La lei contra el alco-
holismo
GUERRA A MUERTE A LOS FALSI-
FICADORES I A LOS BORRACHOS

  Nueva lei del alcoholismo
Dictada es por el Congreso,
Todo el que ande por la calle
Borracho llévese preso.

  Los señores fabricantes.
Del aguardiente chivato,
Hoi van a pagar el pato
Por ser tan estravagantes
I toditos los tunantes
Van a salvar de un abismo,
El vino no será el mismo
Como el de ante, temerario,
Se publicó por el diario
Nueva lei del alcoholismo.

  De pura uva chilena
Vamos a beber licor,
I dirá el que es bebedor
Aque cosita tan buena,
El pobre con mucha pena
Dará por un litro un peso,
No harán licor en eseso
El vachicha, ni el gabacho,
I la honradez del borracho
Dictada es por el Congreso.

  Será de uva bien pura
Todo licor que se indique,
I aquel que lo falsifique
Tendrá la multa secura,
La lei pareja no es dura
Digo antes de que se falle,
I el ébrio donde se halle
Pisará con mucho tino,
Ni marche como convino
Todo el que ande por la calle.

  Encargo a los inspectores
Porque es de mi deber,
No se vallen a vender
A los falsificadores
Yo quiero que los licores
Nunca trastorne en el seso,
Si algún bebedor travieso
Sale de un burdel gritando,
I si es que ande incomodando
Borracho llévese preso.

  Al fin, a si los habrán
Por todas partes lectores,
En donde los bebedores
Un año entero estarán,
Alli se alimentarán
Con el licor solamente,
Chicha, vino i aguardiente
Le sirviran de comida
I asi pasarán su vida
Hasta que aprendan a jente.
       (Continuará)

Imp. y Lit. de G. A. Rohde y Ca.-Valp.

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DIALOGO
Entre un obrero con el Presiden-
te don Jerman Riesco.

  EL OBRERO. Tás, tás, tás
  RIESCO, Quién es el que toca
la puerta?
  EL OBRERO. Un obrero que
quiere hablar con su exelen-
cia.
  RIESCO. Entre mi gran ami-
go, para saber que es lo que
necesita.
  El obrero. Mui buenos dias
le doi a su exelencia.
  Riesco. Felices lo pase Ud.
mi querido amigo, que se le
ofrece? diga todo lo que ten-
ga encerrado en su corazon.
  El obrero. Señor lo que me
trae a su presencia, es el sal-
vajismo que he presenciado
estos dias por las calles de
esta hermosa capital.
  Riesco. Pero amigo, qué
queria que hiciera yo, siendo
que el pueblo se hallaba en-
brutecido?.
  El obrero. Pero señor, me
admira lo que me contesta,
siendo Ud, el Jefe de la Na-
ción, Debia de haber puesto
cuidado en la propaganda
que estaban haciendo varios
diarios, i haber declarado a
todo Chile en estado de sitio,
i por medio de un decreto ha-
ber hecho llamar a todos los
escritores propaganditas a la
Moneda i hubiera formado
un consejo de guerra para
juzgarlos; i a los que no hu-
vieran marchado por la sen-
da del progreso i la paz, en el
acto los hubiera hecho fusi-
lar, no se habria visto el es-
cándalo que se presenció, ni
la pérdida de tantos obreros
que han muerto, i otros heri-
dos que han quedado, por el
sable de los que guardan el
órden.
  Riesco. Pero, mi amigo, los
tales escritores se valen del
pretesto de la libertad de im-
prenta, para publicar sus opi-
niones i yo no puedo estobar.
  El obrero. Sí, es verdad lo
que dice, pero que publiquen
progreso, moralidad i no sa-
queo.

Daniel Meneses, Poeta Nacional Chileno Borgoño, 1349
Imprenta AMERICA-Bandera 858 — Santiago

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EL INDULTO DE PEDRO
VILLARROEL

  Pedro Villarroel señores
De la muerte se salvó
Riesco nuestro presidente
El indulto le firmó

  El lúnes por la mañana
Iba hacer él fusilado,
I el gran Consejo de Estado
No quiso manchar su plana,
La vírjen la soberana
Permitió estos favores,
Desde el cielo sus clamores
Le oyó i quedó enternecida
Por ella salvó su vida
Pedro Villarroel señores.

  A las cinco de la tarde
Fué reunido el Consejo,
I se trató por parejo
De ese crímen tan cobarde,
Yo les doi un Dios los guarde
Hoi que el caso se llegó,
Su excelencia demostró
Piedad para el asesino,
I por milagro divino
De la muerte se salvó.

  Del banquillo en la ocasion
Escapó, digo i repito,
Pero ha quedado Pedrito
Siempre en perpetua prision
Salga libre es mi opinion
Ya que en todo es inocente
Que no quede el penitente
En la masmorra metido
I solo hará lo que pido
Riesco nuestro presidente.

  Viendo de que no es verdad
De lo que lo han acusado,
Aunque pase regalado
Pensará en su libertad
Querrá andar por la ciudad
Tal como ántes caminó,
Por milagro alcanzó
De los hombres la clamencia
I el sábado su excelencia
El indulto le firmó.

  Por fin, pido en mi mensaje
Al Gobierno hoi en lo actual,
Si Pedro no es criminal
Salga para que trabaje,
No es justo que se le ultraje
En estos momentales
Yo con palabras morales
Les pido en este papel,
Que no esté mas Villarroel
Junto con los criminales.

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EL REO PUESTO EN
CAPILLA

  El reo puesto en capilla
Sin poderse resistir
Pensando solo en morir
Al Hacedor se le humilla.

  Qué tristeza i confusion
Será para un desgraciado
Al verse ya condenado
En su lúgubre prision;
Sin tener apelacion
Su conciencia pura brilla
Como con alma sencilla,
Sumerjido en gran dolor
Se encomendará al Señor,
El reo puesto en capilla.

  De verse ya sentenciado
Por la Corte i el fiscal,
Se lamentará el mortal
En su aposento enserrado;
Estando bien confesado
Se preparará a partir.
Cuando ya vaya a salir
De su oscuro calabozo
Hácia el banquillo afren toso,
Sin poderse resistir.

  Antes de la ejecusion,
Según esplica la plana
De la relijion cristiana,
Le dieron la comunion.
Con Cristo i con afliccion
La hube él de recibir,
Para dejar de existir
En completo i sano juicio;
Salió mareado al suplicio,
Pensando solo en morir.

  Despues que ya recibió
Al cuerpo i sangre de Cristo,
Dijo ya me encuentro listo
Por que Dios me visitó.
Mi alma la fortificó
Aquella real maravilla,
Postrado ya de rodilla
Pidiéndole de perdon;
De todito corazon
Al Hacedor se le humilla

  Al fin, con gran reverencia
Oyó la última misa,
En la iglesia con gran prisa
Le pidió a Dios resistencia
Teniéndolo a su presencia
En la postrera oracion,
Le hizo una esclamacion
Con santo i cariño tierno
Roguémosle al Padre Eterno
Que le dé su salvacion.

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LAMENTOS DEL REO
EN LA CAPILLA

  ¡Ai! Dios que será de mí
Próximo estoi a morir,
Tendré que ser fusilado
Sin poderme resistir.

  ¡Ai! ya siento en mi mente
La muerte de que me zumba,
I en las puertas de tumba
Me hallo por ser delincuente.
Pronto vendrán de repente
Solo a sacarme de aquí,
Porque la gracia perdí
I soi un gran criminal!
En este trance fatal
¡Ai! Dios que será de mí.

  ¡Ai! parece que estoi viendo
El banco del homicida,
Donde con mi propia vida
Pagaré el crímen horrendo.
El que cometí, comprendo.
Privándole del vivir,
A otro, yo según decir,
Por mis malos pensamientos;
En estos tristes momentos
Próximo estoi a morir.

  ¡Ai! que siento en mi agonía
Las parcas devoradoras,
Entre setenta i dos horas
Pasaré a la tumba fria.
Cúmplase la vida mia
Ya que nací desgraciado,
Conozco que soi malvado,
Perverso i picaronazo:
Cuando se me cumpla el plazo
Tendré que ser fusilado.

  ¡Ai! que veo al oficial
Que ya levanta el florete,
Para indicarle al piquete
Que yo soi el criminal
A la primera señal
Las balas han de partir,
De los rifles, sin mentir
Al verlas que van derecho;
Yo le presentaré el pecho
Sin poderme resistir.

  Al fin, me hallo arrepentido
Quitenme la vida luego,
Por un favor se los ruego
Que ya estoi harto aburrido.
Tiempo que tarda es perdido
Para mí i esto es razón,
Ya no pienso en mi perdon,
Que me lo den por cariños;
Solo les encargos niños
Que apunten al corazon.

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VERSOS LITERARIOS

  El largo i toda la anchura
Nos ha pintado el pintor,
De aquel hermoso palacio
De Nobucodonosor.

  La catedral de Polonia
Es un lindo monumento,
Bello precioso i portento
Tal como el que hai en Sajonia
Fué la antigua Babilonia
Un conjunto de hermosura,
El arte de arquitectura
Se encontró en esa Babel,
I nos presenta el papel
El largo i toda la anchura.

  La Gresia por su desencia
Causó al mundo admiracion,
Fué en los tiempos de Platon
Cuna de toda la ciencia,
Tambien fué de harta elocuencia
Solon el lejislador,
Por su fama i por su honor
Jamas nunca sintió pena,
I la hermosura de Elena
Nos ha pintado el pintor.

  Roma fué un grandioso Imperio
Trono de todo guerrero,
De nombre en el mundo entero
Fué en los tiempos de Tiberio
[P]ais soberbio i mui sério
De fama bajo el Espacio
Lo atestiga San Jervacio
En su historia de la infancia
La belleza i elegancia
De aquel hermoso palacio.

  Tambien el Ejipto fué
De gran fama i opinion
En tiempo de Faraon
I del hebreo José
La Percia tambien diré
Fué estensa por su grandor
Con Ciro mucho esplendor,
Dicen que llegó alcanzar
I fué hijo Baltazar,
De Nobucodonosor.

  Por fin, fué la gran Aldea
La diosa de las comarcas
I tierras de los patriarcas
De santa i divina idea
Mas tarde fué la Judea
Madre del niño Jesus,
Aquel dió nueva luz
Al mundo según decir
Pero lo hicieron morir
Enclavado en una Cruz.

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VERSO DE PURO AMOR

  Desdicha es ver i no amar,
Pena es amar i no ver,
Adorar sin merecer
Muerte es ver i no gozar.

  Amé a una hermosa doncella
Ciegamente i sin mentir
I todito mi sufrir
Se lo conté a la bella,
La misma hermosura de ella
Me va hacer fina izar,
Causa de tanto penar
No puedo vivir con calma,
I a la que me hiere el alma
Desdicha es ver i no amar.

  Ven te digo dueña mia
Jamas detengas tu paso,
Corre i dame un abrazo
Antes de dar mi agonía,
Una cruel melancolía
Me hará desaparecer,
Hoi no soi el que era ayer
Porque de verme me espanto,
Ya la queria tanto
Pena es amar i no ver.

  Si no atiendes mi llamado
Siendo que mi amor es puro,
Como hombre te lo juro
Que voi hacer desgraciado,
Por tan miserable estado
Ya me siento enloquecer.
Mi terrible padecer
Lo veo de que se alarga,
I es la pena mas amarga
Adorar sin merecer.

  Te haces la desatendida
Porque crees qué soi necio
I con eso tu desprecio
Haces mas mortal mi herida
De aquella dicha perdida
No me quisiera acordar,
Bien me quiero retirar
Porque con mirar ofendo,
I cuando uno está queriendo
Muerte es ver i no gozar.

  Al fin, bella encantadora
Porque no me dai el sí,
Siendo de que ya partí
Mi corazón se devora,
Con ansia espero la hora
En que me digas lo amo,
En tormentos me derramo
Sin darme cuenta porque
El amor que te empresté
Hoi dia te lo reclamo.

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El crímen
DE LA CALLE DEL CEMENTERIO

  Una niña intencionada,
Con cruel i mano traidora,
Ultimó a su contendora
De una feroz puñalada.
Con sangre quedó manchada
La cuchillla en el instante,
I ella, airosa i triunfante,
A su casa se marchó,
I la otra pobre quedó
En el suelo agonizante.

  Por defender la mamita
Corrió la occisa al motin,
Pero tuvo tan mal fin
La infeliz pobrecita.
Con una turba inaudita
Llegó la otra atrevida,
Ya bastante conocida
Es la diabla renegada;
Que de una cruel puñalada
La dejó de muerte herida.

  Al fin, llegó policía
Sin tardanza ni demora
I llevó a la heridora
Hasta la comisaría.
Su alevosa picardía
Ahora la está pagando;
Bien sabe Dios hasta cuándo
No hallará quien la conforme.
Por su crímen tan enorme
Tendrá que pasar llorando.

DANIEL MENESES
POETA NORTINO, Morandé, 8-A

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La peruana que se envenenó
POR EL AMOR EN SANTIAGO I LA NIÑA
QUE ULTIMÓ A OTRA A PUÑALADAS
DE PICADA

  Una mui bella peruana,
Sin reselo i sin temor,
Se envenenó por amor,
Gustosa i de buena gana.
Los lectores de mi plana
Esta noticia reciban;
Cuando ya bien se aperciban
De esta lectura, dirán:
De que mui pocos lo harán
Morir para que otros vivan.

  La tal persona aludida
A un jóven estaba amando,
I por no vivir penando
Mas bien se quitó la vida
Tomó el frasco la suicida,
Que contenia veneno;
Con un semblante sereno
Dijo a la madre prolija:
Ya se le va a ir su hija
Por un hombre que no es bueno.

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Diálogo entre el rotito
del norte i el de sur
TOCANTE A POLITICA

  El del norte.—Oh! Paulino, cuánto
me alegro de verte, hoi que te vuelvo
a encontrar despues de tanto tiempo
que nos lo veiamos.
  Cuéntame algo de lo que pasa por
estos campos de Dios, con esta crisis
tan grande que soportamos, que nunca
se habia visto.

  El del sur.—Cómo nó, Voi a contar-
te, con el corazon partido de dolor,
muchas cositas: por primero te diré
que he visto un periódico venderse por
la calle, editado por un poeta popular
esgún se ve a la entrada que dice, edi-
tor i redactor, Daniel Meneses.
  Lo leí i me pareció mui bien su lec-
ra, porque se conoce que dicho poeta se
dedica a defender los intereses de la
clase obrera i de la proletaria, i atacar
la todos los ricos usureros que pasan
esplotando al pueblo diariamente, sin
fijarse que es malo lo que hacen. Fuí
donde el redactor a ofrecérmele como
repórter, porque me gustan sus opinio-
nes, i me dijo que iba a suspender la
publicación, porque tenia que ir al sur a
hacer ajentes para seguir adelante pre-
dicando sus doctrinas i castigando to-
dos los abusos que se cometan, sin te-
mor de nadie, porque todo lo que és
dirá serán verdades i no mentiras.

  El del norte.—Nada me has menti-
do, porque yo tambien he leido dicho
periódico: a ver si es el mismo, se llama
Judas Iscartiote, su nombre.

  El del sur.—Ai! Me pegaste en lo
que era, porque es el mismito.

  El del norte.—Así como estos dos
hombres habian de haber diez perio-
distas en Chile, como el de la Beata
i el de Judas; entónces entrarian los
pueblos o conocer la verdad, i dejarian
el fanatismo en que viven i que los va
conduciendo a la miseria, al crímen i
al robo.

  El del norte.—La purita verdad, mi
amigo, es lo que usted dice; porque
esos dos hombres son los que habla
mejor i mas claro, i ese mismo camino
debia de seguir la Nueva i la La Lei
que el primero dice que es liberal i que
trabaja por el pobre; trabaja porque los
pobres lo hagan subir al poder i tomar
el mando de la nacion i despues decirle
a los pueblos: ¡amuélense, hoi no los
queremos para nada; ya conseguimos lo
que queriamos, que tanto anhelábamos
i ansiabamos tener, para desquitarnos
de lo que los robaron el noventa i uno,
con el maldito saqueo que se hizo con
las turbas josefinas que viven de lrobo.

  El del sur.—Compinche, a usted que
está recien llegado del norte, voi a de-
cirle o mayormente contarle una cosa
nueva. Que el dia seis del actual, como
a las once de la noche, venia pasando
por la calle de la Moneda, por frente
del palacio de Su Excelencia cuando oi
una bulla infernal, la mas grande de las
que he oido en mi vida; parecia una
zalagarda metida por mil diablos.
  Pregunté a un soldado de policía de
los tantos que habian allí esa noche
¿podría decirme, vecino, qué salagarda
es ésta que no sé de qué se trata a esta
hora? 

  El del norte.—¿I qué le dijo el guar-
dian, mui querido amigo.

  El del sur.—Qué me diria! me con-
testó que era un banquete que daba el
Presidente al cuerpo consular i a lo mas
distinguido de la aristocracia de San-
tiago, donde todos ellos se daban gusto
i tomaban la rica chanpagne i la espu-
mosa cerveza i los ricos fiambres, don-
de para todos ellos todo era gloria i di-
cha.

  El del norte.—Pero amigo, yo soi de
opinión que ese banquete ha sido para
ver si a los liberales los hacian caer a
la nasa, porque esa es trampa que les
ha armado el señor Errázuriz para en-
gañarlos i que se vendan al partido
conservador, porque él quiere hacer
vivir la coalición i gabernar con los
clericales; porque él no quiere gobierno
liberal, que gobierno coalicionista o
mas bien dicho conservador.

  El del sur.—¿I qué le parece, amigo,
los dineros que gastó Su Excelencia de
dónde saldrán? Usted como mas enten-
dido en política espero de que me diga.

  El del norte.—Cómo nó compadrucho
le voi a decir la verdad: los dineros que
se gastaron esa noche salen de las cos-
tillas del pobre pueblo, porque él es el
pato de la boda en todo tiempo.
  El pueblo da para todos los gastos
que hacen los ricos, que trabaja dia i
noche porque ellos tengan como pasar-
lo bien. Ah! qué hombres tan sin amor i
tan sin caridad para sus mismos herma-
nos! miéntras ellos se divertian esa no-
che i zalagardiaban, habrian mas de
cien mil familias pobres llorando de
hambre i tiritando de frio sin hallar
con qué abrigarse. ¿Por que no acordó
Su Excelencia con sus ministros mas
bien probar los presupuestos que hai
durmiendo el sueño de la inocencia, i
hace que tenga trabajo el pueblo, para
ganar para pasar la vida mejor i no tan
mal?
       Continuará

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