LA MUERTE
de la calle de San Pablo.

  El domingo sucedió
un hecho mui desgraciado
que todos los que lo vieron
quedaron mui consternados.

  Un policial conducia
preso a uu pobre ciudadano
y con golpes i empellones
lo maltrataba inhumano.

  El preso de la dureza
con que el paco lo trataba
con palabras suplicantes
sin cesar se lamentaba.

  Pero él no oia sus ruegos
ni tenia compasion.
del pobre que le rogaba
con vergüenza i afliccion.

  I tanto al fin lo ultrajó
que en un infeliz momento
de un empellón a la linea
echó al desgraciado preso,

  El carro en esos instantes
por allí veloz pasó
y pasando sobre el preso
muerto al punto lo dejó.

  El policial como siempre
se quedó como en su casa
porque saben de que nunca
nada en el cuartel les pasa.

  Sucede que se cometen
injusticias con crueldad
porque nadie sino el paco
dice siempre la verdad.

  Llevado fué el pobre preso
al hospital con razon
y de allí fué trasladado
al otro dia al panteon.

  Interrogaron al paco
y él mui fresco respondió
por una casualidad
a la línea se cayó.

  Los jueces en estos dias
tan torpes i crueles son,
que al pueblo nunca le hallan
ni una sola vez razon.

  Nadie responde en la vida
de esta muerte tan atroz,
no teniendo reclamante
todo queda en paz con Dios.

  Señores: este es un crímen
que debe ser castigado
para que no se sucedan
estos hechos desgraciados

  Porque si no se acostumbran
a estas infames jugadas
y seguirán cometiendo
otras miles bribonadas.

  Pidamos que no se deje
sin un castigo esta accion.
para que haya por el pobre
un poco de compasion.

       Juan Moreira

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Cartas escritas por los reos Núñez Otaiza ántes de ser ajusticiados.
El reo Núñez a su esposa.

  Hoi se me leyó sentencia
de muerte amada Clarisa,
y en pocos momentos mas
no contaré con la vida;

  Mi sufrimiento es terrible
al mandarte la noticia,
me encuentro desesperado;
con pena tan homicida:

  Morir i no verte mas,
el alma me martiriza
pero ya no hay compasion
mi inolvidable Clarisa:

  Por eso estoi resignado
y con mi alma arrepentida
espero la hora fatal
en que he de rendir la vida.

  Muero esperando que Dios
me perdone i me permita
que nos veamos los dos
cuando emprendas la partida

  Perdóname tú tambien
tiene compasion Clarisa,
y por mi muerte no llores,
porque voi a mejor vida:

  No llores, mi fiel esposa,
perdóname, no te aflijas,
adios, Clarisa adorada,
adios, hasta la otra vida!

       Tu marido
       José Maria Nuñez.

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Cartas
escritas por los reos Núñez 
Otaiza ántes de ser ajusticiados.
Manuel Otaiza a su hermana

  Mi pobre hermana querida
con el corazon partido
desde esta triste prision
mi última carta te escribo,
para darte a conocer
le suerte que me ha cabido;
estoi condenado a muerte
y el lúnes iré al banquillo.
Pero ántes de mi partida
hermana, un favor te pido:
quiero verte i estrecharte
con efusion i cariño,
y hacerte el supremo encargo
que cuides a mis hijitos
que quedan desamparados
y su honor comprometido
porque son hijos de un padre
que murió por sus delitos.
Pidele a Dios i la Vírjen
que me perdonen i asilo
me dén en la eternidad
donde mui luego habré ido.
Adios, mi querida hermana,
no me eches en el olvido;
si no tienes resistencia,
no vengas, yo te lo pido;
y por tu infeliz hermano
ruega al Dios de lo infinito;
Adios, pues, hasta la tumba,
tu hermano que te ha querido

                        Manuel Otaiza.

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EL NAUFRAJIO
Mas de ochenta ahogados.

  En el Estrecho se hundió
el vapor Golfo de Adén
i de entre los pasajeros
se ahogaron como cien.

  Causaba profunda pena
el ver cómo los marinos
imploraban a los cielos
y los auxilios divinos.

  Con lágrimas en los ojos
y lastimero clamor
rezaban sobre cubierta
del desgraciado vapor.

  Entre marinos i jente
que en la nave se embarcó
i que eran como doscientos
ni la mitad se salvó.

  La culpa de este desastre
si el diario no se equivoca
fué la de haberse estrellado
en una temible roca.

  Se destrozó enteramente
y en solo un corto momento
se vió el vapor sumerjido
en el profundo elemento.

  Madres e hijos estrechados
con ternura i devocion
imploraban a los cielos
pidiéndoles salvacion.

  Pero no habia esperanza
de salvacion encontrar,
y pronto desparecieron
entre las olas del mar.

  Unos buscaban refujio
en los palos de la nave
pero en tan ruda tormenta
salvación ¡ai Dios! no cabe;

  No hai sino que conformarse
disponerse a sucumbir
tan solo se ve agua i cielo
no hai a quien favor pedir.

  Tantos al fin sucumbieron
que solo ochenta salvaron
los demas en el abismo
sepultados se quedaron.

  Otros por felicidad
llegar a tierra pudieron,
pero sin tener recursos
muchos de hambre murieron.

  Qué será del triste hogar
que llora un deudo perdido,
y que ya no han de mirar
nunca en el hogar querido.

  Víctimas de la ignorancia
de un capitan inesperto
naufragaron sin tener
a la vista ningún puerto

  Y solo queda a sus deudos
sus sollosos i clamor,
pedir por los que fueron
el objeto de su amor.

  Señores: esta es del drama
la penosa descripcion
que hoi mantiene cien hogares
en la mas triste afliccion.

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CARTA
DE AMOR.

  Mi inolvidable Juanita
No puedo vivir sin verte,
Antes, mi bien, que olvidarte
Prefiero encontrar la muerte.

  Desde que te conocí
siento que muero de amor,
me enamoró tu candor
y dichoso i feliz fuí.
No te olvides pues de mí
porque la vida me quitas,
mi pena fuera infinita
si yo llegara a perderte;
tu desden fuera mi muerte
mi inolvidable Juanita.

  Desde la larga distancia
que me tiene separado
ni un momento te he olvidado
con mi fina i fiel constancia.
No te asista desconfianza
de que muero por quererte
y el llegar a poseerte
será mi mayor placer
porque yo, linda mujer,
no puedo vivir sin verte.

  Me enamoró tu hermosura
y tus encantos preciosos,
y esos tus ojos hermosos
como la luna mas pura.
Tus gracias y tu ternura
me arrastraron a adorarte,
y en toda hora y toda parte
te tiene mi amor presente
porque prefiero la muerte
antes mi bien que olvidarte.

  De esta carta que te escribo
para decir lo que siento,
con un puro sentimiento
te pido me des recibo.
Si muriendo por tí vivo
porque eres toda mi suerte,
tambien debo merecerte
un cariño para amarte,
porque antes que yo olvidarte
prefieroencontrar la muerte.

  Dime en la contestacion
que me mandes por correo
si yo mi Juanita puedo
contar con tu corazon.
Si no encuentro compasión
en tu pecho mi querida
mi esperanza está perdida
y antes que vivir dichoso
en un sepulcro horroroso
irá a terminar mi vida.

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Versos del fusilamiento
de MARIA LUISA TAPIA.

  María Luisa es el nombre
De esta infeliz desgraciada
que mató a su fiel esposo
de una feroz cuchillada.

  Triste es lector, lo confieso,
pero por mas que da pena,
con mi pluma mui serena
voi a narrar el suceso.
Tuvo de rábia un acceso
y atacó a traición al hombre,
talvez el lector se asombre
de tan negra cobardía;
de esta venenosa harpía
María Luisa es el nombre.

  En Cauquenes habitaban
María Luisa i su esposo
y de alegría y reposo
mui felices disfrutaban;
tan dulce vida llevaban
cuando la Tapia embriagada
le asestó una cuchillada
mortal en el corazon;
no tuvo de él compasion
esta infeliz desgraciada.

  Esta terrible mujer
era la mas bebedora;
no se le pasaba hora
y lo hacia por placer:
así fué como a perder
llegó su dulce reposo
y con acto vergonzoso
dió prueba de una asesina
pues fué tan torpe e indina
que mató a su fiel esposo.

  Las consecuencias lector
son malas de la bebida,
la Tapia a perder la vida
va en el vicio corruptor:
detestarle con horror
debe la mujer honrada
para que nunca manchada
se vea del deshonor,
dando muerte que dá horror
de una feroz cuchillada.

  Ejemplo tomen lectoras
y lectores de ese crímen,
la pobre criminal jime
en prision triste a estas horas,
Son mui desconsoladoras
las penas de la prision,
oprimen el corazon
y el honor mancha al instante
con un oprobio infaurante
que no tiene redencion.

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  El juez del crímen a muerte
a la Tapia ha condenado,
Y solo falta la Corte
Con el Consejo de Estado.

  Prisionera la tomaron
despues del asesinato,
por su negro desacato
dos grillos le remacharon.
El proceso apresuraron
de la reo de tal suerte,
que en el calabozo inerte
se encuentra la desdichada,
pues la tiene condenada
el juez del crimen a muerte.

  Era de mal proceder
la Tapia antes de casada
porque vivia allegada
a otro hombre por su querer.
Juan Solano era ese sér
con quien ya habia gozado
cuando Fuentes desgraciado
vino a ser su fiel esposo,
y ella el crímen horroroso
tuvo poco ha consumado.

  Muchos presumen que el celo
de su crímen culpa ha sido,
porque tenia un querido
que era de su grande anhelo.
Pero hoi no tiene consuelo
recordando a su consorte
que era su amor y su norte
y a quien no olvida talvez;
ya la ha condenado el juez
y solo falta la Corte.

  Casi todos los testigos
han dicho que la infeliz
cometió el fiero desliz
y el crímen lleva consigo.
No hai conocidos ni amigos
cuando está uno encarcelado,
todos la han abandonado
y ella con santa paciencia
está esperando sentencia
del gran Consejo de Estado.

  El mundo tome escarmiento
en esta triste ocasion
porque pronto en la nacion
va a haber un fusilamiento.
El hombre honrado contento
vive, y con zozobra el pillo:
mas importa ser sencillo
y no ser un criminal,
porque al fin se va a parar
a un tenebroso banquillo.

       JUAN MOREIRA.

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