Los versos de Eulojio Pi-
zarro, el capuchino
QUE ENJENDRÓ 40 HIJOS EN 150
MUJERES

Ciento cincuenta mujeres
Especcionó el capuchino
Como el mas cruel libertino
Por faltar a los deberes.

Eulojio Pizarro ha sido
El operario varon
Que ha imitado a Salomon
En este mismo sentido.
Este hombre está pervertido,
Engañado en los placeres,
Difrutando de los séres
Como está verificado,
I en esta vida ha gozado
Ciento cincuenta mujeres.

Cuarenta hijos el campeon
Hasta esta fecha ha enjendrado,
Que debia ser premiado
Por el Presidente Montt.
Fácilmente un batallon
Pueden formar, el mas fino,
I atacar al Arjentino
Que con Chile tiene encono;
Las mujeres que menciono
Especcionó el capuchino.

Se le marcan sesenta años
A este varon, i me admiro,
Que anda como el gallo jiro
Siempre operando en sus daños.
Sumerjido en los engaños
Lo pasa este buen pollino;
El amor es su destino
Con las modernas i ancianas,
Lo tiene en las glorias vanas
Como el mas cruel livertino.

No crean que son inventos
Del galan que he publicado,
Porque éste no ha desechado
Ni beatas de los conventos.
Anda con sus pasos lentos
Esparciendo sus deaveres,
Le dice el Diablo, si mueres,
No tienes que hacer con Dios,
Yo me entenderé con vos
Por faltar a tus deberes.

Al fin, por obligacion,
Denuncio el suceso tal
Porque en esta capital
Ha causado admiracion:
Una gran jeneracion
Multiplicó el varonil;
Un rejimiento en perfil
De hijos tiene con verdad;
Digo que en esta ciudad
Éste es un rico albañil.

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Amores finos

Me mandó llamar la Amelia
I me escribió la Agustina,
Por cuentos de la Paulina
Odio me tomó la Celia.

La Hermenejilda i la Juana
Me han robado el corazon,
La Emilia con la Ascension
Me acaricia i la Susana.
La Ignacia de buena gana
Se envidia con la Rojelia
Pero mucho mas la Aurelia
Me aprecia, i la Doralisa
Por celos con la Clarisa
Me mandó llamar la Amelia.

La Leonor con la Bernarda
Me obliga i la Filomena,
Que me case con la Elena
O al ménos con la Leonarda.
I si sabe la Rumualda
Le dice a la Carolina
Que impida la Celestina,
Porque le he dado palabra,
Tengo tratos con la Laura
I me escribió la Agustina.

De continuo la Matea
Me aborrece i la Anjelita,
Únicamente la Rita
Me quiere i la Dorotea.
La Pascuala me pelea
En compaña della Albina,
Se mezcia la Menervina
Porque se quiere casar,
Me despreció la Pilar
Por cuentos de las Paulina.

Me quejo de la María
Por aplaudir a la Cata,
La Jertrudis me maltrata
La Carmela es mi alegría.
Todo mi encanto es la Delia
Moriré por la Bristelía,
Sucumbiré por la Eufrasía;
Al verme con la Jervasia
Odio me tiene la Celia.

Al fin, dejaré a la Estér
Por compañera i esposa,
Aunque se enoje la Rosa
Tiene que ser mi mujer.
La Luisa ha de conocer
Porque no vive tranquila,
Lo pasa la Domitila
Llorando con la Tomasa
Si dejo a la Nicolasa
Quedo con la Petronila.

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Versos satíricos

Lo que habia se acabó
Si no hai hoi, mañana habrá,
A nadie le falta Dios
Trabajando se tendrá.

Aquel que con ambicion
Vive soberbio en su estado,
Después se vé destronado
Como el sabio Salomon.
Le viene la perdicion
Por su error que cometió,
En la miseria se vió
Mui proximo a sucumbir;
Solo le queda el decir
Lo que habia se acabó.

Cuando el hombre orgullecido
Prospera por ser triunfante,
Es el primer ignorante
Que yerra en este sentido.
I por hallase vencido
Llora su fatalidad,
Solo se convencerá
Por lo que está sucediendo
Se conformará diciendo
Si no hai hoi, mañana habrá.

Está escrito en los anales
I en la Sagrada Escritura,
Que una triste sepultura
Al fin nos dejará iguales.
Los cientificos cabales
En este trance velóz,
Con un sentimiento atróz
Corrijen al mas errante;
Así dice el ignorante
A nadie le falta Dios.

Puede fijarse el de arrojo
Que quiera ser elevado,
 si se ve esplotado
De por sí tiene el despojo.
Así, no le cause enojo
Que su conversión será,
La historia a saber nos da,
Dice el concilio de Trento
Memoria i entendimiento
Trabajando se tendrá.

Para los autorizados
Al fin, será una advertencia,
Que sin mayor elocuencia
Nombran los puntos sagrados.
Por eso es que avergonzados
Se ven los mas rimadores
Colmados de mil errores;
No conocen el borron,
Si hoi levantan un terron
Debajo brotan cantores.

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Inundacion en Mendoza

En el pueblo de Mendoza
Recibieron el tormento.
Con el granizo i el viento
Terminó la tempestuosa.

El seis de este mes presente
Fué el gran azote con vicio,
Creyéndose que era el juicio
El sér humano viviente.
Lloraba a gritos la jente,
Viendo la turba furiosa
Desde aquella hora penosa;
Aquél lugar se inundó
Este castigo se vió
En el pueblo de Mendoza.

La tempestad sin cesar
Duró cuarenta minutos,
Donde Cristianos i brutos
Pasaron a peligrar.
El número voi a dar
De las victimas atento,
Que fué mas de medio ciento
En lo que escribo diré,
I estos cuyanos sin fé,
Recibieron el tormento.

Dos metros en sus alturas
Subió el agua i doi detalles
Como rio iban las calles,
Devorando criaturas.
Sufrieron sus amarguras
Desde aquel trance violento
I dos mil, sin aposento
De su hogar se abandonaron,
Sin amparo se quedaron
Con el granizo i el viento.

Treinta manzanas han sido
Lo que mas el pueblo encierra,
Quedando rasa la tierra
En escombros reducido.
Ténganlo por entendido
Que mi memoria afanosa,
Mi mente mucho se acosa
Sintiendo la novedad;
Cuando ya en esa ciudad
Terminó la tempestuosa.

Señores, a compasion
Se han dignado de esta ruina,
Dando una moneda fina
A los de esta perdicion.
El padre de la nacion
Da el auxilio como trata,
El repartir no dilata
Aquellos necesitados
Porque les tiene nombrados
Veinte mil pesos en plata.

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La madre que dió a luz
SIETE INFANTES

Nacieron siete varones
Brillando como un diamante,
Infiero que deben ser
De Lara los siete infantes.

Esta sierva bienhechora
Por misterio de Jesús,
De un solo parto dió a luz
A los que menciono ahora;
Se premiará a esta scñora
Porque merece los dones
Según en mis opiniones
Les doi el aviso tal,
Digo que en la capital
Nacieron siete varones.

También diré que el esposo
Anda bordeando cien años,
No crean que son engaños
Porque el caso es armonioso;
Este suceso es curioso
I al leerlo es importante,
Yo me sorprendí bastante
Viendo las verdades puras,
I estan estas criaturas
Brillando como un diamante.

Los niños se hallan visibles
Todos, como lo aseguro,
con mi verdad lo juro
Que al presenciar es terrible;
Con asombro indescriptible
Cumpliré con mi deber,
También la anciana mujer
Vive con su esposo listo,
Premiados por Jesucristo
Infiero yo que han de ser.

Se llama Pedro Cruzate
El morador operario,
I en Chile no habrá contrario
Que le iguale en su combate;
Justo será que lo trate
Con palabras arrogantes
Ni en los precursores de ántes
Se ha visto una admiración,
I ahora dicen que son
De Lara los siete infantes.

Por fin, Mariana Pavez
Se llama esta madre fiel,
I al presidente un papel
Le ha remitido a la vez;
Concediéndole talvez
El gran imploro pedido,
Se aterran con el jemido
Que ha lanzado esta piadosa,
La petición clamorosa
Dicen que se la ha accedido.

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La gran fiera aparecida
INMEDIATO
AL PUEBLO DE LA UNION
(CÓMPRENME NIÑAS BONITAS)

Ha aparecido esta fiera
De horrible trasformación,
Dándole muerte al chileno
Hasta acabar la nación.

Lectores, a hablar me interno
Contando lo sucedido,
De este animal atrevido
Que ha llegado de otro averno;
Creo que del quinto infierno
Llegó a esta vision ramera
Con una familia entera
Acabó, i es evidente,
En figura de serpiente
Ha aparecido esta fiera.

Al verla tan horrorosa
No queda cristiano vivo,
Dá probanza a lo que escribo
De esta vision espantosa;
Infieren que de Mendoza
Ha bajado este escorpión,
Tendrá que ir un batallón
Atacarle su violencia,
Porque está con evidencia
De horrible trasformación.

Ya le midieron la altura
Al pasar la cordillera,
Se dá cuenta de manera
Con cien metros de largura;
Así es que con su estatura
Horroriza como ordeno,
Que hasta el sentido mas pleno
Por esto se ha perturbado,
I a este recinto ha llegado
Dándole muerte al chileno.

La familia de Negrete
Fué la que sufrió el clamor,
Mas como era el morador
La pagó el viejo alcahuete;
Con la pata de un taurete
Se defendia el campeón,
Hasta le dió un tarascon
I le pasó la cabeza,
Porque de dañar no cesa
Hasta acabar la nación.

Al fin, yo sin embarazo
Doi cuenta cómo pasó,
Que la temida mató
A treinta de un gran colazo;
Fué tan salado este caso
Que yo me quedé admirado,
El pueblo mucho ha llorado
Por el fracaso tenido,
Que de un solo resollido
No dejó cerro parado.

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Sátira para los que son
TRAMPOSOS

Tratan de hacer casería
Todos los que son aviesos,
Principian poquito a poco
I acaban pidiendo grueso.

Hablaré de los tramposos
I será mui conveniente,
Que donde meten el diente
Son como perros golosos.
Pagan bien los embrollosos
La trampa del primer dia,
Despues siguen la porfía
Con el fiado en adelante,
Por quebrar al negociante
Tratan de hacer casería.

Se portan bien por primero
Para poderse acreditar,
Despues para no pagar
Piden como almacenero.
Dicen póngale casero
Hasta completar diez pesos,
I se creen los pobres lesos
De aquel plan tan ocurrente;
Lo hacen de continuamente
Todos los que son aviesos.

Igualmente las mujeres
Son tal como yo les hablo,
Empalican como el Diablo
A toda clase de séres.
Por faltar a los deberes
En este punto les toco,
Dirán que me he vuelto loco
I es por rasparles el cacho,
Llega la ruina a un despacho
Pidiendo poquito a poco.

Mis sentidos les estampa
A los pilluelos del arte,
Que clavan en otra parte
Cuando a uno le hacen la trampa.
El pedido no escampa
Engañando con exceso,
Beben a todo pescuezo
A costilla de otro pobre;
Principian por ficha i cobre
I acaban pidiendo grueso.

Al fin, en este ejemplar
Esta verdad se comprueba,
Al que le toque esta breva
Comasela sin pelar.
Le tendrá que incomodar
Por el derecho e izquierdo,
Hacen lo del chancho-cerdo
Siempre parciendo su enjambre,
Despues que matan el hambre,
Si te he visto no me acuerdo.

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Los versos
DE LOS ESTAFADORES DEL PUEBLO
DE RENGO

Hablaré del receptor
Por lo mal que se ha portado,
Dando que hacer a la jente
Al pueblo lo ha estafado.

Pardo que es el tinterillo
Obra mal en sus acciones,
En sus notificaciones
Hace lo del hombre pillo;
Es lo mismo que un chiquillo
Para robar con valor;
A nadie tiene temor
I por esto les prevengo,
Porque en el lugar de Rengo
Hablaré del receptor.

Pancho Diablo otro que tal
Ya por ese mismo estilo
I a todos les saca el quilo
Tratando de hacerles mal;
Un caballero cabal
Quiere ser este malvado,
Se da tono de hacendado
Pero no puede alcanzar;
Lo han mandado a publicar
Por lo mal que se ha portado.

De Pio Castro tambien
Hablaré, porque se mete,
Como volantin chupete
Se vino de Pelequen;
Ahora, los que lo ven
Tan orgulloso i decente,
Con Sanchez probablemente
Este buitre ha echado guata;
Llegó como garrapata
Dando que hacer a la jente.

Parecia titirero
Como todos lo sabrán,
I compró hasta marfalan
Con robar el usurero;
De él se queja el mundo entero
Por lo mal que se ha portado;
Con el pleito a sublimado
Obrando con mal intento;
El miserable avariento
Al pueblo lo ha estafado.

Al fin, nombro a Castro Pio
Entre todos los zuranos,
Porque a los San Vicentanos
Los va a meter en desvio;
A Sanchez dejó futido
Esta plebe deshonrosa;
Su mujer fué una rotosa
De las tripas como alambre;
Este era un perro con hambre
I ahora tira hasta prosa.

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Versos del Loro i la Lora

Le dijo la Lora al Loro
Porque no me regalai
El espejo en que mirai
Tu escala i la jaula de oro.

Un galan apasionado
Andaba de una doncella,
I al verla tan pura i bella
Lo pasaba desvelado.
Diez años martirizado
Lo pasó en un gran deboro
¡Ah! qué corazón tan moro
Tiene le dijo al varon;
Te entrego mi corazón,
Le dijo la Lora al Loro.

Tan linda i encantadora
Eres, le dijo el lorito,
Vente conmigo un ratito
Mi guia iluminadora;
Sois mas blanca que la aurora
En la situación que estai,
Tú de las nubes bajai
Te digo porque te vi
I ahora siquiera un sí,
Por qué no me regalai.

Las alfombras de Turquía
Te las puedo presentar,
Donde puedes tú pasear
Con la mayor alegría;
Cuándo se llegará el dia
Que conmigo te vengai,
En lamentos me dejai
Sumerjido en el dolor;
Dadme en fineza de amor
El espejo en que mirai.

Te doi mi palabra, ingrato,
I juro ser tu mujer,
Mui fina tendré que ser
Con tal que me des buen trato;
Si me traicionas, me mato,
Como Magdalena lloro;
Contigo yo me atesoro
Haciendo este juramento;
Me darás en el momento,
Tu escala i la jaula de oro.

Al fin, quedó con su esposa
Este lorito tunante,
En poco tiempo adelante
Ella se puso celosa;
Se iba a los prados penosa
A llorar de tal manera,
Salió el loro calavera
Amando a otra palomita;
Mucho sufrió esta lorita,
Por otra mujer ramera.

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Al autorizado
QUE LES VENGA

Todos estos populares
Se avanzan con mucho exceso,
Sin recordar que se han visto
Con la soga en el pescuezo.

Mirando aquel tropezón,
El moralista resbala
Queriendo alcanzar la escala
Que poseyó Salomon.
Se alaban mucho en su accion
Perdidos en sus cantares,
Impulsan sus ejemplares
Satiricos i elevados;
Así viven engañados
Todos estos populares.

Quieren ser historiadores
Apurando su potencia,
Hablan de la harta eminencia
Como unos grandes autores.
No conocen sus errores
Garantizando el suceso,
Se puede tratar de leso
El que se haga competente;
Sin práctica suficiente
Se avanzan con mucho exceso.

Ni aquellos grandes gramáticos
Se dan pompa presuntuosa
I otros sin rastro de prosa
Se titulan por vulgáticos.
Se dan tono de pluráticos
Como aquel homerolisto
A los mas sabios conquisto
A rechazarme la escena,
Atados con la cadena
Sin recordar que se han visto.

Da risa la fantasía
De aquel que poco figura,
Se pierden en la escritura
Con ciencia i sabiduría;
Al filósofo del dia
Habrá que apretarle el mueso,
Para que mastique el hueso
I baje de la alta nube,
Porque en mis manos lo tuve
Con la soga en el pescuezo.

Al fin, éste es un atajo,
Para los autorizados,
Que pasan prevalicados
Por echar el mundo abajo.
Les costará algún trabajo
Con esa memoria infiel,
Son como Herodes, el cruel,
Que cometió su torpeza
Los vanos de la cabeza
Inútil gastan papel.

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