Despedimiento de anjelito
(A lo divino)

  Adios madre ya me voi
Siento dejarla penosa
Nos volveremos a ver
Cuando usted baje a la fosa.

  Adios mundo vanidoso
Te dejo en edad temprana
Solamente con la gana
De engañarme veleidoso
A la tumba del reposo
Marcharé en el dia de hoi
De este altar donde estoi
Parto sin tener ni susto
De su presencia con gusto
Adios madre ya me voi

  Mamita no tenga pena
Porque ya me voi yo air
Cuando usted llegue a morir
Nos pondremos en la buena
No haga lo de Magdalena
Que fué una niña orgullosa
I la Vírjen bondadosa
Vendrá hacerle compañia
I en este tremendo dia
Siento dejarla penosa.

  Al ver partir el cajon
Usted con pesar mui fijo
Dirá allí ya va mi hijo
En viaje para el panteon
No apene a su corazon
Ni lo haga pues padecer
Sea de buen proseder
I cúideme a mi hermanita
Con el tiempo mamacita
Nos volveremos a ver

  Cuando llegue al cementerio
I caiga a la sepultura
Será doble su amargura
I aun su pesar mas serio
Esta vida es un misterio
Pésima i mui enfadosa
El alma solo reposa
Entre miles de anjelitos
Volverá a darme besitos
Cuando usted baje a la fosa.

  Al fin mamita a partir
Ya voi sin tener atrasos
Corra i écheme sus brazos
I no se deje morir
Dirá usted al verme salir
Ya se va mi hijo querido
El era el mas preferido
De mi como lo verán
Sus restos descasarán
En la mansion del olvido.

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A los poetas sabihondos de nues-
tras musas chilenas

  Los poetas de hoi en dia
Me tienen como sin tino
Ninguno de mis colegas
Me ha sido constante i fino.

  Reyes, como Javier Jerez
Son dos grandes poetastros
I escriben los criticastros
Al derecho i al revez
Estudian con interes
La ciencia de poesía
Viéndoles poca armonía
Les voy a pegar bien fuerte
Aunque desean mi muerte
Los poetas de hoi en dia

  Juan Peralta el temerario
Tiene la traza de hizopo
Gustaria ver al topo
En el campo literario
No sabe ni el silabario
I quiere ser mui ladino
Huyendo del torbellino
Hablo palabras profundas
Porque sus travas inmundas
Me tienen como sin tino

  Tambien Parra el ganapan
Me critica con esfuerzos
Yo lo viese haciendo versos
En la boca de un volcan
Furioso como huracan
Anda por distintas Vegas
Por quintales i fanegas
Vende versos en verdad
I no me tienen piedad
Ninguno de mis colegas.

  No molesto a los cantores
Porque a mí nada me hacen
Mas que cantando lo pasen
Jamás serán superiores
A criticar mis errores
Justo Robles tambien vino
I el tal Pablo Montesino
Me causó espanto i asombro
Ninguno de los que nombro
Me ha sido constante i fino

  Por último los nombré
A todos con mucho agrado
Si los he incomodado
Por favor disculpenmé
El verso que improvisé
No esten creyendo que cierto
Presente el mas aspierto
Que yo lo estaré esperando
Si me la ganan cantando
Juro de caerme muerto.

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Carlomagno
EMBAJADA DE LOS SIETE CABA-
LLEROS CRISTIANOS I MUERTE
DE LOS CATORCE REYES JEN-
TILES

  El esforzado Roldan,
Sin recelo i sin temor,
Se mandó de embajador
A aquel bravo capitan.

  Dijo el anciano al sobrino
Que marchase a la Turquía,
I pronto él le referia
Dándole a ver su destino;
Para partir se previno
Donde los nobles están,
I al Almirante Balan
Por infame i por su abuso,
En grande aprieto lo puso
El esforzado Roldan.

  Le dijo al Rei, al pensar,
Antes de hacer la jornada:
No voi a dar la embajada,
Voi solamente a pelear;
Al punto, sin vacilar,
Obedeció a su señor,
Por la honra i el honor;
No habiendo quien los sujete,
Salieron solo los siete
Sin recelo i sin temor.

  En el desierto encontraron
Los quince reyes por suerte,
I a catorce dieron muerte
Porque los amenazaron;
La cabeza les cortaron
Sin piedad la que menor,
I viéndose vencedor,
Sin tener miedo ni pisca,
Al terror de la morisca
Se mandó de embajador.

  Con la embajada llegaron
Donde el Almirante estaba,
I al saber lo que pasaba
Durmiendo los desarmaron,
Presos se los entregaron
A Floripe con afan.
Abran la historia i verán
Lo que digo en mi entender,
El fin que vino a tener
Aquel bravo capitan.

  Al fin, la dama amorosa
Con ellos tuvo clemencia,
Cuando los vió a su presencia
Se les mostró la cariñosa.
Jóven, bella i virtüosa
Era, i la mas elegante;
Desde aquel dichoso instante,
Sin demostrar un desliz,
Se consideró feliz
A la vista de su amante.

DANIEL MENESES
CALLE DE ZAÑARTU, NUMERO 9
[  ]MA

Nota: Capítulo XXXI y ss. de la “Historia de Carlos Magno y los doce pares de Francia”.

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La niña
QUE SE MATÓ EN VALPARAISO
DE SENTIMIENTO

  La desgraciada Maria,
Jóven, bella i elegante
Su suicidó de improviso
Para seguir a su amante.

  Veinte dias el querido
Se habia dado la muerte,
Ella lo siguió en su suerte
A la mansion del olvido.
Tranquila i en su sentido
Propuso dar su agonía,
Risueña i con alegría,
Al acordarse del caso
Se dió en la sien el balazo
La desgraciada Maria.

  A las siete a. meridiano
Se victimó la infeliz,
Sin demostrar un desliz
Sola i por su propia mano.
Fué el amor tan soberano
Tan puro i sin semejante,
Fiel, amorosa i constante,
Cariñosa, amante i fina.
Era según se propina
Jóven, bella i elegante.

  Del puerto vino a Santiago,
I aquí no quiso vivir
I se propuso partir
Recta a hacer un estrago.
En el espreso hizo el pago
I se fué a Valparaiso,
Como justo i mui preciso
Para cumplir con su intento.
De pena i de sentimiento
Se suicidó de improviso.

El domingo la amadora
De galas se revistió
I en un sofá esperó
La parca devoradora.
Mirando estaba la hora
Con el reloj por delante,
Mui tranquila en su semblante
Sin dar la menor querella
Se quitó la vida ella
Para seguir a su amante.

  Al fin, el caso es notorio
Les diré por si así apunto,
Ya los dos estarán juntos
Allá en el purgatorio.
El cuento es algo ilusorio,
Doi a saber mis lectores
Con salvedades mayores,
Digo con moralidad
Hoi ya están en la eternidad
Gozando de sus amores.

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Versos
DE LA VIDA DE UN RODANTE

  A los quince años
Me ausenté de mis mayores,
Entregado los rigores
De mundo y su vanidad.

  Uno cuando es regalon
La regalía le hostiga
I le aconseja que siga
Los destinos de un peon.
Hoi que sé lo que es razon
Voi a decir la verdad
Con toda moralidad:
Para las costas de abajos
Me fuí a pasar trabajos
A los quince años de edad.

  Mi padre me aconsejaba:
«Hijo, acompáñeme a mí»,
Yo le contestaba sí,
Que no lo desamparaba;
Pero sí ya me gustaba
Esos que llaman amores,
Como hacen los amadores.
Digo, i nadie se asombre,
Que por aprender a hombre
Me ausenté de mis mayores.

  ¿Dónde yo lo imajinaba
Que la vida de un rodante
Era pues sacrificante
Ni tanto se trabaja?
Varias veces me acordaba,
Entre los trabajadores,
De mi casa, yo, señores,
Movido por un resorte,
Salí a recorrer el norte
Entregado a los rigores.

  Si yo lo hubiera sabido
Que iba tanto a sufrir,
Cuando propuse partir,
Talvez no habria salido.
Hoi por hoi arrepentido
Me hallo por mi enfermedad;
Dios me mira con piedad
De ver lo que me ha pasado
I me tiene separado
Del mundo i su vanidad.

  Al fin, ya tengo esperiencia
I sé lo que es padecer;
Tarde vine a conocer
La voz de la Omnipotencia;
Lo que deseo es paciencia
En este triste momento.
Con voluble pensamiento
Digo tan lleno de gozo:
Le agradezco al Poderoso
Que me aumentó mi talento.

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Tonadas repetidas
I CON RELANCE

Quiero, aborrezco i olvido,
     Por una flor,
     Por una flor.
Olvido, aborrezco i quiero
     Por el amor,
     Por el amor.
Estoi que me desespero
     Por una flor,
     Por una flor.
Con mi corazon herido
     Por el amor
     Por el amor.
Cuando me dicen
Flor fragantosa,
Me rio con alegría
Queriendo una blanca rosa.
De pena estoi que me muero
     Por una flor,
     Por una flor.
I ya no puedo vivir
     Por el amor
     Por el amor.
Si no me dicen te quiero
     Por una flor,
     Por una flor.
Voi a dejar de existir
     Por el amor,
     Por el amor.
Cuando me dicen
Por ti me muero,
De sentimiento me desespero.
Me lamento noche i dia
     Por una flor,
     Por una  flor.
Sin el alivio encontrar
     Por el amor,
     Por el amor,
Me tendré que sepultar
     Por una flor,
     Por una flor.
Triste en la tumba fria
     Por el amor,
     Por el amor.
Cuando me dicen
Te estoi amando,
Con mas cariño i amor
Sigo adorando
Tendré que correr el mundo
     Por una flor
     Por una flor.
Con mi esperanza perdida
     Por el amor
     Por el amor.
Hasta concluir mi vida
     Por una flor,
     Por una flor.
Sin descansar un segundo
     Por el amor
     Por el amor.
Cuando me dicen
Perla de oriente,
Mi corazon se entristece
De lo que siente.

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Una leccion
A LAS NIÑAS QUE NO SABEN LO
QUE ES EL MUNDO

  Cuarenta dias de cama
Nueve meses de sustito,
Sufre una jóven doncella
Por la cuestión de un gustito.

  A los trece o catorce años
Toda jóven es altiva,
Llega a saltar para arriba
I no ve sus desengaños;
Sola se busca sus daños
Cuando ya el tiempo la llama,
En vivo amor se derrama
Lo pensado ya está dicho,
I sufre por un capricho
Cuarenta dias de cama.

  De primera todo es gloria
Despues tristeza i pesar,
Si se principia a acordar
De la pasion ilusoria;
Maldice hasta la memoria
I reniega del maldito,
Se desea muerte a grito
Al acudirle el dolor,
Ver que le trajo el amor
Nueve meses de sustito.

  Le parece chancaquita
Cuando está de quince abriles,
Busca amantes por miles
I no se le da nadita;
Despues, cuando pesadita
Se ve, pone su querella,
Por si se burlan de ella
I la deja el pretendiente,
Las penas de San Clemente
Sufre una jóven doncella.

  La pobre como no sabe
Que tiene que padecer,
Si llega al hombre a querer
Comete una falta grave;
Pronto quiere echarse llave
Para borrar el delito,
Ve lo que es el apetito
O mas bien dicho la gana,
Se hace la mujer mundana
Por la cuestion de un gustito.

  Al fin, cuando llega a vieja
Es relauchadora i lacha,
Mas que cuando era muchacha
A todos les da la oreja;
A los ochenta se deja
De andar buscando casorio,
Porque el tiempo vejestorio
Ya se le muestra tirano,
I le hace llevar la mano
A echar llave a su escritorio.

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Ultima sentencia
FIRMADA POR EL CONSEJO DE ES-
TADO EN CONTRA DE RICARDO
TOLORZA, CONDENADO A MUER-
TE.

  Ricardo Tolorza, digo,
A muerte fué sentenciado,
El indulto de su pena
Negó el Consejo de Estado.

  Triste el reo se lamenta
De su desgraciada suerte,
De ver que pronto la muerte
Vendrá a hacerlo dar la cuenta.
Ningún temor le amedrenta
En su celda al mal amigo;
A decir verdad me obligo
Con mi voz tan aflijida:
Ya no piensa en esta vida
Ricardo Tolorza, digo.

  Este terrible bandido,
Que golpe en falso no daba,
Cuando en libertad estaba
Era el hombre mas perdido;
En el vicio, se ha sabido,
Pasaba él encenagado;
La sangre que ha derramado
Al cielo pide venganza;
Por eso es que sin tardanza
A muerte fué sentenciado.

  Al hacer ya su salida
Del aposento, iracundo,
Sentirá dejar el mundo,
Robusto i lleno de vida;
Para hacer su despedida
A morir se le condena.
Si la juventud chilena
Llega este caso a observar,
Jamas tendrá que implorar
El indulo de su pena.

Ya pronto va a sucumbir,
Por la lei del tribunal:
Aquel que mata a puñal,
A bala debe morir,
Sin poderse resistir,
Porque ya está decretado
Que debe ser fusilado
A nombre de la nación
Pues de su vida el perdon
Negó el Consejo de Estado.

  Al fin, el reo hasta ahora
Se ve sereno i tranquilo,
Aunque con grande sijilo
Un gran sentir le devora:
Una bala sin demora
Que partirá con violencia
Pondrá fin a su existencia
Con la mayor prontitud;
I a toda la juventud
Esto sirva de esperiencia.

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Espantoso crimen en Iquique
LA HIJA QUE ENVENENÓ
A LA MADRE POR CELO, I QUE
NO LA DEJABA CASARSE

  Lectores allá en Iquique
Una chiquilla elegante,
Le dió muerte a la mamá
Por consejos del amante.

  Para disfrutar de amores
Cometió el nefando crímen,
I hoi se encuentra donde jimen
Los mas grandes malhechores,
Yo publico los errores
Por mas que ella se pique
No digan que esto es palique,
Ni falsías que yo invento
I sucedió lo que cuento
Lectores allá en Iquique.

  Catorce años lá muchacha
Solo cuenta hasta el presente,
Lo que tiene de valiente
Tambien tenia de lacha
Triste, i con la vista gacha
Se vió ante el juez sumariante
El hecho es mui repugnante
Según noticia se dió,
Del crímen cometió
Una chiquilla elegante.

  La jovencita Isabel
Aun sin mirar su atraso,
Echó el veneno en el vaso,
Como lo hace una hija cruel,
Hoi que se halla en el cuartel
Apesarada estará
Esta noticia de allá
Ha llegado por el diario,
Sin pensar en el sumario
Le dió muerte a su mamá

  Esteban me aconsejó
Declaró la parricida,
Mas no sé si por envidia
Esto a mí me lo mandó
Toro, con furia miró
A su querida inconstante,
Ultimó aquella farsante
Con descaro i villanía,
A la autora de sus dias
Por consejos del amante.

  Al fin, la pobre mujer
Ya se halla visto, i confesa
I en un calabozo presa
Pensando en su padecer,
El mundo volverá a ver
Cuando deje su prision,
Tuvo tan mal corazon
Aquella hija maldita,
Porque ultimó a su mamita
De Dios no tendrá perdon

Daniel Meneses
Poeta popular chileno, Calle Zañartu Nº 1070.

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EL REO MANUEL VALDES,
(Alias el Ñato)
QUE ASESINÓ LA MUJER EN EL
CERRO DE LOS PLACERES

  Que amargo las hora sol
En el reloj de mi suerte,
Marcando se halla el horario
El fin de mi triste muerte.

  Desde cuando cai preso
Un gran sentir me devora,
I desde entonces hasta ahora
Largo ha sido mi proceso,
Si muero es por puro leso
I ser de mala intencion.
En mi negro corazon
Se anidó un instinto atroz,
Solo para mi gran Dios
Que amargas las horas son.

  En mi vida criminal
Hai crímenes a manojos,
I mas de mil charcos rojos
Hizo vertir mi puñal
Nuestro código penal
Hoi me ha atracado bien fuerte
Observa lector, i advierte
Sin agudo retintin,
Grabado se halla mi fin
En el reloj de mi suerte.

  Los consejeros de Estado
De nuestra nacion chilena,
No me indultaron la pena
Porque yo soi un malvado,
Fama i renombre he dejado
Como aquel mas temerario,
De la honradez fuí contrario
I autor de las picardías,
Mis últimas agonías
Marcando se halla el horario.

  Tan malo yo siempre he sido,
Mui perverso é inclemente,
Por eso hoi dirá la jente
Ya va a morir un bandido,
Por canalla i atrevido
Pronto me verán inerte,
Lector quiero entretenerte,
Al emprender mi jornada
Aqui te dejo apuntada
El fin de mis triste muerte.

  Al fin, mi gusto es morir
En el banquillo afrentoso,
De ver que en el calabozo
Era mucho mi sufrir,
Mui pronto voi a partir
En viaje a la eternidad,
No he encontrado yo piedad,
En nadie según refiero,
Por eso es que hoi dia muero
Gustoso, i sin novedad.

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