Desconsuelo
de un amante

  Bella ninfa encantadora,
Por qué me maltratas tanto;
Tu desconsolado llanto
Me atormenta a toda hora.

  Dueña mia, si pensais
Colocar en mí tu amor,
No creas que en un traidor
Tu amor depositais;
Pronto a persuadir te vais
Preciosa luz de la aurora,
Por tu mirada señora
El corazon te daré.
I por tí me moriré
Bella ninfa encantadora.

  Cuando te veo llorando
Se me oprime el corazon;
Dime si no es razon,
Que en tí me lleve pensando.
Si te veo suspirando,
Mas se redobla mi llanto;
En quererte no quebranto,
Te digo bien claramente,
I dime tú francamente,
Por qué me maltratas tanto.

  Si tú lloras por mi amor
Eso no debes de hacer,
Porque podeis sin saber
Aumentar mas tu dolor;
Vivamos será mejor;
En amores otro tanto,
Que de amarte no me espanto,
Amada prenda querida,
Pero me quita la vida
Tu desconsolado llanto.

  Si me quieres, yo te quiero,
Te prometo como hombre,
I te juro por mi nombre
Que por tu vida me muero;
I de tí lo mismo espero
Sin tener una demora;
Te estimo como señora
I a tu lado soi feliz;
Pero tu llanto por mí,
Me atormenta a toda hora.

  Al fin en mi corazon
Siempre te tengo presente,
Como un astro reluciente
De toda consolacion;
Solo espero una ocasion
Para mostrarte mejor
Hasta dónde tu amador
Con su cariño ha llegado;
Porque a tí se ha entregado
Como preso por tu amor.

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Carta del reo Ortiz

  Con mano mui temblorosa
La pluma ahora he tomado,
Para escribir resignado
Esta carta dolorosa.

  Hoi, solo, en una prision
A costa de duras penas,
Voi llevando unas cadenas
Que oprimen mi corazon.
A Dios pido compasion
De mi suerte trajediosa;
Mi vida es tan angustiosa
Que mas no quiero estar vivo,
Por eso esta carta escribo
Con mano mui temblorosa.

  La mala fortuna mia
I mi desgraciada suerte,
Van a acarrearme la muerte
En afrenta tan crecida;
Así perderé mi vida,
Pero ya estoi resignado.
Dios mismo que me ha creado
Me llama talvez a juicio,
I ántes de ir al suplicio
La pluma ahora he tomado.

  Adios, pues, mi patria amada
A quien tanto te serví,
Ten hoi lástima de mí
Por mi suerte desgraciada.
Adios madre idolatrada
Ya se va tu hijo amado
El adios que te he mandado
Es último entre los dos,
I fuerza pedí a mi Dios
Para escribir resignado.

  De todo Santiago entero
Me despido ya al morir,
Mi carta ha de recibir
Con un dolor verdadero.
Yo no soi, pues, el primero
En esta vida angustiosa,
Que en una muerte afrentosa
Pago lo que cometí;
Por eso al mundo escribí
Esta carta dolorosa.

  Por fin, pues, ya me retiro
De este valle doloroso,
I al cielo me iré glorioso
Confiado en Dios a quien miro.
Al dar mi último suspiro
Doi mi adios en esta vida;
Al lanzar esa agonía
Que va a conducirme al cielo;
Diré con todo consuelo
Adios mi madre querida.

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El indulto
DEL REO ORTIZ

  El reo Ortiz indultado
A última hora ha sido;
Así el Consejo ha querido
Enmendar su rumbo errado.

  Despues que le confirmó
El Consejo la sentencia,
Inspirándose en clemencia
El rumbo errado enmendó;
Pues al reo perdonó
Despues que aquel desgraciado
Se le mantuvo encerrado
En los brazos de la muerte,
I solo fué por su suerte
El reo Ortiz indultado.

  Despues que en una capilla
Se le mantuvo sufriendo
El Consejo vino haciendo
Una caridad sencilla.
El pobre reo se humilla
Despues que ha permanecido
Moribundo i sin sentido
Solo esperando el momento
Librado de un gran tormento
A última hora ha sido.

  Con gran júbilo la jente
Se ha impuesto de la noticia,
Aplaudiendo la justicia
Está ahora, claramente.
Compasion de un delincuente
Se sabe, pues, que han tenido
Aunque a último haya sido.
En fin, que ya al desgraciado
Del banco se le ha librado,
Así el Consejo ha querido.

  Celebramos la cultura
Que en Chile, pues, se ha alcan-
       [zado.
Hoi está civilizado
Lo prueba su lealtad pura;
Del banco una creatura
Por compasion se ha librado;
Aunque el Consejo de Estado
Se mostró al principio cruel,
Hoi vino de un modo fiel
A enmendar su rumbo errado.

  Por fin, pues, el desgraciado,
De la muerte se libró;
Por primero trepidó
En encontrar un malvado,
Un verdugo despreciado
Que la vista le vendara.
Como éste se encontrara
El Gobierno, claramente,
Por fin se mostró clemente
I él mismo entónces lo ampara.

19,070.— IMP.CERV.

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Sobre el novio que asesinò
a su novia por celos
i una próxima ejecucion

  Voi hablaros mis lectores
Sobre el novio desgraciado
Que a su novia ha asesinado
Por infiel a sus amores
Este jóven, pues, señores
Un dia le dió contento
Palabra de casamiento
Según lo que yo me infiero
A una tal Zoila Romero
La que lo aceptó al momento.

  Su amistad desde aquel dia
Tanto incremento tomó
Que ya solo pues se habló
Del matrimonio que habia
Todo en completa armonía
Dice el diario que marchaba
Cuando un peruano empezaba
A llegar con mucho esmero
A casa de la Romero
I de ella se prendaba.

  Palominó le increpó
Sobre su nueva amistad
I poca fidelidad
Que en Zoila reconoció
La Romero contestó
No de bien modo a su amante
El jóven desde ese instante
Pensó en quitarle la vida
A su novia tan querida
Porque no le fue constante.

  Así como lo pensó
El pobre novio, diré
Cuando a ver su novia fu[é]
Con el otro la encontró
Lleno de ravia i enconó
A su amada hácia la puerta
Donde trabó una rellerta
De palabras, pues con ella
I sin haber mas querella
A sus piés la tendió muerta.

  Por fin sobre este sangraient[o]
Crímen yo mas no hablaré
I ahora comenzaré
Hablar del fusilamiento
Que en este mismo momento
Vá a presenciar la nacion
Víctima en la ejecucion
Silvano Silva será
I la lira les dará
Mas datos en otra edicion.

       JUAN B. PERALTA.
       Galvez 826.—Se prohibe
la reimpresion.

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Continuación del pleito del
paco el huaso i el ajenciero

  El tongo del ajenciero
Por el aire se encumbró
I me dicen que cayó
Dentro de un resumidero.

  El futre se enderezo
Con el baston en la mano
Pero luego en el pantano
De nuevo se recostó.

  E[s]taba tan embarrado
Que mas parecia chancho
Despues que andaba tan ancho
No se le vió mas parado.

  El huasito enfurecido
Tantas patadas le dió
Que en la calle le dejó
A él i al paco aturdido.

  Despues riéndose tomó
Por las riendas su caballo
I lijero como un rayo
A su casa regresó.

  Los aturdidos volvian
En sí, momentos despues
I del pánico talvez
Sin sentir se le salian.

  Uno i otro recostado
Todavia tiritaban
I tantos peos largaban
Que era ya un fuego graneado.

  Los ojos apénas abrió
Por primera el ajenciero
I le dijo a un caballero
Ya al guaso se le apreso.

  No señor dijo el futron
Qué dese usted recostado
Mire que ahora anda armado
El huaso con su baston.

  De nuevo se echó a dormir
De susto el pobre ajenciero
I al paco dijo lijero
Guarda no vaya a venir,

  ¿I mi sable dijo el paco
Que se hizo digo yo?
I un jóven le contestó
Se lo llevó el huasamaco.

  Ahora si quedé fregado
Me encuentro dijo el guardian
Del cuartel me botarán
I quedaré desocupado.

  Por fin no temas paquito
Le contestó el ajenciero
Yo daré cuenta primero
De que no tienes delito.

       Continuará

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La seña de mi querida

  El nombre de mi adorada
Lectores les mostraré
En letras los escribiré
Como forma acostumbrada.

  Lectores cuando yo quiero
Escribirle a la que adoro
Una S del buen oro
Firmo en la esquela primero
Luego una a del tintero
Saco con mi pluma amada
De una r acompañada
Para conseguir mi objeto
I con otra a completo
El nombre de mi adorada.

  Con una V su apellido
Comienza precisamente
I una a tan reluciente
Que le acompaña yo he sabido
Luego una l he querido
Agregarle les diré
Ya tres agregaré
Una e linda i hermosa
I el nombre de esta preciosa
Lectores las mostraré.

  Una n pues le agrego
I una z de colores
Una u de mil amores
Que alegre escribo en el pliego
Otra e que traigo luego
Una l con gran fé
Con otra a les diré
Que terminar he querido
I su nombre i apellido
Con letra les escribiré.

  I han visto en el primer pies
Una bien escrita
Una a linda i bonita
Con la que el nombre empezó
Luego una r le agregué
Con mi pluma idolatrada
Puse otra a i dorada
I con las cuatro cabales
Dí su nombre en iniciales
Como forma acostumbrada.

  Por fin su apellido dí
Con una V i una a
I una l que ahi está
Tal como yo la escribí
Una e de por ahí
De mil brillantes busqué
Ademas traje una n
Con una a preciosa
Una a linda z hermosa
I una ela que besé,

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En Honor de Arturo Prat
i sus compañeros de sacrificio.

  Gloria a Prat gloria a Riquelme
Gloria a Aldea i a Serrano
Gloria a todos los marinos
Que inmoló el cañon Peruano.

  En cuanto el Huà[s]car llegó
Donde la Esmeralda estaba
A la bordaje gritaba
Su jefe apénas le vió
Siguidme le replicó
Todo aquel pues que no duerme
I que quiera defenderme
Les dijo i saltó a cubierta
I por esta acción tan cierta
Gloria a Prat gloria a Riquelme.

  Solo tres hombres siguieron
A su capitan valiente
El cual como una serpiente
Salir el Huáscar vieron
Todos asustados fueron
A ver aquel hombre humano
Que con la espada, en la mano
Combatia como leon
I por seguir e su acción
Gloria a Aldea i a Serrano.

  Ríndase mi comandante
Gritó Grau mui sereno
Nunca se rinde el chileno
Prat le respondió al instante
I su espada centellante
Brilló entre los vaporinos
Pero varios asesinos
Le dieron muerte al patricio
I por ese sacrificio
Gloria a todos los marinos.

  Luego el Huáscar poderoso
Bravo como una pantera
Sobre el buque de madera
Se precipita furioso,
Pretendiendo el poderoso
Dar muerte así al araucano
Pero nuestro buen hermano
Burló a sus enemigos
Honra i gloria a los amigos
Que inmoló el cañon peruano.

  Por fin antes que el blindado
Con su espolon les hundiera
La Esmeralda de madera
Se hundió en el mar ajitado
Así el pabellón sagrado
Se perdió precisamente
En las aguas de repente
I en creer nadie vacile
Que al grito de viva Chile
Murió el chileno valiente,

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El desnaturalizado que le
faltó el respeto a la madre

  Un jóven mui desgraciado
Según he sabido yo
A su mamá le faltó
El respeto este malvado

  Desde hace tiempo vivia
Con su hijo una señora
Como hai tantas hasta ahora
I nada les sucedia
Pero al fin pues, llegó el dia
En el que el hijo malvado
Llegó a su casa embriagado
Donde de ella se enamora
Haciéndose en esa hora
Un jóven mui desgraciado.

  La señora se encontraba
Durmiendo tranquilamente
Cuando el hijo delincuente
A la fuerza la tomaba
Ella entonces dispertaba
I con gran fuerza empezó
La lucha, hasta triunfó
De su cruel adorador
Castigándose el traidor
Según he sabido yo.

  Cuando volvió a su sentido
I vió lo que habia hecho
Un cuchillo con despecho
Tomó mui entristecido
Luego como arrepentido
El mismo se castigó
Las carnes pues se cortó
De modo desesperado
Porque solo de embriagado
A su madre le faltó

  Este crimen tan monstruoso
No ha publicado la prensa
Por escándalo o vergüenza
Al mundo culto i honroso
Que un hijo se vuelva esposo
De aquella que el ser le ha dado
O al menos le ha alimentado
Es un crímen mui atroz
Pero faltó ántes Dios
El respeto este malvado.

  Por fin,es verdad que el mismo
El castigo se aplicó
Porque sus carnes cortó
Con sangre fria i cinismo
Su infamia i despotismo
Fué a pagar al hospital
La justicia, es natural
Que lo castigue tambien
I con esto ejemplo dén
Al que esto quiera imitar

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Pròxima ejecucion del reo que
violó a la niñita de 5 años

  Recordarán mis lectores
No con mui poca impresion
La terrible violacion
De este malvado, señores
Sus datos i pormenores
Dá un sentimiento espantoso
Bien sé que el fasineroso
Su crimen, pues va a pagar
Porque pronto ha de escalar
Ese banquillo afrentoso.

  A comprar habia ido
La niñita de que hablo
Cuando este hombre vuelto diablo
Le toma como un bandido
I en sus brazos el atravido
Dislocado la tomó
A un solar la llevó
Donde el bruto desgraciado
Sin pensar en su pecado
A la niñita violó.

  Angol al dia siguiente
En el solar mencionado
Encontró despedazado
El cuerpo de la inocente
Con que amargura la jente
No se impuso es mui posible
De aquella escena terrible
Que lo habia ejecutado
Por las manos de un malvado
Que parece hasta increible.

  Con lo que allí sucedió
El pueblo todo alarmado
Salió en busca del malvado
I encontrarlo consiguió
Donde el juez se le llevó
Con bastante precision
Este ordenó su prision
I en vista de su inclemencia
De muerte le dá sentencia
Para ejemplo en la nacion.

  Por fin pues lo que ha ocurrido
Claro le dice a los padres
O mejor dicho a las madres
Que nunca el niño querido
Despues que se ha oscurecido
No les debe de mandar
Ni ménos pues a comprar
A la hija mujercita
Porque la pobre niñita
Un abismo puede hallar.

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Horrorosos detalles de los úl-
timos temporales

  Por Franklin voi a empezar
A contarles mis lectores
Como están los moradores
Con el grande temporal
Ese barrio popular
Llamado del matadero
Casi quedó por entero
Destruido últimamente
Hablando mas claramente
Con el tremendo aguacero.

  Mui pocos ranchos quedaron
En el barrio mencionado
Pues todo ha sido arrastrado
Por el agua me contaron
Los pobres de alli sacaron
Poco ménos que ya ahogados
Sus cuartos son inundados
De un modo que dá tristeza
Porque al frente de la Empresa
Muchos son los anegados.

  Ahora vuelvo a Padura
I a la calle Benavente
Donde por poco la jente
No encontró su sepultura
El agua se me asegura
Que a mas de un metro subió
La jente a gritos pedía
Socorros les diré yó
Socorros que les prestó
La sesta Comisaria.

  Los mui valientes soldados
Casi a nado pues dentraban
I, de sus cuartos sacaban
En ancas los inundados
Ellos fueron trasladados
Al mercado de San Diego
Por la policía agrego
Que tan digna se mostró
I a la cual le envio yó
Un aplauso desde luego

  Ahora pues volveré
Hablarles de un modo fiel
Del canal de San Miguel
Según lo que allí noté
Este canal les diré
Desde calle Maestranza
Sobre los sitios se lanza
Los bue inunda en una hora
I en su obra destructora
Hasta San Francisco avanza.

  Por esa calle nombrada
Sigue el agua hasta Cintura
Donde en acabar se apura
Ya su obra comenzada
Por la calle titulada
Antigua de Magallanes
No quedaron restauranes
Ni casas sin inundarse
I si alguien llegó a librarse
Den gracias a los guardian[es]

  Por la calle mencionada
Se fué el agua al matadero
Para encontrarse primero
Con las aguas de la Aguada
Ambas sin decirse nada
Continuan sin demora
En su obra destructora
I cuanto encuentran arrast[raron]
I raso el campo dejaron
Apénas en una hora.

  Ahora me volveré
Al Mapocho tan nombrado
Que al pueblo tan asustado
Ha tenido lo diré
Al tajamar según se
Con fuerza lo combatió
I una parte destruyó
De aquel imponente muro
I por poco os aseguro
Que por allí no salió.

  De las Condes silencioso
Venia con su prudencia
Pero al ver la providencia
Se volvió un loco furioso
El puentecito valioso
Que allí se habia arreglado
Ha quedado abandonado
Por el rio diré yó
Porque al norte se mudó
Cuando le vió tan parado

  El rio siempre siguió
Por su canalizacion
Diciendo a la poblacion
Aigún dia saldré yó
El pato Renca pagó
Por su terrible fortuna
El rio sin decir una
I este pueblo aludido
Le dejó pues convertido
Un dia en grande laguna

  Por fin amados lectores
Mui pronto en otra edicion
Seguiré la narracion
De todos estos horrores
Del sur en verdad señores
Nada les hablo por cierto
En esa rejion advierto
Que por haber tantas aguas
Las mauchas se han vuelto t[aguas]
[S]in hablar nada del puerto

Juan B. Peralta.—Galv[ez]

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