Captura de un bandido.
ALBERTO NAVARRETE EN SU PRISION.

     Ya pillaron al bandido,
     El que dió muerte alevosa
     A Pancho Galve i su esposa
     Navarrete es su apellido.

  El viérnes fué capturado
El Alberto Navarrete,
Considerando de que éste
Taba bien asegurado,
I con grillos remachado
Creo que lo habrán tenido
Por haber acometido
Es crimen tan atroz,
Por eso el diario esplicó
Ya pillaron al bandido.

  Por el doble asesinato
Purgará este criminal
Por la justicia legal
Sufrirá vario maltrato.
I por la injuria de un rato
Pasará quizá qué cosa
Por su mano tenebrosa
Está sufriendo condena
De grillo i dura cadena
El que dió muerte alevosa.

  Si por una vanidad
Varios se hacen homicidas
Hasta esponer su vida.
Derecho a la eternidad
Por ese crimen audaz
De su mano vigorosa
Su alma estará pesarosa
Al recordar lo presente
Por haber dado la muerte
A Pancho Galve i su esposa.

  Cuando interpelado fuese
Por la justicia en verdá
El diario lo esplicará
La condena que merece
Como por eso acontece
Que su nombre se ha sabido
I sabrán de que éste ha sido
Por el minimo pretesto
De que éste se llama Alberto
Navarrete es su apellido.

  Al fin está el homicida
Preso ahora de tal suerte
Quizá por hacer dos muertes
Vaya a pagar con la vida
Que prosperante tenia
Talvez en mui corto tiempo.
I según yo lo contemplo
Por ese acto tan fatal
Llegará este criminal
A servir de atroz ejemplo.

       JUAN DE DIOS PERAL[TA]
Impreso por P. Ramirez.—Echáurren [6]

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Contrición del reo.

     Cometí el crimen sangriento
  Con líquido en la cabeza
  Pero ya hice la torpeza
  Fuera del conocimiento.

  El primer dia de Enero
Andaba un poco embriagado
Solo para ser malvado
Infame el mas altanero
Ahora estoi prisionero
Sufriendo duro tormento
Quizás en aquel momento
Me vino la hora fatal
Porque con mano infernal
Cometí el crimen sangriento.

  Por eso es que apesarado
Suspirando digo ahora:
El mundo es la vana gloria
Por el liquido malvado;
I por él ¿cuántos honrados
Hombres no han hecho torpeza
I han quedado en la bajeza
De toda una desventura?
Esto lo hace la criatura
Con líquido en la cabeza.

  El crimen que cometí
No lo habria cometido
Estando en mi buen sentido
Para no hacerme infeliz
Ahora digo: ¡ai de mí!
He caido en la bajeza
De la mas fatal pobreza
Cabe un chinchel o despacho
Donde me hallaba borracho;
Pero ya hice la torpeza.

  I tambien debo advertir
Que es embriaguez de la suerte,
Porque al hacer las dos muertes
Fuí el hombre mas infeliz
En criminal el mas vil
Me torné en aquel momento
Ni el loco mas desatento
Tal intencion ha tenido
Para ser un forajido
Fuera del conocimiento.

  Al fin, si está apesarado
De nada le servirá
I su crímen pagará
Que al pueblo deja indignado.
Mató a dos matrimoniados
Ya ven que es doble delito
éstos tenian hijitos
Dicen los que han presenciado,
I por este hombre han quedado
Huérfanos los pobrecitos.

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Depredaciones.

     En una calle central
  Que se cometan destrozos
  Es mui triste i vergonzoso
  Para nuestra capital.

  Que dirá la jente honra
Al saber lo ejecutado
Se quedarán alarmados
Por este crimen audaz
Todo el mundo temerá
Este crimen tan fatal
Ya no podrá traficar
Por temor al individuo
Al ver lo que ha sucedido
En una calle central.

  Ya ven lo que hace el malvados
El que es feroz asesino
En las calles o caminos
Hasta de dia han salteado
A cuantos no han patraqueado
Los mui infames mañosos
Esto sin ningún reposo
Los dan tan malos ejemplos
Sin que pase mucho tiempo
Que se cometan destrozos.

  Si sale algún transeunte
Aunque lo sea temprano
Luego los golpes de mano
Reciben del indolente
Los aturden igualmente
I con bastante reposo
Estos hacen su negocio
A veces por pocos cobres
Lo hacen con ricos i pobres
Para el pueblo es vergonzoso.

  Ya ven lo que el asesino
En la calle de Duarte hizo
Vino i mató a un sumiso
I despues marcha en camino
De ese barrio los vecinos
Nadie lo pudo agarrar
Al infame criminal
Aunque no se fué al momento
Es un desacreitamiento
Para nuestra capital.

  Ademas voi a decir
Que este cuando les pegó
De ahí no se retiró
Hasta que lo vió morir
Este infame varonil
A la muerte no temia
I el miedo no conocia
Este malhechor malvado
De este crimen penetrado
Les daré la despedida.

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Asesinato i fuga.

     Por mano de un individuo
  Un matrimonio murió;
  Pero el bandido arrancó
  Sin poder ser aprehendido.

  A calle Duarte llegó
Un horrendo criminal
Con intencion de robar
Según considero yo.
Su intento no consiguió
Aquel feroz forajido,
Por lo que fué detenido
Por aquellos concurrentes
I un matrimonio fué inerte
Por mano de un individuo.

  El malhechor de manera
Salió a la calle rabiando
Puñaladas disparando
Como la mas brava fiera,
Privando que lo aprehendieran
Ni nadie siguiera en pos
I mui prontó ejecutó
La muerte de un matrimonio
Por causa de este demonio
Un matrimonio murió.

  Sin respeto de la jente
I sin haber policia
Hizo éste su fechoria
Este asesino indolente,
La sangre corrió a torrente
De las puñalás que dió
El vecindario quedó
Pensando en lo ejecutado
I el contar les ha quedado
Pero el bandido arrancó.

  Un mayordomo salió
Tambien del sitio vecino
I mui luego el asesino
Un dedo le rebanó
El herido se arrancó
Cuando ya se vió vencido
Pues el infame atrevido
Todo lo hizo de improviso
I de ellos hizo i deshizo
Sin poder ser aprehendido.

  Al fin aquel homicida
Se fué sin ningún temor
Aunque cometió un error
El mas grande de esta vida.
Pero doña Policía
Quedó mui desacreitá
Es mucha temeridad
I en tal pueblo es espantoso
Que se cometan destrozos
I ella no los vea jamas.

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Plegaria del reo.

  No consientas padre amado
Que mi alma sea perdida
Por quien rendistes la vida
I tu sangre has derramado.

  En capilla cuatro dias
Antes de morir lo fuí
I mi pobre alma infeliz
Solo pensaba en María
I en Dios mi segura guía
Que perdona los pecados
Del hijo mas descarriado
Ha tenido compasion
I el morir sin tu perdon
No consientas padre amado.

  Desmayado, sin consuelo,
Salia el desventurado
Con su cuerpo desplomado
Dando con él en el suelo
Clavando su vista al cielo
I arrodillado decia
Ah! pobre desgracia mia
Si eres reo del infierno
No consintais Padre Eterno
Que mi alma sae perdida.

  Les temblaba el corazon
A todos los concurrentes
Solo al ver al delincuente
Acercarse a su mansion
Lloraba de compasion
La jente que concurría
I el reo se enternecia
Temblando i llorando dijo
Perdona, Señor, a tu hijo
Por quien rendistes la vida.

  Antes llegar al banquillo
Con gran tristeza se hincó
I el crucifijo besó
Como el finado Triviños
Al resonar de los grillos
Varios fueron desmayados
Nadie se halló contristado
De todos los concurrentes
Para ejemplar de la jente
Ya tu sangre has derramado.

  Al fin la jente salia
Con su corazon penoso
Varios llorando a sollozos
Con la cara enternecida
Pero tuvo el homicida
Auxilio de un relijioso
Lo bendecia él virtuoso
El alma de tal manera
Para que derecho fuera
A manos del poderoso.

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Ejecucion de Belarmino Ponce

     Una vida que quité
  Me condujo al precipicio
  Me llevaron al suplicio
  I con mi vida pagué.

  Por causa de una querida
Que fué mi idolatrá antes
Por darle muerte al instante
Hasta quitarle la vida
Por eso fui homicida
I me hice reo a la vez
Me sucedió en el café
De los Andes. En seguida
A pagar voi con la vida
Una vida que quité.

  Luego que fui aprisionado
Me hice enfermo sin igual
Fuí llevado al hospital
I allí estuve hospedado
Por no ser ejecutado
Solo encontré ese resquicio
Con el notario Bitrisio
Que mi cuerpo examinó
I como nada encontró
Me condujo al prepicio.

  A la cácel fui llevado
I luego que ahí llegué
a un tal Enrique encontré
Que allí estaba aprisionado
Yo con él aposentado
Lo conquisté de improviso
I él de buenas ganas quiso
El buen plan que le formé
Porque los grillos limé
Me llevaron al suplicio.

  Con mas grillos i cadenas
Por castigo me pusieron
I en ese dia me hicieron
Notificar mi condena
I a sufrir con dura pena
En tal momento me hallé
Compasion ni una encontré
Yo por mi horrenda malicia
I por la dura justicia
Con mi vida pagaré.

  Hoi dia sucumbiré
Con la muerte en un instante
I a todos los tripulantes
El perdon les pediré;
De escarmiento serviré
De vuestros pueblos vecinos
Recordarán de contínuo
Todos los que han presenciado
La muerte del desgraciado
De yo Ponce Belarmino.

       JUAN DE DIOS PERALTA.

       Impreso por P. Ramirez.—Echáurren, 6.

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Preguntas.

  El soltero nunca espere
Matrimonio contraer,
Si respecto a su mujer
No ha de cumplir sus deberes.
Tienes todos los poderes
Para ser matrimoniado,
I tú mismo la has buscado
Conforme a tus intereses:
¿Por qué entónces la aborrces?
Pregunto al hombre casado.

  Acuérdate, Salvador,
Del crímen que cometiste,
I ahora de negro viste
La gran fama de tu honor
Quizá sin ningún temor.
A esa hora te cegaste,
O de Dios no te acordaste
Si acaso estabas curado.
Hombre de sentido aguado,
¿Por qué a tu mujer mataste?

  Que Dios te libre, Farías,
Si te llegan a pillar,
De que no te hagan pagar
Con esa tu amable vida!
Pues te hicistes homicida
Cuando menos lo pensaste.
¿Por qué no reflexionaste,
Si alguna rabia teías,
Para no quitar la vida
A quien tanto acariciaste?

  Recordarás, hombre indigno,
Que a tu mujer ultimaste,
I su cabeza cortaste
Con espíritu maligno.
Hicistes el desatino
Mas grande de este poblado,
I quizá no has recordado
A tu esposa tan querida,
A quien tanto apetecias
Antes de haberte casado.

  Al fin, al pueblo alarmaste
Con ese crimen horrendo,
I eres reo del infierno
Porque a tu mujer mataste.
Al demonio te entregaste
Con todo tu corazon,
I de Dios no habrás perdon
Al tiempo de fenecer,
Por matar a tu mujer
Con tu mano de dragon.

Nota: para esta décima se usó una tipografía mayor lo cual dejó fuera la cuarteta inicial. Creemos que es una décima glosada y esta es la cuarteta que no enuncia:

Pregunto al hombre casado.
¿Por qué a tu mujer mataste?
A quien tanto acariciaste
Antes de haberte casado.

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Salvador Farías.

     Un hombre, sobre curado,
  A su mujer ultimó;
  El pescuzo le cortó
  Este malintencionado.

  Entre Franklin i Placer
Una pieza éste arrendaba;
Y curado este hombre, daba
En celar a su mujer.
Tenía el veneno cruel
Como un demonio encerrado
En su pecho, i ensañado
Cometió el crimen fatal,
Para hacerse criminal
Este hombre sobre curado.

  Uno que vivia al lado
Sintió un grito lastimero,
Z fué Valentin Quintero,
Que de la occisa es ahijado.
Este se encontró aterrado
Cuando a la pieza entró;
Luego a la calle salió
Diciendo que su padrino,
Para hacerse un asesino,
A su mujer ultimó.

  A dar fé de lo ocurrido
Llega el capitan Rodriguez,
Y ordena que pronto pillen
Al malvado forajido.
Por crímen tan atrevido,
Este asesino feroz
No tendrá perdon de Dios
Y lo habrá de padecer.
Por celos a su mujer
El pescuezo le cortó.

  Este corazon de fiera,
Con el mas pérfido intento,
Cometió el crimen sangriento
De tan horrible manera.
El capturalo se espera.
Mui luego al desbaratado,
Y despues de aprisionado
Que el crimen pague es deber,
Por matar a su mujer
Este malintencionado.

  Al fin, Salvador Farías,
Si lo llegan a pillar.
Su delito ha de purgar
De tan atroz tiranía.
Oh! qué pena sentiria
El hermano o el compadre,
El cuñado o la comadre,
Que al fin parientes tendrá,
Y mucho mas sentirá
Su anciana i querida madre!

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Ejecucion del reo Lobos.

     Ya con la vida pagó
  El que dió muerte alevosa
  A la señora Larrosa
  I varias cosas le hurtó.

  De la capilla salia,
Y a cada paso que daba,
El crucifijo besaba
Con mirada enternecida.
Con una pena crecida
Y rezando en alta voz,
En el banco se sentó
A sufrir la última pena:
Se cumplió en él la condena,
Y con la vida pagó.

  Se desmayaba la jente
Al resonar de los grillos;
Lloraban viejos i niños
Al ver a aquel delincuente.
Gacha hácia el suelo la frente
Con mirada vergonzosa.
Toda la jente penosa
Quedó cuando resonó
La descarga que ultimó
Al que dió muerte alevosa.

  Tambien presenció la jente,
Cuando en alta voz rezaba,
Que sus ojos inundaba
De lágrimas un torrente.
De dolor prueba evidente
Por su accion tan desastrosa.
Y con mano temblorosa
El crucifijo abrazó
El que la vida quitó
A la señora Larrosa.

  Se hincó mui de buena gana
Y esperó la absolucion
Y la santa bendicion
De la relijion cristiana.
Ese dia en la mañana
En oracion lo pasó,
Confesándose con Dios
De su culpa cometida.
Ese infeliz homicida
Que varias cosas hurtó.

  Al fin, Dios ha recibido
La alma de ese pecador,
Depurada en el dolor
Por el castigo sufrido.
Criminal arrepentido,
Ha alcanzado su perdon.
Como en igual situacion
Alcanzólo en el Calvario
Otro infeliz perdulario
Que se llamó el buen ladron.

       JUAN DE DIOS PERALTA.

       Impreso por P. Ramirez.—Echáurren, 6.

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La negativa del reo.

     Nada le sirvió el negar
  El crímen que cometió,
  Porque siempre lo pagó
  Con la pena capital.

  Dos hombres i dos mujeres
Entraron en el partido,
Y el que en él ha sucumbido
Pedro Lobos se refiere.
La justicia en sus deberes
Lo ha sabido castigar;
Y aunque quisiera escapar
Al castigo merecido,
A este feroz forajido
Nada le sirvió el negar.

  Cuando reos los tomaron,
El juez los interpeló,
Y todos a una voz
El atentado negaron.
Pero luego confesaron
Y la sentencia se dió;
Por ella se condenó
A la pena capital,
Y Lobos vino a pagar
El crimen que cometió.

  Los otros tres por razon
Se libraron de la muerte,
Pero los lleva su suerte
A una perpetua prision.
En esa horrenda mansion
Lobos la vida entregó;
A pesar de que negó
Delante de la justicia.
No le sirvió su malicia,
Porque siempre lo pagó.

  Cuando condenado fué
Se postró a Dios humillado.
Dejar de ser fusilado
Ese favor no encontré.
Asi ahora pagaré
Mi delito sin igual;
Como un feroz criminal
Voi a servir de escarmiento;
Y daré mi úlimo aliento
Con la pena capital.

  Al fin, el sabado fuí
En la capilla hospedado;
Y antes de ser fusilado,
Tres dias allí sufri.
Como intranquilo dormí,
Soñé una vez de improviso
Que me llamaba el Altisimo,
Y mis culpas perdonaba,
Y que despues me llevaba
A gozar del Paraíso.

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