Aletazos

    Pues la prensa corrompida
Del Partido Clerical
La tendrá que sacar mal
Por ser tan gran atrevida;
Para mi patria querida
Quiere que muera la ciencia.
Por esta gran insolencia
Desde luego la amenazo
I le doi tal chinchorrazo
Para que tenga conciencia.

    Los que están en el poder
I gobiernan la nacion,
No han tenido compasion
De hoi al pobre protejer
No debieran esto hacer
Porque ayer nos prometian
Que con su triunto darian
Al pueblo mucho trabajo;
De vernos como un andrajo
Digo fué lo que querian.

    Al valiente jeneral
Del Canto Etanislao,
Mi lector se le ha asignado
Dos mil pesos hoi mensual.
Me parece esto mui mal
Que estando en el estranjero
Este noble caballero
Ganando un sueldo subido,
Se le dén, como es sabido,
Gruesas sumas de dinero,

    Ya no se puede aguantar
De que nuestros mandatarios
Quieran con esfuerzos varios
Hoi pasarnos a llevar.
I digo esto por estar
El Congreso i presidente
Regalando en lo presente
El dinero por mayor
Amasado con sudor
De nuestro pueblo pasiente.

    Siempre el vandalaje aumenta
Cada dia mas i mas
Con instinto mui rapaz
I esto nadie toma cuenta.
Esta tan grave tormenta
Que hoi imbade a Chile entero
Es, según lo que yo infiero
La ruina de la nacion
Que nos trajo Jorje Montt
Con su gran Siete de Enero.

    En Chillan se ha intentado
Saltear un municipal
I este hecho sin igual
Fué por todos comentado.
El pueblo mui indignado
Se encuentra por tal accion
I ansía la ocasion
De apresar al delincuente;
La policia al presnte,
¿Apoyaria al ladron?

    En Santiago, dia trece,
Aparecerá un periódico
I venderlo a un precio módico
Su buen Editor ofrece,
I según lo que parece,
Su divisa esta será:
—Al Gobierno atacará
Con civismo i valentía
Por su grande picardía
Que hoi ejecutando está.

    Como tanta lei se ha hecho
En contra del pueblo entero,
Bueno seria, i lijero
De hacer una con provecho.
Pues le pido i con derecho
A nuestro amable Gobierno
Que suprima a ese infierno
De fondas de corrupción
Que ya hoi en verdad son
Mas temibles que el averno.

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Padecimientos
DE UN JUGADOR AL NAIPE

    Con el alma entristecida
Señores les contaré
Lo mucho que yo he sufrido
Desde que este juego sé.

    Una vez que en Talcahuano
Jugaba mui bien tranquilo
Un atrevido pililo
Con esfuerzo sobrehumano,
Me dijo: «Tú eres tirano
De conciencia corrompida»
Yo le contesté en seguida
No me hieras de esta manera
Porque estoi, quien lo creyera.
Con el alma entristecida.

    No fué mas lo que hube hablado
Pare que éste se enzañara
I con gran furia me pegara
Hasta dejarme botado.
De allí pronto fuí llevado
Al hospital, les diré,
I el hechor, mui bien lo sé,
Puso piés en polvorosa,
I otra escena dolorosa
Señores les contaré.

    Otra vez en Concepcion
Porque acerté dos paradas,
Me dieron de puñaladas
Sin tenerme compasion.
Nadie tuvo corazon
Ni por estar mal herido,
De haberme pues recojido
I llevarme al hospital,
I esto es ya casi cabal
Lo mucho que yo he sufrido.

    En Vaparaiso ha sido
Donde este juego traidor
Causándome gran terror
Por doquiera me ha seguido.
Nunca jamas he podido
Con gran pena esclamaré,
Reportar lo que boté
De dinero malgastado
En jugar acalorado
Desde que este juego sé.

    Al fin, por mas que he querido
Dejar este juego atroz,
No he podido, ¡santo Dios!
A fé de hombre aquí lo digo.
El mundo ha sido testigo
De lo que escrito ahora dejo,
Por eso les aconsejo
A todos, en sano juicio,
Que no aprendan este vicio
Por decirlo un tahur viejo.

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BRINDIS
De un abogado

    Yo brindo pues mis señores
Por la tinta i mi talento
I por la pluma que adoro
Con que escribo mui contento.

    Desde jóven i afanado
En esta ciencia estudié
Hasta que así bien llegué
Hacer un buen abogado.
Por esto hoi entusiasmado
Hablo aquí con mil amores
Como las mas bellas flores
Que me buscan por doquier;
Por este mi gran saber
Yo brindo pues mis señores.

    Siempre en mi oficina estoi
A mis clientes atendiendo
I según lo que comprendo
Me aman por ser quien soi.
Cuando de mi casa voi
A alegar con portento,
Se me alegra el pensamiento
I a decirlo aquí me atrevo,
I esta copa ahora bebo
Por la tinta i mi talento.

    Esta profesión que tengo
Es honorable, diré,
I por esto libaré
Todo el dia, les prevengo;
Pues en nada me detengo
Les digo sin ni un desdoro.
También brindo por el oro
Que siempre por miles gano
Incluyendo al parroquiano
I por la pluma que adoro.

    Para alegar siempre he sido
Mas hábil que el mismo juez;
Pues como una i dos son tres
A éste mismo lo he vencido.
I sino hubieran creido
Lo que digo en el momento,
Les esplicaré i atento
Un buen plan maravilloso
Que para mi es el coloso
Con que escribo mui contento.

    Al fin, a la concurrencia,
Le pido disculpación
De lo que en esta ocasion
He hablado en su presencia.
Me creo que con prudencia
He dicho lo que he sentido
I por estar complacido
Me tengo que emborrachar
Hasta llegar a botar

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A ella…!

    Cada vez que yo te veo
Se me alegra el corazón;
Pues quisiera al mismo instante
El darte un buen apreton.

    Eres un cielo azulado
Para mí, hijita querida;
No siento perder la vida
Por encontrarme a tu lado.
Porque soi tan desgraciado
En tí diosa me recreo
I con el alma deseo
De abrazarte linda estrella;
I esto sucede ¡oh mi bella!
Cada vez que yo te veo.

    El amor que te profeso,
Te digo con gran verdad
Que es puro i sin variedad,
Por eso aquí te lo espreso.
¡Ai! no tengas embeleso
En otro en ni una ocasión,
Pues atiende mi espresion
Con gran amor i alegria,
Que por tí, paloma mia
Se me alegra el corazon.

    Tú no sabes pues sirena
Lo tanto que te venero
Porque sois un gran lucero
Para mitigar mi pena
Te anuncio que mi condena
Llegará hacer aterrante
Sino quieres arrogante
Darme ese huerto adorado
Que hoi mui entusiasmado
Pues quisiera al mismo instante.

    Eres la flor mas hermosa
Del jardin de mi esperanza,
Por lo tanto sin tardanza
Contéstame cariñosa.
Hazme el favor linda rosa
De tenerme compasion
Que me encuentro en aflixion
Desde el dia en que te amé;
I hoi dime cuando podré
El darte un buen apreton.

    Al fin, como habrás sabido,
Me encuentro desesperado
I con el mas grande enfado
Por no ser correspondido.
Quisiera que en el olvido
No me echaras perla pura
Porque con tal amargura
Yo tendria que espirar
No alcanzándote a tocar
Ni tu delgada… cintura.

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Horroroso drama
UN HOMBRE MUERTO Y
DESPRESADO POR SU MUJER

    ¿Cómo narrarte lectores
Esta escena horripilante
Cometida en un instante
En el pueblo Miraflores?
Pues daré los pormenores
Aunque sea a la lijera
Como esta mujer o fiera
Cometió este asesinato
En mui breve i corto rato
De tan horrible manera.

    Un dia esta desgraciada
Salió al marido a buscar
Hasta que lo vino hallar
En una grande ramada.
Estaba con su adorada
Obligándola a tomar
I sin siquiera pensar
Que su mujer lo veia
I que su intento seria
De quererlo de ultimar.

    Tan pronto como salió
Este hombre con tal mujer,
Su esposa lo pudo ver
I por tanto los siguió.
Luego que los alcansó
Le tiró con lijereza
Un balazo en la cabeza
A su esposo tan traidor,
I siguió así mi lector

    La mujer con que éste andaba
Se arrancó cu aquel momento
Dejando un cuadro sangriento
Que digo pena causaba.
Tal niña no se cansaba
A su esposo apuñalear,
Pues le daba sin cesar
Con un palo i un cuchillo
Hasta que como un gran pillo
Este tuvo que espirar.

    Tan pronto ultimó a su esposo
Esta mujer con horror,
Principió con gran furor
Hacer un cuadro espantoso.
En un monte mui fondoso
Despresó a su infiel marido
Que en un tiempo habia sido
Su mas noble compañero,
I por lo que aquí refiero,
Despues fué un gran corrompido.

    Consumado esta mujer
Este crimen tan profundo,
Creo que nadie en el mundo
Podrá otro cometer
Si esto llega a suceder,
Solo será parecido
I talvez lo hará un bandido
De aquellos sin corazon
Que han hecho desolacion
Por dondequiera hayan ido.

    El esposo de la hechora
Se llamaba Manuel Jara
I ésta lo es Francisca Lara
Que se quedó mui sonora.
También me dicen que Aurora
Se llama la chei del muerto
Que yo digo ser mui cierto
Porque a mí me lo contó
Un amigo que llegó
Anteayer del bello puerto.

    Al fin, digo sino miento,
I con mi alma entristecida
Que hasta hoi no ha sido habida
La asesina de que cuento.
Pues la buscan mas de ciento
De mui astutos guardianes,
I mas son los ademanes
Que éstos me parecen han hecho
Puesto queningún provecho
Han sacado con sus planes.

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Aletazos

    Ya no se puede aguantar
A tanto leso inmigrante
Por su comercio ambulante
Que a todos llega a hostigar.
No los tengo que dejar
Tranquilos a estos mugrientos
Porque son tan avarientos
I a Chile vienen con fachas;
Estas trazas de hilachas
A mí no me andan con cuentos.

    Señores, la policía
No castiga a los ladrones
Que roban ya por montones
En la ciudad dia a dia.
Esto a mí me lo decia
Anteayer un hombre honrado
Por haber sido llevado
Donde esta señora atroz
Que sin temerle ni a Dios
Al de bien lo ha maltratado.

    Me han dicho que el señor Mon
Se encuentra con mucho gusto
Por haber pasado el susto
De la gran conspiracion.
Para aclarar tal cuestion
Se han tomado muchos presos
Pero quedan los obesos
De cabecillas mayores
Que querian con horrores
Apretarnos los pescuezos.

    Como el Congreso ha dictado
Ya leyes una porción,
Que muchas en la ocasion
No tienen ningun fundado,
Bueno es que algun diputado
Presente una lei mui pura
I que diga con cordura,
Pues todo sér racional
Se tendrá que bautizar
Sin pagarle nada al cura.

    Lo que pelea el vencido
De Concon i la Placilla
Es solamente la silla
Que su gobierno ha perdido.
No creas lector querido
Que es para darnos riqueza,
Sino mas grande pobreza
Que la que hoi nos encontramos;
Pero si nó le apoyamos
Saldrá mal éste en su empresa.

Pues ya es una lesura
Como andan por la calle
Las niñas de esbelto talle
I de delgada cintura.
Se les nota una bajura
Al principio del vestido
Que perder hasta el sentido
Hace a todo el que esto mira
Al ver que parece jira
Un gran tesoro escondido.

    Se susurra i se comenta
Que el partido Balmaceda
Mi lector, ya no se queda
Con la muerte de su imprenta,
Porque les tomará cuenta
A sus contrarios, al fin
En medio de un gran motin
Que éste piensa consumar
Para poder bien robar
A la patria San Martin.

    Hoi las hijas del millon.
Cuando se handan paseando
Si van pobres conversando
Los retan sin compasión,
Pues les dicen que ellas son
Señoritas, i por esto
Deben retirarse presto
De su figura i presencia;
Por esta gran insolencia
Desde hoi las amonesto.

    El vandalaje ha aumentado
Ya por la nacion entera
Mas terrible que una fiera
O un tigre mui alzado,
I el Gobierno no ha tomado
Medidas para encerrar
Al ladrón que sin cesar
Hace tanta fechoría
I con toda sangre fria
Se ha propuesto asesinar.

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Carta de amor

    Esta carta que te escribo
Recibí con mucho gozo
Por ser la flor mas fragante
Que te envio cariñoso.

    Pues por ser mi prenda amada
Te diré con gran confianza
Que pronto me dis probanza
De admitirme en tu morada.
Te anuncio, sino te enfada
Que encontrandome yo vivo
En mis brazos te recibo
Con un amor verdadero
Con tal que leas lijero
Esta carta que te escribo.

    Siempre que a casa has venido
He pensado el abrazarte
I nunca he podido hablarte
Por mas que lo haya querido.
Esto hacerlo no he podido
Talvez por no ser dichoso
De tu talle tan hermoso
I decirte sin embaígo
Cada vez que te mando algo.
Recibí con mucho gozo.

    Esta carta, aunque malita
Escrita con gusto i calma,
Es dictada por mi alma
Solo para tí, chinita.
Porque eres tan morenita
De un amor fino i constante,
Te mando aquí delirante
Esta esquela bella i pura
Que en verdad siempre fulgura
Por ser la flor mas fragante.

    Te ruego mi corazón
Que me contestes mui luego,
Que siento abrazarmé en fuego
Por mi amorosa pasio.
Dáme pues consolacion
Con tu canto melodioso
Que prometo jeneroso
Amarte sin traicion,
I hoi recibe el corazon
Que te envio cariñoso.

    Al fin, perla seductora
Dáme luego a conocer
Cuando te podré comer
Esa fruta encantadora.
Ya se me pasa la hora
De atentártela siquiera,
Aunque esto solo fuera
Para calmar mi dolor,
I despues con sumo amor.
Ai mi vida, quien pudiera!

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Al pueblo

    Arriba, pueblo chileno!
¡Arriba, con con gran valor!
Dále guerra al millonario
Que te trata con rigor.

    El infame que hoi te oprime
Grande pueblo soberano,
Es un hombre mui ufano
Que por la riqueza jime;
Mui bien tu sangre desprime
I se queda mui sereno.
Dime pues si será bueno
Que esto ¡ai! toleres vos;
I aquí te dice mi voz,
¡Arriba, pueblo chileno!

    Marchá juntos i unidos
Mis queridos compatriotas
A combatir los idiotas
Grandes ensoberbecidos.
Estos son cuales bandidos
De tí hermano, el gran terror
Que quieren con tu favor
Llenarte con grande plaga;
Antes que todo esto se haga,
¡Arriba con gran valor!

    Como hoi se ha hecho la vida
Mas cara que en otra vez,
Es necesario que estés
Pueblo con tu frente erguida.
Por mi patria tan querida,
Con esfuerzo estraordinario,
Por no ser estrafalario
Para hacer esta advertencia,
Te digo que sin clemencia
Dále guerra al millonario.

    Pueblo, no debes creer
A la clase afortunada,
Porque con una mascada
Dice que os quiere comer.
Esto no ha de suceder
Si te arrojas con valor
Donde tu cruel contendor
Que por tí vive orgulloso;
Pues es solo un vanidoso
Que te trata con rigor.

    Al fin, diré mui atento,
Oh pueblo aquí en mi narrar,
Que no le dejes pasar
Ninguna al rico avariento.
Pues yo tendré un gran contento
Cuando vea en Chile amado
Que tal hombre afortunado
Ha dejado al pobre en paz;
Si sucede esto, quizas
Habremos mui bien triunfado

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La aristocracia

    ¿Quién es pues la aristocracia
Que aborrece a los obreros?
Una tropa de ambiciosos
O mejor dicho usureros.

    Desde chico mi lector
Con afan me he ocupado
De un truan sér acomodado
Que nos trata con rigor.
Digo aquí i con todo honor
Por estar en gran desgracia
Que la augusta democracía
Hoi pregunta incomodada:
—Oh! mi patria mui amada,
¿Quién es pues la aristocracia?

    Aunque vive como en gloria
Esta señora de que hablo,
Se lo pasa como el diablo
Renegriendo nuestra historia.
Solo le apoya la escoria
De muchos politiqueros
Que dicen ser los primeros
De aquí hoi la intelijencia
Cuando son solo indecencia
Que aborrece a los obreros.

    Pues digo hoi con valentía
Quienes son los hombres brutos
Que dicen ser absolutos
De su eterna picardía.
Son los que ya una jauría
Han hecho de codiciosos
I dicen ser mui gloriosos
En todo ló que han vivido
Aunque son, como es sabido,
Una tropa de ambiciosos.

    Ya no es dable tolerar
Al gran bando aristocrático
Porque al débil democrático
No se cansa de arruinar.
Siempre éste i sin dudar,
Está como pordioseros
Soportando a los logreros
Infames de siete zuelas
Que son como sanguijuelas,
O mejor djcho usureros.

    Al fin, diré mi lector
Que la aristocracia infame,
Si así quieres que la llame,
Es solamente el horror
Del pueblo que con dolor
Gana el pan honradamente
Con el sudor de su frente
Dándonos a comprender
Que el rico piensa de hacer
Castillos hasta en su frente.

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Atroz intento
De asesinato en la Arjentina
a nuestro vice-consul don
Vicente Barrios por un
grupo de gobiernistas

    La pluma tiembla al narrar
I la intelijencia el tino
Lo que el cobarde arjentino
Ha querido consumar
No se puede tolerar
Que hombres tan indecentes
Intentaran en Corrientes
Tal escena cometer
Solo pues por ofender
Nuestro honor por ser pasientes.

    Este crimen tan horrendo
Felizmente no lo hicieron
Talvez porque no pudieron
Diga aquí según comprendo.
Pues ya la estará temiendo
El arjentino atrevido
Por tal hecho cometido
Con nuestro Consul valiente
Que combatió al delincuente
Gaucho o mui gran bandido.

    ¿Qué creerán los cuyanos
Que el invencible chileno
No se encontrá mui bueno
Para combatir marranos?
Esta gran horda de ufanos
Con Chile no cundirá
I seguro hoi estará
Arrepentido de este hecho
Puesto que ningun provecho
En ningún tiempo obtendrá.

    Solo del Gobierno espero
Que arregle luego este asunto
Mui bien i punto punto
I que sea verdadero,
Para que ningun patero
Miserable i sin honor
Se atreva mi buen lector
Tan gran crímen realizar
Para hacer así enlutar
Nuestro hermoso tricolor.

    Al fin mis caros lectores
Para concluir diré
Que mui prento los daré
Mas mejor los pormenores
De los mui graves horrores
De este intento tan malvado,
I no digan que he faltado
En esto hoi a la verdad
Por ser de gran novedad
Lo que hoi les he contado.

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