Cancion
DE LOS PAJARITOS

  Eres calandria de sonoro canto
Que pulsas la lira de tu arrogancia
yo correspondo con llanto
El bello placer de tu infancia.

  Garza blanquecina al amanecer
Llegas al lago con regocijo,
Mira al nocturno de tu padecer
Que te arrebata tu punto fijo.

  Con tu vago vuelo con luz del
       [dia
Remontas cierta suave golondrina
Bebes el agua con la jerarquía
I tu voz es poca pero peregrina.

  Canario que entonas al rayar
       [la Aurora
Pisas en el arbol que hallas mas
       [umbrío,
Miras a la mata i esperas la hora
orq ue te anuncia el suave rocio.

  Como el cisne moribundo
Cantas la víspera de tu muerte
No habiendo otra ave en el dicho
       [mundo
Que conozca va hacer polvo inerte.

  Al ruiseñor rechazas al viento
Paloma sin hiel del palacio,
 tu pensar es último acento
Tendiendo tus alas en el espacio.

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Nueva cancion
DE LAS VIOLETA

  Oh, flores que tristes naces
En tantas sombras de abrojos,
Yo las imito a mis ojos
I mi amor mal se¡ fundó.

  Flores que a mi pecho vieron
Lanzar momentos de vida;
Mi esperanza desanida
Como el viento la dobló!

  Atractivas, aromáticas,
Nacieron en los jardines
Se secaron los jazmines
I así me he secado yo.

  Como lloran yo tambien
Aparento desventura,
Veo la hermosa natura
Pero mi amor concluyó.

  Regué con mi propia mano
Las plantas de ninfas bellas,
Adonde estan las estrellas
Que yo no las oigo no.

  La única esperanza pierdo
Ya las hojas se secaron,
Como calandrias volaron
Yo seré muerto al rigor.

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Para el poeta Meneses
ESTE FUNDAMENTO

  Qué grueso tiene la tierra!
Qué leguas alumbra el sol,?
Qué hondura tiene la mar?
Contesta si sois autor.

  Escritor que sabes tanto
Según tu preponderancia,
Dadme a saber la distancia
De aqui adonde el padre santo;
Puesto que remontas cuanto
Ese tu injenio se encierra,
Háblame como se aterra
O de que modo figura,
Dime sabio en tu mensura
Qué grueso tiene la tierra.?

  Te das nombre de buen poeta
En Chile reconocido,
I si eres hombre advertido
Que forma tiene un cometa;
Te pregunto cual planeta
Apersigue al arrebol,
De donde es el tornasol
Que hace el arco iris de paz
Responde si sois capaz
Qué leguas alumbra el sol?

  Te ponderas tu poesía
Yo me atrevo a preguntarte
Cual es la tercera parte
Del mundo que veo hoi dia;
Si has leido ortografía
Contestacion me has de dar,
I será sin vacilar
Desarrollando tu labio,
Dime luego como sabio
Qué hondura tiene la mar?

  Por último te pregunto
Por el número de estrellas,
Sin apelar aquellas
Ni escrepar un solo punto;
Noticiame de este asunto
Que eso seria un error,
Siendo, mas que trovador
De pensamientos serios,
Cuantos reinados e imperios
Contesta si sois autor.

  Al fin pregunto diciendo
A usted mi amigo Daniel
Por qué motivo Luzbel
Se halla en el infierno ardiendo;
Usted que pasa escribiendo
Yo me alegro que lo alaben
Cuantos son los que no saben
Digame si lo apercibe,
En cinco estrofas que escribe
Que tantas le caben.

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El sueño de amor

  Soñé que me condenaba
Por estar en tu amistad,
Apartémonos, mi vida,
No salga el sueño verdad.

  Me acosté preciosa bella
Pensando en mi propio amor
I el sueño me fué un terror
Dándote alguna querella;
Como el pensar siempre sella,
Cuando el corazon se graba,
Me pareció despertar
En el letargo penoso.
Como el sueño es poderoso
Soñé que me condenaba.

  Volví a quedarme traspuesto
vi que una ingratitud
Me quitaba la salud,
¿Qué es esto, dije, qué es esto?
Hichizo no es presupuesto,
Fué mas una realidad,
Siento tanto una ruindad
Donde penden los rigores,
Pueden llagar sinsabores
Por estar en tu amistad.

  Si el sueño me sale cierto
¿Qué me aconsejas mi bien?
Si me matara el desden
Quedara en penas cubierto;
I si llegase a ser muerto,
Sin preparar mi partida,
¿Qué me dices mi querida?
Si un fracaso es esperado,
Para morir auxiliado,
Apartémonos mi vida.

  Ultimo dia soñé,
Me causó mas amargura,
I sin igual desventura
Me amenazaba por qué
De mañana madrugué,
Consideré la impiedad
De tan loca vanidad
Que continuamos los dos,
Mas bien separémonos,
No salga el sueño verdad.

  Al fin la separacion,
Siempre que sea oportuna,
Será sin duda ninguna
De ámbos la salvacion.
Olvidémonos por razon
Todo cuanto nos quisimos
El amor que nos tuvimos
Borrará nuestra partida,
Hagamos cuenta, mi vida,
Que jamas nos conocimos.

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Verso de los nombres
DE LAS FLORES

  A un jardin entré i salí
En medio de muchas flores,
I la margarita fué
La dueña de mis amores.

  Oí decir que la rosa
Era reina del jardin,
yo por ver al jazmin
Hice marcha presurosa
Me la brindó por esposa
El mismo hortelano allí
Yo cuido me dijo aquí
Por cierto le agradecía,
Recuerdo de que ese dia
A un jardin entré i salí.

  Me presentó a la azucena
El famoso cuidador,
Me trató con tanto amor
Que hizo mitigar mi pena
El toronjil i verbena
I otras matas de colores,
Alegraban sus olores
I yo del todo admirado,
Estuve un rato sentado
En medio de muchas flores.

  Camelias me señaló
I la flor de la pasion
Esas con cierta razon
En mi mano tomé [yo]
Una albaca me pasó
Con cariño la tomé.
Del clarin me apasioné
I el las mandó entretenerme,
Ninguna quiso ir a verme
I la margarita fué.

  El nardo i el pensamiento
I el precioso clavel blanco
I el aromo por mas franco
Tomarle tuve el intento;
De tanto merecimiento
El trébol no es de los peores,
Solo de ver sus ardores
I al alhelí por mas leal,
Fué la siempreviva real
La dueña de mis amores.

  Al fin digo que el romero
I la violeta en el huerto
Les recibí por lo cierto
Con el mas crecido esmero:
A toda flor por entero
Presenté mi mano igual
I al jardinero en señal
Como curioso paisano
Le di un apreton de mano
I un abrazo al cardenal.

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Un jóven que mató una
HERMANA

  Pedro Perque en Linares
Una hermana de él mató,
Porque queria casarse.
Y él le porfiaba que nó.

  En el Sur mui pocos dias
En una familia buena,
Al oir esto da pena
Con nombre de fechorías;
Entre tantas tropelías
Se ven en esos lugares,
Lo mas del tiempo hai pesares
Dicen del diario salió,
Y ahora se desgració
Pedro Perque en Linares.

  Dicen que empezó a llegar
Un jóven a dicha casa,
Tenia decente traza
Y apreciado en el lugar;
Pedro lo pudo tantear
Y la niña le contó,
Haz de saber de que yo
Casarme dió por respuesta,
Por esa mala contesta
Una hermana de él mató.

  Porque fué tomado preso
Así se le ha preguntado
Por las leyes obligado
El hechor está en proceso;
Estando visto i confeso
Solo espera castigarse,
Si llega este a fusilarse
Y él ha respuesto así fué,
Cierto yo la asesiné
Porque queria casarse.

  Despues un diario decia
Que el reo con grande pecho,
Yo defiendo mi derecho
Infame era la porfía;
Desde que yo no queria
I ella conmigo enojó,
Dejante que me insultó
I al mayor lo amenazaba,
Ella de que se casaba
I el le porfiaba que nó.

  Al fin a ese fratricida
Dicen que está cuasi loco,
Pero una muerte no es poco
Dejar su hermana sin vida;
En vez de ser preferida
Con celo de humanidad
Ahora el pobre qué hará
Esperar lo que es preciso,
El crimen que ántes hizo
La Corte sentenciará.

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Salvaje crímen
EN PUCHACAI

  Tiembla la pluma al narrar
Este crímen horroroso
Mui pronto el fascineroso
Su delito ha de pagar.

  Pino Rubio entabló un juicio
Contra su buena mujer,
Tal hazaña vino a ser
La causa del precipicio.
Buscaba todo resquicio
Por poderla maltratar,
Al fin logró ejecutar
El vil acto aquella hiena;
Tan horropilante escena
Tiembla la pluma al narrar.

  Estaban aparte un mes,
Motivo del incidente,
Cuando llegó el imprudente
Hizo amistad despues.
Mui afable i mui cortes
Andaba bien cariñoso,
Aparentó un buen esposo,
Atento con su mujer,
De un repente vino a hacer
Estre crímen horroroso.

  A dos hijitos llevó
Para el pueblo de Chillan
I el tan tremendo plan
Al otro dia efectuó.
De piés i manos la ató
Del modo mas lastimoso
Un misto mui poderoso
En vino le habia dado;
Realizó el hecho deseado
Mui pronto el fascineroso

  Estando bien amarrada
En un profundo sociego
Un gran brasero con fuego
Entró a su pieza amueblada,
La puerta mui bien cerrada
La dejó sin mas tardar.
Una marca fué a buscar
I se la puso caliente;
Este infame delincuente
Su delito ha de pagar.

  Al fin, con mucha presteza,
Estando con ella solo
Un posillo de vitriolo,
Pues le vació en la cabeza.
Por tercera vez empieza
Esta misma operacion
Cuando entró a la posesion
La sirviente i una amiga
Le desatan la cruel liga,
I él huyó sin dilacion.

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Verso del entierro
DEL SANTA LUCÍA

  De la provincia arjentina
Llegó a Chile un caballero
En busca de un grande entierro,
De oro sellado se opina.

  De onzas son cuatro millones
I un jeneral era el dueño,
El enterró con empeño
En aquellas ocasiones;
Llegaron las aflicciones
Que hasta la fecha termina,
Al hallarlo ni una mina
Jamas le podrá igualar,
Lo que vienen a buscar
De la provincia arjentina.

  Hai cuatro trabajadores
Bien pagados trabajando,
I la tierra estan sacando
Que aparentan a labores;
Particulares señores
Conversan sobre el dinero,
Escondido un siglo entero
Que gusto al ser descubierto,
Con un documento cierto
Llegó a Chile un caballero.

  Al pié del Santa Lucía
En la calle del Breton,
Empezó aquel socabon
Con plata i con alegría;
I un fastama que salia
Ahí mismo en ese cerro
Crujia un puente de fierro
Esto pasaba evidente.
Por eso es que vino jente
En busca de un grande entierro.

  Once metros ya van hechos
Que en señales de tarea,
Un grueso cañon de grea
Se han visto en aquellos trechos;
Han echado al suelo techos
Tres piezas i una cocina.
Antes de hacerles la ruina
San Martin a claro sol,
Ocultó eso un español
De oro sellado se opina.

  Señores han opinado
Que el fastama i sus afanes
Asustaba a los guardianes
En el sitio mencionado;
Si esto será bien pensado
Se ignora si habrá destino,
Otro dice le convino
Al morir algún mortal,
Lo que acopió el jeneral
Lo logró un sér arjentino.

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Un padre que asesinó
UNA HIJITA DE ÉL

  En Angol a una niñita
El padre la asesinó,
Que delito le daria
Que la vida le quitó.

  Lo que se está viendo hoi dia
Hombres de tanto intento,
De tan poco miramiento
Que hacen una tropelía
Esto es como una herejía
Que hasta el corazon palpita
Al mas cruel verdugo imita
O a Heródes el idumeo,
Un cruel sació su deseo
En Angol de una niñita,

  Llegó aquel facineroso
Donde estaba la inocente
I la tomó de repente
I el bárbaro agarró un trozo;
De leña con un reposo
I este nada le avisó
Ella tampoco arrancó
Sin enojo ni otra seña,
De modo que a la pequeña
El padre la asesinó.

  Todavia un hambriento
De los que cruzan los cerros,
Tiene temor a los perros
Sin tener entendimiento;
Pero aquel tigre sediento
De sangre humana ese dia
Siendo su hija que le haría
Se sintió una voz penosa,
Darle una muerte alebosa
Que delito le daria.

  Los vecinos se admiraron
De ver aquel sacrilejio,
I unos hombres con colejio
Llegaron i lo amarraron;
Declaraciones tomaron
I a la cárcel se mandó,
El juez del crimen le habló
Al picaro satisfecho,
Que mal le puede haber hecho
Que la vida le quitó

  Al fin aquel malhechor
En hacer muerte se fija,
Desde que haya muerto a su hija
Al prójimo será peor;
A la cuenta es el terror
De Concepcion i Mulchen,
Con este hombre libra quien
Nadie le pondrá ni asiento,
Si esa sangre tan sedienta
Es mas peor que el pihuichen.

       Imp. Moneda, 843

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Elodias

  Yo te voi a contestar,
Te convencerás aquí.
Por cierto a Jesemaní
Lo dirijió el Celestial.

  Una respuesta segura
Os dará mi pensamiento,
Por el Concilio de Trento
I la sagrada escritura.
Esa preciosa lectura
Que no deja que dudar,
Que el primer hombre al estar
Por la Omnipotencia,
Era un ser con inocencia
Yo te voi a contestar.

  Luego te voi a decir
La falta que cometió.
Un árbol les prohibió
El Señor, es advertir.
Puesto se leer i cocribir
I al clero tambien oí.
Que Satanas vino allí
Donde los dos inocentes
I perturbó a los vivientes;
Te convencerás aquí.

  Con una espada de fuego
El ánjel se apareció,
I a los dos los reprendió
I a la higuera fué su ruego.
Con las hojas el apego,
Cubrieron su cuerpo así.
Esto puedes creerme a mí;
Te aseguro sin desden.
Se fueron del noble Eden
Por cierto a Jesemaní.

  Lo que Adan le contestó
Todo lleno de vergüenza,
Diciendo: Señor, mi ofensa
La serpiente me engañó.
Esto lo he leido yo
Que el espíritu infernal,
Fué la causa de aquel mal
I de la muerte heredero,
Aun vuelto decirlo quiero
Lo dirijió el Celestial.

  Al fin, Mauricio mi esposo,
Sus preguntas contesté,
De nuestros padres porque
Faltaron al Poderoso.
Mi poco injenio empeñoso
Sin salir a otros lugares,
Por desechar los pesares
Son las estrofas que yo hago,
Si las llevan a Santiago
Censuran los populares.

       DESIDERIO PARRA.—(Poeta pequen)

Nota: este verso es la respuesta a Contrapunto de Elodías Alvarado con su marido Mauricio Inostroza, de La Ligua

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