LA MUERTE DE BALMACEDA

  El hombre fué criminal
I conoció su condena:
Triste, confuso i con pena
Cumplió su vida fatal.

  La vida de Balmaceda
Fué un terror i un espanto—
¡Jesucristo Sacrosanto,
Es de que nadie lo crea!—
Pero sea como sea,
Estaba en la capital
I no en su propio local—
Donde el ministro arjentino—
I al dar fin a su destino,
El hombre fué criminal.

  Balmaceda le pidió
Al Gobierno garantía
Para asegurar su vida
I así se lo concedió;
Pero el cuadro lo espantó
De las terribles escena
Que formaban la cadena
De delitos cometidos…
Se ofuscaron sus sentidos
I conoció su condena.

  En la mañana de ayer
Sábado, se publicó:
«Balmaceda se mató,
Por no querer padecer.»
El mismo se hizo un deber
En confirmar su condena,
Ya que la justicia plena
Lo habia de castigar…
No quiso el fallo esperar
Triste, confuso i con pena.

  Sólo se llevó al suplicio
I a la pena capital,
Despue de hacer tánto mal,
Contrario a su beneficio.
No estaria en sano juicio
Porque fué tan criminal,
Si hospitalario local
Manchó tan villanamente,
I al darse un tiro en la frente
Cumplió su vida fatal.

  Al fin, ya este suceso
Debe tenerse presente,
Para que los presidente
No clausuren el Congreso.
Ya vieron de que por eso
Balmaceda, en realidad,
Perdió su vida en verdad,
Por no bajar de opinion,
I ver de que la Nacion
Toda pide libertad.

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EJEMPLO
DE LA POLITICA DICTATORIAL

  Un hacendado tenía
Un mayordomo en su hacienda:
Así ha sido la contienda
Que Balmaceda tenía.

  El mayordomo empezó
Por vender los animales
I poner en sus locales
La plata que recibió;
Pero al patron no le dió
Cuenta de lo que vendía:
Balmaceda así lo hacía
Con los fondos del Estado:
Empleado como este emplado
Un hacendado tenía.

  Cuando reciban empleados,
Esto sirva de esperiencia:
Sean de buena conciencia
Con todos los hacendados,
Porque cuando es mal tildado
Reclama el dueño su prenda.
Debe sujetar la rienda
El patron a todo empleado,
I así será bien mirado
Un mayordomo en su hacienda.

  Balmaceda principió
Por clausurar el Congreso
I de adueñarse con eso
De todo lo que encontró.
Bueyes, caballos robó
En repetidas haciendas;
Incendió casas y tiendas
I todo fué mal logrado:
Hoi se halla ya sepultado.
Así ha sido la contienda.

  Con esto no fué conforme
E hizo gran carnicería:
Parece que no comía
Si no se comia un hombre.
Sus crímenes son sin nombre,
I para él su alegría:
Se comprende que quería
Concluir con la Nacion—
Así ha sido la opinion
Que Balmaceda tenía.

  Al fin, sus acompañados
Con él se fueron a pique
I yo no sé cómo esplique
Todo lo que aquí ha pasado,
Porque fueron tan malvado,
Injustos y sin razon.
Ya nuestra Constitucion
La hemos hecho respetar
I podrémos encontrar
La justicia y la razon.

FRANCISCO TAPIA, Santo Domingo, núm. 33

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EL PESO DE LA CARNE

  Los señores abasteros
Siempre siguen afirmando
Lo que estaba decretando
Victor Echáurren Valero.

  Nuestro Matadero está
Hostil a Santiago entero
Que a los puestos, me refiero
Les dán la carne pesá.
A cuarenta el quilo está,
I oprimen al pueblo entero,
¿I qué dirán los caseros,
Que no pueden reclamar?
Dejen, pues, de hostilizar
Los señores abasteros.

  Sabemos que ántes no habia
Alcalde que decretase
I que lo que él ordenase
Durase toda la vida.
Aunque fué dictaduría—
I esto lo están presenciando—
I ven que están acortando
En los puestos el mercado,
Que esto está bien ordenado
Siempre siguen afirmando.

  Desde el primero de Enero
De este año, noventa i uno,
No rije decreto alguno
I rije en el Matadero.
Aquel Echáurren Valero,
Más bien estaba abusando,
O, mejor dicho, dictando
Leyes en su beneficio;
Pero es en nuestro perjuicio
Lo que estaba decretando.

  Los pobres dueños de puesto
No pueden soltar la mano
Por culpa de aquel tirano
Que les dejó ese decreto.
Por causa de todo esto
Se fué a un escondedero,
I talvez al Matadero,
Donde estará decretando,
I allí se estará ocultando
Victor Echáurren Valero.

  Al fin, el señor Alcalde
Debe de hacer la justicia
De quitar esa avaricia
Sin formar ningun alarde.
Que sea temprano o tarde,
Se vé que están reclamando
Los pobres, que están pagando
Por un decreto indebido
De Echáurren, que está escondido,
I a la autoridad burlando.

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LAS BATALLAS
DE CONCON Y LA PLACILLA

  Entre Placilla y Concon
I entre Aconcagua y el Puerto,
Siempre, siempre tuvo acierto
I triunfó la Oposicion.

  Nuestra Escuadra, con esmero,
Trajo una fuerza valiente
I la desembarcó el veinte
De agosto, frente a Quintero.
Mui resuelto y altanero
Marchó a tomar posesion
Barbosa en esa ocasion
I alistóse a la batalla,
I Canto lo puso a raya
Entre Placilla y Concon.

  La prueba es mui evidente
Que pelearon con bravura;
De los de la dictadura
Corrió de sangre un torrente,
El veintiuno fué inminente
La batalla y con acierto,
I la derrota, por cierto,
Sufrieron estos reptile,
I dijimos ¡Viva Chile!
Entre Aconcagua y el Puerto.

  A las siete tuvo alarma
Barbosa, por lo que veo,
Con el grande cañoneo
En la hacienda de Las Palma.
Sufrió con toda su alma
Cuando perdió el armamento
En aquel combate cruento
En que Canto, el de alta talla,
En esa cruda batalla
Siempre, siempre tuvo acierto.

  Donde llaman la Placilla
Sucumbieron los malvado:
Fué Alcérreca destrozado
Con Barbosa y su pandilla.
Al señor Canto, que brilla
Con su adorado pendon,
Dios le dé su bendicion
I lo eleve a más altura:
Concluyó la Dictadura
I triunfó la Oposicion.

  Al fin, los grandes campeones
Que entraron en batalla
I que pusieron a raya
A la chusma de ladrones,
Verán que sus opiniones
Son honradas donde quiera
I que el pueblo las venera
Cual la Iglesia a Jesucristo,
Ya que salvada hemos visto
La Carta Fundamental.

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EL MINERO.

     El minero en inverná
  cuando a la puerta se asoma
  lo mismo que a una paloma
  la cordillera terá.

  Mirando el año bisiesto
me marché a la cordillera
sin temer a ni una fiera
el hecho que manifiesto,
pero el voraz elemento
nortecillo i la nevá
me pegó sin caridá
quiso hacerme sucumbir,
i es lo que puede sufrir
el minero en inverná.

  Cuando regresa a la cama
duerme su sueño profundo,
recuerda estar en el mundo
pero se encuentra en campaña;
en la noche no se estraña
al ver la niebla que asoma,
cubriendo la cierra i loma
en mui grande elevacion,
despues vé la nevason
cuando a la puerta se asoma.

  Agosto con su alta esfera
dentró con todos sus brios
a pesar que siempre ha sido
repunte de primavera,
rigor como cualesquiera
mes que en el invierno asoma,
el siete creyó ser broma
el toldo que se formó
i la cierra la dejó
lo mismo que una paloma.

  El veintitres principió
a combatir en la cierra,
pareció romper la tierra
el huracan que corrió;
i mucha nieve arrojó
al fondo de una quebrada,
toda la jente en verdá
oculta en su propio hogar
como se hace respetar
la cordillera verá.

  Al fin a mis compañeros
les corrió la misma suerte,
éramos ocho se advierte
los operarios mineros;
apires i barreteros
i el empleado que aludí
denominado es allí
este verso ya lo esplica
el Cajon de Tindirica
i la mina Jertrudís

       Francisco Tapia.

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EL SUEÑO

     Un souámbulo previsto
  en su sueño que dormia
  el magnetismo tenía
  porque cree lo que no ha visto.

  Tengo sabido que el sueño
es imájen de la muerte,
literato de la suerte,
unido con gran empeño;
es un brillante diseño,
teniendo estudio previsto
en sabiduría listo
apoyándose a la fé
i afirma lo que no vé
un sonámbulo previsto.

  El espíritu profundo
penetra en el alto cielo
baja en el mayor consuelo
i recorre todo el mundo;
se baña en el mar profundo
i en los aires tiene vía,
su consuelo i alegría
estima con su belleza
i el hombre amó la riqueza
en su sueño que dormia.

  En sueño hai revelacion
i se eleva el pensamiento
éste vuela mas que el viento
i tiene supersticion,
se aflije de corazon
i a veces tiene alegría
observa que otro tenia
encerrada una riqueza
i afirmando con certeza
el magnetismo tenia.

  Imajinación profuuda
existe en todo cristiano
con nn vivir soberano
hasta la muerte fecunda,
es la gracia tremebunda
encontrándose provisto,
si al morir se halla listo
no lo podrá adivinar
i en esto viene a quedar
porque cree lo que no ha visto.

  Al fin si la vida real
comunmente nos enseña
compárece al que sueña
cou la muerte sin igual;
pondremos este final
al punto que se refiere:
el que tiene vida, muere
i el que tiene su destino
siempre sigue su camino
sin conseguir lo que qufere.

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EL ASESINATO
DE LA RECOLETA

     Se ha perpetrado un asalto
  de una violencia atrevida
  con la mayor cobardía
  en la Avenida del Salto.

  Cuatro son los criminales
que se hallan asegurados
seguu tienen confesado
en los mismos Tribunales;
los diarios ministeriales
ya publican su relato,
por si pagaron el pato
los que son comprometidos,
por mas de algún conocido
se ha perpetrado un asalto.

  La señorita Albina Arce
a toda boca dió grito,
no teniendo ningún pito
no pudo auxilio prestarse;
ni campana que tocarse
i el bandido a sangre fria
con el alma enfurecida
dos balas le disparó
i al punto la traspasó
de una violencia atrevida.

  Per medio de un forado
entraron al interior
de la casa i sin temor
según estoi informado;
aquel sangriento atentado
fué con grande alevocía
dejando allí detenida
a la señora Lucrecia
i a la sirviente de mesa
con la mayor cobardía.

  Un vecino preguntó
que es lo que sucedia:
con toda su valentía
un bandido contestó:
cállate intruso que yó
estoi pegando un asalto
comprometido i no falto
porque ando en la Compañía,
pues este la guardia hacia
en la Avenida del Saíto.

  Por fin que la señorita
Lucrecia ¿cómo estaria
cuando acribillada veía
de balas a su hermanita
caer en tierra sin vista
ni aliento para vivir?
ya se podrá presumir
el crímen del forajido
con el metro que ha medido
lo tiene el Juez que medir.

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LA GUERRA

     Cuatro cosas significa
  el estandarte sagrado,
  cada de las cuatro cosas
  tiene su significado.

  Cuando el sol brillante asoma
en las lineas del Oriente
hasta ponerse al Poniente
de luces brillante aroma,
llega a la puerta i se asoma
un Ministro se dedica
i en periódicos publica
hai combate en mar i tierra
i al declararse una guerra
cuatro cosas significa.

  Hai remolinos de viento
en mui elevada altura,
razón, truenos de ternura
corren sobre el firmamento,
en un combate cruento
por un mal intencionado,
un jeneral esforzado
pone sus lineas en tierra
i defiende en cruda guerra
el estandarte sagrado.

  Si se dice sol i luna
en nuestro cielo celeste
anuncio de guerra i peste
nacioles desde su cuna,
el luto i sangre repuna
en una guerra espantosa
al vencedor poca cosa
se le dá contra el vencido
i en su provecho ha tenido
cada de las cuatro cosas.

  Cual un rayo se desprende
e ilumina sol i tierra
es aparente una guerra
cuando en linea se destiende,
luego que el fuego se enciende
uno está desesperado
el vencedor afamado
en su completa alegría
porque el que pierde la vida
tiene su significado.

  Por fin los cuatro elementos
protectores del estado
a nuestro templo sagrado
dá luces el firmamento,
premiado un acto sangriento,
de un jeneral por decoro,
defensor de aquel tesoro
en fé de su relijion
dando el aviso el cañon
repiquen campanas de oro.

       Bellavista N.º 83.

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