Homilde sumiso i tierno
busco la gloria con fé
si no la encuentro hasta ahora
no sé la razón por qué.
Cuando miro a la que adoro
tiemblo de piés a cabeza
i al notar su jentileza
quedo preso como un moro,
luego su piedad imploro
i le juro amor eterno;
le hago ver que es un infierno
mi vida sin su cariño;
le lloro en fin como un niño
humilde, sumiso i tierno.
I aunque ella silencio guarda
i a mí esperanza amortaja
i aunque así un pecho raja
mi corazon no acobarda;
la que en declararse tarda
según lo recordaré,
algunas veces se vé
rendida al fin de la lucha
i aunque mi tristeza es mucha
busco la gloria con fé.
A los continuos pesares
i a los continuos desdenes,
opongo yo parabienes
i súplicas a millares;
en mis làgrimas a mares
se ha bañado esta traidora
i si mi pasion sonora
la tirana no escuchó
no tengo la culpa yó
si no la encuentro hasta ahora.
I aunque elle tan mal me trata
con su desden i querella,
no puedo vivir sin ella
porque su ausencia me mata;
i por mas que me maltrata
odiarla nunca podré
i aunque mi desgracia esté
en su cruel indiferencia,
si bendigo su presencia
no sé la razón por qué.
Está en verla solamente
el cesar de mi tortura
i está mi mayor ventura
en tenerla frente a frente;
al mirarla de repente
se concluyen mis enojos,
cambio en dicha mis abrojos
i en pleceres mi tormento,
por eso es que creo i siento
que el Cielo se halla en sus ojos.
ROLAK
Nota: verso publicado por Rólak, ver.