Horrible
I SALVAJE CRÍMEN EN LA CA-
LLE DE SANTA ROSA EL
ANCIANO QUE FUÉ MUERTO
CON UN GARROTE DE FIE-
RRO.

  El crímen de Santa Rosa
Los asesinos contaron;
Un bruto dió las señales
I al anciano asesinaron.

  Huellas de un zapato inglés
De forma tan elegante
Quedó marcada bastante,
Cuya planta de ámbos piés,
En el piso el interes
Es la razón sospechosa,
El hecho no es otra cosa
Traer plata o las alhajas;
Hizo pedazo las cajas
El crimen de Santa Rosa.

  El ladron no es forastero
Que a la perra no la hirió
Ni a él tampoco mordió,
Declararlo mas no quiero.
Ciertas malicias espero
De los ajentes que hablaron,
De la pesquisa mandaron
Por si ven al bravo lobo.
A la ejecucion del robo
Los asesinos entraron.

  El pobre viejo Troncoso
No tenia ni enemigos.
Antes al contrario amigos.
Consideraba con gozo;
El semejante envidioso
Se valió de ciertos males.
En los momentos fatales
Se analiza el mal estado.
Del modo que fué ultimado
Un bruto dió las señales.

  Como que habla la perrita
Del finado era su amiga
I él la tuvo así consiga
Desde lo mas pequeñita;
A la defensa se imita
Aunque tanto le pegaron;
A garrotazos voltearon
Al infeliz animal.
Fueron del alma infernal
I al anciano asesinaron.

  Al fin demuestra la perra
Con una porcion de heridas
De ladrones conocidas
Aunque bruta hizo la guerra.
Se manchó toda la tierra,
De modo los juzga tan
Justo es si lo paga tan
Tan horrible desafreno
Vió la señora Moreno
Buena viuda de Guzman.

Imp. Moneda 843.

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Horrible i salvaje crimen
EL HERMANO QUE ULTIMÓ A PALOS AL
HERMANO MENOR, EN EL FUNDO LAS
HIGUERAS I DESPUES SE AHORCÓ ÉL

  Un hermano fratricidio
Le dió la muerte al hermano,
I yo como buen cristiano
Hoi con los crimenes lidio;
I pensando en el presidio
Talvez se desesperó
Despues de que lo ultimó
Conoció el crimen el cruel;
Con un pequeño cordel
De una viga se ahorcó.

  Era hermano menor
El que asesinó el ahorcado,
I viéndose acriminado
Dijo: que muera es mejor.
Este crímen causó horror
Por toda la vecindad
Lo victimó sin piedad,
El asesino se advierte
Que solo se dió la muerte
Por tan gran barbaridad.

  Catorce años tenia
El gran criminal salvaje,
I es de alabarle el coraje
Por su enorme picardía:
El siempre los reprendia,
Nadie me dirá que nó.
Estas noticias doi yo
Sin ponerle ni quitarle
I que de tanto pegarle
Al fin la muerte le dió.

  La mamá, de Talcahuano
Leyó el diario o contado,
I en la casa halló colgado
A su hijo, tan inhumano.
Con un sentir soberano
Le clamó al Dios del cielo,
Pidiéndole con anhelo
De que le diese valor;
Al ver a su hijo menor,
Muerto, i botado en el suelo.

  Fué tan grande el sentimiento
De la madre desgraciada,
Cayó en tierra desmayada
Casi sin conocimiento;
Los vecinos al momento
La hubieron de consolar;
De aquel terrible pesar
Perdió la dicha i el gozo,
I junto con el esposo
Años tendrá que llorar.

DANIEL MENESES
Poeta Nacional Chileno

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Entrevista
DE LOS DOS PRESIDENTES EN PUNTA
ARENAS, FEDERICO ERRAZURIZ I
JULIO A. ROCA.

R.—Un abrazo Federico.
  Dame hoi que nos juntamos.
F.—Bueno i nos estrechamos
  Si quieres pico con pico.
R.—Me gusta tu facha chico,
  Porque eres tan buen cristiano.
F.—He sido desde mediano
  Amante de todo altar.
R.—No te vayan a engañar
  Los cuervos del Vaticano.

F.—¿I qué es lo que piensas, Roca?
  En tu tonito travieso.
R.—Lo que pienso es darte un beso
  Medio a medio de la boca.
F.—Te encuentro gana mui poca
  De atacarme con tu jente.
R.—No, te digo francamente
  Que a ustedes los miro en ménos.
F.—I, si se alzan mis chilenos
  Hacen temblar al oriente.

R.—Federico, equivocado,
  Te hallas con mis paisanos.
F.—Si nos vamos a las manos
  No te dejo ni un soldado.
R.—Hombre, qué alto me has hablado
  Eso no es tener cordura.
F.—Si te cree travesura
  Bien te debes de callar.
R.—Si llegamos a pelear
  Es mi ganancia segura.

F.—Colega, me da temor
  De oirlo hablar de guapeza.
R.—Aprétate la cabeza
  Federico por favor.
F.—De sobra tengo valor
  I no soi ningún cobarde.
R.—Pechoño, que Dios te guarde
  En brazos de tu señora.
F.—Si no peleamos ahora,
  Combatiremos mas tarde.

R.—Déjate de hablar de guerra
  Errázuriz por tu abuela.
F.—La sangre no se me hiela
  En los mares ni por tierra.
R.—Si entra al Plata se encierra
  Tu escuadra, soi de apostar.
F.—Mis buques son para el mar
I no para andar en rio.
R.—Pero yo te desafío
  Que allá vamos a pelear.

F.—Vengan ustedes aquí
  Que encontrarán espartanos.
R.—¡Cuidado con mis cuyanos,
  Que son bravos como ají!
F.—Aprende Julio de mí
  No seas tan maricon.
R.—¡Caramba! que eres bocon
  Torpe, cara de pantalla.
F.—Si hablas, te pongo, canalla,
  En el hocico un tapon.

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Lo que le pasó a un enamorado

  Por causa de ser templado
Pregunten como me fué;
Un año en el hospital
Eso fué lo que gané.

  Un dia estando en mi casa
Viviendo como la jente
Me apasioné ciegamente
De una maldita huasa;
Esta me salió diablaza
I me dejó avergonzado;
De ver lo que me ha pasado
De noche casi no duermo,
I estoi tan pobre i enfermo
Por causa de ser templado.

  Al otro dia temprano
Volvi donde la chiquilla
I me hizo darme una trilla,
Con un tio i un hermano;
Tan luego que me vi sano
Donde ella me presenté,
Entónces entrar logré
I acostarme con la bella;
Despues que dormí con ella
Pregunten como me fué.

  Me hizo un regalo la dama
En retorno de un besito
Que me costó aunque poquito
Como seis meses de cama.
Mas caliente que una llama
Era esa diabla infernal,
Quedó diciendo formal
Friégate por torpe i leso
Porque sufrí por un beso
Un año en el hospital.

  Con mas gusto i bizarría
Llegué a su casa otra vez,
Ya como el año despues
Por salir con mi porfía.
Ella entónces me tenia
Otra cosa i no se qué
Despues de que la aprobé
No me quiso pedir paga
I como siento una plaga
Eso fué lo que gané.

  Al fin como la queria
No sentia padecer;
Cuando vine a conocer
Ya remedio no tenia.
Muchas dolencias sentia
Por causa de ese infierno.
Sufrí aunque era moderno
Unos agudos dolores
Por ella, me vi, señores,
Con ambo, terno i cuaterno.

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Versos de Literatura

  El Iris de la bonanza
Presenta sus tres colores;
Azul, blanco i colorado
Imitacion a las flores.

  El invierno riguroso
Marchita a las florecillas,
I cuida de sus semillas
El agricultor curioso.
No tiene paz ni reposo
Cultivando su labranza,
No mantiene una esperanza
Por mas que el tiempo es mudable
Que le ha de ser favorable
El Iris de la bonanza.

  Con la helada i el rocio
El campo reverdeguea,
I en su tiempo se hermosea
Todo terreno sombrío,
I al ver tanto señorío
Se deleitan los pastores.
En el prado i sus verdores
De toda dicha se goza
Porque una faja armoniosa
Presenta sus tres colores.

  Cuando al verjel colorices,
Se observará rozagante
I esto será en un instante
Para que te fertilices.
Con diferentes matices
Estiéndese un alfombrado
Del árbol aunque enrramado,
El viento lo desbarata,
Se ve el clavel en la mata
Azul, blanco i colorado.

  Al amanecer la aurora
Nos muestra su bizarría,
I saluda al nuevo dia
Toda avecilla canora.
En la celda encantadora
Se recrea en mil primores
Con los demas parladores
Se regocija en la faz;
I es nuestro arco de paz
E imitacion a las flores.

  Al fin, cuando el sol levanta
Muestra el campo nuevo brillo,
I con un lento airecillo
Dobla su tallo la planta.
Pierde su hermosura tanta
El lujo i la gallardía.
La fragancia que tenia
Exhaló en edad temprano,
I el amoroso hortelano
La vuelve a su lozanía.

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Completos detalles
DE MI ESCURSION AL NORTE I LAS
PARTES DONDE ANDUVE

  A Coquimbo el primer puerto
Primeramente llegué;
Cuando me desembarqué
Lo encontré casi desierto;
Pasé a la Serena advierto
I anduve calle por calle,
Dando este simple detalle
Del sendero no me salgo,
Por ver si juntaba algo
Me fuí despues a Ovalle.

  Por segunda a Caldera
Otro vapor me llevó
Despues pasé a Copiapó
Por ver la jente minera.
En esa provincia entera
Solo la miseria brilla,
Por mi creencia sencilla
Mis faltas me las reprocho;
I en los dias del dieciocho
Canté en Tierra Amarilla.

  Por tercera yo a Taltal
Llegué en el vapor de noche
I no habiendo quien me roche
Fuí a tierra i la saqué mal;
A un señor municipal
Fuí a verlo sin ponderar
Prontamente i sin tardar,
En lo que aquí simbolizo
Le solicité un permiso
Espreso para cantar.

  Antofagasta en la tarde
Llegué en mi escursion,
I al verle su poblacion
Luego le eché un dios te guarde.
I como no era cobarde
A tierra hube de saltar,
Traté ahí de trabajar
Haciéndome buen sujeto,
Con un permiso secreto
Puse canto popular.

  Por quinta fuí a Tocopilla,
De Tocopilla a Iquique,
Allá quise irme a pique
I naufragó mi barquilla;
Cuando ya perdí la quilla
Dije que arranque es preciso,
Pronto de un improviso
Me vine al sur con esfuerzos,
I me hallo imprimiendo versos
Ufano en Valparaiso.

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Mi vuelta al sur del norte
LLEGADA A VALPARAISO

  Del norte vengo llegando
Trayendo nuevos cantares,
Por ver a los populares
Que me estarán esperando.

  Estos bardos se creyeron
De que yo me habia muerto,
En el árido desierto
Agonizando me vieron.
Mala noticia tuvieron
De mí se los voi probando,
Me siguieron descuerando
Con una intencion de mico,
I a taparles el hocico
Del norte vengo llegando.

  Reyes i el poeta Javier,
Les aviso a la lijera
Que el tiempo que anduve afuera
Han lucido su saber.
Por no dejarme ofender
He vuelto a cruzar los mares;
En mis bellos ejemplares
Mi viaje les contaré:
De Tarapacá llegué
Trayendo nuevos cantares.

  Hasta el tonto poeta Parra
Me ha dado su mordiscon,
Siendo que el zote orejon,
Parece mastin de amarra;
Bulla como una chicharra
Les mete en varios lugares,
Cuatro que suman dos pares
Profanan sobre la tierra,
I traigo este plan de guerra
Por ver a los populares.

  A improvisar un invento
Me fuí a recorrer el norte,
Hoi de allá del mismo porte
Me vine i con mas talento.
Una cosa no mas siento
Que de mí han estado hablando,
Me les presento cantando
Como lo hace el mas agudo
I a mis colegas saludo,
Que me estarán esperando.

  Al fin, en la despedida
Quisiera encontrarlos junto
I seguirles contrapunto,
Antes de hacer la partida.
Me obligo darles salida
Adelante i sin sandeces,
Saludo una i mil veces
A toda la juventud,
Tomen un trago i salud
I a la salud de Meneses.

Morandé, núm. 8-A

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Horrible i nefando crimen
EN LA ARJENTINA EN LA PROVINCIA
DE SAN JUAN LA MADRE QUE DE-
GOLLÓ A SUS TRES HIJITOS DE ABU_
RRIDA PORQUE NO TENIA COMO DAR-
LES DE COMER.

  En la Arjentina, señores,
Un crímen se cometió;
Una madre sin piedad
A sus tres hijos mató.

  Lleno de consternacion
Este crímen contaré
De la manera que fué
Sigo aquí la narracion.
Léanlo con atencion
I hallarán sus pormenores
Los cuales causan horrores
Tanto al rico i al plebeyo
I acontenció este degüello
En la Arjentina, señores.

  A la madre le pedian
Que les diera de comer,
I ella no se halló qué hacer
Al ver que de hambre jemían;
Las lágrimas le corrian
Cuando agonizar los vió,
Triste se desesperó
Sola, i se puso a llorar;
Por eso en aquel hogar
Un crímen se cometió.

  Por causa de la pobreza
Esta trajedia ha ocurrido
I hasta quedo sin sentido
Al pensar en tal vileza.
El hecho es de gran sorpresa.
Que ha causado novedad
Desde ciudad en ciudad
Se habló del crímen fatal
Ver que se hizo criminal
Una madre sin piedad.

  Mui triste i conmovedora
Es la escena que describo
I el verdadero motivo
Lo doi a ver sin demora.
Pensativa, jime i llora
Ella lo he sabido yo
Cuando el marido volvió
A la casa se declara
Pero ella ántes que llegara
A sus tres hijos mató.

  Al fin, la causa el esposo
Tiene, dice el populacho,
Porque era un hombre borracho
Vago, pleitisto i celoso.
I ahora en el calabozo
Está por su mala fé,
Con un grillo en cada pié
Pide su perdon a gritos,
Los nombres de los niñitos
Es Juana, Antonio i José.

DANIEL MENESES
Poeta Nacional Chileno

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Una reprension
A VARIOS VENDEDORES DE VERSOS
QUE ME DEBEN

  Mas de mil i tantos pesos
Me deben los vendedores,
Doi al público el nombre
De todos los fundidores.

  Es Clodomiro Madriaga
El primero de la lista,
Tramposo mas que ajiotista
Cabecilla de esta plaga;
Con sus cabulas siempre halaga
A una multitud de lesos,
En estos versos impresos
A uno por uno reprendo,
Al ver que me estan debiendo
Mas de mil i tantos pesos.

  Es Marcelino Moraga
Otro Agustin Valdivieso
Yo les cortara el pezcuezo
A los dos con una daga;
Por qué a mí no se me paga
Les pregunto a mis lectores,
Pensarán esos señores
Que mis versos son andrajos,
I cuatro años de trabajos
Me deben los vendedores.

  El otro es Flores Manuel
O mas bien (alias) el Oso,
Muchacho infame i leproso
Borracho mas que un tonel;
Parece el roto un jerjel
Lo digo i nadie se asombre
No hai quien el suelo alfombre
A esa tropa de caines
Con Felicito Martinez
Doi al público el nombre.

  En Chillan un tal Fernando
También me quedó debiendo;
Con mi plata estan comiendo
Los que aquí les voi nombrando
Otro Podenco nefando
Que se llama Alfredo Flores
Con todos sus pormenores
Quisiera dejarlo en prensa,
I es él el mas sinvergüenza
De todos los fundidores.

  A Prosperina de Hernández
Le brindo la despedida,
I que me pague enseguida
Antes de que la demande.
Caigan encima los Ande
I aplaste a esos tranpocillos,
En mis versitos sencillos
Digo franco i sin enojo
Que aquí quedan en remojo
En aprietos amarillos.

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Versos humanos

  Llora la parra de pena
Si le cortan el sarmiento,
Así lloraba un amante
  De pesar i sentimiento.

  Lloró el valiente Sanson
Su desgracia al verse ciego,
I dijo al señor le ruego
Que le dé la proteccion
Cuando al templo de Dagón
Fué llevado con cadena,
Con heroicidad serena
Conoció su desengaño.
Por eso una vez al año
Llora la parra de pena.

  Absalon tambien lloró
Cuando se vió enredado,
De los cabellos colgado
Misericordia imploró;
El Señor lo castigó
Por su mucho atrevimiento,
Ya mi corazon contento
Un gran sentir lo devora,
Por eso la parra llora
Si le cortan el sarmiento.

  Lloró David su pecado
Que cometió sin querer
Por codiciar la mujer
De su capitan amado.
Su corazon mancillado
Sintió aquel rei guerreante,
Conoció en el mismo instante
La falta de su quebranto,
Tal como yo rio i canto
Así lloraba un amante.

  Un poeta tambien lloraba
Con un dolor insesante,
Buscando una consonante
I en la rima no lo hallaba.
Mucha tristeza le daba
En el crítico momento,
Maldecia su talento,
En aquel trance tan fuerte;
Se deseaba hasta la muerte
De pesar i sentimiento.

  A fin, lloró Baltasar
En el medio del festin,
Porque conoció su fin
Que lo iban a destronar.
El rei Darío sin tardar
Con sus tropas lo sitió,
Cuando al palacio entró
Lo encontró regocijado,
I por eso al rei malvado
Del trono lo derribó.

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