Con rumbo hácia el Ecuador
Noche i dia navegaba,
Para ver si así arribaba
Al puerto de tu favor;
Sentia a mi alrededor
Una mui triste querella,
Siguiendo en el mar la huella
Salté a tierra sin sentido
I que allí de amor herido
Estando un dia en Marsella.
Por el mar de tu desvío
Anduve perdido un año,
Sin pensar en ningún daño,
Arribé a un pais sombrío
Por un caudaloso rio
Me interné hácia el oriente
I en un balcon reluciente
Encontré a mi dulce amada,
Me dió una tierna mirada
La jóven primeramente.
Navegó el corazón mio
En un vergartin velero,
Sobre el agua tan lijero
Con bastante señorío,
Tan solo de ver sufrio,
Era de encantar a Diana
Con una marea ufana
Se mece i se balancea
I encontré a mi Dulcinea
De la noche a la mañana.
En la barquilla de amor
Supe que mi suerte andaba,
I que ansiosa me buscaba
Para brindarme una flor,
Me lancé sin ni un temor
En un bote que encontré
Lijero lo preparé
Por ver la que me consuela,
Navegando a toda vela
A las Antillas llegué.
La esbelta paloma mia
Cuando me vió se alegró,
I un suspiro exhaló
Con mucha melancolía,
De cariño me tenia
Un mui precioso pañuelo,
Yo lo tomé sin recelo
Por aliviar sus pesares,
De tanto andar por los mares
Al fin, encontré a mi cielo.