El desgraciado Juan Ruiz,
Cuando al banquillo llegó,
Viendo su fin tan cercano
Placentero se mostró.
Triste fué la ejecución
Que hoi en Ráncagua se vio:
Al reo se fusiló
Sin ninguna compasión.
No pudo tener perdon
Del crímen el infeliz;
La muerte ha sido un desliz
De la justicia chilena,
Que le dió la última pena
Al desgraciado Juan Ruiz.
El Miércoles en capilla
Al reo se preparaba
I con gran fervor rezaba
Pidiendo a Dios de rodilla,
I a un crucifijo se humilla.
Cuando ya se le llamó
Con tierna voz contestó:
Señor, ya estoi preparado,
I al momento fué vendado
Cuando ai banquillo llegó
Mui pronto los tiradores
En el sitio se formaron
I en el acto prepa[ra]ron
Los rifles ultimadores.
Mas atrás los confesores
Clamaban al Soberano,
Miéntras tanto el reo en vano
Se encomendaba a María
I libertarse quería
Viendo su fin tan cercano.
El oficial con su espada
Dice que apunten atentos,
I se sintió un movimiento
En gran descarga cerrada,
I la jente acongojada
Al punto se desmayó,
I mucho mas se admiró
Del oficial que veía
Que cuando el reo caía
Placentero se mostró.
Por fin carta le dejó
A la mui querida hermana,
I dice que en esta plana
Su corazón le dejó.
De esta vida se marchó
I le deja este consuelo;
Ella en un amargo duelo
Queda en llanto sumerjida
Rogando a Dios i a María
Que lo reciba en el cielo.