Crímen atroz, cinco victi-
mas por venganza en el
amor.

  Enrique, por el amor,
Juró en su prision venganza;
Hacer la horrible matanza
Sin recelo i sin temor.

  Sin mas porque no le dieron
A su adorada Agustina
Les labró la triste ruina
En que la vida perdieron.
Los padres no consintieron
Que gozase aquella flor,
Pero con ira i furor
De verse menospreciado
Se hizo el mas desgraciado
Enrique, por el amor.

  Con cariño verdadero
Se marchó un dia violento
A sacarla del convento,
Pero cayó prisionero.
Hoi lloro i me desespero
Decia, sin esperanza,
De ver su intento en bonanza;
Para ya vivir con gozo,
I estando en un calabozo
Juró en su prision venganza.

  El criminal satisfecho
Quiso pasarla por loco;
Viendo de que no era poco
Todo lo que habia hecho.
Por tanto al cuartel el derecho
Fué pronto i sin mas tardanza;
Caro le costó la chanza
Digo yo, en esta ocasion,
Hacer la horrible matanza.

  Tres revólvers preparado
Llevaba el amante fino
Cuando hizo el gran desatino;
Estaba al diablo entregado,
Con sangre dejó bañado
Aquel hogar, oh que horror
Daba presenciar, lector.
En el momento veloz
Hizo el crímen mas atroz,
Sin recelo i sin temor

  Por último, en lo que advierto
Lector, porque no te asombres,
Voi a darte aquí sus nombres
Para que veas que es cierto.
Victoria en que el injerto
Fué pues la primera herida
I Juan su padre en seguida,
Con Pedro i con Margarita
I María su mamita
Ya estarán en la otra vida.

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Versos de literatura

  El campo se reverdece
En el otoño temprano;
Fértil, fragante i lozano
Todos los años florece

  La risueña primavera
Florece con arrogancia,
Ofreciendo su fragancia
Por montes i cordillera.
Corre una brisa lijera
Cuando en su tiempo aparece;
Lo hermosea i lo embellece
Al mundo el árbol frutal;
Con la lluvia torrencial
El campo se reverdece.

  El pasto mantiene al bruto,
A las aves la semilla;
Que alegre i tan parlerilla
Rinde a Dios atributo;
El aromático fruto
Alimenta al fiel cristiano
Por órden del Soberano.
Al hombre la vista encanta
Toda infinidad de planta
En el otoño temprano.

  Nacen con grandes hazañas.
Las cristalinas vertientes;
Con espumosas corrientes
Humedecen las montañas.
Brotan desde las entrañas
De la tierra en el verano,
Llegan donde el hortelano
Corriendo con tan buen fin,
A dejarle su jardin
Fértil, fragante i lozano.

  El insecto se alimenta
Con lo que la tierra brota;
Sin haber ninguna nota
Lo mas bien que se sustenta.
Con el calor se calienta
Donde mora i permanece,
El sol sus rayos le ofrece
Al reptil i al gusanillo,
I el hermoso bosquecillo
Todos los años florece

  Al fin, cuando está aclarando
El dia, el ave se siente
Alegre por que al presente,
Se ve que viene alumbrando.
Pronto lo va saludando
El ruiseñor i el jilguero.
Sonrien tan lisonjero
Porque se hallan orgullosos
I con cantos melodiosos
Alaban al Verdadero.

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Doble parricidio en Arauco
LA HIJA QUE ASESINÓ AL PADRE I
A LA MADRE EN MEDIAS CON EL
QUERIDO.

  En Arauco una muchacha
Mui furiosa i sin sentido,
Mató al padre i a la madre
En medias con el querido.

  Tiempo hacía de que estaba
Pensando en darles la muerte
Para vivir de otra suerte
Con el amante que amaba.
Nada le atemorizaba
A ella porque era lacha;
Un dia con mucha facha
I sin fijarse en su ruina
Se convirtió en asesina
En Arauco una muchacha.

  La autoridad del lugar
Cuando tuvo la noticia
Sin que cayera en malicia
Presa la hizo pues tomar.
Firme se ha puesto a negar
El crímen que ha cometido,
Dice que otro habrá sido
El que ultimó a su mamita,
I se halla la pobrecita
Mui furiosa i sin sentido.

  Ya da vergüenza contar
Las cosas que se están viendo;
La jente no está creyendo
Aquí ni en ningún lugar.
Yo nada dejo pasar
Cuadre al vulgo o no le cuadre,
Aunque el pecho le taladre
Con mis versos a lo ignorante
Por consejos del marchante
Mató al padre i a la madre.

  Por su indigno corazon
I su instinto maldito,
Aunque llore su delito
No podrá tener perdon.
Morirá en la Correccion
Por el hecho sucedido
Tal como va referido;
Esta es la pura verdad
Los ultimó sin piedad
En medias con el querido.

  Al fin, no se pasa dia
Que no haya un hecho de horror.
Por qué motivo, Señor,
Permites tanta herejía.
Castiga la picardía
Con tu mano sacrosanta;
Mira que asombra i espanta
Al que esto presenció.
La sangre que ahí quedó
Su voz al cielo levanta.

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Lo que le pasó a un jóven
por querer a una vieja

  Me enamoré de una vieja
Por interes del dinero,
Ella me dejó durmiendo
Encerrado en un chiquero.

  Solo quince años tenia
Cuando yo me enamoré,
I a una niña le hablé
Por ver si algo conseguia.
De ver tanta bizarria
Me dije, quien no se ariesga,
Porque le atenté una oreja
Me demostró sus enojos,
I yo por quebrarle ojos
Me enamoré de una vieja.

  La anciana pegó un saltito,
Como una jóven soltera,
I me dijo, quién pudiera
Darte en la boca un besito.
Tú serás mi palomito
Desde hoi, o de no muero.
Yo, como jóven soltero,
Mas i mas me le atracaba,
La abrazaba i la besaba,
Por interes del dinero.

  Me fuí a la cama con ella
Ardiendo como un volcan;
Donde me lo creerán
De que la encontré doncella.
Le dije, preciosa estrella
De a poco la iré queriendo,
Me quedé como sonriendo,
Recostado en un pellejo;
Se me fué con otro viejo,
Ella me dejó durmiendo.

  A las tres de la mañana
Sentí de un chonchon un llanto
Lo mismo que por encanto
Llegó a mi cama la anciana,
Me abrazó con tanta gana
Con un amor verdadero;
Me hizo dormir les refiero
Con artes de hechicería,
I me tuvo todo el dia
Encerrado en un chiquero.

  Al fin, cuando desperté
No supe dónde me hallaba,
En lugar de hablar balaba
Sin darme cuenta por qué
Sin darme cuenta por qué.
Llegó la vieja diré
Con sus untos sin motivo,
Me castigó estando vivo
Con gran furor la hechicera;
Toda una semana entera
Me mantuvo vuelto chivo.

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A mis colegas sabiondos por
el odio que me tienen

  Si se presenta el Matoco
A estorbarme en mi destino
Versándole a lo divino
Juro de volverlo loco.

  Solamente al Padre Eterno
Le tengo miedo cantando,
I el que me siga atracando
Le pongo en la boca un perno.
He sido desde moderno
Poeta, i con nadie me troco,
Trovándoles cocoroco
Me suspendo a lo infinito
I me hago el mas maldito
Si se presenta el Matoco.

  Una porcion de poetastros
Se unen por darme guerra,
Si yo los echo por tierra
Hasta perderán los rastros.
A todos los criticastros
Les payo de remolino,
I alegan cual Bernardino
Los populares del dia.
I procuran con porfia
A estorbarme en mi destino

  Ya hace tiempo bastante
Que mi ciencia encuentro poca,
Pueden taparme la boca
Si no quieren que les cante.
Presente el consonante
A turbarme del camino,
Rimándole de lo fino
Con cadencia i sin tachas
A Satán le doi las huachas
Versándole a lo divino.

  Yo con nadie tengo paz
En asunto del cantar
Ni habrá quien me haga callar
Miéntras respire en la faz.
Me encuentro bien recapaz
Porque mi saber no es poco,
Fijense que no soi zoco
Los mas grandes rimadores,
I al mismo diablo señores
Juro de volverlo loco.

  Al fin, marcho paso a paso
Solo i sin sufrir petardos;
Júntense todos los bardos
I me dan un cuadrillazo.
Si me pegan bien fuertaso
Tendré que mostrar mi brío,
Haré al verme vencido
Lo de Júpiter con Juno,
Y a todos, de uno en uno,
A cantar los desafio.

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Mi lei en contra del alco-
holismo

  Habiendo leido todos los artículos
que han sido dictados por el Congreso
en contra de las bebidas alcoholicas, des-
tiladas, i fermentadas, todo lo acorda-
do me ha parecidos mui bien, solo uno
de dichos artículo lo he hallado malo,
porque si es como lo pienso me hace
acordar a los distados en tiempo de
tarquemadas o de sus sayones inquisis-
toriales, aquí trataré lo acordado por
mi para hacerle ver a los lejisladores
quevelan por nuestra honradez i sa-
lud ellos han acordado hacerle guerra
a muerte al alcoholismo, pero no han pen-
sado que los causantes de dicha plaga son
los ricos, principalmnte los Urmenetas,
los Sanfuentes, los Vicuñas i los Errá-
zuriz, i otros mas que no, los nombro
tambien son los propagandistas de la
borrachera los padres Domínicos, i los
padres Franceses ahora con las tales
patentes para el espendio de bebidas
aleoholicas los que van a una con los
ricos porque tienen grandes capitales
para trabajar, i los pobres que tenemos
para vender por copas una damajuana
con vino, i unas cuantas botellas con
aguardiente i una u dos docenas de
cerveza i todo puro no lo podremo te-
ner por cuestion de la patente tan su-
bida, yo pido aquí que la patente sea
amedida del negocio ya que van haber
creantas ectarias de viñas hai en toda
la república i que se va a saber lo que
produce cada ectaria a los grandes ca-
pitalistas i se le pongan grandes paten-
tes, pero que ninguno de ellos suba el
precio del litro de cada licor, para que
quede al alcance de todos principal-
mente del obrero, i del gañan que
tambien sabe saborear una copa de
vino en el almuerzo cuando se sienta
al a mesa, de modo que si urjen mu-
cho al pobre con las patentes mui su-
bidas, siendo tan escasos los trabajos,
muchos de los pobres entraran a la ca-
rrera del raterismo
       (Continuará)

DANIEL MENESES, Poeta nacional chileno
QUEBRADA DE MARQUEZ Nº 57

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Doble crimen misterioso
en Copiapó
EL MARIDO LE DIÓ MUERTE A LA
ESPOSA Y EN SEGUIDAS SE VIC
TIMÓ ÉL

  El amigo del pais
Dió cuenta de este suceso,
En un articulo impreso
Sin desmostar un deslis.

  Dicho diario mencionado
Todo el crímen lo interpreta,
Y yo como soi poeta,
Lo detallo con cuidado.

  El jóven Domingo Perez,
A su esposa por infiel
Le dió muerte, i despues él
Se ultimó por dos placeres.

  Su señora era Ana Rosa
La cual i mucho lo queria,
I en medio de la alegria
Recibió muerte alevosa.

  Solo hacian siete meses
A que se habian casado.
Cuando uno, i otro finado
Fueron por unas sandeses.

  Estos fueron diborciados.
Por un tiempo me contaron,
I en seguidas se juntaron
Despues de estar separados.

  Las cónyujes se marcharon
Esa noche de paseo,
I por cumplir su deseo
Alojamiento buscaron.

  Al café republicano
Llegaron hácia alojar.
Sin nada a sospechar
Entraron mui bien temprano.

  Solo una pieza tomaron
Para dormir esa noche.
I sin que nadie les roche
El crímen lo ejecutaron.

  Las tres puertas las cerraron
Para esa noche dormir,
Nada supieron sentir
Los que en la casa alojaron.

  Al otro dia temprano
Se sintieron los balazos,
Fueron tambien refuertazos,
Como con mui firme mano.

  El hecho es todo lo cierto
Lo que sucedió ese dia,
Cuando llegó policía
los dos los alló muertos

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Versos a lo divino
LA RESURECCION DE LÁZARO

  Lázaro de Marta hermano.
Marta hermana de Maria,
La que acompañó a Jesus
Hasta la última agonia.

  A Betania el Nazareno
Con gusto hubo de partir,
Propuesto hacer revivir
Aquel mancebo tan bueno,
Siempre de virtudes lleno
Andaba el gran soberano,
Salvó aquel buen cristiano
Del triste fallecimiento
Porque fué de nacimiento
Lázaro de Marta hermano.

  Salió la hermana mayor
Con un amor tan divino,
A encontrar en el camino
A su dios, i su señor,
Lleno de tierno candor
Se hizo a él compañía,
En aquel solemne dia
Lo amó primero solita,
I fué desde medianita
Marta hermana de Maria.

  Llamó a su hermana menor
Con el corazon contrito,
Ven le dijo lijerito
Adorar al Salvador,
I el supremo redentor
Las alumbró con su luz
Antes de ir a la cruz
Les digo no tengan pena,
I se llamó Magdalena
La que acompañó a Jesús.

  Hácia al sepulcro llegó
El Mesias con gran fé,
Le dijo levántate
I el muerto se levantó,
En la casa le dejó
Lleno de grata alegría,
Viéndo en el soberania
I que andaba sin querella
Lo acompañó la doncella
Hasta la última agonia.

  Al fin, los que alli se allaron
Con Cristo digo en mi ver,
Por su gracia i su poder
Su gloria, reverenciaron,
El hecho que presenciaron
Vastante les asombró,
El milagro que el obró
A vista del pueblo ingrato,
Sin mas que su mandato
Lázaro resucitó.

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Versos por la historia de
Cárlos Magno
SOBRE EL DESAFÍO QUE LE HIZO
FIERABRAS

  Fierabras de Alejandria
Se creia vencedor,
Por su fuerza i su valor
I su espada que tenia.

  Mandó a Roldan es decir
Con sobervia el rei,
A que fuese por la lei
Con el moro a combatir,
Pero el no quiso salir
No por tener cobardia,
I el moro con villania
Ufano se pavoneaba,
I a todos los desafiaba
Fierabras de Alejandria.

  Viéndo en Roldan resistencia
Vastante el rei se enojó,
I dijo aprésenmelo.
Por su gran desovediencia,
El sobrino con urjencia
Le contestó a su señor,
Yo soi un leal defensor
De su honrra, i su corona
I el mismo moro en persona
Se creia vencedor.

  Olivero estaba herido
Cuando tal ultraje oyó,
I asi marchó i dejó
Al enemigo vencido,
Despues se vió perseguido
Por un grupo superior
Volvió el como un terror
Al ver que lo amenazaban,
I los moros le temblaban
Por su fuerza, i su valor.

  Los otros once vinieron
Viéndolo al conde en apretura,
Ni aunque mostraron brabeza
Siempre los turcos vencieron,
De los doce cinco fueron
A tierra de la Turquia
I el conde con osadia
Blafemo en esos casos,
Fiando en sus nervudos brazos
I en su espada que tenia.

  Por fin, Floripe le oyó
Sus amenazas de afuera,
I por conocer quién era
De la prision lo sacó,
A los cinco los llevó
A su salon al instante,
Con ropa mui elegante
Los vistió desde ese dia
I estas cosas las hacía
La hija del Almirante,

       (Continuará)

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Versos de literatura

  Hai un canario que está
En una jaubla enjaublado,
Aunque pasa regalado
Desea la libertad.

  Un jilguero mui ufano
Que buscando su atributo,
El buen cazador astuto
Le privó el camino sano,
Has de morir en mi mano
Se lo dijo en realidá,
I le dió conformidá
Como lo tuvo Cupido
Preso de amor mal herido.
Hai un canario que está.

  Al amanecer la aurora
Trinan las aves su canto,
Con un regocijo tanto
En la selva encantadora,
Todas con su voz sonora
Vuelan de la rama al prado,
Se les presenta adornado
El hermoso bosquesillo,
I asi trina el pajarillo
En una jaula enjaulado.

  Cuando el dia va aclarando
Se alegra toda avesita,
I ufana se presipita
De rama en rama volando,
Por el aire traficando
Recorren el despoblado,
I el ruiseñor encerrado
Con pena repiquetea
I verse libre desea
Aunque pasa regalado,

  Cuando ya el dia concluye
Se oscurece la pradera,
I toda ave parlera
En cantico disminuye
Hácia a la enramada huye
Como lo hace una deidad,
I el jilguero en realidad
Sonrie mui linsonjero,
Cuando, se halla pricionero
Desea la libertad

  Al fin, al dia siguiente
Nacen los blancos albores,
I los pájaros cantores
Los saludan prontamente
I el cardenal inocente
Se adhiere a la cuadrilla,
Rompen la marcha sencilla
Todas aun mismo tenor
Se ocultan del cazador
Para cojer la semilla.

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