I
¡No es ladron, no es asesino
Al que llevan engrilado…
Es un valiente soldado,
Que a su patria glorias dió;
I en su altiva frente brila
Esa aureola de los LEALES,
De esos heroes inmortales,
Orgullo de la Nacion!
II
Con su sangre jenerosa!
Regó la tierra peruana
I en pago, talvez mañana
La vida le quitarán…
¡Que hoi la infame tirania,
Para afianzar su dominio,
Hace guerra de esterminio
Al pueblo i su libertad
III
¡Aún se perciben los ¡VIVAS!
Los ¡HURRAS! atronadores
Cuando, cubierto de flores,
Por entre arcos se paseó,
Luciendo en su noble pecho,
Las dos hermosas medallas,
Que entre balas i metrallas
Con su espada conquistó!
IV
¡Acuérdate, patria ingrata.
que un dia fuiste ultrajada
I a cruenta guerra arrastrada
Por Bolivia i el Perú……
Acuérdate que Briseño
Hizo triunfar tu estandarte……
¡I al que ayer corrió a salvarte,
Fusilarte quieres tú!…
V
¡No consientas noble pueblo,
Que los CONSTITUCIONALES
Convertidos en chacales
Logren su sangre beber!
La vida de un inocente
No está a merced de bandidos;
Ni de jueces corrompidos
Sin Dios, justicia ni lei!
VI
¡Un ridículo escarmiento
Quieren hacer los tiranos
Poniendo sus torpes manos
Sobre este leal adalid…
Que no tiene otro delito
Que haber sido consecuente
Con el Mártir Presidente,
Redentor de mi pais!
VII
Si esas glorias fenecieron,
Pues ya ni el recuerdo queda,
La causa de Balmaceda,
Nunca! jamas morirà!
De noche i dia su imájen.
Como la estrella de oriente,
Como el sol resplandesciente.
En el pecho vivirá!
VIII
La bandera de los leales
Ha vuelto a caer plegada…mi gradez
Pero, será levantada
En mas propicia ocasion.
Para entónces emplazamos
A los espias traidores,
A los viles delatores
I al PIRATA inquisider.
IX
Lo que hoi ¡oh patria! nos rije,
No es gobierno… ¡es DICTADURA!
Para mayor desventura
Es esta inquisitoria!
Del preso balmacedista
¿Sabes cuál es su alimento?
¡El azote i el tormento,
Que diariamente le dan!
X
¡SI EL TRISTE SON DE MI LIRA
LLEGA BRISEÑO A TU OIDO,
COMO UN LEJANO JEMIDO
DE ESTE EL MAS LEAL CORAZON
PIENSA QUE SOLO EL DESEO
TE LIBRES DE ESAS CADENAS
I QUE MITIGUEN TUS PENAS
LAS NOTAS DE MI CANCION!
Nota del autor
(4) Cuando todo el pueblo pidió la vida de don Domingo Briseño, como así mismo las repúblicas del Uruguai, Arjentina, etc. i las sociedades de toda especie i tambien los distintos partidos políticos en Santiago, resistiéndose a estas solicitudes el Gobierno, escribió entonces JUSTO MIRALES esta cancion, estando a su vez él perseguido i oculto en vísperas del ya resuelto fusilamiento de Briseño, acusado de haber dado muerte a un guardian en la Plaza de Armas el 8 de Abril de 1893. Estos versos fueron leidos a Briseño en su mismo calabozo en vísperas de ser fusilado, lo que por suerte no sucedió. Hasta hoi no habian sido publicados.
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