Contrapunto de tres
CANTORES

  Fijate bien en lo que hablo,
Dijo a Ramon con desden,
Canto con vos i el Pequen
Pa que veas que soi diablo.

  Se vieron mui asustados
Ramoncito i el Pequen,
Sintiendo la voz tambien
De aquel hombre autorizado;
Dijo: a mí me han respetado
En Santiago i en San Pablo.
Ni aunque saltís como cabro,
Le contestaba el Pequen;
Para que comprendas bien,
Fijate bien en lo que hablo.

  Parra, mui desaforado,
Le daba soga a la voz:
Pero mui bien lo vi yo
Que estaba todo turbado.
Luego se vió mejorado
A la sombra del Pequen:
Hoi o mañana me ven
Con un guitarron plateado,
Lo que vos no has alcanzado,
Dijo a Ramon con desden.

  Parra siempre siguió hablando
En contra de aquellos dos.
Contesta Ramon Muñoz
I el Pequen se está aprontando;
El otro le está fregando
Que a él no le tocaba bien
El instrumento: ya ven,
Les decia el señor Parra,
Cuando tenga mi guitarra
Canto con vos i el Pequen.

  El Pequen, hasta mañana,
Dijo al dar la despedida.
Desiderio le decia:
Tócame vos la guitarra
Para que veas cómo anda
Este cantor de Santiago;
Voi a la calle San Pablo,
A la vez que soi cantor,
I compro un buen guitarron
Pa que veas que soi diablo.

  Al fin Parra los venció
Por poesías i por canto.
Preguntando por los astros,
Ninguno le contestó;
Otras historias tomó
De Saul i el rei David;
Hablo por el Jenesí,
Habló del rei Salomon,
Habló del rei Faraon,
Habló mal hasta de mí.

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Contrapunto
DE DON VICENTE REYES CON
DON FEDERICO ERRAZURIZ

       Don Federico

  Reyes señor don Vicente
Solo usted no es elejido,
Yo cuento con mas partido
Para ser el Presidente.

  Como se le va a olvidar
Cuando hizo usted su destile,
Fué sabido en todo Chile
Que me fueron a burlar.
Empezaron a apedrear
A mi casa que es decente,
Eso no hace aquel que es jente
Ni habia visto Santiago,
Esos cargos se los hago
Reyes señor don Vicente.

  Cuando un gobierno completa
No ignoro que hai elecciones,
Con atentas votaciones,
Que la lei cierto decreta.
Esto no lo hace el profeta
Consilio nunca abolido,
Aun que usted lo haya sabido
Miró en poco a su adversario.
Para que haya un mandatario
Solo usted no es elejido.

  Está tan equivocado
Con pensar en el trofeo,
No sea que ese deseo
Vaya a quitarle el bocado
Ese sueño que ha soñado
Quizas lo habrá referido
Pero téngalo entendido
Que despues de su desden,
I llegándolo a ver bien
Yo cuento con mas partido.

  Porque en Abril empezé
Contaba con la ganancia,
I no mira la distancia
Que lo hará perder la fé.
I al saber es el porqué
Que hai quien corte la corriente,
Al rio mas inminente
Si lo habla contesta infiero,
Tiene que querer al clero
Para ser el Presidente.

  Observe señor Vicente
Usted me dice de rifa,
Lo que usted sea un califa
Seré yo algún obediente.
Pido a nuestro continente
Que me sea en mi favor,
I si me oye mi clamor
Agradezco en toda mi alma,
I si merezco la palma
Doi gracias al Redentor

       Don Vicente

  Don Federico presente
Los pueblos me han elejido;
Tengo bastante partido
Para ser el Presidente.

  Otra vez vuelvo al asunto
Que habiamos empezado:
Desde Enero he trabajado
Sin desmandarme en un punto;
En Junio tuve conjunto
De obreros perfectamente,
Que votaron tan frecuento
Como a usted se lo prevengo,
I lo que ha pasado tengo,
Don Federico, presente.

  Señor, no anduve con ellos,
Le aseguro, en ese dia,
Ni tampoco lo sabia
Ni diré que son plebeyos:
Si usted me dice de aquellos
No pude haber escojido,
Ménos pude ser salido
Ni me fué propio de oir,
Lo que le puedo decir.
Los pueblos me han elejido.

  Esperaré; si me toca,
Se verá en el escrutinio;
No nos vale raciocinio
Aunque la ciencia no es poca:
La savia es como la roca
I no estoi tan aflijido;
Espero ser divertido
Si me proteje lo suerte;
Mi buena plana le advierte
Tengo bastante partido.

  Si no le gano le empato
I habrán votaciones nuevas;
Entónces verá mis pruebas,
Que no le hablo como ingrato,
I si ve que le rebato,
Es con razon suficiente,
Lo que usted halla inconsecuente
Que a mí me deja admirado;
Soi cierto el haber ganado
Para ser el Presidente.

  Al fin, señor Federico
Errázuriz, oigamé,
Me parece a usted
Lo ama el pobre, grande i chico,
I yo como así lo esplico
En estos pasos que damos,
I si en votos empatamos
¿Qué mira es la que usted tiene?
Dígame si le conviene,
I si gusta, nos rifamos.

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GRAN CONTRAPUNTO
De un Marino con un Policial

       EL MARINO

  Soy un heroico marino
Que a la Patria he defendido,
Haciendo retroceder
Al Dictador corrompido

  Con un valor temerario
Me he sabido defender
Hasta arrancar del Poder
A un Presidente arbitrario.
Nunca he sido victimario
Como tú, paco ladino;
Yo siempre he tenido tino
Para todo lo que he hecho;
Defendiendo mi derecho,
Soy un heroico marino.

  A mi me debes tratar
Con muchísimo respeto,
Por que si acaso te reto
Tendrás que quedar muy mal.
Yo supe contrarrestar
El poder, que era temido
Del terrible forajido
Que gobernó a la nación;
Soy un valiente campeon
Que a la Patria he defendido.

  Combatí por la razón,
Por que mi causa era justa,
Y si tal cosa te asusta
Es por que eres muy bribon;
Haciendote inocenton
Te quieres desentender,
Deseando estoy conocer
Tu opinión en este asunto,
Que yo contestaré al punto
Y te haré retroceder.

  No me quieres contestar
A lo que te voy diciendo,
Y por lo que yo comprendo,
Debes ser dictatorial;
Mucho te pudiera hablar
Si te hubieras defendido.
Y como no lo has querido
No te quiero molestar
Aun que hayas sido auxiliar
Del Dictador corrompido.

  En fin, pues amigo paco,
No quiero decirte más,
Por que sino eres capaz
Yo no he de ser muy bellaco;
Y si en mis versos te atraco,
Es para hacerte saber
Que me puedo defender
En cualesquier contra punto,
Por que para estos asuntos
Soy como mandado hacer.

       EL POLICIAI.

  Yo soy un guardian honrado,
Que á todo el mundo protejo,
Y solo podrá haber robos
Si me arrancan el pellejo.

  Siempre persigo á los pillos
Con la mejor intencion,
Y llevo á la prevencoin
Al mas viejo y al chiquillo,
Con ladrones nunca chillo,
Y no me causan cuidado,
Por que soy un buen soldado
Y mas astuto que tú;
Y hasta en la calle Maipú
Yo soy un guardian honrado.

  Me has venido a provocar
Y no quiero hacerte caso,
Pues sé que de un catanazo
Te podria reventar;
Mas bien te he de aconsejar
Y considerar te dejo,
Fijate que ya soy viejo
Y nunca he sido pequen;
Yo soy un hombre de bien
Que a todo el mundo protejo.

  Nunca me mezclo en asuntos
Que me han de comprometer
Por que debo yo atender
Y revisar bien mi punto.
Si veo dos rotos juntos,
Que anden haciendose bobos,
Los pillos aun que sean lobos
Y al cuartel van á alojar;
Si acaso llego á faltar
Tan solo podrá haber robos.

  Yo no entiendo de partidos,
Solo sirvo á la Nacion;
Mi vida y mi corazon
Doi por mi Chile querido.
Persigo á los forajidos
Y a los honrados protejo;
En mi oficio nunca cejo,
Y jamás me he propasado;
Dejaré de ser honrado
Si me arrancan el pellejo.

  En fin, voy á terminar
Haciendote conocer.
Que siempre he de defender
Por todo lo que es legal.
Si me vienes a ultrajar
No he de hacerte ningún caso,
Yo de prudente me paso
Y me gusta ser así;
Olvidemos nuestro ardid
Y démonos un abrazo.

     LUIS A. PALMA

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CONTRA—PUNTO
ENTTE PARRA I EL TULLIO

       PARRA

  Avis de saber Tullío
que no es por tenerte miedo
que se calló Desiderio
que es un pallaor florío;
es así que te prevengo
que busquis mui luego al cura
pues de lejana espesura
a darte la muerte vengo.

       EL TULLIO

  El cantor del sur flamante
me ha ofrecido darme muerte
cantando con tono fuerte
pone pálido el semblante:
con su cuero trasparente
quiere darla de ladino
dice que es cantar latino
pa cualquiera suficiente.

       PARRA

  Yo contesto a fé de Parra
que el Tullío está cantando
en la silla descansando
con la mano en la guitarra:
se sienta junto a la puerta
i se principia a entonar
sin hallar qué contestar
cuando le busco reyerta.

       EL TULLIO

  Yo no me apuro en cantar
por que cantar es mi oficio
cuando un cantor bien novicio
me sale pleito a buscar:
aunque sea ante testigos
es preciso que se crea
que despues de la pelea
los contrarios son amigos.

       PARRA

  Me ha gustao la manera
con que te salis del paso
como estás viendo el fracaso
te acobardas moledera:
despues que ya lo han oido
para terminar la fiesta
cobre cada cual la apuesta
pue el Tullio esta vencido.

  Se calló el Tullío.

       D. Parra
       Poeta del Sur

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Contrapunto entre Talca i
Curicó

       Talca

  Mira pueblo pelagato
quieres igualarte a mí,
siendo yo una ciudad
i vos nunca lo seris.

       Curicó

  Mira pueblo fanfaron
hablas mui desatinado
sabes que te echo abajo
en cosechas i sembrado,

       Talca

  Mira pueblo guasamaco
voi a enseñarte a prudente
para que los hijos tuyos
se rolen con toda jente.

       Curico

  Pueblo tan jeta lesa
mis hijos son caballeros
no son conforme les tuyos
que son puros bochincheros.

       Talca
  Pueblo tonto no me hables
i te quieres oponer
dime si tanta grandeza
alcanzas a merecer.

       Curicó

  Pueblo malo de cabeza
miren qué traza de guata
sábete aunque soi chico
en mi se encuentra plata.

       Talca

  Tus casas son gallineros
quieres igualarte a mí
si no te alcanzan la fuerza
porque soi pobre infeliz.

       Curicó

  Cállate facineroso
estas en un grande engaño
con mis operarios pobre
rindo mas todos los años.

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CONTRAPUNTO
DE UN CHILENO CON UN BRASILERO

       El Chileno

  Amigo yo soi chileno
I respeto a su bandera
Es la nacion brasilera
Baluarte de todo bueno
Su semblante está sereno
Porque no tiene rencor
Será usted mi defensor
Si yo tuviera un apuro
I entonces le aseguro
Doble será mi valor.

       El Brasilero

  Yo amigo soi brasilero
I le oigo con atencion
Mucho quiero a su nacion
Con cariño verdadero
Mi pueblo ya con esmero
Lo ha vivado con ardor
Su bandera tricolor
Es por eso respetada
Si otra nacion me enfada
Doble será mi valor.

       El Chileno

  Chile con grandioso gusto
Al Brasil le da las manos
Porque ahora los cuyanos
No los pueden meter susto
Si nos mete pleito injusto
Le daremos con furor
Han de pedir por favor
Que los dejemos en paz
En esa guerra tenáz
Doble será mi valor.

       El Brasilero

  El Brasil su pecho al frente
Por Chile entonces pondrá
I mui pronto allí dará
La prueba de ser valiente
De uno a otro continente
Lucharemos sin temor
Hemos de ser el terror
Sin que nada a mi me abate
En el mas recio combate
Doble será mi valor.

       El Chileno

  Al fin, diré con agrado
Que mi pueblo está orgulloso
Por el acto tan hermoso
Que el Brasil le ha dispensado
Las fiestas se han preparado
Con entusiasmo mayor
Con el silencio menor
Aquí fué tambien lo mismo
Cuando tengo patriotismo
Doble será mi valor.

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CONTRAPUNTO ENTRE
EL REO BRICEÑO I EL
JUEZ

  Apenas encarcelado,
José Domingo Briceño
contrapunteó con empeño
con el juez Santiago Prado.

  El juez con su secretario
sentados en su escritorio
dió principio necesario
con este interrogatorio:

       Juez

  Ud, es el autor del drama
que ha ocurrido hoi en la plaza
digame como se llama
i en que cosa el tiempo pasa.

       Reo

  Domingo Briceño soi
trabajo de comerciante
pero no soi el tunante
que mató al policial hoi.

       Juez

  Aunque veo que ud. jura
de no haber sido el causante,
se lo probará al instante
¿sirvió ud, a la dictadura?

       Reo

Si, señor, yo la serví,
fuí oficial de Balmaceda
pero no sé que se pueda
probar que el hechor yo fuí.

       Juez

  La prueba serà bien viva
como a la lei le conviene;
¿digame usted que edad tiene?
señor secretario escriba;

       Reo

Con calumnia i con engaño
talvez me podran probar,
debo estar para enterar
como treinta i cinco años.

       Juez

  Le veo a usted preparado
i decidido a negar;
principie por declarar
¿ahora cual es su estado?

       Reo

  No habiendo sido el malvado
que se me quiere achacar,
tendré señor que negar;
hace tiempo soi casado.

       Juez

  Es inútil insistir
que a la prueba se ha de ver
ahora venga a esponer
si sabe leer i escribir.

       Reo

  No abrigo ningún temor
a toda la prueba junta;
contestando a su pregunta
sé las dos cosas, señor.

       Juez

  Pues bien el señor Ugarte
Dort i el policial del punto
aseguran en conjunto
que lo vieron de su parte.

       Reo

  No hai tal cosa, señor Juez,
de que sea el asesino;
o sufren engaño fino
o me calumnian los tres.

       Juez

  Como vá usted a esplicar
aunque su inocencia juro
por qué al portal Mac-Clure
usted se puso a arrancar.

       Reo

  Es facil contestar eso:
cuando vi caer al guardian
si arranque fué por afan
de no ir al cuartel preso.

       Juez

  Iba revólver en mano
i usted le juró matar
si se atrevia a acercar
al guardian que iba cercano.

       Reo

  Verdad que llevé desnudo
el revólver que he mostrado
pero a nadie he amenazado,
eso es un embuste rudo.

       Juez

  Viene usted alexionado
pero es inutil que niegue,
por mas que porfie i bregue
tendrá que ser condenado.

       Reo

  Respondan los que me vieron
¿mi revólver como ha estado
con seis càpsulas cargado
cuando preso me trajeron?

       Juez

  Eso no cambia los jiros
ni destruye la evidencia;
se deduce en consecuencia
que llevaba usted mas tiros.

       Reo

  Nada tengo que agregar,
la apariencia me condena,
apliqueseme la pena
me tendré que resignar.

       Juez

  La prueba es sólida i fuerte
despues de esta conferencia,
conforme a lei i conciencia
fallo sentencia de muerte.

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CONTRAPUNTO
LA REPÚBLICA, BALMACEDA Y SATANÁS

  Cuando el déspota farsante
se fué en la Placilla a pique
la República triunfante
vino volando de Iquique.

  Salió el Diablo del infierno
i se metió en la Moneda
r vea el fin del gobierno
del inicuo Balmaceda.

  I encontránose los tres
casi formando conjunto,
con muchísimo interés
principió este contrapunto:

       REPUBLICA

  Ya vengo a pedirte cuenta
torpe e infame mandon
de la venenosa afrenta
que hicistes a la nacion.

       BALMACEDA.

  Oh! mi República hermos
yo ningún daño te he hecho
poa coqueta i veleidosa
solo dejastes mi lecho.

       REPUBLICA

  ¿No pretendistes Tirano
arrancarme el corazon
poniendo tu bruta mano
sobre mi Constitucion?

       BALMACEDA

  República: ingrata eres;
yo fui tu mejor sostén;
como todas las mujeres,
con un mal pahas un bien.

       REPÚBLICA

  ¿Es bien sembrar la zizaña
i azotar a tanta jente
i desorezar en Lo Caña
a tanto ser inocente?

       BALMACEDA

  Todo lo he hecho por tí
i contra mi sentimiento
cruel i sanguinario fuí
mas tengo arrepenimiento.

       REPÚBLICA

  Te tengo mui conocido
no me puedes engañar
mi peor verdugo has sido
i te voi a castigar.

       BALMACEDA

  Me encuentro desengañado
sobre tus resoluciones,
mas todo lo que ha pasado
es obra de mis sayones.

       REPÚBLICA

  Tu fuistes el principal
tú que lo has codsentido:
de ellos los que no han caido
tendran que pasarlo mal.

       BALMACEDA

  Que paguen los que pecaron
de ellos no hablo en pro;
ellos de mí se burlaron
i ahora me burlo yó.

       REPÚBLICA
Como picaro mayor
tú tambien la pagaras;
¿te gustó ser dictador?
¡que te lleve Satanás!

       SATANÁS

  Lo que dice la señora
está mui puesto en razon;
ya le ha llegado la hora
en que dentre a mi pension.

       BALMACEDA

  Vea, amigo Lucifer,
no se esté haciendo ilusion;
si ya cai del poder
me escondo en la Legacion.

       SATANAS

  En cualesquier ratonera
podras pasá enserrado
pero al fin quiera o no quiera
tendrá quu ser mi bocado.

       BALMACEDA.

  Puede que no sea así;
la República es mui buena
i se olvidará de mi
en cuanto olvide su pena.

       REPÚBLICA

  Yo nunca podré olvidar
(i así no espes perdon)
la sanque vi rodar
en la Placilla i Concon.

       SATANÁS

  ¿Como quiae don Manola
hacer el viaje al infierno?
amarrado con mi cola
o encaramado en un cuerno?

       BALMACEDA

  En valde, amigo, se afana
me causa miedo viajaa;
en la Legacion cuyana
me voi derecho a ocultar.

  REPÚBLICA

  Yo de ahí te sacaré
tiranuelo petulante
i al cuello te pondré el pié
si el diablo no te lleva ante.

       SATANÁS

  Hasta luego camarada;
los chilenos son testigos
de que en corta temporada
tendremos qua ser amigos.

       REPÚBLICA

  Mi dignidad no te aguanta
ridiculo Presidente;
si el patibulo te espanta
date un balazo en la frente.

  Rápidos como un venablo
huyeron del apocento
la República i el Diablo
dejándolo en el tormento.

  Se colocó una careta
Balmaceda ya de pié
i tomando su maleta
a la Legacion se fué.

  Cumpló el diablo la promesa
i en un espacio mui breve,
pues se llevó su cabeza
en Setiembre diezinueve.

       Rolak

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CONTRA-PUNTO
ENTRE
San Miguel y el Diablo

  En el lecho de un enfermo
que se halla en agonía
el Anjel Guardian decia:
«ten confianza yo no duermo»

  Al otro lado del lecho
el Demonio se presenta
i señalando su cuenta
replica: “tengo derecho”

  I al tiempo de ir a morir,
cuando iba el alma a escapar,
la quiere el Diablo atrapar
i el Anjel lo vá a impedir;

  I por ver cual de los dos
se lleva la del difunto
el siguiente contra-punto
tuvo lugar ante Diós:

       ————

       Demonio

  ¿Porqué, Divino Hacedor,
esta alma se me arrebata
si fué avara con la plata
i conejo en el amor?

       San Miguel

  El ser rico no es motivo
i el amar tampoco lo es;
porque amó sin interés
i fuè mui caritativo.

       Demonio

  Declaro a fé de Demonio
que no una vez sino cientos
no cumplió Los Mandamientos
i se rió de San Antonio.

       San Miguel

  No hai tal, Sabio Creador,
si como mortal pecó
a tiempo se arrepintió
murió en tu gracia i favor.

       Demonio

  Aquí está mi libro abierto:
«hizo parir a una beata,
rajó a un prójimo la guata
i le sacó un ojo a un tuerto»

       San Miguel

  Aquí tengo abierto el mio:
«vivió en el confesionario,
fué devoto del rosario,
fué relijioso i fué pio»

       Demonio

  Si esta yerba sale malva.
si esta yerva sale buena
¿cuál es el que se condena
si este espíritu se salva?

       San Miguel

  Si porque un ser ha pecado
se lo ha de llevar el Diablo
mui pronto en aquel establo
no cabrá otro condenado.

       El Señor

  A las partes he oido,
voi ahora a sentenciar;
«este ser se và a salvar
porque ha sido agradecido».

       ————
  Cerró San Pedro las rejas
i los dos quedaron fuera,
el Diablo como una fiera
temblándole las orejas.

  Pero en aquel rato odioso
sin tener ya qué decir,
San Miguel se echó a reir
al ver su estado nervioso

  Partió el Anjel adelante
cuando sin saber porqué
le dió el Diablo un puntapiè
en.. una parte importante.

  Se alzó el Anjel, i Luzbel
le dió un cachazo en errona
pero saca la tizona
a su turno San Miguel.

  Despues de luchar un trecho
i casi a brazo parrido.
el Diablo quedó tendido
i le puso un pié en el pecho.

  Le arrancara el corazon
ahí el Anjel indignado
pero el Demonio asustado
luego le pidió perdon.

  En cuanto se alzó aquel Malo
se hirió con su mismo cuerno
partió derecho al infierno
i le dió a la Diabla un palo.

  Por causa del gran tormento
en el resto de aquel dia,
fué tanta la gritería
que se acabó el argumento.

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CONTRA PUNTO
ENTRE
Pedro Urdemales i el Correjidor Zañartu.

  Ciente diez años cabales
Hacen que anduvo en el mundo
El célebre sin segundo
Llamado Pedro Urdemales.
  Zañartu, don Manuel Luis,
Era el gran correjidor
I en ese entonce el señor
Que gobernaba el pais.
  Era el tal mui vanidoso
I, por lo tanto tirano:
De su poder soberano
Hacer gala, fué su gozo.
  La mejor renta tenia,
La mejor casa habitaba,
La mesa en que se sentaba
Era la mejor que habia.
  Su esposa, doña María,
La mas bonita mujer,
I era riesgoso tener
Más que lo que él poseía.
  Así se esplica que un dia,
Rondando la población,
Le llamara la atencion
Un letrero que decia:
  «Sepa quien se haya parado
A leerme con despacio,
Que habita en este palacio
Don Juan vive sin cuidado.
  El correjidor, picado
En lo mas hondo del alma,
Repitió con mucha calma:
«Don Juan, vive sin cuidado»
  Haremos que este don Juan
Viva desde hoi cuidadoso
I su letrero orgulloso
Lo baje de ahí al zaguan.
  A la mañana siguiente,
El duro correjidor
Mandó buscar al señor,
El del letrero insolente.
  Una vez en su presencia,
Le dice: ¿Usted, caballero
Por qué ha puesto ese letrero
Que anuncia su independencia?
  —Señor, sin cuidado digo
Que vivo aquí en esta tierra,
Porque a nadie hago la guerra
Ni conozco un enemigo.
  —Pues bien, ¡por Santa Teresa!
Si es que mañana no apuntas
A contestar mis preguntas,
Te hago cortar la cabeza.
  Se fué don Juan asustado
A su rejia habitacion
I a la mas dura aflixion
Se entregó desesperado.
  Al tener conocimiento
Pedro Urdemales de aquello,
Conteniendo su resuello
Se dirijió a su aposento.
  I así, sin decir palabra,
Se le dentró de repente,
Andaba mui indecente
I mas pobre que una cabra.
  Qué hai, señor, ¿cómo le vá
¿Ud, tan rico i llorando?
I yo que me hallo cantando
I el hambre me mata ya!
  —Ai, Pedro, si a contestar
No acierto mañana mismo
No sé cuantos embolismos,
Zañartu me hace ahorcar.
  —Vaya un acto justiciero!
¿I por qué tal tiranía?
—No recuerdas que tenia
Sobre mi puerta un letrero?
  —Recuerdo perfectamente.
—Pues bien, le ha desagradado
I este lance me ha creado
Para matarme, el demente.
  ¡Llorar por esa chufleta!
Si Ud, me firma aquí un vale,
A fé de Pedro Urdemale
Lo saco en bien de esta treta.
  —Con mucho gusto, buen Pedro.
¡Un vale por cuanto quiera!
—A fin de que Ud, no muera
Veremos si yo me arredro.
  Tengo su misma estatura,
Su misma fisonomía;
Lo salvo, por vida mia…
¡Vamos a hacer la escritura!
  Por mil pesos ya firmada,
Para mayor parecido,
Pedro se puso el vestido
De su triste camarada.
  Así, dirijió apurado
Donde Zañartu sus piés;
Golpeó, preguntan, ¿quién es?
—Don Juan vive sin cuidado.
  Ante tal provocacion,
Sale Zañartu enojado
de la puerta un costado
Abre de su habitacion.
  I sin mas auto i traslado,
Como si vinieran juntas,
Principiaron las preguntas
Bajo el tenor apuntado:
       EL CORREJIDOR
  Deseo saber, don Juan,
Porque así me he decidido,
¿Qué tiempo va trascurrido
Desde nuestro padre Adan?
       URDEMALES
  Ese tiempo no lo sé,
Porque el sol señala el dia
I sabe su señoría
Que lo detuvo Josué.
       C.
  Se me ha antojado la gana
De saber esta otra cosa:
¿Cuál es la fruta mas sana
I cuál es la mas sabrosa?
       U.
  La mas sabrosa ha de ser,
Según la razon humana,
La dulcísima manzana
Que Dios impidió comer.
  Es la mas sana la breva,
Pues con sus hojas la higuera
Permitió que se cubriera
La vergüenza Adan i Eva.
       C.
  ¿Por qué el armiño prefiere,
Antes de caer al cieno,
Entregarse como bueno
A la mano que lo hiere?
       U.
  Porque en su instinto brutal
Tiene honor e intelijencia;
I hai hombres que en su existencia
Muestran ser mas animal.
       C.
  Tengo una i lea mui bella:
Se me ha ocurrido saber
¿Cómo se puede mover
Allá en el cielo una estrella?
       U.
  Se mueven, según yo sé,
Lo mismo que las carretas,
Tienen dos ruedas sujetas
I las mueve San José.
  ¡Mil demonios i centellas!
¿Cómo me pruebas tu eso?
—Mandando Ud, de esprofeso
A preguntárselo a ellas.
       C.
  Deseo saber ¿qué flor
No se vé, gusta ni huele
  por la que el hombre suele
Esponer hasta el honor?
       U.
  La única que en verdad
Tenga tan grande valor,
a, señor correjidor,
La de la virjinidad.
       C.
  ¿Por qué la flor de la higuera
No es por nadie conocida
Siendo ella tan perseguida
En toda la primavera?
       U.
  Porque la breva no lleva
La cáscara cristalina,
I a buscarla nadie atina
Dentro mismo de la breva.
       C.
  ¿Cómo San Francisco pudo,
Con su cabeza cortada,
Tenerla en el brazo alzada
I darle un beso tan rudo?
       U.
  Ud, me exije que diga
Con que boca la besó:
Según lo comprendo yo,
Fué con la de la barriga.
       C.
  ¿Quién es niña en la vejez,
I aunque doncella, es preñada,
I es la niña mas preciada
Sin tener brazos ni piés?
       U.
  Sin contestar por antojo
I porque Ud, no me riña,
Esa misteriosa niña
Tiene que ser la del ojo.
       C.
  Di ¿qué sér en la horfandad
Nace i en dura prision,
I encuentra su destruccion
Al hallar su libertad?
       U.
  Según reflexiono i creo
I para ser verdadero,
Ese raro prisionero
Debo decir que es el… Peo.
       C.
  Deseo saber ¿quién es,
En este mundo de Dios,
Quién nace en cuatro i en dos
Prosigue i concluye en tres?
       U.
  El hombre es ese varon,
Que gatea en la niñez;
Hombre, anda en dos, i despues;
Ya viejo, anda con baston.
       C.
  Si no me responde llano,
Don Juan, le aplico mi lei
¿En qué se parece un rei
A un fraile dominicano?
       U.
  Si por eso me perdonas,
Os respondo sin tardanza
Que la sola semejanza.
Es que ámbos tienen coronas.
       C.
  ¿Cuál elijieras de fijo
Si condenados a muerte
Te dieran uno a la suerte:
Hermano, mujer o hijo?
       U.
Al primero, porque es llano
Que mujer e hijos perdidos
Lleguen a ser adquiridos,
Pero jamá otro hermano.
       C.
  Yo deseo conocer
Aunque es grosera intentona,
¿Cuánto valdrá mi persona,
Si se pudiera vender?
       U.
  Diré, sin merecer bravos,
Que si fuérais a una féria,
Valdríais una miseria.
Setenta i cinco centavos.
       C.
  ¡Voto al diablo! ¡qué insolencia!
Bien pronto la pagarás
O esplicación me darás
De tu chusca consecuencia.
       U.
  Si Dios, rei doble i sincero
Valió apénas treinta reales,
Valdrá un rei quince cabales,
I vos, seis reales… sin pero.
       C.
  Ahora por fuerza anhelo
Saber de fijo en sustancia,
¿Cuál es la mayor distancia
Que hai de la tierra al cielo?
       U.
  ¡Lo mismo que con escuadra
Que la hubiera yo medido,
La distancia que he sabido
Es de un millón de cuadras!
       C.
  Lo que acaba de decir
¿Cómo probarlo podrá?…
—Es mui fácil, mande allá
Que las vayan a medir.
       C.
  Váyame Ud, respondiendo;
¿Entre el ruido i la elegancia,
Allá en las playas de Francia,
Qué se haya mi hermano haciendo?
       U.
  Señor, le voi contestando:
Que si se encuentra con vida,
Es una cosa sabida
Que se encuentra resollando.
       C.
Lo declaro, cómo nó,
Que respondes sin demora;
Mas, vamos a ver ahora,
¿En qué estoi pensando yó?
       U.
  Piensa Ud, con sus cabales,
De que Ud, ha interrogado
A Juan vive sin cuidado
I habla con Pedro Urdemales.
       C.
  ¡Perdono a don Juan, carai!
I os sobo a vos la badana,
Si no me traeis mañana
Un real de hai i otro de no hai.
  Al otro dia buscó
Unas alforjas cochinas,
Las llenó a un lado de espinas
I al palacio se marchó.
       U.
  Os traigo, dijo Urdemales,
Lo que me habeis encargado:
Emplié ayer en el Mercado
Cabalitos los dos reales.
       C.
  Cuidado, porque jugais
La vida i no es bufonada…………
Dijo en un lado: ¡No hai nada!
I en el otro: hai, hai, hai, hai.
  Zañartu quedó vencido,
Don Juan quedó perdonado
I Urdemales dispensado
Del engaño cometido.

       FIN.

       ROLAK.

Imprenta Estrella de Chile, Sto. Domingo, 47
Se venden: Cequion, núm. 11

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