1ª NOCHE

Viene el gran emperador
De su trono en alegría
A saludar a María
l al Divino Redentor.

Es gran rei pues del monarca
Nacido de una doncella
O mejor virjen mui bella
I de San José el patriarca.

A compasión se dignó
El cristiano en el instante
Al ver tan desamparado
A tan gran precioso infante

Señora doña Maria
Yo vengo de la Serena
I le traigo este presente
Para que quite la pena.

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Brindis de un huaso.

Yo brindo, dijo un vaquero.
Por mis campesinas bolas,
Por mi caballo patriota.
Por el corral i el chiquero
Brindo por mi compañero
Que anda en la yegüita Rana:
También brindo por mi Juana,
Aunque es un algo coqueta;
Yo brindo por mis maletas
I por mi sombrero de lana.

También brindo por mi lazo,
Que es toda mi entretención
Que cuando le echo a un potron
Le planto su buen porrazo.
Yo soi el vaquero huaso
Que a los campos me retiro:
Cuantió monto en el Suspiro.
Que es caballo como leon,
Donde pego un estrellon
Si no quiebro mato al tiro.

Luego un arriero pidió
Permiso para brindar:
Dijo: voi a contestar
Lo que el vaquerillo habló.
No se fijen quién soi yo,
Porque ando de mala ropa;
He bebido muchas copas
De la mañana temprano;
Con el servicio en mi mano
Brindo por roda mi tropa.

Yo brindo, dijo un pollero,
Por el huevo i la gallina.
Porque no tengo otra mina
De donde saco el dinero,
El destino persevero
Desde que estaba chiquillo,
Aunque es un poco sencillo,
Pero me dá buen detalle.
Porque en saliendo a la calle
Tengo plata en mi bolsillo.

Yo brindo, dijo un campestre,
Aunque estoi medio borracho.
Me voi a alzar este cacho
I otro le paso ñor éste.
Si me la paga Silvestre.
Tomaré con mas confianza;
Si la plata no me alcanza
No se asuste, compañero.
Porque con el despachero
Lo que pida tengo alianza.

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Entre dos amantes.

Perla fina encantadora,
Cuando te veo pasar.
Quedo con más alegría.
Alivio de mi pesar.

Cuando en el letargo me hallo,
Despierto sin mis sentidos
Al ver que estoi dividido
Del espejo de tus rayos.
Cuando te busco i no te hallo,
Pido la tumba en la hora:
¿Por qué tanto me demoras.
Ilusión del claro cielo?
¿Por qué no me das consuelo,
Perla fina encantadora?

Desde que te conocí
Mi fin ha sido el amarte:
Jamás yo podré olvidarte,
Porque te lo prometí.
Quiero que seas asi,
Fina como yo en amar:
Me consuelo con llorar,
No puedo tener contento:
Es para mas sentimiento
Cuando te veo pasar.

Adorada, bien lo sabes.
Cuando de verme te niegas
El alma en llanto se aniega
Hasta que mi vida acabe.
El amor es una nave
Que siempre jira en porfía;
Circula con una guía
De los amantes ingratos:
Cuando te diviso un rato
Quedo con mas alegría.

Toda mi gloria es el verte.
Recordar de tí es mi encanto,
Tú me has prometido tanto
El ser fiel hasta la muerte.
Me verás en polvo inerte
Si te llegara a olvidar:
No te puedes figurar
Lo que yo en tí me recreo
Cada ocasión que te veo
Alivio de mi pesar.

Al fin. misiá fulanita.
Mui precioso es el amar:
Para que usted no me olvide
Conservará este ejemplar.
Pagar bien es temperar
EI amor de dos amantes.
Bien pues: estrella inflamante,
Pasará el amor en guerra:
Mientras exista en la tierra
Seré mui fiel i constante.

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Versos del roto chileno.

Llegó un rotito a la plaza
A comprar una camisa;
Una mujer hizo risa
Al verle tan fea traza.

Del campo se dirijió
Marchando a la capital
Con un gusto sin igual
Hasta que al pueblo llegó.
Un policial lo encontró
I para el cuartel lo pasa.
Decía: esta no es la casa
Que busco, guardián ingrato;
Pidiendo un par de zapatos
Llegó un rotito a la plaza.

El señorío asombrado
Al ver a este aldeano.
Como era un pobre marrano,
Andaba mui asustado.
En la Alameda sentado
Tuvo durante la misa;
Mire, le dijo, no avisa.
A un futre que paso,
Porque al pueblo vine yo
A comprar una camisa.

Luego el futre sin tardanza
Le miro de arriba a abajo,
Le dijo «Mira, estropajo,
¿Quién te dió tanta confianza?
Aquel rotito se avanza;
En palabras lo analiza;
Ningún futre a mi me pisa,
Porque soi de la frontera.
Viéndole de baja estera,
Una mujer hizo risa.

De traficar no cesaba
Por lo más lucido i fino.
Por si acaso algún destino
A su poder le llegaba.
Todo el mundo se burlaba
Ai ver la indecente raza,
I hasta una chuquisa huasa
Con ofensas lo trato
I una risada lanzo
Al verle tan fea traza

Al fin, pues, republicanos,
Ya me voi a mi recinto;
Mientras viva Lucho Pinto.
Volver al pueblo es en vano.
Hasta el sexo mas urbano
Me ha tratado con idea:
La desgracia me rodea
Desde que llegué al central,
Queriéndome avasallar
Como fantasma de aldea.

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La venta de licores
Desastrozos efectos de la prohibiCion

Se publicó este decreto
En toda la capital:
Que nadie venda licores
En campo ni en lo central.

Pregunta el pueblo al fiscal
Por qué tal mal aprobó.
Que el licor lo prohibió,
Puesto que a nadie hace mal.
Para el pobre comercial,
Que vende como al secreto,
Por no faltar al respeto
A la voz del intendente,
Por orden del presidente
Se publicó este decreto.

Dice: por necesidad
(El despachero) me quejo;
Que se reúna el consejo
I salga la libertad.
Por vender sin novedad
Pago mi patente anual;
Todos sufrimos el mal
Con esta delicadeza;
Por eso está la pobreza
En toda la capital.

Míranos con ojos tiernos,
Padre de nuestras banderas;
Déle contra hasta que muera
A la pobreza en su reino.
Faculte como gobierno
A estos leales vencedores
Que a cosía de mil rigores
Defendimos su real,
I nos paga con el mal
Que nadie venda licores.

Se encargó a la policía
Cuando se hizo esta consulta;
Bajo la pena de multa
Se aplicó a la rebeldía.
Pueden vender a escondidas,
Les decía un policial.
En este pueblo fatal
Ordenó la lei patriota
Que nadie venda una gola
En campo ni en lo central.

Al fin del ochenta i seis
Sufren estos negociantes
Escaseces terminantes
Por la ejecutiva lei.
En calle de Amunatei,
Un despachero quebró
Por la lei que se entabló;
I hoi, otro, desesperado
Al verse en igual estado,
De un balazo se mató.

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Atroz sacrilejio
GRAN ROBO EN LA IGLESIA DE ANDACOLLO

Én el pueblo la Serena
Fue este robo criminal
Que ha causado censacion
Por ser hecho sin igual.

Les doi a saber, lectores,
Lo que ya ha contado el diario
Del gran robo del santuario
En Andacollo, señores.
Aquí doi los pormenores
De esa tan infame escena.
Digo que al leer da pena
Esto que será un ejemplo
Porque sucedió en un templo
Én el pueblo la Serena,

Han sido tres los malvados
Del sacrilejio i despojo
Que tomaron con arrojo
Todos los vasos sagrados.
Dos se encuentran capturados
I uno se fugó el actual.
Perlas de rico metal
Se llevan i es gran dinero,
I en el mes pues de febrero
Fué este robo criminal.

Por Risso el buen comandante
A los hechores tomaron;
Los objetos encontraron
De alhajas mui importantes;
Ahora están los errantes
En una cruel aflixion.
Miranda i Alfaro son
Los que han hurtado el sagrario
De la Vírjen del Rosario
Que ha causado censacion.

El capellán del convento
Se dió por satisfacido
Porque habia aparecido
Del culto aquel ornamento;
Ha sufrido este tormento
Esta iglesia clerical.
Los autores de este mal
Se han tomado, como digo
I esperan doble castigo
Por ser hecho sin igual.

Al fin, los que presenciaron
Conocieron el devoro,
Porque hasta el rosario de oro
A la Vírjen le llevaron;
La corona le sacaron
Del gran Trono de su encanto:
En aquel lugar tan santo
Pofanaron los bandidos.
Por todo Coquimbo ha habido
Gran admiración i espanto.

J. HIPÓLITO CORDERO,
Calle de Benavente, número 24.

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Contra-punto
HABIDO EN COPIAPÓ
ENTRE UN
ANCIANO I UN MODERNO

            El anciano

Mira, moderno avanzado
Que vives tan soberano;
Aunque me veas anciano
Pisa con mucho cuidado.

            El moderno

Vé qué traza de difunto
Que se hace tan competente;
Puesto que sois resistente
Sigamos el contra-punto.

            El anciano

Voi a advertirte una cosa
Que ha de ser sin veleidá,
Hagámos lo de Tahuá
Con don Javier de la Rosa

            El moderno

Hazme sin temor la cruza
No temas mi poesía
Que yo no siento mí vida
Viejo cabeza lechuza.

            El anciano

Calla la boca muchacho,
No me insultes sin razón
Que en lo atrevido i bribón
Eres igual a mi macho.

            El moderno

Taitita, si usted es obceno,
Que yo lo insulte merece,
I en su arrancada parece
Cabalio cargado al freno

            El anciano

Porque tanto te avanzaste
Infame desconocido,
Dime de donde has salido
O en que corral te criaste.

            El moderno

Cuidado pues taita abuelo
No se vaya a resfalar
I aquí tenga que siestiar
A la reiz de mi ciruelo.

            El anciano

No te equivoques, chiquillo,
inocente criatura
I formes tu sepultura
Debajo de mis membrillos.

            El moderno

Es decirte la verdad:
Tu arrojo me admira mucho,
I que no vales un pucho
Sabio de la antigüedad.

            El anciano

Aquí en decirte me arriejo
Libertino sin gobierno
Que a tí te miro moderno
Como lo que piso i dejo.

            El moderno

La cuestión es mui sencilla
Veterano tan instruido
Que el estudio que has tenido
Habrá sido en la cartilla.

            El anciano

Te costará algún trabajo
Para que avance tu suerte
I los sudores de muerte
Habéis de tener carajo.

            El moderno

Muchos deseos tenia
De pallar contigo, viejo
I que me dis un consejo
De la antigua profesia

            El anciano

De los consejos mejores
Te voi a dar pues obceno;
Que jamas tomes lo ajeno.
No insultes a tus mayores.

            El moderno

Me ha causado admiración
Aunque no tengo ni cobre.
Mi padre ha sido mui pbre
I nunca ha sido ladrón.

            El anciano

Yo digo que será honrado
A la presensia lo imita
Porque no lo habrán pillado
Con los robos a la vista

            El moderno

Pareces al padre Adan
I engañado en lo que pasa:
De la clase de esta raza
Creo serás capitán.

            El anciano

No te asustes gusanillo
Que son truenos en el mar;
Si yo te pongo los grillos
Tarde vendrás a iviar.

            El moderno

Yo por lo que veo, tratas
De violar mis producciones.
No me han asustado leones,
Ni menos las garrapatas.

            El anciano

Puesto que estáis enrolado
Sobre el asunto narrando,
Teneis que salir volando
Como volantín cortado.

            El moderno

No me puedo contener
Porque me has metido cuco
Viejo cabeza de nuco
Alcahuete tu mujer.

            El anciano

Mira muchacho atrevido
Con poesias te corro,
I si ella me pone el gorro,
Me viene bien para el frio.

            El moderno

Dame alguna esplicacion
Anciano, de lo presente,
I esto ha de ser prontamente
Sin ninguna variación.

            El anciano

Este tiempo varonil
No respeta ni al Eterno,
I te lo digo, moderno,
Que es una guerra civil.

            El moderno

Mucho te engañan tus labios
I te pierden de la guia
Porque con la lei del dia
Prosperan los grandes sabios

            El anciano

Cierto es lo que me has hablado
I lo puedo conocer,
I con tu nuevo saber,
¿Qué hacienda habéis comprado?

            El moderno

Teneis la idea de un moro
Viejo de poca esperiencia,
¿Qué no sabes que la ciencia
Vale más que todo el oro?

            El anciano

Te digo que el año dos
Pallé con otro avansado,
I se vió avergonzado
Como te sucede a vos.

            El moderno

Me doi muerte con razón
Sin lástima i sin cordura,
Si esta clase de vasura
A mí me echase ni pantion.

            El anciano

No te pongas a creer
Lo que no han profetizado
Porque sin estar nublado
A veces suele llover.

            El moderno

Que hablais viejo fanfarron,
Insolente, disoluto.
Antes de cinco minutos
Me habeis de pedir perdón.

            El anciano

Aunque yo salga debajo
Moderno sin relijion,
No le pediré perdon
A tal clase de estropajo.

            El moderno

Si haces despues promocion,
Bien conocerás tu fin
Viejo pescuezo violin
Torpe sin educación.

            El anciano

A fé de ser Juan Delgado
En juramento te digo
De no pallar mas contigo
Ofensivo mal criado.

            El moderno

Al fin, soi Pedro Mardones
I pise con gran cuidado
Que creo que habrá quedado
Mojado hasta los talones.

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Bríndis

Bríndis del año nuevo

Voi a brindar sin engaño
I aquí a decir me arriejo
Que despido al año viejo
Que les trajo tanto daño.
Yo reinaré bien este año
Con mui lícita cordura
Protejiendo a la creatura
Como el mejor presidente;
Para que goce la jente,
Traigo de toda verdura.

Bríndis de un médico adivino

Yo soi médico adivino
Que gano con mis remedios
1 cuento con buenos medios
Para seguir el destino.
Anteayer un leso vino
A la hora de retreta
I yo le hice la receta
Por medio de su dinero
Por ser un buen hechicero
Del barrio de Recoleta.

Bríndis de un pipiolo

Pues me llaman pipiolillo
Por no manejar ni cristo
1 también porque me han visto
Como triste futrecillo
Diciendo que soi piojillo
De adentro de los pajales.
Mi padre estudios cabales
A mí me dejó por dote
I me retuerzo el bigote
Dentro de los Tribunales.

Brindis de una chocolatera

Señores, un disparate
Voi hablar con gran contento
Funcionando en el asiento
Batiendo mi chocolate.
Me llevo bate que bate
Aquí adentro de la plaza.
I cuando el casero pasa
Se me alegra el corazón
I siempre les digo don
Cuando piden una tasa.

Brindis de una huasita

Yo soi una pobre huasa
Que me obligan a brindar.
Pero me ha de disculpar
El círculo de esta casa
Yo dependo de una raza
Que ya parece ser cuco
l un tio tengo en Temuco
Que es capataz i vaquero
I un hermano salinero
Donde llaman Guayaruco

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A una beata

En Santiago hai una beata
Que lo pasa en oración
En ei convento rezando
Lo mismo que un moscardon.

Todos dicen la beatita
Parece ser una santa,
I al saber su vida espanta
Los hechos de esta maldita.
Se viste como damita
I va a la iglesia la ingrata,
Todo el dia se dilata
Aunque !e raspen el cacho;
Del ojo mui vivaracho
En Santiago hai una beata.

Pues se cubre con su manto
I se afeita con carmín
Por si acaso a Benjamín
Lo vé, por ser de su encanto.
La madre dice que a un santo
Esta le pide perdon,
Pero es una diversion
Lo que esta hipócrita inspira
Por ser nomas que mentira
Que lo pasa en oracion.

Con el manto a la cabeza
Se dirijo a la capilla;
La acompaña una chiquilla
Con toda delicadeza.
El lacho con lijereza
Está siempre delirando
I así se lleva aguitando
A su chinita adorada
Que lo pasa incomodada
En el convento rezando.

Esta sigue con su afan
Su vida con tanto HONOR,
Que empalica al confesor
I en seguida al sacristán.
Pues le llega hacer tantan
De susto su corazón
Por verse en cruel aflixion
Por haber dormido afuera,
I esta reza, quien creyera,
lo mismo que un moscardón.

Al fin, ya conté señores,
De la beatita su hazaña
Oue siempre a la madre engaña
Por gozar de sus amores.
Grandes fueron los errores
Que cometió esta diablita
Diciéndole a su mamita
Que siempre se confesaba
Cuando noches no llegaba
Por dormir con su guainita.

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LA
CONVERSION DE SAN PABLO

San Pablo se convirtió
Por la voz del Hacedor;
Mui humilde recibió
El bautismo con fervor

De Tarso salió en camino
En contra la fé San Pablo
Que tentado por el Diablo
Tomaba aquel mal destino.
Jesús, salvador divno,
A tal hereje le habló
I el castigo recibió
Como dice la Escritura:
I temblando con ternura
San Pablo se convirtió.

Ya cuando le habló Jesús,
Este infeliz cayó en tierra
Porque iba a formar guerra
Aquel que murió en la cruz.
Dios lo privó de la luz
I ahí conoció su herror.
De la mano un bienhechor
A Damasco lo llevó,
I todo esto sucedió
Por la voz del Hacedor.

Se le apareció en visión
El buen Jesús a Anania
I dijo vete este dia
I haz mui bien mi ordenación
Yendo tú con presicion
Adonde te mando yo.
Esto pues bien lo cumplió
Dándole vista al tirano,
I este luz del ser humano
Mui humilde recibió.

En la calle La Derecha
Cuando vió la luz del dia,
Esclamó con alegría
Pablo en alma satisfecha
Diciendo desde esta fecha
Predicaré con amor
La lei de mi Redentor
Haciéndolo hasta mi muerte
Por recibir de tal suerte
El bautismo con fervor.

Al fin, quedó santamente
Como apóstol convertido;
A Dios le había ofendido
Mui atroz, bárbaramente.
El Padre Eterno, al presente.
Le dijo con lenidad:
«Deja tu profanidad
Porque ya te he perdonado;
De mi hijo tan amado
Predicareis la verdad».

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