QUERELLA
DEL JARDINERO DE AMOR

  Un jardinero de amor
planta una planta i se vá
otro la riega i la goza
¿de cuál de los dos será?

  Se presentó el querellante
a Cupido el soberano
diciendo que era en vano
privarle de ser constante
el juez en el mismo instante
llamó al otro contendor
el primer cultivador
sobre aquella planta alega
por qué razon no la entrega
un jardinero de amor.

  El segundo contestó
señor la planta no niego
pero yo la hallé sin riego
i volverla me costó
supuesto que la dejó
perdió su derecho ya
desde luego fué ruindá
desamparar la flor bella
i con menosprecio en ella
planta una planta i se vá.

  Mas declaraba el primero
en su alegato con prisa
ya verá que en mi hortaliza
gobierna otro jardinero
habiendo puesto mi esmero
en aquella por frondosa
mi vuelta fué dilatosa
no por eso soi esquivo
no siendo mas el motivo
otro la riega i la goza.

  El juez quedó en confusion
cuando declaró el segundo
por aquel plantel fecundo
pendiente era la cuestion
los dos tenian razon
el que en posesión está
dijo se averiguará
para que esto no prosiga
lo mejor es que ella diga
de cuál de los dos será.

  Al fin la flor fué llevada
lo que estuvo a la presencia
se confirmó la sentencia
por el juez comunicada
el tiempo que fué cuidada
la codiciada azucena
para el último era pena
cuando ordenó el tribunal
justo es de que sale mal
el que riega planta ajena.

Nota: verso publicado por D. Meneses y R. Araneda.

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AMOR PORFIADO

  Si el Santo Papa de Roma
me dijera que no amara
yo le diria que nó
aunque me recondenara.

  Yo como hijo del amor
estoi obligado a amar
a querer i a idolatrar
a la que me haga el honor
de hacerme merecedor
i si cariño me toma
ella será mi paloma
i la amaré miéntras viva
sin que esto me lo prohiba
ni el Santo Papa de Roma.

  Trataré de charlatan
a quien quiera prohibirme
que sea un amante firme
como nuestro padre Adan
estorbarme no podrán
el amor que es cosa rara
i si Abraham lloró por Sara
yo puedo hacer otro tanto
aunque el mismo Padre Santo
me dijera que no amara.

  Si alguno mi falta nota
yo le sabré responder
para no amar i querer
es preciso ser idiota,
solo esa nación remota
jamas con constancia amó
por lo que en David pasó
si un emperador audaz
me dijera no ames mas
yo le diria que nó.

  De este modo convenciera
al mismo sumo pontífice
que imita al supremo artifice
justo Juez de la alta esfera
i si un sabio me dijera
que mi pasion detestara
al punto le contestara
yo de amar no dejaré
i hasta morir amaré
aunque me recondenara.

  Al fin desde Adan acà
quien no ha tenido pasión,
toda su jeneración
siguiende esa senda vá;
como es posible que ya
venga a suceder en mí
que deje de amar i así
doi con orgullo a saber
que a todas he de querer
pues para querer nací.

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ACTITUD DE LOS REOS
AL OIR LA SENTENCIA

  Apablaza se asustó
Meneses le dió espanto
Vergara sin un quebranto
mui impasible la oyó.

  Ahí en la Penitenciaria
los tres reos se encontraban
cuando a sus celdas entraba
los jueces de la sumaria;
en tal situacion precaria
el secretario avanzó,
la sentencia les leyó
por el crimen cometido
i en cuanto la hubo oido
Apablaza se asustó.

  Pasó a la celda siguiente
donde Meneses se hallaba
i también le relataba
lo dicho en el espediente;
de encubridor solamente
a dias quiniento i tanto:
con la dulzura de un santo
creyendo mucho el castigo,
no hayando en el juez abrigo
a Meneses le dió espanto.

  Siguió el Fiscal caminando
donde Vergara llegaba
el infeliz se encontraba
su gran crimen meditando;
se le fué comunicando
la pena en el entretanto;
daba angustia i daba llanto
ver aquella indiferencia
oyó leer la sentencia
Vergara sin un quebranto.

  Apablara en emosion
como Meneses lo mismo
al ver tan cerca el abismo
pidieron apelacion;
Vergara fué mas varon
al principio no apeló.
despues se le aconsejó
que apelara i así lo hizo
la sentencia de improviso
mui impasible la oyó.

  Terrible remordimiento
sentirán los criminales
con estos golpes mortales
que les gritan el tormento;
ya se los viene el momento
de la prueba mas atroz,
subirán juntos los dos
al banquillo que así afrenta,
e irán despues a dar cuenta
ante el Tribunal de Dios.

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SENTENCIA DEL JUEZ MATÚS
VERGARA I APABLAZA
CONDENADOS A MUERTE

  Por fin salió la condena
del gran crimen de Vergara
los dos la pagaran cara
sufriendo la última pena

  Ya verà el pueblo talquino
lo verà con presteza
que no vale la riqueza
al miserable asesino,
luego lo verá en camino
del banco que tanto apena,
el alma de angustia llena
llorando todos sus males;
de este par de criminales
por fin salió la condena.

  Escuchando el mandamiento
del gran Código Penal
según la vista fiscal
el juez dicta el escarmiento
a los dos sin miramiento
mide con la misma vara,
esta sentencia no es rara
cuando a los dos aniquila
pues a todos horripila
el gran crimen de Vergara.

  Al uno por parricidio
lo condena este juez probo
i al otro tambien por robo
mezclado con homicidio;
el mas eterno presidio
el crimen no castigarà
por eso es que se declara
sufrir castigo mas fuerte
con una afrentosa muerte
los dos la pagarán cara

  En vano tocan resorte
para escapar del suplicio
por que ya el crimen i el vicio
es presiso que se corte;
a Talca nada le importe
que la miserable hiena
tenga la bolsica llena
i sueñe con los estremos
porque luego los veremos
sufriendo la última pena.

  Por ahí andan zuzurrando
que los dos se fugarán,
pero eso no lo verán
ya se irán desengañando;
los dos están apelando
el Cesar i el Ismael
de ese castigo tan cruel
a la Corte respectiva,
mientras que la guardia activa
se redobla en el cuartel.

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UN MATRIMONIO CURIOSO

  Una viejita agachada
De casarse fué su antojo.
El novio que halló mejor
Era tuerto, cheuto i cojo

  La novia con regocijo
A pesar de ser tan vieja,
Le dice, haremos pareja
Lo mas pronto posible hijo
Señaló un dia de fijo
Para ser su desposada
Quien despues, arrelingada
Se andaba alegre paseando
Que era novia decia cantando
Una viejita agachada.

  Llegó el dia de la boda
Con alegría i contento,
Los dos se van al convento
I la concurrencia toda
Llevando como es de moda
Huachacai para el remojo
Pero el novio con un ojo
Mucho jentio miraba
Tan feo como se hallaba
De casarse fué su antojo.

  Al cabo de cuatro años
Se supo que los casados
Se encontraban separados
I ambos los dos mui uraños;
Han visto los desengaños
De la manera mas peor
La vida con gran rigor
Se pasó la pobre vieja
I dice según se queja
El novio que halló mejor.

  Su marido le salió
Tan lobo como una tagua
I bedió la de Aconcagua
Hasta que ya se cansó,
I la viejita quedó
Mui pobre por este flojo.
Las tiras con mucho arrojo
La empeñaba con afan
l este marido holgazan
Era tuerto, cheuto i cojo.

  Por fin, la vieja tenia
Casa i bastante plata,
I el marido hechando guata
De continua se veia
Chupaba de noche i dia
I la dejaba al garete
Empeñó hasta un bufete
Que había de mas valor
I cual moro sin Señor
Se tiró por veintisiete.

       A. REYES

Imp. Ercilla, Bandera 21-k

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PALABRAS DULCES
PARA EL POETA DANIEL MENECES

  Este perro ranfañoso
Me agarró por una orilla
Se figura esta polilla
Que soi como el, el baboso.

  Tullido fijate bien
I no hables un desatino.
Que el palabraje cochino
Mucho en tus versos se ven
Por hacerte el mas pequen
Me ofenderá el veleidoso
Te aborrecen por odioso
Los poetas de Santiago
De mi resiba un alhago
Este perro ranfañoso.

  Este cojuelo ambulante
De ladrarme no se empacha,
Como mi versos no tacha
Me llevará por delante;
Por bruto i estravagante
Quisiera darle una trilla
No se nueve de la silla
Solo asi te favoreces
El poeta Daniel Meneces
Me agarró por una orilla

  Me a travado la pendencia
I no puede ni pararse
Si no tiene que apoyarse
De su mujer con clemencia;
Que Dios le dará paciencia
Soportando la albaquilla,
Que apesta con bacenilla.
En el medio de la pieza,
Que vivo en tal fortaleza
Se figura esta polilla

  No se mira él primero
Para decirme defectos,
I este tullido imperfecto
Lo hace por ser bullanguero,
El atroz disparatero
Se dá fama i orgulloso,
Como tigre el mas furioso
Ha cometido este yerro.
Solo asi ha penzado el perro
Que soi como el, el baboso

  Este cojillo arrastrado
Al decirlo no lo siento,
Es un tonto voqueriento
Que de las panpas se ha alzado.
De muestra ser educados
Por el lenguaje perverso
La jente le compra el verso
Para ver su memorial,
I así pues este animal
Tiene comida i almuerzo.

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A UNA INGRATA

  Dime bella si me amais
No tengas ni un recelo.
Si me tienes amor cielo,
¿Porqué no te declarais?

  Con júbilo tu llegada
Yo espero siempre bien mio
I es tanto mi desvario
Que tengo yo por tí, amada,
Ya todo sexo me enfada
Por el placer en que estais,
Cada vez que me mirais
Me cautiva tu dulzura
Para cesar mi amargura
Dime bella si me amais.

  ¡Ah mi vida! si supiera
Que me amabais al instante,
Al tiro yo como amante
A tus palabras me rindiera
¡Ai! que dicha yo tuviera
Al recibir un consuelo!…
Con amor i con anhelo
De mi pues querida bella
Para darme una querella
No me tengas ni un recelo.

  Tengo fija mi pasion
En vuestro sér tan querido,
Jamás te echaré en olvido
Alma, vida i corazon.
Por tí paso en afliccion
En un completo desvelo;
Quisiera que vuestro celo
Cada dia se aumentara
Yo mi vida te entregara
Si me tienes amor cielo.

  No puedo yo con fijeza
Saber si mi bien me quiere
U a otro amante prefiere
Con titulo de nobleza;
Sumerjido en la pobreza
Será injusto que me veais;
Cuán engañada estais
De esta ilusión. pues negrita
Si me tienes amor almita.
¿Por que no te declarais?

  Al fin diré seductora
Que no me hagas mas sufrir,
Presto me vais a decir
La pasión que te devora:
Dime, dime sin demora
Lo que tu corazón siente
I aquí me teneis presente
Dispone de mi mui luego
Que siento abrazarme en fuego
Del amor mas imponente.

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TESTAMENTO DE UN BORRACHO

  Un borracho se murió
Al fin de mucho beber,
Sus bienes a la mujer
Con gran placer le dejó

  Para hacer su testamento
Llamó al cura i al notario,
I el arreglo necesario
Hizo en aquel documento:
Dos testigos al momento
El paciente, pues llamó,
Con buen exito empezó
A testar como refiero.
Dentro de un cuero chichero
Un borracho se murió.

  El borracho agonizante
De esta manera decia:
Yó, Tonel José María
Natural de Talagante,
La herrería que es bastante
De mi mujer ha de ser
La albacea podrá ver
Las cosas que yo le dejo;
I espiró como pellejo
Al fin de mucho beber.

  Donde tomaba aguardiente
Le voi a dejar un cacho,
I la deuda de un despacho
Que son cuatro pesos veinte
I también en lo presente
De la pieza el alquiler,
Esto dijo sin poder
Tomar alivio un instante;
Le dejó el marido amante
Sus bienes a la mujer.

  Para que se lo empeñara
Dejó el cuero en que dormía.
Por si plata no tenia
El entierro que pagara;
La mujer sin algazara
A la ajencia lo llevó
I despues que lo empeñó
Con la plata luego espira,
Pero envuelto en una tira
Con gran placer le dejó

  Dejo por último, dijo
Una palmatoria vieja,
Una mohoza vandeja,
Mi peineta i un espejo,
Este mi catre tan viejo
Para el fuego quedará,
I que mi mujer se irá
Con el vecino Tadeo,
Es todo lo que desco.
I emprendo mi viaje ya.

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EL GRAN ASALTO
DE LA CALLE PATRICIO LINCH

  Ni los poetas se escapan
En estos tiempos señores;
Unos cuantos salteadores
En una calle me atrapan.
Despues que en el agua me empapan
Se me van al gasnateo
Como soi un poco feo
¿Al verme así en ese dia
Como lector me pondria
Con el feroz guaraqueo.?

  Saliendo yo de mi casa
A comprar los materiales
Cuatro con mantas iguales
En direccion opuesta pasan
Por detras uno me abraza
Cumpliendo su gran deseo
Principia de un modo feo
El reparto del botin
Machucado quedé al fin
Con el feroz guaraqueo.

  Un chiquillo mui mediano
En esa cuadrilla andaba
I era el que mas se apuraba
De echarme barro, inhumano
Pegué un grito pero en vano
Me defienden pues me creo
Luego un hombre que yo veo
De ausilio pegaba un grito
I me marché lijerito
Con el feroz guaraqueo.

  Yo luego traté escapar
En cuanto allí me soltaron
Pero que cuasi me ahorcaron
Sin poder pues respirar
pudiéronse conformar
Despues de pasarme el deo
A ninguno se hizo reo
I al otro dia siguiente
Cayeron tres de repente
Con el feroz guaraqueo.

  Por fin lo que yo sentí
Han sido los machucones
Que me hicieron los ladrones
Apoderados de mí;
Tun aflijido me ví
Que estuve en gran devaneo
No fué tan grande el saqueo
Como fué el de mas abajo
Me vi fregado debajo
Con el feroz guaraqueo.

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LA ARISTOCRACIA
AHORCANDO A LA REPUBLICA

  Arriba, pueblo chileno.
No te dejeis ultrajar,
Alza la voz siempre ufano.
Y el triunfo, prodrás cantar

  Pobre Chile si teneis
Un gobierno que te ahoga
Apretándote la soga
De continuo sufrireis,
Al ciudadano vereis
De pura amargura lleno,
Con el semblante sereno
Nos vemos en la desgracia
Defended la democracia,
Arriba pueblo chileno.

  Los banqueros ajiotistas
Aristócratas ¿qué hacen?
En urjirnos se complacen,
Para ser capitalistas
Las personas desprovistas
No hallan en que trabajar,
Con razón se han de quejar
Por este mal desarreglo,
Por eso te advierto pueblo
No te dejeis ultrajar.

  Los hombres de la Moneda
Son nuestros verdugos crueles,
Será preciso que veles
Los hechos como se pueda,
Le achacan que Balmaceda
Ha sido el que fué tirano.
Hacía un abismo cercano
Ya nuestro pueblo camina
Sobre la próxima ruina
Alza la voz siempre ufano.

  Senadores, diputados
Y los ministros tambien
Por tanta ruina que ven
Todos se quedan callados
Como estan tan bien situados
Nunca se habran de acordar
Del obrero que ha de dar
El quilo, por mantenerse;
La protesta debe hacerse
Y el triufo podrás cantar

  Los ricos, el montepio
Se lo dan porque merecen,
Si los pobres á pedir fuesen
Los dejan seguro al pio.
Yo por no llorar me rio
De las cosas que se ven
Pues haciendome el pequen
Parece que claro canto
Y le doi fin sin quebranto
Por si alguien no lo halla bien.

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