El hombre fué criminal
I conoció su condena:
Triste, confuso i con pena
Cumplió su vida fatal.
La vida de Balmaceda
Fué un terror i un espanto—
¡Jesucristo Sacrosanto,
Es de que nadie lo crea!—
Pero sea como sea,
Estaba en la capital
I no en su propio local—
Donde el ministro arjentino—
I al dar fin a su destino,
El hombre fué criminal.
Balmaceda le pidió
Al Gobierno garantía
Para asegurar su vida
I así se lo concedió;
Pero el cuadro lo espantó
De las terribles escena
Que formaban la cadena
De delitos cometidos…
Se ofuscaron sus sentidos
I conoció su condena.
En la mañana de ayer
Sábado, se publicó:
«Balmaceda se mató,
Por no querer padecer.»
El mismo se hizo un deber
En confirmar su condena,
Ya que la justicia plena
Lo habia de castigar…
No quiso el fallo esperar
Triste, confuso i con pena.
Sólo se llevó al suplicio
I a la pena capital,
Despue de hacer tánto mal,
Contrario a su beneficio.
No estaria en sano juicio
Porque fué tan criminal,
Si hospitalario local
Manchó tan villanamente,
I al darse un tiro en la frente
Cumplió su vida fatal.
Al fin, ya este suceso
Debe tenerse presente,
Para que los presidente
No clausuren el Congreso.
Ya vieron de que por eso
Balmaceda, en realidad,
Perdió su vida en verdad,
Por no bajar de opinion,
I ver de que la Nacion
Toda pide libertad.