Tengo listo el guitarron
I en la cancha mi caballo;
Con precoz, valor te pallo
Por tener ilustración.

    Mi ciencia te desafia
Que de improviso cantemos
I de este modo arreglemos
En presencia la porfía
Para ver la fantasía
Que tienes en tu opinion.
Formaste revolucion
I torpe quieres hacerme;
El dia que quieras verme
Tengo listo el guitarron.

    Daniel, dime con franqueza
Que dia te espero en casa
Para cantar de la basa
De honor i delicadeza:
Quiero ver lo que profesa
Tu saber, como detallo,
En la rueda se vé el gallo
Que es seguro en su crujida:
Tengo tu idea medida
I en la cancha mi caballo.

    Me trataste de peonino
Con profanacion i pompa,
Pero limpíate la trompa
Primero, chancho cochino
Que de hablador libertino
En la lengua tienes callo;
Bien lo sabes donde me hallo
Para ver el fundamento;
I hoi aquí con gran talento
Con precoz valor te pallo.

    Te canto quinientos pesos
Por medio de una escritura;
El juez nos dirá la pura
Quien gana, pues, tonto leso.
Si pierdes en tu regreso
Te pifiarán, maricon¹.
Será tu condenacion
I pérdida del vivir:
Es lo que puedo decir
Por tener ilustracion.

    Al fin, pues. Daniel te ordeno
Puesto que sois advertido,
Que me admitas mi partido
Para que quedes de bueno,
O de lo contrario un freno
Te puedo mandar hacer.
Aprenderás a volver
Obceno, furioso i vano;
Cantando yo mano a mano
Contigo me quiero ver.

1 Posible referencia velada al hecho de que Daniel Meneses todavía acostumbraba firmar sus versos como “Rosa Araneda”. Este dato permite, además fechar la lira como anterior al 4 de junio de 1895, día en que murió Rosa Araneda.

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El no es Dios ni piensa ser.
Es visible i es eterno,
Habita en el purgatorio
I recorre basta el infierno

Ya que estamos en batalla
En nuestro saber porfiando,
Aquí te estoi obligando
Que me adivines mi palla.
Este objeto lo detalla
Iluminando, a mi ver.
Al precioso o bello sér
Que a Dios lo tiene encantado;
I entre todo lo creado,
El no es Dios ni piensa ser.

Después de Dios fué formado
I persiste en lo silvestre,
I en todo el Globo Terrestre
Del mejor es apreciado;
Pende de mui bajo grado,
Pero tiene su gobierno.
El verano i el invierno
Le hacen mui bien prosperar,
I éste siempre, sin dudar,
Es visible i es esterno.

Vive sobre la basura,
Adivina quién será,
Es decirte la verdá
Está en bajo i en altura,
Del mundo es toda dulzura,
Satanás lo vé con odio,
Acaricia siempre al novio
Recorriendo los lugares
I pasando por los mares
Habita en el purgatorio.

Diez letras tiene por nombre,
Ocho son por apellido
Examina tu sentido
Si quieres quedar de hombre.
Pues te digo, i no te asombre
Gran poetastro moderno
Que esto anda hasta en el cuerno
I en las copas de cristal,
I por cierto es principal
[I] recorre hasta el infierno.

Al fin, cuando se le apura
Sale de aquella bajeza
I toma delicadeza
I en su proceder lo jura;
En los campos dimensura
Tiene por su galardon
Las aves tienen pasion
En hacerlo sucumbir.
Ahora me has de decir
Que contiene ésto, tonton.

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Sucedió en el Ecuador
Un triste fusilamiento
De tres grandes criminales,
I en lo que digo, no miento.

Hablo de estos bandoleros
Que un crimen han consumado
I con la vida han pagado
Por interés del dinero,
I por tanto aquí prefiero
Detallar mui bien, lector.
Esto que ha causado horror
En esa gran sociedad;
I esto pues en realidad
Sucedió en el Ecuador.

Domingo Ramírez fué
Aquel hombre atribulado
Que en el banquillo sentado
Dijo yo me acriminé
l ya mi falta lloré
Por mi fiero atrevimiento,
I en ese sitio sangriento
El se hallaba enternecido
Por soportar dolorido
Un triste fusilamiento.

Otro fué Francisco Briones
De los que allí balearon,
Las gracias le acompañaron
De la reíijion los dones
I del cielo las canciones
l as oyó Antonio Morales.
Ya son las horas cabales
Les decía un oficial
Que se cumpla el fin fatal
De tres grandes criminales.

Lloraban amargamente
En aquel trance terrible
Diciendo que era imposible
De que llorara la jente
Un sacerdote elocuente
Los ausilió en el momento
Diciéndoles mui atento
Dios los reciba en el Cielo;
Para éstos fué un consuelo,
I en lo que digo, no miento.

Al fin, pidieron perdon
A todos en jeneral,
I al gran Reino Celestial
Irian con precision;
El mas duro corazon
De pena se conmovió
Cuando la descarga se dió
I los reos sucumbieron;
Al acto el carro trajeron
I al Cementerio marchó.

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Los que quieran tomar de ave
Tienen mui bien que mirar
Hai algo que trabajar
Hasta que la vida acabe.

Aquel autor mas latino
No puede ser avanzado
Si en su punto es elevado
Reprima su raciocinio
Aunque sea un sabio Arminio
No se avance en lo que sabe
El buen sentido es la llave
Del poeta con su instrumento
Observen el fundamento
Los que quieran tomar de ave. 

El filósofo plumario
Agudo i de buen sentido
El dón de Dios ha tenido
Ser comprendido i truufario
De un cismático reglario
Tomemos el ejemplar
Nadie puede avasallar
Aunque sea el mas retórico
Para los puntos históricos
Tienen mui bien que mirar.

Entre aquellos moradores
Del gran saber como Elís
Proverbio del que nacís
Tomo de los profesores
Bien comprenderán señores
Del que quiera sublimar
Puede el mas alto bajar
Por error de los asuntos
para comprender los puntos
Hai algo que trabajar.

El saber de Salomón
Es ejemplar de los sabios
Del arrojo de sus labios
Les viene la perdición
Sin tener ilustración
Ningún sabido se alabe
Sufrirá tormento gravo
Hasta sor bien conprendido
Si es torpe será perdido
Hasta que la vida acabe

Al fin a este soberano
Le tenemos que temer
Porque nos quiere poner
El silabario en la mano
Yo con moderno ni anciano
No quiero tener contrario
En el público hai varios
Que se quieren avanzar
I nos quieren asustar
Con ese gran Diccionario.

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    Anoche soñé que estaba
En brazos de tu deidad
Hagámolo cierto mi alma
Que el sueño salga verdad.

    Por medio de una escritura
Iremos al compromiso
Por eso tengo el permiso
De amarte con gran ternura
Cuando vide tu hermosura
Todo pesar se me acaba
En tu presencia gorjeaba
Como avecilla risueña
Dándote mis quejas dueñas
Anoche soñé que estaba.

    Tu eres para mi e! espejo
Que me recreo en mirarte
A ninguna hora ni instante
De la m[e]moría te dejo
Cuando yo de ti me alejo
No tengo tranquilidad
Solicito tu amistad
Con un exijente empeño
Mi bien quien durmiera un sueño
En brazos de tu deidad.

    Cuando me priban del verte
Me hieren el corazón
Por esa misma razón
Mas bien deseo la muerte
Seria feliz mi suerte
Si tu me amaras con calma
Bien pues deliciosa palma
Juntos permaneceremos
i el intento que tenemos
Hagámolo cierto mi alma,

    Me mantiene un gran consuelo
Hasta ver el desengaño
Dejaré pasar los años
Por aguardarte mi cielo
De mi no tengas recelo
Como usted bien lo sabrá
Sola se convencerá
Con este amor tan terrible
Venzamos los imposibles
Que el sueño salga verdad.

    Al fin pues cándida rosa
Ya me falta el sufrimiento
Recibo en este tormento
Una muerte rigurosa
Desde la infancia dichosa
Me encanta tu resplandor
Conserva como de honor
Por cumplir lo prometido
No amo a ningún ser nacido
Hasta especcionar tu amor.

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    Cuando el sol se va dentrando
Las aves prenden el vuelo
En busca del dormidero
Pasan de bandá volando.

    Gorjean las avecillas
Adorando al mundo entero
I el Ministro verdadero
Les bendice la semilla
Jiran el vuelo por millas
A los prados traficando
De punto en punto volando
Por pampas i romerales
Se acojen a sus nidales
Cuando el sol se va dentrando.

    Recorre de arriba a bajo
El carnicero las villas
Buscando a las avecillas
Por cojerlas sin trabajo
El mismo Hacedor le trajo
A las selvas el consuelo
Donde el despejado cielo
Al valle le dá su abrigo
Por huir del enemigo
Las aves prenden el vuelo.

    Por todo el globo terrestre
Jira el ave en su paraje
Todo distinto plumaje
Vive del grano silvestre
Las estaciones trimestres
Dos son de mas refijero
Alaba al triste parlero
E! uno i trino en la grama
Volando de rama en rama
En busca del dormidero.

    Se vé por esos raudales
Melodioso el pajarillo
Internado al bosquecillo
Por las plantas vejeta les
Los insectos i animales
Al arroyuelo buscando
Las aves pasan gozando
Los aires del horizonte
Buscando el fragoso monte
Pasan de bandá volando.

    Al fin las aves el pago
Dan a Dios en su recinto
En alegres la verintos
En el misterioso lago
Huyen de aquel grande estrago
Que el cazador formará
Viven con tranquilidad
Recorriendo hasta el poniente
Por tumultuosas torrentes
Gozan de su libertad.

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