GRAN CONTRAPUNTO
ENTRE DOS COMADRES
POR CELOS

Soltera.—Mujer que vienes ha-
                                         [cer
A las puertas de mi casa
Si no te mandas cambiar
Ya veras lo que pasa.

  Casada.— A tus puertas yo
                               [he venido
Quiltrilla descasadora
A buscar solo a mi esposo
Que aquí me tienes traidora.

  S.— Miren tambien que mu-
                                   [grienta
Me viene aquí a tratar mal
Pero luego un policial
Te tendrá que tomar cuenta.
No te creas boquerienta
Que yo te valla a querer
A tu esposo sin saber
Si es tu marido o presunto,
I por eso te pregunto
Que vienes hacer mujer.

  C.— De mujer me has titulado
Fíjate bien en la ofensa
Que es para una sinvergüenza
Como tu sin mas traslado.
Con tu compadre casado
Tu te has comprometido
Sabiendo que es mi marido
Chusquisilla del demonio,
I por ver tu matrimonio
A tus puertas yo he venido.

  S.— Cállate lengua de fuego
Antes que de aquí por lesa
Te pegue o te mande presa
A la policia luego.
A mi compadre, no niego,
Que en mi habitacion lo pasa,
Pero es porque tu diablasa
Lo has arrojado por suerte
Por eso no quiero verte
A las puertas de mi casa.

  C.— I tambien quieres negar
Que tu no tratas con él
Infame, cochina infiel
A quien no se puede hablar.
Si yo te llego agarrar
Ya vas a ver habladora
Si bien caro a esta hora
Te va a costar tu traicion,
Aquí o en una prision
Quiltrilla descasadora.

  S.— Mira, yo necesidad
De mi compadre no tengo,
I en mi casa te prevengo
Lo tengo por caridad.
Si seguis a la verdad
Hablando te hago apresar,
Así yo te haré callar
Porque hablándote mas claro
Dirá que te cuesta caro
Si no te mandas cambiar.

  C.— A ver sale para fuera
Para machucarte el ocico
Por tu madre te suplico
Que al fin te asomes gorrera;
Veras que ni una boquera
En ese ocico mañoso
Te va a quedar con reposo
Para que pienses en mi,
Porque yo ando por aquí
Solo buscando mi esposo.

  S.— Ya me tienes en la puerta
A ver que me vas hacer
Si me deseas comer
Vente a mi, pues, boquiabierta
Si andas a rienda suelta
I con hambre no escasa
Me comes luego Tomasa
Que ya quiero ver tus miras,
Porque si no te retiras
Ya veras lo que te pasa.

  C.— Voi a taparte la boca
I a no dejarte ni un diente
Por chusquisa e imprudente
I sin mecha si me toca.
Ya veo que te hallas loca
I es preciso sin demora
Que por bruta gorriadora
Te chanque, lo has querido,
I me lleve a mi marido
Que aquí me tienes traidora.

  I en cuanto acabó de hablar
Ambas se tomaron del pelo
I cayendo por el suelo
Pelean sin resollar.
La de abajo sin faltar
No me comais le decia
I a la de arriba, a fé mia,
Replicaba bien les digo,
No me mordais el ombligo
I la pelea seguia.

  Suéltame el pecho gritó
La que arriba se encontraba
I la de abajo gritaba
A media voz contestó.
En esto un guardian llegó
I a las dos las lleva presa,
Que tenian diablas lesa
Que las dos estaban peleando
I ambas iban coloreando
Sin mechas en la cabeza.

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CONTINUACION DEL
GRAN CONTRAPUNTO
ENTRE EL HUASO EL PACO
I EL SARJENTO
Fin del pleito

  Huaso.— Que no se habrá
                            (equivocado
Usted amigazo sarjento
Que este paco boqueriento
Me lleve preso amarrado.
Ni una docena a su lao
Que tuviera me llevaba
Porque yo le bofetiaba
Lo mismo que a un monigote,
I del primer papirote
La bosta aqui le sacaba.

  Guardian.— Esto de ser mui
                                 (paciente
Suele ser perjudicial,
Si no te pego animal
Es por no alarmar la jente.
Mi primero está presente
I él ha observado mui bien
Como me insultas tambien
Aun hasta en su presencia,
I solo por tu imprudencia
Voi a llevarte pequen.

  Primero.— Dejarse pues de
                                   (razones
Su huaso de porqueria
Porque a la comisaria
Voi a llevarte a trompones.
Guardian, a estos bribones
Hai que tostarles bien fuerte
I darles palo de suerte
Que se les quite lo diablo,
I bien atado a San Pablo
Vayan aunque estén de muerte.

  Huaso.— Perro que ladra no
                                  (muerde
I a este hombre tan guapo
Se que del primer guascaso
Aquí lo hago escupir verde.
Al primero que se enserde
Mis manos ya va a probar,
Si el sarjento viene hablar
Lo planto caballo abajo,
I a los dos echo al carajo
Si no me dejan andar.

  Guardian.— Con su permiso
                                  (primero
Ya no puedo soportar
Ni ménos el tolerar
A este huaso grosero,
Es un burro verdadero
Que con palabras no entiende
La moral pública ofende
I hai que taparle la boca,
Ya con una biricoca
Si con razon no comprende.

  Huaso.— El helaero paquito
Pa atracarte junto a mi
Te aseguro que el kepí
Te hago perder lijerito.
Afirmate pues mardito
Con este rotito huaso
Que allá va el primer huascazo
I afirma las carretillas,
Igualmente las costillas
Que aquí va este chinchorrazo,

Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesías
       Juan B. Peralta
       San Diego 322

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GRAN CANTO DE APUESTA
ENTRE EL GUASO TALQUINO, FAMOSO
POETA I LA GRAN POETISA PORTE-
ÑA JUANA M. INOSTROZA L.

  Ella.— De Valparaiso vengo
Pura i esclusivamente
A bajarle la opinion
Al cantor mas eminente.

  El.— Yo soi el guaso talquino
Hombre capaz de vencer
Al poeta mas pintado
No digo a una mujer.

  Ella.— Yo me rio a cada paso
De los poetas bramones
I les oigo sus razones
Solo cuando llega el caso.
Pero cuando escucho a un guaso,
Como el que a la vista tengo
Mas me rio, les prevengo
A mis queridos oyentes,
Porque al buscarle inocente
De Valparaiso vengo.

  El.— Yo soi guasito, es mui cierto,
Pero guasito discreto
I a la verdad no respeto
A las chinillas del puerto.
Esas mujeres advierto
Quieren vencer sin tino,
A un hombre que es ladino,
Son maricuecas sin nombre,
I les digo como hombre
Yo soi el guaso talquino.

  Ella.— Con lo que ha dicho este
                                        [leso
Ya puede la concurrencia
Ver la grande intelijencia
Que tiene en su aguado seso.
El roto sin contrapeso
Me ha insultado francamente
Nada mas precisamente
Porque he querido tacharle,
Pero voi avergonzarle
Pura i esclusivamente.

  El.— No me podrá avergonzar
Aunque en ella, pues desempeña
Una quiltrilla porteña
Que la ha botado la mar.
Como se quiere igualar
A mí esta pobre mujer
Aunque se llegase a per
Esto no conseguiria,
Porque yo soi hija mia
Hombre capaz de vencer.

  Ella.— Para ser tu hija primero
Bota esa ropa embarrada
I esa manta aportillada

Que ya parece un arnero.
Anda botar al potrero
Esa ropa de peon
I despues vienes bribon
Halagarme con tus labios,
Porque yo vengo a los sabios
A bajarles la opinion.

  El.— Miren que china mugrienta
Arrojada de los tambos
Capoteadas de los sambos,
Toma la pobreza encuentra.
El ser roto, no es afrenta
Ni ménos cuando es honrado,
Yo soi el róto, pero alzado
Para trabajar i cantar,
I soi capaz de cortar
Al poeta mas pintado.

  Ella.— Te van a costar bien caro
Tus palabras maricon,
Porque a mi ningún ladron
Me tiene que hablar tan claro.
Yo tengo mi buen amparo
I creo roto indecente
Que no va quedarte un diente
Por hocicon i safao,
Porque yo no he respetado
Al cantor mas eminente.

  El.— Tráigame la escupidera
Para poderme esconder
Porque me quiere morder
Esta chiquilla levera.
Con su boca de tronera
Me ha insultado a su placer
I un hombre quiere traer
Para que me pegue luego,
Pero yo a doce le pego
No digo a una mujer.

  Ella.— Ya veras roto piojento
Bomitado del infierno
Si en tu hocico luego un perno
No te pongo, sin mas cuento.
De esta manera mugriento
Acerrin de mala escoria
Haré callar tu memoria
I ya que soi tan maldito
Atrácale, pues guasito
Con un verso por historia.

  El.— No creas que con ladridos
Tu me vas a hacer callar
Porque me puedo estrellar
Con los hombres mas temidos.
No creas que con bramidos
Puedas en esta ocasion
Al son de este guitarron
Hacerme perder el jiro,
I comencemos al tiro
Por la pura creacion.

                           (Continuará).

Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesías
       Juan B. Peralta
       Galvez, 826

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PLEITO entre UN HUASO, un
AJENCIERO I UN GUARDIAN

  Yo quisiera eño Ajenciero
Me vendiera una mantita
Buena, barata i bonita
I lo mismo un buen sombrero

—Como nó, mi caserito.
Aquí tiene usted una manta
Bonita i hasta le encanta
Lo mismo este sombrerito.

       EL HUASO

  ¿I cuánto vale patron?
Vaya diciéndome luego,
Porque si nó no le entrego
La chupalla i el ponchon.

       EL AJENCIERO

  La mantaca es bien barata
I el sombrero nada malo
I a usted todo le regalo
Por quince pesos en plata.

       EL HUASO

  Que me ha visto las canillas
Por que le de quince pesos
No crea que ahora hai lesos
Ni persona tan sencilla.

       AJENCIERO

Pero hombre no seas tonto
Lo que te vendo es barato
I si me insultas te mato
O te mando preso pronto.

       EL HUASO
  Si acaso me la soplai
No me mandai a mi preso
A putiá te contrapeso
Si con leseras andai.

       EL AJENCIERO

  Mira huaso impertinente
Del infierno bomitado
Preso te mando amarrado
Si me hablas tan insolente.

       EL HUASO

  Preso una buena rebreva
Me mandai miserable
Al paco le quito el sable
I le agarro el tongo i la leva.

       EL AJENCIERO
  Mozo vete a traer un soldado
Que sea bueno i fornido
Para que a este atrevido
De aquí lo saqué amarrado.

       EL HUASO
  No me vaya a quebrar lolla
Porque maindai trer el paco
A vó i él te aco
Los chunchules en la tramoya.

       EL GUARDIAN

  Mira te he visto insultar
Hace rato al caballero
I solo por altanero
Preso te voi a llevar.

                            (Continuará)

Juan Bautista Peralta Galvez 826 Santiago. NOTA: Estas poesias son propiedad del autor, Se prohibe su reimpresion.

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POLEMICA ENTRE UN FUTRE
I UN GUASO

  El guaso.—Este futre maricon
Se ha reido mucho de mí,
Bien caro le va a costar
Porque yo soi como ají.

  El futre.—Fijate, guaso indecente,
A quien hoi has insultado,
Como eres un mal criado
No sabes tratar la jente.

  G.—Ese perro tiene frente
I como a vos te está oyendo
Tambien ya estará diciendo
Que él es un perro mui jente.
Por último, ni un diente
Te dejaré por salton,
Al darte el primer guanton
En tierra te tenderé,
Así, amigo, arreglaré
Este futre maricon.

  F.— Este rotillo mugriento
Me ha insultado a su placer,
Yo al cuartel le debo hacer
Remitir en el momento.
No es posible que un piojento
Me insulte tan duramente,
Ya lo sabes, insolente,
Donde vas a ir a parar,
I con quien vas a tratar
Fijate, guaso indecente.

  G.— Manda pues buscar tu paco
Verás, futre miserable,
Como a él quito el sable
I a vos la bosta te saco;
Mire, eñor, este macaco
Si no se quita de aquí
Le pego como a infeliz
I a patá lo descompongo,
Porque este pije de tongo
Se ha reido mucho de mí.

  F.— Guardian, hágame el favor
De llevarme a este preso
Porque es un salvaje leso
I un roto el mas hablador.
Tiene oficio de salteador
I es preciso que amarrado
Sea este bruto llevado
Para que aprenda a hablar,
Así te va a castigar
A quien hoi has insultado.

  G.— Si acaso me la soplai
El paco me lleva preso,
Yo tambien se tostar breso
I vamos a ver si aguantai;
Bien jabonado te vai
Si yo te llego a agarrar,
Mui pronto te hago aflojar
A quiños por el hocico
I tu palabra, borrico,
Bien caro te ha de costar.

  F.— Bien tienes que asegurarte
Si quieres pegarme luego
Porque a la cárcel te entrego
I allá trato de secarte.
Rotillo, debes fijarte
A quien has amenazado,
Mi papá es subdelegado,
Te lo prevengo, atrevido,
Tu, pues, no me has conocido
Porque eres un mal criado.

  G.— Aunque fuera el Presiente
Ese tu famoso padre
Yo te sacaba la maire
Si me salierai al frente.
Si este paco francamente
Quisiera llevarme a mí,
Yo creo que hasta el quepí
Le haria perder por tonto,
I vayan yéndose pronto
Porque yo soi como ají.

  F.— Guardian, si usted deja hablar
Algo mas a este ojotudo
Yo me le portaré crudo
I le voi a denunciar.
No es posible tolerar
Mas a este impertinente,
I a tí guaso espresamente
Te diré que vas tu preso
Porque siendo un pobre leso
No sabes tratar la jente;

  G.— Por fin, que saliste feo,
Con tu paco i tu lesura
I si seguis con tonturas
En tu boca hasta me meo,
Te guanteo i te pateo
I conmigo echarís guata,
De la que tiró tu pata
Te has de acordar conmigo
I la que cortó tu ombligo
Con una cuchara de lata.

  Finalmente, diré yo,
Que al quererlo llevar preso
El guaso se puso tieso
I al paco lo desarmó.
Al futre lo revolcó,
Según me dejó una prueba,
El tongo tambien se lleva
El guasito al despedirse
I el futre tuvo que irse
A pata pelada i con leva.

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CONTINUACION DEL GRAN
CONTRAPUNTO ENTRE EL HUASO,
EL PACO I EL SARJENTO

  Huaso. —Que no se habrá equivo-
usted amigazo sarjento    [cado
que este paco boqueriento
me lleve preso amarrado;
ni una docena a su lado
que tuviera me llevaba
porque yo bofeteaba
lo mismo que a un monigote,
i del primer papirote
la bosta aquí le sacaba.

  Guardian.—Esto de ser mui pa-
suele ser perjudicial,      [ciente
si no te pego, animal,
es por no alarmar la jente;
mi primero está presente
i él ha observado mui bien
como me insultas tambien
aun hasta en su presencia,
i solo por tu imprudencia
voi a llevarte, pequen.

  Primero.—Dejarse pues de razo-
So huaso de porquería,      [nes,
porque a la comisaría
voi a llevarte a trompones;
guardian, a estos bribones
hai que tostarles bien fuerte
i darles palo de suerte
que se les quite lo diablo,
i atados a San Pablo
vayan aunque estén de muerte,

  H.—Perro que ladra no muerde
i a este hombre tan guapazo
sé que del primer guascazo
aquí lo hago escupir verde;
el primero que se encerde
mis manos ya va a probar,
si el sarjento viene a hablar
lo planto caballo abajo
i a los dos echo al carajo
si no me dejan andar.

  G.—Con su permiso, primero,
ya no puedo soportar
ni ménos el tolerar
a este guaso grosero;
es un burro verdadero
que con palabras no entiende,
la moral pública ofende
i hai que taparle la boca,
ya con una biricoca
si con razones no entiende.

  H.—El helaero, paquito,
pa atracarte junto a mí,
te aseguro que el kepí
te hago perder lijerito;
afirmate pues, maldito,
con este rotito huaso
que allá va el primer guascazo
i afirma las carretillas,
igualmente las costillas
que aquí va este chinchorrazo.

       (Continuará)

Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesías
       Juan B. Peralta
       Galvez 920

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DIALOGO
ENTRE UN ABSTINENTE I UN BE-
BEDOR, POR LA PROHIBICION DE
LAS FONDAS

       EL BEBEDOR

  Amigos los temperantes
Han conseguido este dia
Quitar placer i alegría
A todas los habitantes,
Por su causa los paseantes
Aunque mueran de calor
No pueden comprar licor
En nuestro Parque Cousiño
Ni celebrar con cariño
La fiesta de nuestro honor.

       EL ABSTINENTE

  Nada importa todo eso
Para el gran pueblo chileno
Peor es beber veneno
I volverse loco o leso,
Mirando nuestro Congreso
Por el bien del desgraciado
Contra el alcohol se ha ensañado
En forma mui clandestina
Para sacar de su ruina
Al borracho alcoholizado.

       EL BEBEDOR

  Pero hombre obstruyendo el vino
Ya no habrán cantos ni bailes
Tampoco misa ni frailes
Ni ningun acto divino,
Mui ridículo i cochino
Seria precisamente
Un banquete bien decente
Si no tuviese licor
I las pruebas de su error.
Le doi señor abstinente.

       EL ABSTINENTE

  Horchata, dulces i helados
Para las fiestas tenemos
I en banquetes comeremos
Guisos mui bien preparados,
Tú sabes pue los curados
Muchas veces por beber
No hacen juicio de comer
I estando en el sufrimiento
No saben lo que es contento
Ni ménos tener placer.

       EL BEBEDOR

  El placer precisamente
Solo se encuentra en el vaso
Picadito a cada paso
Canta i baila alegremente,
La barriga ciertamente
Con la horchata duele luego
Los dientes tambien te agrego
Con los dulces caen pronto
I a tí por leso i por tonto
Si me da rabia te pego.

       EL ABSTINENTE

  Me pasaria de leso
Si acaso un guachuchero
Me pegara a mí lijero,
Sin tener ningun tropiezo
Mui del grado del pescuezo
Te encuentro bien francamente,
Yo creo que el aguardiente
Ya te tiene medio loco
I al cementerio entre poco
Te conducirá demente.

       EL BEBEDOR

  Los lesos i cicateros
Solo se hacen abstinentes
Para voltearse los dientes
Con dulces los chancaqueros,
Ustedes pues caballeros
Ya estan como una petaca
Porque de plata una guaca
De los ahorros ya tienen
Porque ustedes se mantienen
Con candiales i chancaca.

       EL ABSTINENTE

  Chancaquero pero honrado
I no borracho ladron
Que roba la mantencion
Del hogar que Dios le ha dado,
Yo como un perro botado
He visto a los habilosos
Hechos tiras i rotosos
Que avergüenzan al pais
Con su marca en la nariz
Bien roja los andrajosos.

       EL BEBEDOR

  Bueno amigo temperante
Siga usted con sus leseras
I deje a los calaveras,
Tranquilos en adelante
Por lo que es este instante
Todo Chile con honor
Grita al ver el tricolor
Viva nuestra independencia
Muera, muera la abstinencia
Viva el parque i el licor.

       EL ABSTINENTE

  La tortilla bien ahumada
Este año les va a quedar
En el parque sin pesar
Al de nariz colorada
Porque es la jente honrada
Con un placer infinito
I ha escuchado el fuerte grito
Que ha llegado a los confines
De mueran los borrachines
I abajo el alcohol maldito!

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LA LLEGADA DEL DIABLO A LA
GLORIA
GRAN CONTRAPUNTO CON SAN PEDRO

  Tas, Tas — Mira, Pedro, abre la puerta
Que ya mui arrepentido
Vengo a ver mi Dios querido
En su gloria pura i cierta,
Mi alma ya casi muerta
Se encontraba, te diré,
Por eso me confesé
I el Papa me ha perdonado:
Limpio de todo pecado
Vengo a la gloria con fé.

  Pedro.—Hombre, mucho me he
                                [admirado
Que hayas dejado el gobierno
De todo el maldito infierno
Donde fuiste arrojado.
Si el Papa te ha perdonado
Te diré por darte luz
Que él por tí en ninguna cruz
Ha muerto, pues, por salvarte;
I quien puede perdonarte
Es solo Cristo Jesus.

  El diablo.—Pero el Papa autoridad
Tiene para perdonarme
I aun para condenarme,
Según sea mi maldad.
Como estoi absuelto ya
Dejémonos de esa historia,
Que ya el mundo con su escoria
He dejado mui contento;
Por este es que hoi me presento
Puro i sin mancha en la gloria.

  Pedro.— Pero tú te rebelaste

Contra el Dios que te crió,
I éste mismo te arrojó
Al infierno que dejaste.
Como ahora abandonaste
Ese infierno sin recelo
Cuando eres el rei del suelo
I a decirte luego vengo
Que a cargo esta puerta tengo
I no entrarás al cielo.

  El diablo.—Bueno que estais ente
                                       [rado
I cuando a Jesus negaste,
Por nada te condenaste
I estuvistes a mi lado.
Hoi que vengo sin pecado
Porqué no hallo compasion,

Cuando con resignacion
Mil tormentos he sufrido;
I hoi que me admitan les pido
En la celestial mansion.

  Pedro.—Miéntras yo sea portero
Tu jamas podrás entrar
En la mansion celestial
Donde está Dios verdadero.
Hacerte recuerdo quiero
Que abandonaste a Dios
Por ese mundo feroz
Donde con los condenados
Millones de desgraciados
Has atormentado vos.

  El diablo.—Pero Pedro, el pecador,
Desde que ya se arrepiente,
Encuentra precisamente
A su Dios i Creador.
Cristo ha sido el Salvador,
De los hombres, bien lo sé,
I a todo el mundo diré
Que dejo con alegría
Por ver a mi Dios, hoi dia,
Ante el cual me humillaré.

  Pedro.—Te diré que hablas en vano
Al cielo no entras tú,
Porque no tienes virtud
Ni conciencia de cristiano
A todo el jénero humano
Perdiste en el pecado
El cielo estuvo cerrado
I hasta el Cordero Divino
Murió, según me imajino
Por tí en la cruz enclavado.

  El diablo.—Por fin, Pedro, caridad
Porqué no tienes de mí,
Cuando yo he venido aquí
Solo por Su Santidad.
El mundo a verme no va,
A verme mas en su seno
De todo pecado ajeno,
Ya estoi, pues, santo varon;
I en la celestial mansion
Puedo habitar como bueno.

  Pedro.—Por fin, trato mas contigo
Yo no tendré ni un segundo
I ya puedes irte al mundo
Que Dios no será tu amigo.
Mas, condenado te digo
Que estás, i no quiero verte;
Márchate a ese abismo fuerte
Que por tu causa especial
Vino el pecado mortal
I vino el juicio i la muerte,

Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesia
       Juan B. Peral ta
       A. Prat 840

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ACALORADA POLEMICA
ENTRE LOS CANDIDATOS MONTT
I RIESCO

  M.— Jerman, ¿querrias conmigo
hablar de tu supremacia?
Si me haces esta gracia
serás mi mejor amigo.
  R.— Pedro, no tengo por qué
en negarme a hablar contigo,
cata que yo soi tu amigo
manda i obedeceré.
  M.— Gracias, por tu cortesta,
hablemos sobre elecciones:
¿cómo andan tus campeones
en la batalla de hoi dia?
  R.— Mis campeones estan
trabajando con ahinco
i dicen que a este linco
al Poder lo llevarán.
  M.— ¡Pobre Jerman! en los rotos
no hai que tener firmeza
porque a veces por cerveza
éstos entregan sus votos.
  R.— Mis rotitos son mui pocos
los mas son buenos obreros
sus jefes no son loqueros
ni los electores locos.
  M.— Ese es un gran disparate
que has hablado en realidad,
porque yo por caridad
cuido la Casa de Orates.
  R.— Por caridad yo infiero
que haces la administracion,
pero tambien la nacion
te paga i con buen dinero.
  M.— Para mí es mui secundario
el dinero, i mui inútil
mas trabajo por ser útil
hasta del mismo adversario.

  R.— Lo creo, i por conveniencia
hoi te veo trabajar
i llegar a reventar
por ir a la Presidencia.
  M.— Tú tambien has trabajado
no mui poco, me parece,
pero nadie ya te ofrece
su concurso en el Estado.
  R.— Así dicen los montinos
(o los tizones quemados)
porque ellos son ayudados
por ingleses i arjentinos.
  M— Hablas como caballero
porque mi triunfo alcanzado
lo debo al pueblo ilustrado
a la innata flor del clero.
  R.— ¡Ola, Pedro! qué cinismo
que un liberal de primera
lleve en brazos la bandera
de todo el oscurantismo!
  M.— Mucha honra es para mi
que sea yo el escojido
de la iglesia i su partido
para luchar contra tí.
  R.— Hablastes como un poeta;
que tu honra sea sola
para ponerte una cola
igual a la del cometa.
  M.— Colearme: ¡qué pretension!
tienen mis competidores
si ciento ochenta electores
ya asegura Pedro Montt….
  R.— Si el ruido es mas que las
                                    [nueces
i no encuentras electores.
Puedes buscar cien traidores
i ochenta gauchos e ingleses.
  M.— Dos veces me has nombrado
los ingleses i arjentinos;
¿qué dirán los santiaguinos
de lo que me has imputado?
 R.— Que dirán, cuando tu fama
conocen los ciudadanos
que tu influencia a los cuyanos
dio la Puna de Atacama.
  M.— Verdad que en la comision
no fuí, pero te diré,
que en ese caso salvé
de peligro a la nacion.
  R.— Por peligro los terrenos
de nuestra patria entregaron
con esto, se deshonraron
tú, i todos los chilenos.
  M.— Tu adulacion en vijencia
no te dará gran provecho
ni tampoco tu despecho.
te dará la presidencia.
  R.— Los actos de Loncomilla
según yo llego a creer
que te darán el Poder
y en el pais una silla.
  M.— Tus recuerdos no sinceros
ya me tienen ostigados
i el pais bien se ha informado
de tus gritos patrioteros.
  R.—¡Me tildas de patriotero!
Mas patriotero sois vos
que el año noventa i dos
sitiastes al pais entero.
  M.— Por fin, Jerman, ya veremos
quién va a ser el elejido.
para despues te convido
que sobre esto mismo hablemos.
  R.— Por fin, amigo «tizon»
vámonos sin garroteros
salude a los carboneros
i jotes de la nacion.

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ACALORADA POLEMICA
ENTRE LOS CANDIDATOS MONTT
I RIESCO

  M.— Jerman, ¿querrias conmigo
hablar de tu supremacia?
Si me haces esta gracia
serás mi mejor amigo.
  R.— Pedro, no tengo por qué
en negarme a hablar contigo,
cata que yo soi tu amigo
manda i obedeceré.
  M.— Gracias, por tu cortesía,
hablemos sobre elecciones:
¿cómo andan tus campeones
en la batalla de hoi dia?
  R.— Mis campeones estan
trabajando con ahinco
i dicen que a este linco
al Poder lo llevarán.
  M.— ¡Pobre Jerman! en los rotos
no hai que tener firmeza
porque a veces por cerveza
éstos entregan sus votos.
  R.— Mis rotitos son mui pocos
los mas son buenos obreros
sus jefes no son loqueros
ni los electores locos.
  M.— Ese es un gran disparate
que has hablado en realidad,
porque yo por caridad
cuido la Casa de Orates.
  R.— Por caridad yo infiero
que haces la administracion,
pero tambien la nacion
te paga i con buen dinero.
  M.— Para mí es mui secundario
el dinero, i mui inutil
mas trabajo por ser idil
hasta del mismo adversario.
  R.— Lo creo, i por conveniencia
hoi te veo trabajar
i llegar a reventar
por ir a la Presidencia.
  M.— Tú tambien has trabajado
no mui poco, me parece,
pero nadie ya te ofrece
su concurso en el Estado.
  R.— Así dicen los montinos
(o los tizones quemados)
porque ellos son ayudados
por ingleses i arjentinos.
  M.— Hablas como caballero
porque mi triunfo alcanzado
lo debo al pueblo ilustrado
i a la innata flor del clero.
  R.— ¡Ola, Pedro! qué cinismo
que un liberal de primera
leve en brazos la bandera
de todo el oscurantismo!
  M.— Mucha honra es para mi
que sea yo el escojido
de la iglesia i su partido
para luchar contra tí.
  R.— Hablastes como un poeta;
que tu honra sea sola
para ponerte una cola
igual a la del cometa.
  M.— Colearme: ¡qué pretension!
tienen mis competidores
si ciento ochenta electores
ya asegura Pedro Montt….
  R.— Si el ruido es mas que las
                                               [nueces…
i no encuentras electores.
Puedes buscar cien traidores
i ochenta gauchos e ingleses.
  M.— Dos veces me has nombrado
los ingleses i arjentinos;
¿qué dirán los santiaguinos
de lo que me has imputado?
  R.— Que dirán, cuando tu fama
conocen los ciudadanos
que tu influencia a los cuyanos
dió la Puna de Atacama.
  M.— Verdad que en la comision
no fuí, pero te diré,
que en ese caso salvé
de peligro a la nacion.
  R.— Por peligro los terrenos
de nuestra patria entregaron
con esto se deshonraron
tú, i todos los chilenos.
  M.— Tu adulacion en vijencia
no te dará gran provecho
ni tampoco tu despecho
te dará la presidencia.
  R.— Los actos de Loncomilla
según yo llego a creer
que te darán el Poder
i en el pais una silla.
  M.— Tus recuerdos no sinceros
ya me tienen ostigados
i el pais bien se ha informado
de tus gritos patrioteros.
  R.—— ¡Me tildas de patriotero!
Mas patriotero sois vos
que el año noventa i dos
sitiastes al pais entero.
  M.— Por fin, Jerman, ya veremos
quién va a ser el elejido
para despues te convido
que sobre esto mismo hablemos.
  R.— Por fin, amigo «tizon»
vámonos sin garroteros
salude a los carboneros
i jotes de la nacion.

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