En un resto de baranda
Del difunto Cal i Canto,
Envuelta en una bufanda
Que caia como un manto,
Vi afirmada una figura
No sé que noche pasada,
De corpulenta estatura
Y de sombría mirada,
Con un conjunto horroroso
Que acusaba desagrado,
Que a no ser por lo curioso
Me alejara de su lado.
Se encuentra tan embargado
De su idea, esclavo atento,
Que a álguien no vé a su costado,
Que coje su pensamiento.
Vocablos duros salian
De sus labios macilentos,
Que luego se convertian
En ayes que lleva el viento.
Dijo el espectro: —«Maldito
El que me ha deslaureado,
Derribando este granito
Que mi brazo ha levantado
Arrancando a los peones
Sangre, tormentos, sudores,
Alaridos, maldiciones,
Lágrimas i sinsabores.
Aunque en el aire morando,
Yo me estaba satisfecho
Su grandeza contemplando
Del tiempo al furor, derecho.
Como jamás un birlocho
Pudiera hacerlo crujir,
Avenidas del Mapocho
Nunca lo hicieron sufrir,
Ciclones i tempestades,
Torrente que en fuerza avanza,
Ni amenguan sus majestades
Ni desmienten su pujanza.
Siempre el coloso de pié,
A la furia indiferente,
Hace alarde de poder
Despreciando la corriente.
Fué él lejendario puente
Por dó pasaron millones:
Menesteroso o pudiente,
Católicos o masones,
Hombres, neutros i mujeres,
Niños, jóvenes i viejos,
Unos buscando placeres,
Otros guardando el pellejo;
Quién siguiendo a una doncella,
Quién asistiendo a una cita,
Quién a causa de querella
Va a San Pablo i lo transita;
Quién en manchado misterio
Va saboreando el placer
Que con culpable adulterio
Le regaló una mujer;
Quién, médico, lo pasó
Por ver a una desgraciada
Y al poco tiempo volvió
Con su conciencia premiada;
Qué de caballos i coches,
Carretas i carretones,
Por el dia i por la noche
Lo pasaron a montones;
Qué de veces, codo a codo
Su altiplanicie subia
El rico, el pobre, el beodo
En confusa algarabía!
Cuántos miles, qué de miles
No pasaron por ahí,
Decrépitos e infantiles
Eterno sueño a dormir,
Desde el primero, que es Cea,
Y que descorrió la tranca
En hora tétrica i fea,
Al último, que fué Franca,
Con grande acompañamiento
Y bullicio que es decir……
Lo siento mucho, lo siento,
Pero esto me hace reir!
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No me culpes, hijo mio,
Porque yo te descuidé,
Pues yo pelié con el rio
Y con Martinez pelié,
Y si he salido vencido,
La culpa tuvo Luzbel,
Que tambien se halla metido
En tu amputación cruel.
Yo tuve una lucha abierta
Con el señor Valentin,
Y si caí en la reyerta,
Velando por tí, caí;
Pues yo me metí entre sueños
Y asalté su habitacion,
Y puse porfiado empeño
En demostrarle su error.
Prometiendo el injeniero
Respetar mi observacion,
Tomé luego el derrotero
De ir a atajar el turbion.
Entonce el Diablo i Martinez
Formaron su plan atroz……
No es fuerza que lo examines,
Basta ver su conclusion.
¡Quién vió en la lúgubre noche
O vió en la noche anterior
Al Diablo bajar de un coche
Y pararse en un machon!
Con su cola te enrollaba
Por un ojo, i en su anhelo
Con furia atroz te cimbraba,
Queriendo arrojarte al suelo,
Consiguiendo en su impotencia
Solo dejarte trizado
Haciendo el resto la ciencia
Hasta verte derribado.
El tiempo es de las cosas
El severo destructor:
Yo te hice mole grandiosa,
Y a mí ya me destruyó!……
Pero lo que mas me irrita
Es que, hallándose incapaz,
Buscara la dinamita
Y del hombre la maldad.
Estas causas, el torrente
I el apoyo de Satán,
Consiguieron, noble puente,
Tu poder desbaratar!
Qué gracia, qué valentía
Para apresurar tu fin
Lograrlo solo podia
El valor de un Valentin!!!
Cuando te miro, imajino
Ver pasar el huracan:
¡La caña está en el camino
Y la encina ya no está!
Qué terrible desatino
Ver al débil soportar
Al furioso torbellino
Que abate a la potestad!
Ver puentes que nunca han sido
Para resistir pisadas
De hombres recien comidos
O mujer embarazada,
Alzarse ensoberbecidos
Y con irónico espanto
Decir con aire atrevido:
Ahí estuvo el Cal i Cauto!
Miéntras tú, soberbio puente,
Que al peso de un siglo entero
No doblegaste la frente
De pedernal i de acero,
Caistes; tambien cayó
De Rodas el gran coloso……
Nada al hombre resistió
En su empuje prodijioso!
Sobre la faz del planeta
Caemos en confusiones
Arquitectos i poetas,
Monumentos i naciones!
Cayó la nacion mas grande,
Esa Roma soberana,
Y el granito de los Andes
Tambien caerá mañana!
Pero al llevarse la muerte
Estos hechos de gran gloria,
Queda grabada su suerte
En el panteon de la historia.
¿Cómo has podido caer
Tú, sin tener enemigos,
Llegando a satisfacer
A cuanto trató contigo?……
Hasta el mísero suicida
Te encontró condescendiente
Para quitarse la vida,
Prestándole continjente.
Aunque se oponga el infierno,
Será mi constante afan
Influenciar con el Gobierno
Por tu nombre eternizar:
Que al puente que está llamado
A levantarse en tu lecho,
Sea de fierro colado,
Totora, caña o helecho,
Le den tu glorioso nombre,
Lo llamen de Cal i Canto;
Que cuando alguno se asombre
O pregunte con espanto
Por tal etimolojía,
No falte alguno que esplique
Que en un tiempo ahí existia
Con tal nombre un puente dique,
Un puente por dó pasaron
Nobles huestes venerandas
Que en derrota aquí llegaron
Camino a la otra banda;
Por dó pasaron pomposas
Honras buscando, postreras,
Las cenizas gloriosas
De los hermanos Carreras;
Por donde en el año ochenta,
Por pesadumbre enlutado
Y por un arco que ostenta
De plata rico bordado,
De Thomson restos sagrados,
Y de Ramirez, el Leon,
Titanes divinizados,
Van camino del panteon!
Entónces ¿quién concibiera
Que bien pronto esa mortaja
Sobre tus hombros volviera
Con tan dura desventaja?……
¡Ah, si hablaras! ¡cuántas penas!
Qué de variadas historias
En cada átomo de arena,
En cada porcion de escoria!
Si algo los llantos ajenos
Valen para un desgraciado,
Tú bien sabes que a lo ménos
La capital te ha llorado!»
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Dijo, i abriendo su manto
Raudo volido emprendió……
A mi oido llegó un llanto
Que me partió el corazón,
Que parecia el quebranto
Sobre las ruinas de Sion,
De aquel Jeremías santo
Que lloró su destruccion!
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Mirando aquelllos despojos
Caminé a la Cañadilla:
A ese tiempo abrí los ojos.
¡Era una gran pesadilla!
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P. D. ………………………………………
El que quiera conocer
De este puente los anales,
Puede la historia leer
De don Justo Abel Rosales,
Que pronto se ha de vender
Por cinco dieces cabales,
Según la prensa lo indica,
En la imprenta de Mujica,
Que está situada en su rampa,
Cuyo dueño agradecido
Hoi da su historia a la estampa
Sin lucro preconcebido.
Direccion: Puente, uno D,
Imprenta Estrella de Chile:
Lector, no lo olvide usted,
Para que su bolsa afile.
Importando una friolera
Y con grabados mui finos,
Esta obra la debiera
Comprar todo santiaguino.
Ella se titulará:
Historias i tradiciones
Del puente. Termino ya
La nota i estos renglones.
Imprenta Estrella de Chile, Puente, 1-D.