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DE LOS GRANDES BANQUETES QUE SE
LES HAN HECHO A LOS ARJENTINOS
I A LOS CHILENOS EN BUENOS AIRES.

  Los marinos arjentinos
Han sido mui banqueteados,
Les han rendido homeneje
Como a grandes majistrados.

  Llegaron en el Sasmiento
Estos nobles ciudadanos,
Los cuales nuestros hermanos
Serán mas tarde, les cuento.
Por describir el contento
Busco consonantes finos.
Porteños i santiaguinos,
Dicen con voz meritoria
Que se hallan como en la gloria
Los marinos arjentinos.

  Primero en Valparaiso
A nombre de la nacion
La gran manifestacion.
Cordialmente se les hizo.
Arreglaron de improviso
Salones bien adornados
Para los recien llegados
Del Plata, digo en verdad,
Que por nuestra sociedad
Han sido mui banqueteados.

  Los hurras atronadores
Los ánimos enardecen.
Pero muchos se adormecen
En los deleites mayores,
Hasta las vistosas flores
Se avivan en su follaje,
I del Plata un reportaje
Dice sin ni un frenesí
Que a los que fueron de aquí
Les han rendido homenaje.

  Nosotros por no ser ménos,
Toda la prensa dirá,
Festejamos a los de allá.
I allá a nuestros chilenos,
De fraternidad llenos,
Estamos bien amistados.
Mucho ántes de ser alzados
Buena voi viendo la cosa,
I unos i otros tiran prosa
Como grandes majistrados,

  Al fin, con pausa i reposos
Os pruebo en mis versaciones,
Si se unen las dos naciones
Serán dos grandes colosos,
Dos paises poderosos
Van hacerse i no hai bolina
En la América latina
Donde ufanos nos hallamos,
Que a todas voces digamos:
Viva Chile i la Arjentina!

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Al que le venga el sayo
QUE SE LO PONGA

  Aquel que tenga talento
Conmigo lo quiero ver,
Para tantearle el saber
Póngame algún fundamento.

  Si hai algún cronolojista
Que sea estudioso i franco,
Yo no le reculo un tranco
Por mas que sea arquimista.
En la ciencia el publicista
Ilustra el entendimiento
Por hacer algún invento;
Sin ocupar a la historia
Contésteme de memoria
Aquel que tenga talento.

  Ya me tienen aburrido
Cada uno con su impreso;
Pero con eso i sin eso
No me les doi por vencido,
Aunque me vea perdido
Atras no me harán volver.
Si me quiere reprender
Alguno por ser profano,
Poetisando mano a mano
Conmigo lo quiero ver.

  Yo no lo habia pensado,
Digo, i en esto me fundo,
Miéntras viviera en el mundo
Meterme de autorizado.
Hoi no sé de dónde he sacado
Tanta cabla en mi creer
Si llego el rumbo a perder
Sin pedir algun auxilio
Salga al frente el mas Panfilio
Para tantearle el saber.

  Si alguno con su impotencia
Me reta en sus ejemplares,
Yo le pondré mis cantares
Que harán doble resistencia.
Sin mas que la intelijencia
Tengo para ser atento
I porque cumpla su intento
Turbo al Cárlos, como digo,
El que se meta conmigo
Póngame algún fundamento.

  Al fin, si hai algún picado
Contésteme lijerito,
Que yo me hallo listito
Para presentar costado.
No se vaya a hacer un lado,
Aquí le prevengo ya,
Mucho mas no tardará
Que caigan los que se alteran,
Tanto que me exajeran
Yo no sé por qué será.

DANIEL MENESES

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Las señas del fin del mundo

  El dia de la tormenta,
Despues que pase el calor,
Será tremendo el dolor
Cuando Dios nos llame a cuenta.

  Siete años ántes vendrá,
Según está decretado,
Un antecristo mandado
Por toda la cristiandad.
Con poder i potestad
Ha de venir con ostenta;
Dichoso el que se arrepienta
Digo pensando i escribo,
No quisiera hallarme vivo
El dia de la tormenta.

  Guerras civiles habrán
Por toditas las naciones,
Llegando esas ocasiones
Compasion no se tendrán;
Las serpientes silbarán
En los montes con furor,
Saldrá el mar ¡oh, qué horror!
I nadie podrá escaparse,
Cesarán de lamentarse
Despues que pase el calor.

  Muchas señas han de haber,
San Jerónimo lo dijo,
I llegando el dia fijo
Principiará el mundo a arder;
Los astros han de perder
Toditos su resplandor,
El sol con ser que es mayor
Tambien se ha de eclipsar,
I dejando de alumbrar
Será tremendo el dolor.

  Temblores se han de sentir
Lo esplican los anales,
Pestes i terribles males
Quitándonos el vivir.
Todo se ha de confundir,
Que es lo que mas amedrenta,
Satan que allí se presenta
Acusándonos de infiel,
Para llevarse los de él
Cuando Dios nos llame a cuenta.

  Al fin, un ánjel glorioso,
Lo dijo el Santo profeta,
Ha de tocar la corneta
Por órden del Poderoso.
Un laberinto espantoso
Se verá, i es natural,
Por la tierra en jeneral,
Los que tuvieran delito
Clamarán al infinito
El dia del Juicio final.

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Versos históricos
LA ESCALERA DE JACOB

  Jacob vió en un gran sueño
Una escala desde el cielo,
Miles de ánjeles por ella
Descendian hasta el suelo.

  Yendo el patriarca en camino
Donde el anciano Saban,
Vió, como comprenderán
La gloria del Dios divino.
En la mente le previno
El Hacedor con empeño,
Porque lo quiso hacer dueño
Para eternizar los frutos,
La escalera de los justos;
Jacob vió en un gran sueño.

  Vió las puertas de la gloria
Abiertas de par en par,
Al Verbo eterno en su altar,
Según esplica la historia.
Todo impreso en su memoria
Le quedó para consuelo,
No sintió ningún recelo
Para ganarse la palma;
Vió con los ojos del alma
Una escala desde el cielo.

  Se consideró dichoso
Con aquel sueño bendito;
Por eso ha quedado escrito
En el libro misterioso.
Vió al querubin hermoso
Mas precioso que la estrella,
Radiante como centella
Cuando le vino a alumbrar,
Dijo que ha visto bajar
Miles de ánjeles por ella.

  Luego que ya despertó,
Hizo de piedra un altar
I se dispuso a adorar
A Jehová, porque vió.
Su pensomiento subió
A la celestial de un vuelo;
Lleno del mas grato anhelo
Los ánjeles, por piedad,
De aquella hermosa ciudad
Descendian hasta el suelo.

  Al fin, Dios le reveló
Según lo que aquí corono,
La gloria i su santo trono
En sueño le presentó.
Su nombre se lo cambió
Por de Israel al patriarca,
Fiando en la opresora parca,
Con toditos sus rebaños,
A los catorce i mas años
Volvió a su misma comarca.

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Versos a lo adivino

  Con siete sellos sellado
Está el libro del amor,
Allá en ese lugar santo,
En el trono del Señor.

  Dios eterno i bondadoso,
Padre amante i soberano,
Rei del linaje humano
Infinito i poderoso;
En su trono luminoso
Es de todos venerado,
Con los ánjeles rodeado;
De contínuo se verá
El libro de la verdad
Con siete sellos sellado.

  Por su gran sabiduría,
Arcánjeles, querubines,
Junto con los serafines
Le cantan con melodía;
Todos le hacen compañía,
De verle su resplandor
Llenos del gozo mayor
Alaban al infinito;
Porque en un altar bendito
Está el libro del amor.

  Es la dicha mas hermosa
Morir i subir al cielo,
Porque allí nuestro consuelo
Es donde mora i reposa.
Para el alma que es dichosa
Entra i encuentra su encanto,
Pues con regocijo tanto
Llega i se hace presente,
A vivir eternamente
Allá en ese lugar santo.

  Es un trono de dulzura,
No hai aquí comparacion,
La gran celestial mansion
De la concepcion mas pura,
Donde eternamente dura
La piedad del Salvador;
Mirándonos con amor
Por su sabia providencia
Se haya toda la elocuencia
En el trono del Señor.

  Al fin, señores, la gloria
Es grandeza sin igual,
Ciudad bella i principal
Según esplica la historia;
Tengámosla en la memoria
Porque ya está decretado
Para el bien aventurado;
Lo declara San Benito
Que cerca del infinito
Hai un lugar separado.

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Sangriento drama
EN LA CALLE DE DÁVILA: EL MA-
RIDO MATÓ A SU MUJER

  Leandro Rojas el hechor
Le dió muerte a su esposa;
Con una rabia espantosa
Cometió el crímen de horror.

  Calle de Dávila fué
Donde ocurrió lo que cuento,
Hecho que causó lamento
Como aquí lo esplicaré.
Cosa por cosa diré
Al auditorio, señor,
El hombre de mal humor,
Causa de la borrachera
Victimó a su compañera
Leandro Rojas el hechor.

  Llegó a la casa el marido,
Donde su mujer estaba,
I viendo que lo injuriaba
Tratándolo de bandido,
Como aquel mas atrevido,
Sin mirar ninguna cosa,
Peor que fiera rabiosa
Enbriagado con el vino,
Para cumplir su destino
Le dió muerte a su esposa.

  La mujer lo reprendió
Talvez sin tener motivo,
El hombre, soberbio, altivo,
Luego el revólver sacó:
A la sien le apuntó
La bala, i fué peligrosa;
En esa escena asombrosa,
Esta es la verdad tan cierta,
Vió caer su mujer muerta
Con una furia espantosa.

  Despues que ya la mató
Su arma homicida levanta,
Medio a medio a la garganta
Sin recelo él se apuntó;
El proyectil penetró
Sin causarle ni un dolor.
Todo esto es causa el licor
Que lo haya comprometido,
I fuera de su sentido
Cometió el crimen de horror

  Al fin, Dolores Bernales
Según lo he sabido yo
Ya, pues, desapareció
Del mundo de los mortales,
Se concluyeron sus males
Lo mismo que por misterio;
Disculpe aquí el criterio,
Digo escribiendo i pensando,
Que ya está descansando
Allá en el cementerio.

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Homenaje al glorioso
SAN SEBASTIAN

  Glorioso San Sebastian
Inefable i milagroso
Entre un número de santos
Eres tú el mas virtuoso.

  Mi Dios, con justa razon,
Para dejarlo en su ser
Le dió gracia i gran poder
En la celestial mansion.
Con rendida humillacion
Los devotos con afan,
Todos se presentarán
Donde vos los recibís,
Hacedme un milagro a mí,
Glorioso San Sebastian.

  Quien pueda hacerte igualdad
En milagros i en poder
No he visto ni espero ver
En Chile, i jamás habrá.
En tí se halla la verdad,
Porque sois el mas dichoso
Del Cielo, cual portentoso
Tus virtudes se derraman,
Por eso todos te llaman
Inefable i milagroso.

  El que sufra enfermedad,
Pobrezas i gran dolencia,
Pídale, pues, con paciencia
Al Santo, que sanará.
El siempre por caridad,
Con gracia i poderes tantos.
Hace mitigar mis llantos
Sin la culpa orijinal;
Reluce mas que el cristal
Entre un número de santos.

  Todo enfermo que con fe
Se encomienda a él, mejora,
Después de nuestra Señora
I su esposo San José.
El a todos da merced
Porque es padre bondadoso;
Llega siempre fervoroso
A tu altar el penitente
A decir eternamente,
Eres tú el mas virtuoso.

  Por fin, llega de rodilla
Todo cristiano a orar,
I da lástima mirar
Al devoto que se humilla.
Alumbra una lamparilla
Aquel grandioso portento,
Los fieles con dulce acento
Ocurren de un modo estraño;
El dia de tu cumpleaño
Se ve lleno tu convento.

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SOLICITUDES DE INDULTO
EN FAVOR DEL REO
JUAN DE DIOS MEJIAS

  Llora sin tener consuelo
El tal Juan de Dios Mejias,
Con su vida ha de pagar
Su enorme picardia.

  La Corte con el fiscal
Sin piedad i sin clemencia
Le firmaron la sentencia
De la pena capital
Mui triste el pobre mortal
Alza sus quejas al cielo
Abatido i con recelo
Se lamenta el pobre mozo
En su oscuro calabozo
Llora sin tener consuelo.

  A nombre de la nacion
Y de las leyes divinas
Las sociedades talquinas
Piden la conmutacion,
Tengan conmiseracion
I alárguenle mas sus dias
Borren sus alevosias
Pueda ser que se arrepienta
Que no oyen que se lamenta
El tal Juan de Dios Mejias.

  Muchos infelices jimen
En la cárcel i al fin mueren
I hoi en dia borrar quieren
Un crimen con otro crimen,
Aunque fuerte los oprimen
No dejan de asesinar,
I este pronto a cancelar
Ya su cuenta al Soberano
Sea tarde o temprano
Con su vida ha de pagar.

  Victimó el reo a una viata
Al público cuento franco
I no librará del banco
Ni por oro ni por plata,
Le es la suerte mui ingrata
Les cuento en mi poesía
Permita Dios i María
Bien pronto de hito en hito
Que no pague el pobrecito
Su enorme picardía.

  Al fin en mi verso pido
Al gran Consejo de Estado
Que no sea fusilado
Porque se haya arrepentido,
Clama el pobre entristecido
A la Concepcion bendita
La pena no se le quita
Por tan horroroza escena
Dicen que se le condena
Porque violó a la viejita.

       Daniel Meneses
       Poeta Nacional
MORANDÉ 8-A
Imp. Moneda, 1027

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COMPLETOS DETALLES
DE LOS GRANDES TEMBLORES EN LA
PROVINCIA DE LA RIOJA, EN LA
REPUBLICA ARJENTINA.— CONS-
TERNACION DE SUS HABITANTES.

  Grandes i recios temblores
Se han sentido en la Arjentina,
Por ellos en triste ruina
Se han visto los moradores

  Los ché viditas llorando
Reniegan de su fortuna;
Por quedarse con la Puna
Dios los está castigando.

  Hoi el cuyano atrevido
Se encuentra todo quejoso
Que por ser tan ambicioso
El castigo ha recibido.

  Pena da ver lo que pasa
En esos pueblos hermanos,
I los señores cuyanos
Por la ambicion no hacen basa.

  La provincia de la Rioja
Se encuentra en lamentacion
I por tanto remezon
De sus hijos se despoja.

  La jente aterrorizadas
Se encuentra toda penosa
I aquella provincia hermosa
Quiere convertirse en nada.

  A ese pueblo invasor
Antes que me den las doce
I para ver si conoce,
Castígalo, gran señor.

  Al gran presidente Roca
O mas bien dicho gobierno
Por permision del eterno
Cáigale un rayo en la boca.

  La culpa tiene don Julio
De esto que allí sucedió
Nuestra Puna nos quitó
Por aumentar su peculio.

  Yo aquí por humoradas
Sus tristes ruinas les canto
De verlos que sufren tanto
Les dedico estas tonadas.

  En muchas partes la tierra
Se abrió, i brotó el agua hirviendo
I por lo que están sufriendo
Mas bien desean la guerra.

  Desde aquí con mi plumita
Voi a irlos consolando
Por ver si gano cantando
La mas bella cuyanita.

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SALVAJE I HORRIBLE FIN
DEL TIRANO VALDES CALDERON, EN
GUAYAQUIL, EN EL PUEBLO DE
BUENA VISTA.

  Con puro i corazon sano
Principio esta narracion,
Al pensar en Calderon
Tiembla la pluma en mi mano,
Ese hombre fué un tirano
Nadie lo puede negar,
Su vida voi yo a contar
Aunque a muchos horripile,
De tantas que hizo en Chile
Al fin la vino a pagar.

  Cuando la revolucion
Estalló el noventa i uno,
Fué Calderon un San Bruno
I verdugo en la nacion,
No tuvo comparacion
Ese ajente tirano,
Viendo ya su fin cercano
I encima su negra suerte,
Creo que se ha dado muerte
Solo i por su propia mano.

  Con un semblante sereno,
En Guayaquil, no lo niego,
Murió peleando entre el fuego
Como valiente chileno.
Furioso i de rabia lleno,
Combatió como aguerrido,
Aquel soldado temido
De nuestro ejército leal,
I en el momento fatal,
Jamas se dió por vencido.

  Lector con bella memoria,
I con sentido profundo
En otro verso segundo
Les publicaré su historia,
Quiso llenarse de gloria
En esa hora angustiosa,
Como una fiera rabiosa
Se batió desesperado,
I quedó carbonizado
Junto con su bella esposa.

  Tantas hizo en un año
Aquí se los cuento yo:
I en un dia las pagó
Todas en pais estraño,
Les hizo terrible daño,
Lectores en Guayaquil,
Fué aquel hombre viril
De mui negras intenciones,
Todas sus flajelaciones
Creo que pasan de mil.

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