LA NIÑA ROBADA

            El salteo mas espantoso
hubo en la semana pasada
i una niña fué robada
por varios fasinerosos.

            Como dieziocho bandidos
aquí lector os relato,
hicieron los desacato
los mas grandes cometidos
como ya lo he referido,
sobre el hecho tan odioso
los criminales furiosos
un gran despacho asaltaron,
i luego comunicaron,
el salteo mas espantoso.

            Despuez del feros saqueo
de tan sangrienta rapiña
se robaron pues la niña,
para cumplir el deceo
¡oh! que infelces reos
de alma tan trastornada
hoi dia no temen nada,
i por esta misma suerte
robo, salteo, i muerte,
hubo en la semana pasada,

            Todo el barrio recorrieron
i en casa del señor Jara,
quebraron puerta i mampara
i a rejistrar se pusieron
al poco rato salieron
con la presa asegurada,
la policia encerrada,
entonces permaneció,
i cuando esto aconteció
una niña fué robada.

            Mui cerca del Mineral
de Relbun, pues mi señores
hicieron los saltadores
la fechoria infernal;
i los han de castigar
con patibulo afrentoso
al infame veleidoso
que hiere o mata a espada
en tan sangrienta jornada,
por varios facineroso.

            Los criminales al fin
huyeron todos despues,
dentro de poco talvez
los han de pillar por ruin
como la suerte de Cain
tendran que andar huyendo
por asesinos horrendo
luego a la justicia iran
i pronto resibiran,
un castigo mui tremendo.

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PADRE E HIJO MUERTO
POR CUATRO BANDIDOS

            Lector, prestadme atencion
para contar al momento
un drama fiero i sangriento
cometido en la nacion
con criminal intencion
a casa de un campesino
llegaron cuatro asesino
echando la puerta abajo
i no sin mucho trabajo,
siguieron igual camino.

            Santiago segundo Mora
i un tal Eusebio Molina,
quedaron en la volina
atados en mala hora;
Fancisco Avila i señora
maltrataron los bandidos,
esto lo han cometido.
en la plena luz del dia,
i hecha la fechoria
los hechores han huido.

            Un hijo que este tenia
vilmante lo asesinaron
i a la madre la dejaron.
en cruel dolor i agonia;
con la mayor tiranía
matan al padre tambien
mas detalles no sé bien,
sobre el crimen tan atrós.
i este suseso pasó,
en el pueblo de traiguen.

            En el terrible salteo
despue que todo robaron,
el rancho bien lo incendiaron
para saciar sus deceos
un tal pichen Mariqueo
horrible fué asesinado,
era indijena el nombrado
i murió por los tiranos;
estos bandidos ufanos
cinco muertos han dejado.

            Con revólver i puñales
andaban esos vasallos,
corriendo en buenos caballos
por las calles mas centrales
con intintos criminales;
mui luego se retiraron
las mas casas incondiaron
haciendo barbaridades;
por los pueblos i ciudades
grandes destrosos dejaron

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ALEVOSO CRIMEN
EN QUILICURA

            Con tristeza i amargura
sumerjido en gran pesar
lectores voi ha contar,
el crimen de Quilicura.

            Una mujer encontraron
con dos heridas mortales,
las huellas i las señales,
los asesino estamparon;
i varios se apresuraron
dar aviso a la prefectura,
sacaron entre vasura
el cadáver prontamente
que presenciabia la jente
con tristeza i amargura.

            Joaquina Astudillo es
el nombre de la mujer
i la muerte vendra a ser,
por la venganza talvez;
los criminales despues
el delito han de pagar;
que triste es considerar,
el hecho tan inhumano,
i estara el bandido ufano
sumerjido en gran pesar.

            A la morgue lo trajeron
a que allí lo conocieran,
i para que todos vieran
el crimen que cometieron:
un dia ahí lo tubieron,
i nadie fué a reclamar
da tristeza oir hablar
sobre el suceso por Dios,
otro crimen mas atros
lectores voi a contar.

            Miran con indiferencia
hoi los reos la condena,
sufriran la ultima pena
si cometen su violencia;
está estricta la sentencia
aunque sea por locura,
causa la poca cordura
se cometen desacatos;
hicieron los insensatos
el crimen de Quilicura.

            Si pillan a los bandidos
yo les puedo asegurar,
que los han de fucilar
en el banquillo temido,
el castigo meresido
al asesino impondran,
i los diarios narraran
los crimenes mas feroses
como los hechos atroces
que ejecutándose van.

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Anjel al Cielo.

  De esta vida transitoria
Voló al Cielo derechito.
Dejando dulce memoria.
El llorar a este anjelito
Fuera quitarle la Gloria.

  Cuando, lleno de ternura,
Lo llamó el Eterno Padre
Para llevarlo a la Altura,
Así le dijo a su madre
Esta dichosa criatura:

  Madre, por más que me adore
Con el cariño más santo,
Le suplico que no llore,
Porque talvez con su llanto
Mi porvenir no mejore.

  «Yo de este mundo me voi
Porque al otro Dios me llama;
Si yo resignado estoi,
Usted, que tánto me ama,
No me debe llorar hoi.

  «A mi padre usted consuelo
I a todos mis hermanitos;
Un abrazo a su hijo déle,
I deje que a gozar vuele
Con los demas anjelitos.

  «¿Qué me espera en este mundo?
Veleidades, i dolores.
I desengaño profundo,
E ir sufriendo vagabundo
Entre espinas, nó entre flores.

  «Dios me libra del abismo
Del pecado, o de la muerte
Del alma, que da lo mismo,
Pues me bañaron por suerte
En el agua del Bautismo.

  «¡Bendita la que me dió
Tan inestimable dote,
Que del Limbo me salvó.
I bendito el sacerdote
Que, al nacer, me acristianó!

  «Sirvales, pues, de consuelo
El tener por cosa cierta
Que de aquí a la Gloria vuelo,
I me aguardan en la puerta
Los anjelitos del Cielo.

  «Yo he de abrirsela tambien
A mis padres i hermanitos
Que, al morir, señales don
De que mueren mui contritos
Para gozar del Eden.

  «No me llore nadie a mí.
Que asi a ver contento, iró
A ese Dios del Sinai.
Ante el cual yo rogaré
Por los que quedan aquí»

Impr. de P. Ramirez.—Echáurren, 6.

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Lugar de la ejecucion.

  Donde mismo el hecho hicieron
Van a ser ajusticiados
Estos dos reos malvados
Que el gran crimen cometieron.
La sentencia les leyeron
El veintiseis del actual;
A la pena capital
Se ha dado ya la sentencia
I lloran pues con frecuencia
Los reos Salas i Belmar.

  El lúnes por la mañana
En capilla los pusieron
I el auxilio recibieron
De la relijion cristiana.
Esta ejecucion tirana.
Según nos dan el detalle,
Va a ser en la misma calle
De Chacabuco, señores,
E irán los espectadores
Despues que la aurora raye.

  Dos padres dominicanos
Auxiliarán a los reos,
I con fervientes deseos,
Pedirán al Soberano
De aquel crimen inhumano
Borre la mancha horrorosa.
Con grillos i con esposas
Los reos serán expuestos
I por crímen tan funesto
Sufrirán muerte afrentosa.

  El Consejo dió a saber
La sentencia ya dictada:
Donde fueron ultimadas
La ejecucion ha de ser.
Despues del amanecer
A los reos sacarán,
En seguida marcharán
A sufrir la gran afrenta,
I despues a dar su cuenta
A los piés de Dios irán.

  La hora de ejecucion
Es miércoles, ocho i media,
I aquella triste trajedia
Ha de causar impresion.
Demuestra mucha afliccion
El reo Tomas Belmar
En la capilla han de estar
Mui tristres i acongojados
I perdon no hae encontrado
Ante el primer tribunal

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Situacion de los reos.

  Los reos Salas i Belmar
Están en dura prision,
Como implorando perdon
I a veces suelen llorar.
Su crimen van a pagar
Con harto dolor i pena;
El código así lo ordena
Que mueran por su delito,
I ya se encuentran contritos
Entre grillos i cadenas.

  ¡Que tristeza da, Dios mio,
Al ver los dos delincuentes
Con el rostro trasparente
En completo desvario!
Resonando el hierro frio,
Al continuo movimiento;
El triste fusilamiento,
Se ejecutará mui presto.
Para el criminal funesto
Ha de servir de escarmiento.

  Presenta un carácter triste
El reo Tomas Belmar:
Parece que el criminal
En un gran pesar existe.
I el reo Salas resiste
En su semblante el dolor;
A pesar del cruel rigor,
Se encuentra mui satisfecho,
I siempre pagará el hecho
Aunque tenga defensor.

  Los reos están con grillos;
Uno i otro ahí se humilla
Los pusieron en capilla
Desde antes de ir al banquillo.
Con un afecto sencillo
Piden indulto al Consejo;
Pero el indulto está léjos
I estos reos en tormento
Van a servir de escarmiento
Desde el jóven hasta el viejo.

  Al fin, el Consejo hoi dia
El indulto ha denegado,
I estos reos desgraciados
Van a pagar con la vida.
Justicia se hará cumplida
Que refrene al criminal
Que con deseo infernal
Su lascivia en sangre baña;
I van a pagar su hazaña
Con la pena capital.

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Ejecucion de los reos Belmar i Salas.

Todo corazon conmueve
El triste fusilamiento;
Reinó gran abatimiento
En ese momento breve.

  Un piquete de soldados
Como a las ocho llegó,
I el jentío se situó
A uno i otro costado.
El banco fué acomodado
Un poco antes de las nueve,
Que ahí presenciarse debe
La terrible ejecucion;
El suplicio por razon
Todo corazon conmueve.

  Los reos Belmar i Salas,
Aquel sitio al presenciar,
Se pusieron a llorar
Al saber que habia bala.
En el mundo no se iguala
Otro de mayor tormento,
En completo movimiento
Estuvo todo el jentio,
Presenciando conmovido
El triste fusilamiento.

  Los dos reos se encontraban
Sentados en el banquillo;
Por el peso de los grillos
En gran tormento se hallaban.
Los concurrentes miraban
Aquel sitio de tormento,
I en aquel triste momento
Se apenaban las señoras;
Cuando ya llegó la hora,
Reinó gran abatimiento.

  Salas a última hora
Mostraba conformidad
I al poco rato en verdad
Los vendaron sin demora.
Varias veces las señoras
Tuvieron desmayos leves;
Nadie a hablar allí se atreve,
I al mando de un oficial
Descargó el golpe fatal
En ese momento breve.

  Por los aires resonaron
Los truenos de los fusiles,
I los asesinos viles
Su crímen allí purgaron.
Las jentes se dispersaron
Despues de la ejecucion;
I ni en toda la nacion
Habráse visto otra igual;
Para escarmiento fatal
No obtuvieron el perdon.

       ADOLFO REYES.

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CONTESTACION

  Un pequeño contrapunto
De un buei con el chivato,
Sacó a luz un cierto bato
Pero no se le halla asunto;
Ahora yo le pregunto
Si fué tiro o no fué tiro
La contesta no di al tiro
Porque no vi pregonar,
Ni siquiera un ejemplar
De ño cierto Casimiro.

  Por la plaza del Mercado
O mejor dicho de abasto,
Un jóven con un canasto
Me llamó disimulado;
Dijo usted no se ha fijado
Lo que Rolak le sacó,
I un verso me presentó
Para que entónces leyera,
Como ví que era lesera
Para el lugar me sirvió,

  Así lector lo diré
Como el público lo opina,
Porque cosa tan cochina
Yo jamas publicaré;
Aunque mi verso se vé
Lleno de tantos errores,
Pero todos mis lectores
Me conoce en la ciudad,
Quien con la moralidad
Es uno de los mejores.

  No hallando qué contestar
Quiso hacer dicho relato,
De la vaca i del chivato
Que las hizo pues hablar;
Tambien muerte puede dar
Un perro feroz a un leon,
Aunque chico i tan barbon
Como lector lo verás,
Que yo me encuentro capas
De darle su manoton.

  Por fin, diré la verdad
Que usted no cunde conmigo,
Contrapunto yo no sigo
Siendo de inmoralidad:
Porque ya en la actualidad
Otra quiere ser la guapa,
Dice que es la misma sapa
Pero el caso no ha llegado,
Que a veces me ha desafiado
Torito te tiendo la capa.

       Adolfo Reyes

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LA CONDUCTORA
QUE TUVO CUATRO MELLIZOS

  Una guapa conductora
Que se llamaba Jesus,
Cuatro chiquillos dió a luz
En menos de un cuarto de hora.

  Con mucho asombro de Iquique
Vino la dicha noticia.
I yo estoi con la malicia
De que esto sea un palique:
Será preciso que indique
Donde fué el suceso ahora,
Les diré sin mas demora
Que en dicho pueblo ocurrió,
Esto a mi me lo contó
Una guapa conductora.

  En el mes de marzo entro
A los carros, esta flaca,
I engordando como vaca
Pronto despues se salió;
Cuando la enferma cayó
La atendia un avestruz,
De un tal apellido Ruz
Pero ella al poco murió
I el tal novio declaró
Que se llamaba Jesus.

  Tan rara fecundidad
Ha causado censacion
por esto admiracion
Hubo en toda la ciudad.
Un poco tiempo en verdad
Alcanzó a cargar la cruz
I un tal Raimundo Eguiluz
Fué el primero que esto vió
Que tal niña pues contó
Cuatro chiquillos dió a luz.

  Un premio por tal rareza
Merecia del gobieno,
Como un recuerdo eterno
Por esa gran estrañeza;
No he podido con fijeza
Saber de esta señora,
Por la muerte destructora
Los chiquitines cayeron
I que todos sucumbieron
En menos de un cuarto de hora.

  Hoi lector no faltará
Quien me diga que es mentira
I que se arregla mi lira
De embuste i de falsedá,
Pero les advierto ya
Que si esto pues no creen,
Por el mar i por el tren
Pueden ir como a pasear,
Para poderse indagar
Si lo que cuento está bien.

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UNA MADRE QUE SE COMIÓ
A SU HIJO

  Una malvada mujer
Se estaba comiendo al hijo,
Con ají es sabroso, dijo
I lo principió a morder;
Otra señora esto al ver
Al tiro se lo quitó
Pero el chico allí espiró
I alcanzó a comerle un brazo;
I en el Sur el triste caso
Actualmente aconteció.

  Esta madre sin entrañas
Padece el terrible mar
De enajenación mental,
I se va a las montañas
Huyendo de las cabañas,
Sin saber donde se aloja
El dia que se le antoja.
Tal mujer el señor juez
Es bueno que la recoja.

  Habiendo llegado un dia
Que llegó con dos chiquillos
Como digo, los colmillos
A uno de ellos le metía,
Que a conseguencia moria
Al instante el pequeñuelo
Mui sabroso este chicuelo
Con ajicito será;
Dijo, qué barbaridad,
Al saber esto el abuelo.

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