Versos de la Boladita
EN CARTUCHO

  Dice que me quiere mucho,
Pero me hace desconfiar:
Porque no me quiere dar
La boladita en cartucho.

  Queriendo estoi no sé a quién
Peno y no sé por quien peno,
Sufriendo de angustia lleno
Habran muchos que me ven.
Si ella es lo mismo tambien,
Para mi no vale un pucho.
Haciéndomele el diablucho,
Les diré que en la cocina
La hija de la vecina,
Dice que me quiere mucho.

  Una vez la hallé solita
En un oscuro rincon,
Y lueguito un agarron
Le tiré a la boladita.
Haciéndose la maldita
Como que quiso gritar,
No nos vayan a pillar,
Me dijo ella que la espere;
Y parece que me quiere
Pero me hace descanfiar.

  Estando con ella junto
En una quinta una noche
No habiendo ahí quien nos roche
Le hablé tocante al asunto.
Yo dije, aquí si le apunto
No se me podrá volar.
La comencé yo a atracar
Y así que le fuí diciendo
Lo que aquí le estoi pidiendo
Por que no me quiere dar.
  Ya lo que me vió solito
No me puso ni un atajo,
Y la mano por debajo
Le metí mui lijerito
Encontré aquel trechito
Mas cortante que un serrucho,
Bravo como el Aguilucho,
Estaba cuando atenté
Y con ser así aprobé
La boladita en cartucho.

  Al fin, señores, formal
Contaré como pa[s]ó:
Despues que ya me lo dió
Me agarró un odio mortal,
Bonito entónces, qué tal
Le dije, es su amor señora,
Solo con un cuarto de hora,
Se abasteció y quedó llena
Le hablé con furia y con pena:
Usted es mal pagadora

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La grandeza de Chile
ANTE LAS
Naciones de Sud-América

  De todo este Sud-América,
Chile es la patria mas bella;
Miles, miles de estranjeros
Han hecho su suerte en ella.

  Desde cuando se pobló
Este hermoso pais,
Se consideró feliz
El hombre que lo habitó.
Tanto progreso alcanzó
Esta gran nacion homérica.
Bajo lo capa atmosférica
Fecundizó este panizo,
Y es de hacer un paraiso
De todo este Sud-América.

  Despues la opresora España
Principió a civilizarlo,
Y al mismo tiempo a esplotarlo
Con su astucia y con hazaña.
Desde el mar a la montaña
La tierra estaba doncella,
Mui tranquilo y sin querella,
Aquí moraba el viviente
Y en todo este continente;
Chile es la patria mas bella.

  Cerca de trescientos años
Fué colonia española;
No solo esta tierra sola
Sufrió perjuicios y daños.
Y viendo los desengaños
Nuestros heroicos guerreros,
Se mostraron altaneros,
Haciendo grandes proezas;
Les llevaron sus riquezas
Miles, miles de estranjeros.

  Cuando Cristóbal Colon
Llevó a la reina el tesoro,
Dijo: es el pais del oro
Esa indíjena rejion.
Los hombres con precision
Siguieron del mar la huella;
Guiados por una estrella
Vinieron con grandes deseos.
Negros, chinos y europeos
Han hecho su suerte en ella.

  Al fin, mi patria chilena
Con fuerza y nervudos brazos,
Destrozó en mil pedazos
La opresora cadena.
Alzó la frente serena
Desde aquel dia inmortal;
Carrera, el jeneral,
Hizo en los godos destrozo,
Y hoi flamea victorioso
El tricolor nacional.

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LA FAMA DE CHILE
Por la valentia de sus rotitos

  Un huemul de tres colores
Tiene una estrella brillante,
Un águila deleitante
Es reina de los cóndores,

  Chile es un pais nombrado
En Europa y en el Asia,
Por su heróica democracia
Que fama y nombre le ha dado,
Tiene un pabellon sagrado
Por nuestros antecesores,
Simbolo de los albores
Es, ha dicho el mas agudo.
Y adorna a nuestro escudo
Un huemul de tres colores

  La vieja España potente
Gobernó esta fértil tierra
Hasta que una cruenta guerra
Vino hacerla independiente,
Tomó fama de valiente
Desde ese solemne instante,
Salió en todo triunfante
Sin dar la menor querella,
Nuestra leal bandera bella
Tiene una estrella brillante.

  El año setenta y nueve
Combatió con dos naciones,
Por tantas desproporciones
La capital se conmueve,
Testigo de esto la nieve
Fueron del Andes jigante,
A todo pueblo distante,
Que quiera saber las glorias,
Llevará nuestras victorias,
Un águila deleitante.

  Unos gauchos sarracenos
Con heroicidad y arreglo,
Han establecido un pueblo
En territorios chilenos,
Nos quieren mirar en menos
Esos ilusos señores,
Las posesiones mejores
Nos toman por hacer mal,
Y nuestra águila real
Es reina de los cóndores,

  Al fin, de esa nacion
Ya entrándose se nos van,
Y aquí parece que están
Como pidiendo perdon,
Nos señalan el facon
Que es bastante conocido,
Y este mi Chile florido
Poco se arma todavia,
De la independencia a hoi dia
Jamás ha sido vencido.

Imp. G. Weidmann, Valp

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Horroroso salteo
EN LA HACIENDA DE LA PUNTA.
COMBATE ENTRE ASALTADOS
I SALTEADORES.

  Hoi dia no hai vergüenza
La vergüenza está perdida,
Solo hai sabiduría
Pero sin rastro de ciencia.

  A la hacienda de la Punta
Fueron a hacer un salteo,
Con satánico deseo
Llegó la pandilla junta.
A mí un lector me pregunta
Si es verdad lo de la prensa,
Yo esplicacion estensa
Voi a darles a mis lectores,
Porque ya en Chile, señores,
Hoi dia no hai vergüenza.

  Se avisó al dueño de casa
De que lo estaban salteando,
Corrió a su hogar volando
Solo por ver lo que pasa.
Llegó i cayó en la nasa
Que le armó la partida,
La batalla fué reñida
Que se armó si no hai quien roche,
I en los hijos de la noche
La vergüenza está perdida.

  De aquel combate inaudito
Les cuento sus pormenores,
Uno de los salteadores
Le dió muerte a un niñito.
Ya creo que ese maldito
Se encuentra en la policia,
I otros mas su alevosía
Tendran que pagar en pos,
I en la justicia de Dios
Solo hai sabiduría.

LA BRUJA ESTAFADORA

Hai una bruja hoi en dia
Que dá mucho que pensar,
I a principiado a estafar
Por medio de hechiceria,
Roba, roba en demasía
La vieja con ocurrencia,
Esa chonchona demencia
Habla del espiritismo,
I ejerce el diabolismo
Pero sin rastro de ciencia.

Ella dice de que es dueña
De fabulosos entierros,
Que existen en unos cerros
Pero a nadie da una seña.
Se muestra mui halagüeña
Cuando haya a quien embaucar,
Muc[h]os le van a paga
Para que ande decente
Me admiro de que haya jente
De que se deje engañar.

DANIEL MENESES, Poeta Nacional Chileno

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La horrible catastrofe
de la Casa Prat
MUERTOS I HERIDOS

  Una catástrofe horrible.
En Santiago sucedió,
I a jente se alarmó
De una manera incre[i]ble.

  Eran las tres treinta i cinco
Cuando se sintió el crujido,
I el edificio he sabido
Fué al suelo de un solo brinco.

  Tres pisos el edificio
Ya presentaba de altura,
Por su mala arquitectura
Fué causa que hizo perjuicios.

  La casa se alzaba al cielo
De una manera imponente,
Cuando de un de repente
Se desplomó i vino al suelo.

  Una multitud de obreros
Trabajaba noche i dia,
Por eso ayer se sentia
Los ayes mas lastimeros.

  Sin que tuvieran motivos
Los castigó el injeniero,
I allí quedaron, refiero
Muchos enterrados vivos.

  Cuando la alarma se dió,
Casi a mi me dió desmayo
I tan veloz como el rayo
La noticia circuló.

  Una multitud de jente
Corrió a salvar a los mortales,
Tueces i municipales
I hasta el señor intendente

  Daba lástima de oir
El triste ¡ai! i el lamento,
I las angustias que cuento
No hai pluma con que escribir.

  Con prontitud los doctores.
Corrieron e i cio,
A emprestar sus servicios
A esos trabajadores.

  La prensa en lo que comenta
Son hechos mui consabidos,
Entre los muertos i heridos
Un gran número se cuenta.

  Hoi, lectores, sin reveces
Les pruebo franco i amable,
Diciendo son responsable
Los injenieros franceses.

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Contestacion
A
JUAN BAUTISTA PERALTA

  Prepara tu diestra lira
Peralta no seas maldito
Yo con ser que sé poquito
Prometo hacértela tira.

  Se atiene el ciego Peralta
De que él no puede ver,
Para ponerse a ofender
A quien en nada le falta.
Su ciencia se halla que salta
Escribiendo la mentira,
Que bien marcha si se inspira,
El poetastro en su demencia,
Si me sigues la pendencia
Prepara tu diestra lira.

  Si vuelve el padron alsado
A tirarme otra patada,
Lo saco de la manada
Para citarlo al juzgado.
A presencia de un jurado,
Talvez se hará un anjelito,
Dice él que me tiene frito
I que ya me va a vencer,
Si no es tanto tu saber
Peralta no seas maldito.

  A la Clarisa Guajardo
También le tiró un modizco,
I si sigue el basilisco
Puede mamarse un petardo.
Mas otra contesta aguardo
Para irmete al pasito,
Versando jamas me ajito,
Si este me sigue la guerra
Tengo que echarlo por tierra
Yo con ser que sé poquito.

  Creyó el ciego en su falsia
Que me iba a quedar callado,
Dijo ya lo eche cortado
Al dios de la poesía.
Con pompa i con ufanía
Versa i con capital jira,
Malamente al pueblo mira,
Pero es por tirar mas prosa,
Tu lira vieja, mohosa
Prometo hacertela tira.

  Al fin, sin el pié de imprenta
Lanza versos a la calle,
Doi al juez este detalle
Para que lo llame a cuenta.
Si retarme mas intenta
Le hago coser el hocico,
El al pobre ni al mas rico
Respeta en sus versaciones,
Para que juntes millones.
Vende tus versos al rico.

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Jenoveva
en el Desierto

  Jenoveva en el desierto
Pasó siete años cabales,
Junto con su hermoso hijo
Sufriendo terribles males.

  Cuando la condesa fué
Desde la prision sacada,
Hácia el campo fué llevada
Como aquí lo esplicaré;
Ella humillada i con fé
Le clamó a Dios, como advierto,
I cuando el niño despierto
Estaba, i se conformaba,
I hasta con él conversaba
Jenoveva en el desierto.

  Los dos hombres se apiadaron
Por los ruegos que les hizo,
I en el momento preciso
La vida le perdonaron;
Ya lo que se retiraron
Buscó ella unos matorrales,
I en esos momentos tales
En donde domir buscó,
I en la cueva que encontró
Pasó siete años cabales.

  Una cierva a la oracion
La encontró con gran cariño,
I alimentó al bello niño
Le dió por gran permision,
Desde esa misma ocasion
Jenoveva la bendijo,
I con un amor prolijo
Dió gracias al celestial,
I cuidó al manso animal
Junto con su hermoso hijo.

  En la cueva se albergó
Despues de que errante anduvo
I el tiempo que en ella estuvo
I a cierva la acompañó;
Los inviernos los pasó
Como entre hielos glaciales,
I los frescos manantiales,
Con su ruido la alegraban,
Ella i el niño pasaban
Sufriendo terribles males.

  Al fin, una vez se aleja
De la cueva i se ausentó,
I a un lobo muerte dió
Para quitarle una oveja;
Ella misma se aconseja
En su entendimiento agudo,
Darle la vida no pudo
A la ovejilla la fiel,
Por ese es que con su piel
Cubrió su cuerpo desnudo.

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Versos bíblicos
a lo divino

  Cuando al Sinaí llegaron
Moisés i su hermano Aaron,
En esa gran estension
Con su pueblo se acamparon.

  El gran pueblo del Señor
De Ejipto hizo la salida
A la tierra prometida,
Caminó con gran primor.
Soportando el gran calor
Mujeres i hombres marcharon,
Con maná se alimentaron,
Que del cielo recibieron.
Solo descanso tuvieron
Cuando al Sinai llegaron.

  Sabiendo el tirano Rei
Que huia el pueblo cautivo,
Por saber por qué motivo
Quiso traerlo a su lei.
Pero la divina grei
Escapó con precision,
Pedian a Dios perdon
Con santo i divino arreglo
Gobernaba aquel gran pueblo
Moisés con su hermano Aaron.

  Una columna de fuego
De noche les a[l]umbraba,
I de dia los guiaba
Una nube con sociego.
A Dios clamaban con ruego
Con mucha veneracion,
I el señor de la mansion,
Por castigarles sus daños,
Los sostuvo cuarenta años
En esa gran estension.

  El mar Rojo lo pasó
Por una gran permision,
I en él el rei Faraon
Entre las aguas quedó.
Ningún tirano salvó
Porque toditos se ahogaron,
Himnos de gloria entonaron
Moisés con sus compañías,
I al otro lado tres dias
Con su pueblo se acamparon.

  Al fin dividió su jente
En doce tribus se sabe,
Pero él le sirvió de llave
Como sabio i elocuente.
Propuso el omnipotente
Protejerlo con amor
Con aquel grande favor
Que le hizo el Dios verdadero;
Gobernó al pueblo guerrero
El hábil lejislador.

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Verso de Amores
puros

  Mariquita dame un beso
Tu mamá me lo mandó.
Mi mamá manda en lo de ella
En lo mio mando yo.

  Desde cuando te miré
Agua se me hace la boca,
Hasta ver lo que me toca
Calladito sufriré;
Mi vida lo pasaré
Suf[r]iendo un enorme peso
Por si consigo con eso
Ablandar tú corazon,
Si sabes lo que es pasion
Mariquita dame un beso.

  Mucho gusto yo tendria
Si a solitas nos amáramos,
I algún dia nos juntaramos
Tu boquita con la mia;
Tu hermosura i bizarría
A mi mente cautivó,
Mi corazon no latio
Por quedar de amor herido,
I el beso que yo te pido
Tu mamá me lo mandó

  Es de balde tu falsía
No me lo puedes negar,
Si yo te llegase amar
Dejaré de ser María;
Esa tu pasion finjida
Contra mi honradez se estrella,
Si porque me has visto bella
Tratas de buscar mi abrigo,
Francamente te lo digo
Mi mamá manda en lo de ella.

  Son dulce como la miel
Las palabras de un soltero,
I despues son lo refiero,
Amargas como la hiel;
Jamas se halla un hombre fiel
En lo que el mundo crió,
Dicen si i dicen nó
Tal como si fuesen niño,
Lo aseguro con cariño
En lo mio mando yo.

  Al fin, Maria, tu honor
Me tiene con la esperanza:
Quien porfía mucho alcanza.
En la carrera de Amor;
Amame por un favor
No me hagas tanto penar,
En continuo batallar
Siempre lo paso con susto,
I voi a morir de gusto
Cuando te llegue abrazar.

Imp. Leon Victor Caldera.—Bandera 919

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Horror[  ]
EN EL LAUREL, ENT[RE] CONCEP-
CION I CORONEL CINCO MUER-
TOS I CUATRO HERIDOS DE LOS
DUEÑOS DE CASA

  Crímen de muchos horrores
Cuento en mi composicion,
El cual causó sensacion
En todos los moradores.

  Lectores, allá en Laurel
Sucedió el drama sangriento
I fué verdad lo que cuento
Mui cerca de Coronel.

  De el hecho tan alevoso
A contar no me resisto,
I a fin de siglo se ha visto
El crímen mas horroroso.

  Fué verdad que cinco muertos
Quedaron i cuatro heridos,
Por manos de los bandidos
En esos campos desiertos.

  Era el juez del distrito
El jefe de la partida,
Persona bien conocida
Por uno i otro delito.

  Juró esa jente temida,
Según hoi lo que declaran,
Porque no los acusaran
Ninguno dejar con vida.

  Dos personas que escaparon
De esta terrible matanza,
Prontamente, i sin tardanza,
A la justicia avisaron.

  La celosa policía.
Lijero al Laurel marchó;
Cuando a la casa llegó
Halló la carnicería.

  Los nombres de los heridos
Cuento yo en el dia de hoi,
Tambien de los muertos doi
Pero no los apellidos.

  Es Ladislao Segundo,
Pabla, Juana i Rosalía,
Anjel, Nicasio, ese dia
Marcharon al otro Mundo.

  Dueño de casa se jura
Fué Ladislao el primero,
Abelardo, no pondero
I una E. en breviatura.

  Al fin, al juez de la causa
Pido a nombre de San Bruno,
Que a todos de uno en uno
Los haga morir a pausa.

Daniel Meneses
Poeta Popular Chileno.—Calle Zañartu, Nº 1070

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