Viva nuestro candidato
Riesco, el noble caballero,
Vino abajo Pedro Montt,
El negro tizon de fuego

  Viva mi partido honroso
De la alianza liberal!
Como justo i natural
Salió avante victorioso.
Digo con todo reposo
Con mi corazon cordato
Que me es a mi mui grato
De rendirle hoi homenaje
Por su noble personaje
¡Viva nuestro candidato!

  Por su mérito imponente
I su gran reputacion
Es de esta bella Nacion,
Elejido presidente.
Por eso hoi en lo presente
Orgullézcase el obrero
Al ver que un hombre sincero
Al poder pudo subir
Que tenga buen porvenir
Riesco, el noble caballero.

  Don Jerman ha procurado
Con toda formalidad
De darle prosperidad
A Chile él si es majistrado
Todo esto lo ha decretado
Con afable corazon
Que trabajo a discrecion
Nos dará; así lo esperamos
Con tal que todos digamos
Vino abajo Pedro Montt.

  Los monttinos con afan
A don Pedro el aterrante
Querian sacarlo avante
Rabiosos como satan
Le clamaban a San Juan,
Pero no les oyó el ruego
I yo advierto desde luego
Diciendo lo necesario
Que ya no fué mandatario
El negro tizon de fuego

  Por fin, digo con agrado
En mi versificacion
De que llora Pedro Monta
Porque salió coleado.
Qué pena no le habrá dado
Porque no fué presidente
Al ver que toda la gente
Lo pifia i le hace mofa
I yo advierto en esta estrofa
Que hoi dia se halla demente.

MANUEL MENESES
Calle Esposicion, 54

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  Por la jóven Carmelita
Rindiera mi vida entera,
Siendo que por ella muero,
No importa que padeciera.

  Desde el dia en que la vi
Me cayó en gracia al instante,
I dije: «He de ser su amante
De esta simpática hurí.»
Con ardiente frenesí,
La miré cual palomita
Tan esbelta i tan bonita;
La hallé, digo en mi opinion,
Que diera mi corazon
Por la jóven Carmelita.

  Estoi, desde ese momente,
Mui enamorado de ella
Porque parece una estrella
Del celeste firmamento.
Para mí es un contento
En invierno i primavera
Con mi pasion verdadera
Voi a percibir sus pasos
A fin de unir nuestros lazos
Rindiera mi vida entera!

  Se me figura a la aurora
Cuando asoma en el oriente
Tan bella i resplandeciente
Con su luz encantadora,
Que es tan linda i seductora
Para su amante sincero
Digo franco i con esmero:
«A lo que estoi decidido,
No me negará un pedido,
Siendo que por ella muero!»

  Parece un ánjel de amor
Que vaga en la noche umbría
Por su talle i bizarría
Es como el blanco candor,
Por gozar a esta flor
Mi vida en riesgo pusiera,
Aunque preso estuviera
Sufriendo tormentos, penas
Entre grillos i cadenas,
No importa que padeciera,

  Por fin a cada momento
En ella paso pensando,
I me llevo contemplando.
Su belleza i ornamento.
De llevarla a un convento
Los deseos mios son,
Digo con justa razón:
¿Por qué a mí el amor me incita
Para que el señor curita
Nos ponga la bendicion?

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  De duelo está la nacion
Porque murió el presidente,
En la época presente
Llena está de sensacion.

  Estando en Valparaiso
Su respetable Excelencia,
Sin sentir ni una dolencia
Cayó muerto de improviso;
Esta noticia yo aviso
Al público i sin borron,
Dando a ver en mi impresion
La pena i el sentimiento,
I por tal fallecimiento
De duelo está la Nacion.

  Telegramas han llegado
Acá a Santiago, se advierte,
Anunciando la cruel muerte
De nuestro leal majistrado;
Por eso Chile asombrado
Está frenéticamente
Al ver que de un repente
Ha dejado de existir,
I el pueblo debe sentir
Porque murió el presidente.

  De una horrible enfermedad
Que su Excelencia tenía
Pasó el, en pleno dia
Lijero a la eternidad;
Con toda moralidad
Aviso instantaneamente
El desenlace imprudente,
Mui rápido vino a ser
Ya no existe el que fué ayer
En la época presente.

  De Sur a Norte se sabe
Esta noticia tan triste,
I el que manda ya no existe
Del Estado, la gran nave;
La parca, traidora i grave
Disparó su atroz cañon
A él i sin dilacion
Cortó el hilo de su vida
Su familia distinguida
Llena está de sensacion.

  Al fin, digo al pueblo serio
En esta poesía estensa
Que habrá, lo ed la prensa.
Cambio, pues, de ministerio,
Yo con mis noticias ferio
Al buen público aludido,
Lo que recien ha ocurrido,
Doi a ver a la lijera
La muerte tan postrimera
Del Presidente querido.

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  Esta carta, prenda mia,
Le escribo con gran primor
Para que vea las penas
De mi triste corazon.

  Tomé la pluma i llorando
Principié a escribirle, hijita;
Mis tormentos, palomita,
Aquí se los voi contando.
Ya no puedo ir soportando.
Tan dura i cruel agonía.
Mui escasa es la alegría
Para mí, ninfa preciosa,
Por eso lea gustosa
Esta carta, prenda mia.

  Le digo a usted sin mentir
Mi sensible padecer:
Si no me piensa querer,
Por su amor puedo morir;
No me haga tanto sufrir,
Se lo pido por favor;
Considere el cruel dolor
Que siento con gran delirio,
Todo mi amargo martirio
Le escribo con gran primor.

  Si usted me llegase a amar.
De veras, hasta la muerte,
Bendeciria mi suerte,
Por mi dicha singular;
Jamas la pienso olvidar,
Señorita Magdalena,
Aunque preso en cadena
Estoi yo por su atractivo;
I estos renglones le escribo
Para que vea mis penas.

  Si con fineza me amara,
Rebosando de alegría
Yo mui dichoso seria
Si con usted me casara;
Feliz me considerara
En esta vida en razon
Si con toda distincion
Mereciera su hermosura,
Se acababa la amargura
De mi triste corazon,

  Por fin con todo desero.
Le digo aquí en realidad,
Que tenga alguna piedad
De las lágrimas que lloro;
Solo su perdon imploro
o o en mi corazón herido
Para entonce estar rendido
A sus piés, mi dulce vida;
Por eso, paloma mia,
Que me conteste le pido.

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