Rompe el pardo jilguerillo
Al aire marchando ufano;
El buen cazador armado
Le priva el camino sano.
La nave lijera labra
Su solidez a la vela,
Sobre la mar así vuela
Soplando el descuerna cabra;
El campo feraz se labra
Ostento y el sol su brillo,
Cual volátil parlerillo
Volando con seriedad,
Del viento la inmensidad
Rompe el pardo jilguerillo.
El aquilon cuando llueve
Con estrépito mui fuerte,
A las goteras convierte
En escarcha y dura nieve;
Y así fórmase un relieve
De hielo y fluido lozano;
Es el tormento cercano
Que la avecilla recibe,
Porque el vuelo le prohibe
El aire marchando ufano.
Surca el rayo en la sombría
Noche cuando se desprenden
Y sus materias descienden
De relámpagos por guia;
Y entre la montaña umbría
Las aves que han alojado,
Despues de haber entonado
Su dulce himno de amor
Suele herirle con rigor
El buen cazador armado.
De encima del horizonte
El sol se pone a alumbrar
Y con su luz a hermosear
Las cimas del alto monte.
Y el animoso sinsonte
Emprende el vuelo temprano
Por escapar del tirano
Alcon, que en los bosques entra
Porque éste donde le encuenta
Le priva el camino sano.
Al fin en la primavera
Toda ave alegre canta
Con su celestial garganta
Alaba al Dios de la esfera
Recreado en la faz entera
El pájaro volatil
En la mañana de Abril
Recorren todo el espacio,
Despues forman su palacio
Las aves en un pensil.
JUSTO ROBLES,