Las Cosas de Lima.

       Cáceres, jefe valiente.
       En Jauja fué derrotado,
       Ahora despues se ha tomado
       A Lima mui fácilmente.

    Si habia sido vencido
El jeneral montonero,
¿Cómo pudo tan lijero
Sobre Lima haber venido?
De reserva habrá tenido
Sin duda la mejor jente,
Para batirse de frente
En la misma capital,
Es un bravo jeneral
Cáceres, jefe valiente.

    Infiero que su derrota
No habria sido completa.
Según lo que se interpreta
Fundándose en esa nota;
Derramar la última gota
Tenia pronosticado.
I creyéndolo arruinado
En Lima decia el diario:
Este temible contrario
En Jauja fué derrotado.

    Iglesias renuncia el mando
Por las noticias que dan;
Los pueblos elejiran
Al que siga gobernando;
Por uno i por otro bando
La sangre se ha derramado,
I el caudillo avasallado
Mas fuerte que Belcebú,
La capital del Perú
Ahora despues se ha tomado.

    Yo no hallo cómo esto sea,
Estoi medio confundido,
Que ningún muerto o herido
Quedase en esta pelea:
Pueden darme alguna idea
O detalle suficiente,
Si es asi efectivamente
A costa de su coraje.
Entró con su vasallaje
A Lima mui fácilmente.

    Al fin, es la conclusion
De esa guerra clandestina,
Que ha sido tremenda ruina
Para esa infeliz nacion:
Por medio de votacion
Búsquese un hombre eminente
Que gobierne honradamente;
Ya anda no se qué rumor,
Que Piérola el dictador
Tal vez sea presidente.

       BERNARDINO GUAJARDO.

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Súplicas de Santa Rosa a la Vírjen
del Cármen

Santa Rosa.—Virjen del Cármen, piedad,
    Para mis pobres mulatos.
[L]a Vírjen.—Rosa, a tus hijos ingratos
    Castigaré con crueldad.

Santa Rosa.—Madre de misericordia,
    Que los perdones te pido!
[L]a Vírjen.—Nó, Rosa , ellos han querido
    Romper la paz i concordia,
    Con la guerra i su discordia.
    Mira qué temeridad;
    Causa de tanta maldad
    Solos se hacen infelices,
    I en vano, Rosa, me dices;
    «Vírjen del Cármen, piedad»

Santa Rosa.—Vos, como Reina divina,
    Perdona a un pueblo culpable.
La Vírjen.—Rosa, perdonar no es dable
    Al que desea su ruina.
    Toda tu nacion indina
    Cometo mil desacatos
    I atroces asesinatos.
Santa Rosa.—Sí, Virjen, yo no lo ignoro,
    Por eso favor imploro
    Para mis pobres multatos.

Santa Rosa.—Vírjen, debes apiadarte
    De aquellos que mas te ofenden.
La Vírjen.—Sí; nó de los que pretenden
    Burlarse de mi estandarte.
    Tú sabes que en toda parte
    Mis chilenos son sensatos
    Tus cholos con arrebatos
    Perecen llenos de encono,
    Por eso es que no perdone,
    Rosa, a tus hijos ingratos.

Santa Rosa.—¡Emperatris benignisima,
    No me niegues el perdon,
    Tú que tienes todo don
    De la Trinidad beatisima!
La Vírjen.—Sí, Rosa, soi piadosísima
    I tengo tal potestad,
    Que la augusta Majestad
    Me venera i reverencia,
    I al que niegue mi excelencia
    Castigaré con crueldad,

Santa Rosa.—Por último, una batalla
    Dejad que ganen siquiera.
La Vírjen.—Nó, Rosa, justo es que muera
    Esa rebelde canalla.
    En mis chilenos no hai falla,
    Tienen fé, valor, coraje
    Tus cholos con el ultraje
    Turban del mundo la paz.
    Al fin, Rosa, no hables mas
    I anda con Dios i buen viaje.

       Bernardino Guajardo.

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Interesante lotería entre Prado,
Daza i el bravo jeneral Escala

       Prado un número apuntó,
    Daza ni virgo tenia;
    Cantó Escala lotería
    I a los dos los arruinó.

    Salió la primera bola
De la gloriosa «Esmeralda»
I fué a caer en la falda
De la «Independencia» chola;
Mas la «Covadonga» sola
Con ventaja le ganó,
Luego que el «Huáscar» logró
Pegar el espolonazo,
Donde acaba el espinazo
Prado un número apuntó.

    En Pisagua i en Dolores,,
Juntos los febles i zambos,
No pudieron hacer ámbos
I se cuentan vencedores.
Sus batallones mejores
Huyeron de cobardía:
Esto le pasó a Buendía;
Miéntras que nuestro gobierno
Les hizo terno i cuaterno,
Daza ni virgo tenía.

    Aquí perdieron millones
De soles en este juego,
Ni se safarán tan luego
Los cobardes maricones.
Se fueron a Camarones
Unos de caballería,
Por que allí les parecía
Tener ventajoso asilo,
I en Moquegua i puerto de Ilo
Cantó Escala lotería.

    Despues de perder Calama
El indio cuico i mulato,
Esperaba slgun barato
En San Pedro de Atacama.
De chilca una rica cama
Fué lo que se les brindó;
Así el juego terminó.
Chile, lleno de proezas,
Es dueño de sus riquezas
I a los dos los arruinó.

    Al fin, Piérola i Montero
Preparan otra partida,
La cual será protejida
Por el famoso Campero.
I a Carrasco el montonero,
Si merecen darle caza,
No le hagan una amenaza
Queremos ver a ese tuno,
Pasearlo como a San Bruno
En un burro por la plaza.

       Bernardino Guajardo.

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Combate naval en Arica

       En Arica se han batido
    El «Huáscar», la «Magallanes»:
    Esos cholos araganes
    Victoriosos han salido.

    Ocho o diez son en verdad
Los chilenos allí muertos,
en los zambos boqui-abiertos
Doble fué la mortandad.
A la mayor brevedad
Se hacia un fuego nutrido;
Montero tan aflijido,
Como el perro que no ladra,
Dos naves de nuestra escuadra
En Arica se han batido.

    Alli murió el comandante
Thomson, en esta pelea,
I otro señor Goicolea,
El jóven mas aspirante.
Los cholos en ese instante
Volaban como faifanes,
Soldados i capitanes
Abandonaban su puesto,
I les dió un golpe funesto
El «Huáscar», la «Magallanes».

    Terrible fué el cañoneo
En los buques i los fuertes,
I en tierra, Señor, las muertes
Innumerables las creo.
Luego en otro bombardeo,
A no haber tales desmanes,
Veremos a estos caimanes
¡Cómo se van a librar!
A nueve la han de pagar
Esos cholos araganes.

    Remitió el parte oficial
El Ministro de la Guerra;
Luego avanzará por tierra
Nuestro bravo jeneral.
Allí quedará el tendal
De tanto infame atrevido,
I tendrán su merecido
Efn igual correspondencia,
Los que por una imprudencia
Victoriosos han salido,

    Al fin, al dia siguiente,
Con las balas del «Angamos»,
La pérdida restauramos
I algo mas que suficiente,
Aquella perversa jente
Recibió un castigo cruel;
Para tí, traidor infiel,
No habrá consideracion,
I haremos a tu nacion
Una guerra sin cuartel.

       Bernardino Guajardo.

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Los cholos i los cuicos
cobrándose sentimientos

El cuico.—Cholos cobardes, ¿por qué
    Nos califican traidores?
El cholo.—Sí, cuicos; porque en Dolores
    Usaron de mala fé.
    El enemigo no fué
    Para nosotros capaz;
    Jente teniamos mas,
    Armamento i municion,
    Pero ustedes a traicion
    Nos pegaban por detras.

El ciuico.—Cholo, siendo vuestro aliado
    Traicionarlos no podiamos.
El cholo.—Sí, cuico, así lo creiamos;
    Pero fué un hecho probado
    Que despues de haber triunfado,
    Ya dignos de una guirnalda,
    Los rotos desde la falda
    De un cerro nos acababan,
    I ustedes mas nos fregaban
    Pegándonos por la espalda.

El cuico.—Hombre, dime ¿por qué mientes?
    ¿Qué es lo que se te figura?
El cholo.—Nó, amigo, i si mas me apura
    Le volteo hasta los dientes.
    Nosotros somos valientes,
    De un corazon varonil,
    I por esa accion tan vil
    Todos daremos probanza
    Que los mismos de la alianza
    Nos han sacado el añil.

El cuico.—Cholo, me has amenazado,
    Pero no lo harás dos veces.
El cholo.—Sí, cuico, tú lo mereces
    Por haberme provocado.
    Los diarios han publicado
    La traicion que nos han hecho
    Luego estoi en mi derecho
    I puedo en este momento
    Decirte mi sentimiento,
    Cara a cara, pecho a pecho.

El cuico.—Al fin, amigo i hermano,
    Dejemos esta cuestion
El cholo.—Sí, por ver la situacion
    En que está el reino peruano
    El enemigo tirano
    Va tomando mas terreno;
    Piérola no está sereno,
    I concluyendo este baile,
    Como Pedro dejó al fraile
    Nos tiene el roto chileno

       Bernardino Guajardo,

Imp. de «Los Tiempos»—Bandera, 24

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TRAICION DE LOS CHOLOS
A LOS CHILENOS

       Traicionaron a Dublé,
    En Locumba los peruanos
    Ya los infames marranos
    Pagaron su mala fé.

    Cuando a este pueblo llegó,
El jefe i su poca jente
Un cura amistosamente
A almorzar lo convidó,
Este juró i perjuró
Como bien claro se vé
Asegurando de qué
No habia alli guarnicion,
Con la mas negra traicion
Traicionaron a Dublé.

    Albarracin i su jente,,
En las casas se ocultó
I al descuido des pegó
El golpe traidoramente;
El peligro era inminente
Para nuestros ciudadanos,
Entre tantos inhumanos
Que rodeados los tuvieron
Esta gran hazaña hicieron
En Locumba los peruanos.

    Ocho pudieron librarse,
I otro arriba de una higuera
Se salvó de tal manera
Que no es dable figurarse;
Esto pasó por confiarse
De curas anticristianos,
En busca de esos tiranos
Fué una guerrilla chilena,
I sufrieron doble pena
Ya los infames marranos.

    Ciento quedaron tirados
En zanjas i pajonales,
Aprendan cholos fatales
A pelear como soldados;
Bravos, piadosos i honrados
Mirá de ellos i aprendé
Si quereis que el cielo os dé
Dones, gracias i favores,
Breve mulatos traidores
Pagaron su mala fé.

    Por último digo al fin,
Sentiré hasta ir a la tumba
No haber hallado en Locumba
Al famoso Albarracin;
I al cura que tal festin
A nuestros chilenos hizo,
En el falso compromiso
De aquel aparente halago,
Para que reciba el pago
Buscarlo será preciso.
       Bernardino Guajardo.
    Impr. de la Libr. del Mercurio.

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BOMBARDEO DEL CALLAO
DE LIMA.

       El Callao fué destruido,
    Puerto tan fortificado
    Para ser mas arruinado
    Fuego sobre él ha llovido.

    Primero el Huáscar rompió
El fuego sobre las naves
Peruanas como bien sabes
I el combate principió;
Piérola casi perdió
En ese instante el sentido,
Veintidos de abril ha sido
Dia de tristes escenas
Por las metrallas chilenas
El Callao fué destruido.

    Angamos con sus cañones
Hizo tanta operacion
Que puso en gran confusion
A todos los maricones;
Los que Jaimes llama leones
I que tanto ha ponderado,
Se hallaban en un estado
De tribulacion tan cruel,
Que abandonaban a aquel
Puerto tan fortificado.

    Del fuerte de Santa Rosa,
Gruesas granadas tiraban
Que a los buques no alcanzaban
Ni hacian la menor cosa;
A la Union tan respetuosa
Averiada la han dejado,
I un torpedo reventado
En tierra a muchos mató,
Esto en el pueblo pasó
Para ser mas arruinado.

    En tierra bastantes muertes,
Tuvieron i así lo creo
Miéntras duró el tiroteo
De los buques con los fucrtes;
Muchos quedaban inertes
Ademas de tanto herido,
El Perú se ve futido
I es que lo compadezcamos
Del Huáscar i del Angamos
Fuego sobre él ha llovido.

    Al fin en la poblacion,
Incendios se divisaban
Las bombas que reventaban
Hacian tal esplosion;
En aquella situacion
Solas estaban las calles,
Los alaridos, los ayes
El oir, no era capaz,
I yo en pocos dias mas
Daré mejores detalles.
       Bernardino Guajardo.
    Impr. de la Libr. del Mercurio.

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CARTA
DEL JENERAL PILILO A PIÉROLA.

       Señor Piérola: ¿qué piensa,
    Por qué no pide la paz?
    Su jente ya no es capaz
    Para ponerse en defensa.

    La mas pestilente ruina
Ha caido en su nacion,
Cual si fuese maldicion
De la justicia Divina;
De Chile i de su marina
Espere la recompensa,
Nuestra jente va propensa
A darle el golpe de gracia,
I si usted ve tal desgracia
Señor Piérola, qué piensa?

    Usted bien sabe que el hambre
Acaba con sus soldados,
I los verá tan delgados
A mancra de un alambre;
I aunque grande es el enjambre
No hai uno que sea audaz,
Solo Jaimes el falaz
A su perdicion lo anima,
I antes que vamos a Lima
¿Por que no pide la paz?

    Aquí el jeneral pililo
Dice que se atreve solo
A derribar todo cholo
Traidor como el cocodrilo;
Este morirá tranquilo
Antes de volver atras,
Si continúa tenaz
Esta guerra sin cuartel,
Para batirse con él
Su jente ya no es capaz.

    Si ya ve lo que le pasa
Por seguir su mala estrella,
O mejor dicho la huella
Que le dejó Prado i Daza;
I en situación tan escasa
Podia darle vergüenza
El publicar por la prensa
Tan fantásticos discursos,
No teniendo ni recursos
Para ponerse en defensa.

    Al fin pobre nacion chola,
Que ántes fuistes la mas rica,
Hoi a Lima, Tacna, Arica,
La miseria las asola;
Baje el soberbio la cola
I con todo su cortejo,
Evite el último riejo
Antes que al abismo lo eche,
Necesario es que aproveche
Del enemigo el consejo.
       Bernardino Guajardo.
    Impr. de la Libr. del Mercurio.

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TRIUNFOS PERUANOS.

       Peruanos i bolivianos
    Ninguna accion han perdido,
    Chile es el que está futido
    Esto dicen los cuyanos.

    En Tarapacá i la Noria,
En Pisagua i en Dolores,
El Perú i sus vencedores
Se coronaron de gloria;
Si de ellos es la victoria
Con razón están ufanos.
Pronto tendrán en sus manos
Toda la escuadra chilena,
Se encuentran mui en la buena
Peruanos i bolivianos.

    Sus salitreras les dan
Para gastos de la guerra,
Asi es que por mar i tierra
Han triunfado i triunfarán;
En Agua Santa sabrán
Que el chileno fué vencido,
I en Locumba han perecido
Los rotos tan afamados,
Esos dos pueblos aliados
Ninguna acción han perdido.

    En Calama i en Mollendo
Los bravos cholos triunfaron,
I los chilenos quedaron
En un desastre tremendo;
Sobre el Callao comprendo
Lo bien que se ha defendido,
Buendia premiado ha sido
No aleguemos ignorancia,
Todo en el Peru es ganancia
Chile es el que está futido.

    El Huáscar no fué cautivo,
La Pilcomayo tampoco
I el que lo crea es un loco
Porque esto no es efectivo;
Grau también está vivo
Lo vieron por esos llanos
Junto con unos paisanos
Trepando una cordillera,
Como cosa verdadera
Esto dicen los cuyaños.

    Al fin las armas chilenas
De miedo se rendirán,
I al Peru le pagarán
Millares de berenjenas;
I membrillos por docenas
Lúcumas i peras motas,
Cendaños, bolas, pelotas,
Perros, gatos i borricos,
Así es que cholos i cuicos
Se van a poner las botas.

       Bernardino Guajardo.
    Impr. de la Libr. del Mercurio.

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¡VIVA CHILE!
TOMA DE TACNA

       En Tacna los dos aliados
    Nuestro ejército esperaban,
    Seguros del triunfo estaban
    I ambos fueron derrotados.

    Como cosa de misterio
Ya los cholos inferian
Que en ese sitio debian
Encontrar su cementerio;
Principió el combate sério
I nuestros bravos soldados
Sobre los atrincherados
Se fueron a bayoneta,
Quedando en ruina completa
En Tacna los dos aliados.

    Desde las siete tuvieron
Un terrible cañoneo,
Solo en este tiroteo
Mas de dos mil perecieron:
I a los cobardes que huyeron
Funesta muerte les daban,
Maniatados se entregaban
A los de caballería,
Los que con tanta osadía
Nuestro ejército esperaban.

    El afamado Campero,
Bravo jefe boliviano.
Por el noble Baquedano
Viene herido i prisionero.
No sabemos de Montero
filos que lo acompañaban:
Huyendo se dispersaban
En distintas direcciones,
I en sus ricas posiciones
Seguros del triunfo estaban.

    Duró el combate nueve horas,
Dejando los maricones
Para Chile ocho cañones
I cuatro ametralladoras.
Nuestras armas vencedoras
I sus rotos alentados,
A los traidores malvados
Hicieren morder la tierra:
Creian ganar la guerra,
 I ambos fueron derrotados.

    Viva el bravo jeneral
I su valerosa gente
Que triunfó completamente
Con fuerza tan desigual.
A este caballero leal
Bien podria su excelencia
Cederle la presidencia,
Pues es en estos instantes,
De méritos relevantes
I casi sin competencia.
       Bernardino Guajardo.
    Impr. de la Libr. del Mercurio.

Nota: La toma de Tacna fue 26 el mayo de 1880.

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