lo ocurrido,
Y de ahí fué conducido
Donde la gobernadora.
Esta rogó a su marido,
Que por ser autoridad,
Saliera de la ciudad
A saber lo acontecido.
Era el tal Gobernador
Un hombre de relijion
Y prestó cooperacion
Con la voluntad mejor.
Mandó armar veinte soldados
Con sables i carabinas
Y a un escribano notado
Lo sacó de su oficina.
Partieron, pues, al lugar
Del renombrado siniestro
Y al campesino por diestro
Lo obligaron a guiar.
Quiso el pobre resistir
Con obstáculos mui duros,
Recordando sus apuros,
Pero al fin tuvo que ir.
Al llegar a cierto punto,
Paró el acompañamiento
Y se oyó tronar el viento,
Arboles, piedra, en conjunto.
Avanzaron paso a paso
Hasta que al fin divisaron,
Unos ojos que brillaron
Mas grandes que un calabazo.
Luego vieron ¡por San Pablo!
Saltando de mata en mata,
Entre culebras i ratas,
Ni mas ni ménos que al DIABLO.
Según me acuerdo, tiraron
Mas de quinientos disparos,
Mataron algunos traros
Y al DIABLO ni lo tocaron.
De una descarga cerrada,
Cuando pasó la humareda,
La jente muda se queda,
Miran allá i no ven nada.
El DIABLO despareció
Y las ratas i culebras,
Quedando todas de una hebra
Como me he quedado yó.
Mas poco despues se vió
Que el señor Gobernador,
Con encendido furor
Hácia la cerca corrió,
Haciendo tales maniobras
Y gritos tan fuertes, dando,
Que la jente fué notando
Que aquello, del Diablo era obra
Entónces se resolvieron
Atarlo de pies i manos.
Certificó el «escribano»
Todos los hechos que vieron.
Llegaron al pueblo asi
Con su jefe maniatado.
Dijo la jente de ahí
Que se hallaba «endemoniado».
Continuar, lector, os ruego
Este relato sincero,
El domingo venidero,
Miéntras tanto: «hasta luego

Nota: continua en esta lira.

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EL DIABLO EN ESTADOS UNIDOS
SEGUNDA PARTE
El Gobernador endemoniado

  En el número anterior,
Quedamos en el instante,
En que en estado alarmante
Llegara el Gobernador.
Como era hombre mui querido
Todos lloraron su suerte,
Como si la misma muerte
Hubiera el pobre sufrido.
La gratitud i el cariño
Sobre sus actos velaban.
Con esmero lo cuidaban
Como se vijila a un niño.
Con fisonomia huraña,
Se levantaba a las seis,
Desconocia la ley
Y se iba a la montaña.
Andaba entre la caterva
De salvajes animales
Y a los piés de los nogales
Se alimentaba con yerba.
Solo venia a la casa
A dormir i nada mas,
Y no pronunció jamás
La palabra mas escasa.
Así un tiempo prolongado
Pasó en vida misteriosa;
Decia el pueblo i su esposa:
Juan se encuentra «endemoniado.»
A palacio llega un dia
Un frailecito mui santo
Y al ver el amargo llanto
Que a la esposa consumia,
Con relijioso fervor
Prometió sacarle el «diablo»
Que tenia cual venablo
En su cuerpo, su señor.
Mas conocido que la uña
Era este santo varon,
Me acuerdo con perfeccion
Que lo llamaban Acuña.
Se impidió traficar coche
Por órden del santo lego;
Oró i su piadoso ruego
Llegó hasta Dios esa noche.
Luego llegó el desgraciado,
A la buena servidumbre
Apagó pronto la lumbre,
En cuanto se hubo acostado.
Cuando estaba bien dormido,
El lego se acercó al lecho,
Puso una cruz en su pecho
Que lanzó un hondo quejido.
Con cuidado lo amarraron
Y lo echaron a un cajon
Y con bastante atencion,
Dos hombres lo levantaron.
Un mui celoso sarjento
Con ellos se puso en marcha,
Pisando sobre la escarcha,
Pues nevaba en el momento,
Y donde al Diablo encontraron
En aquel siniestro dia,
Con la mejor armonía
Sus pasos encaminaron.
El leguito iba detrás
Y en cuanto hubieron llegado,
Dijo mui emosionado:
Señores, aquí no mas.
En esos mismos instantes
Hizo a todos retirar.
Para poderlo velar
Prendió diez velas jigantes.
Cuando iba ya a dar la aurora,
Despues de contínuos rezos,
Le sintió crujir los huesos
Con fuerza desgarradora.
Entónces el lego bueno,
Con un rosario en la mano
Y con vigor soberano,
Dijo esto, mas o ménos:
«En el nombre de Dios Padre,
Te exhorto infame Luzbel
Que dejes el cuerpo de él
Y vayas donde te cuadre».
Al pronunciar tal mandato,
Se vió salir de su boca
Una culebra mui loca
Que hacia mil garabatos
Y tomaba la figura
De un Diablo de tres pulgadas;
Despues se convirtió en nada
Y así se efectuó la cura.
El Gobernador volvió
A su palacio ese dia,
Pero el pobre no sabia
El percance que sufrió.
El tiempo siguió su curso
Y la historia se acabó,
Por lo cual termino yó
Este sincero discurso.

       ROLAK.

Nota: viene de esta lira.

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CANTARES

       I

  Esos tus ojos paloma
que en lucir tanto te afanas
son las dos bellas ventanas
por donde tu alma se asoma.

  I ese suspiro anhelante
que se escapa de mi pecho,
beso es que te dá deshecho
este corazon amante.

       II
  Mi mal no curan los sabios
ni el mas perito Galeno,
tú sí aunque me des veneno
si me lo das con tus labios.

       III

  El hombre afloja el dinero
i la mujer lo destina;
viene el hombre a ser la mina
i la mujer el minero.

       IV

  Es verdad que yo te quise
i que me fuistes traidora;
anda pues i busca ahora
otro gallo que te pise.

       V

  El cuerpo te ha dado Dios
i el espíritu Satan;
para una Eva como vos
yo no quiero ser Adan.

       VI

  La serpiente i la mujer
se parecen una sola
en que se saben volver
cuando les pissn la cola.

       VII

  En el Panal del Placer
hai que hacer la distinción:
el zángano es el varon
i la aveja la mujer.

       VIII

  Han dicho en mil ocaciones
los moralistas en coro:
que la mujer sin decoro
abunda en decoraciones.

       IX

  La que de gracias derroche
hace cuando ya no hai sol.
es la imajen del farol
que se enciende por la noche.

       X

  De carcel al frontincio
cuadran estos caracteres:
hace el hombre al edificio
i a los reos las mujeres.

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COPLAS DE AMOR

  Me pasa en tu amor, bien mio
lo que al rio en su corriente
que el agua constantemente
se renueva en su vacío.

  Son tus ojos un engaño
u otro misterio mayor;
si los miro me hacen daño;
si no los miro, peor.

  En mi fantacía loca,
creo ver entre corales
lindas perlas orientales,
cuando contemplo tu boca.

  Cuando a tí mis ojos alzo,
te hallo un pareicdo cierto
con el oasis del decierto
que forma espejismo falso.

  Hai quien canta cuando muere
i hai quien llora en el placer,
pero solo la mujer
goza i rie cuando hiere.

  Se forma en el monte el hielo,
la luz en el firmamento,
en el amor el tormento
i la mujer en el Cielo.

Imp. Estrella de Chile, San Diego 75

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CANCION
DEL INMIGRANTE

  Soi un hijo de la España,
de la Francia ó la Inglaterra,
nacido en una cabaña
sin mas colchon que la tierra.

  Así crecí, muerto de hambre
desnudo i muerto de frio;
llegué a ser como un alambre
i el viviente mas roido.

  I de tanto trajinar
en esta miseria eterna,
vine por fin a parar
al fondo de una taberna.

  Jamas conocí el trabajo,
por eso el pan no lo hallé;
quise un dia echarme al Tajo,
no lo hice pero…. robé.

  Fuí ladron i fuí asesino,
vicio, cràpula i fastidio;
la mitad de mi camino
lo recorrí en el presidio.

  Cumplí mi octava condena
i manchado volví al fango
pero el cielo al fin se apena
i me dió honores i rango.
  Un dia me puso un traje
un lujoso americano
i me regaló un pasaje
i el titulo de artesano.

  Prometiome vida olgada,
mesa llena, mantel largo,
buen colchon, gruesa frazada,
mucha ganga i poco cargo.

  Tome ud, me dijo mi hombre
tómela ud, cuanto ante,
tómela i no se asombre
su boleta de inmigrante.

  I no soi desde ese dia
penado ni pordiosero;
aprendí en la travesía
el oficio de…. cochero.

Llegué a Chile, busqué un peso
del muelle a la hospedería;
no lo hallé i ví ese dia
que me habian hecho leso.
  Entónces, desesperado
busqué con afan destino
i pronto me ví ocupado
donde un mercader e vino.

  ¡Pero que! yo no sabia
del negocio ni una jota;
¡eso si que me bebia
el vinito gota a gota!

  Enojose el mercader
por este par de razones
i al fin me llegó a poner
en la calle a mojicones.

  Al hallarme en tal apuro
quise trabajar ¡que diablo!
¡pero trabajar es duro
i fuí a dormir a San Pablo!

  Diez veces con mi capricho
hallé ocupación honrada:
i en todas partes me han dicho
¡no sirve ud, para nada!
  Ya cansado, dije: ¡al grano!
i a uno rompí el pellejo;
¡bien dicen que moro viejo.
no puede ser buen cristiano!
  I aquí pega…… acá baraja,
pasando vida de perro,
¡no ha faltado en mi destierro
en quien clavar mi navaja!
  I antes que caiga otra vez,
en medio de mi carrera,
en presidio o en galera
o en las garras de algún juez
  Me voi para la Arjentina,
pasando la Cordillera,
Zambomba! Dios no quisiera
que me encontrara una mina!

       ROLAK

Nota: El verso fue publicado por El loro, ver.

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