La gran lucha
DEL CHILENO CON EL ARGENTINO
EN ACONCAGUA

    Se sabe que uno es cuyano
Ese que llaman el macho
Por sobre nombre al chieno
Lo llaman el toro gacho.

    Este che de la arjentina
A su contrario buscó
En Aconcagua lo halló
I trabaron lucha fina
El desafiado opina
De bencerlo muy temprano
Que alli se dieron la mano
Les doi a asaber lectores
I de estos dos luchadores
Se sabe que uno es cuyano.

    El chileno ya tenia
Noticias de este jigante
I esta guerra en el instante
La efectuaron ese dia
La gente en grupo venia
Cuando estaban cacho a cacho
En  puerta de un despacho
Escrituraron la apuesta
Seriamente le contesta
Ese que llaman macho.

    I mil pesos apostaron
Esos hombres tan formados
I luego sobre desnudos
Como dos fieras lucharon
En dos horas terminaron
Por voz de aquel juez tan bueno
Con justo derecho pleno
El toro gacho ganó
Título que se le dio
Por sobre nombre al chileno.

    Grandes apuestas hubieron
Para ver estas opiniones
Como dos furiosos leones
En lacancha se batieron
De sur i norte vinieron
Al partido populacho
Un futre dijo remacho
 Diez mil pesos convenido
 i el que salió engrandecido 
Lo llaman el toro gacho.

    Al fin ha sido en el valle
De Aconcagua como indico
Donde el pobre quedó rico
I el rico quedo en la calle
Este es el primer detalle
Que yo les doi caballeros
Los señores Ballesteros
Pierden hacienda y ganado
En la miseria han quedado
Por falta de sus dineros.

JOSE HIPOLITO CORDERO
ECHÁURREN, 105

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Discordia
ENTRE LOS PARTIDOS

    Llego el Diablo a la Moneda
En busca del Presidente
Junto con el Intendente
Venian por la Alameda.

    A llegado Satanas
Intentando hacer traicion
Porque tiene intervencion
Con don Claudio y otros mas;
I dicen que son capaz
De venir con Balmaceda
Para trabar la pelea
Vienen haciendo conquistas
Buscando balmacedistas
Llego el diablo a la Moneda.

    De la arjentina he sabido
Que viene esta jente infiel
A dar guerra sin cuartel
I triunfar en el partido,
A nuestro Chile temido
No le venceran su jente;
Pondremos el pecho al frente
Para atacer si conviene
porque Balmaceda viene
En busca del Presidente.

    Quiso ser un dictador
En Chile con su porfía
I don Jorje hoi en el dia
Le ataca con su valor
Seria mucho mejor
Que se hiciera independiente
Cinco mil hombres presentes
Trae para hacer tricion.
Queriendo ultimar a Montt
Junto con el lntendente.

    Ni veinte mil que trajera
Del ejercito cuyano
Que pase la cordillera
El chileno como fiera
Por su patria se atarea,
Unos ricos esta idea
Me dieron sobre este punto
 Conversando de este asunto
Venian por la Alameda.

    Señores, no sé de cierto
Quiero saber efectivo
Si Balmaceda está vivo
O sera verdad que ha muerto;
Este hombre es mui espierto
I adelanto la nacion
Con una mala opinion
Dicen que viene a dar guerra
Lo veran en esta tierra
Los nietos de Jorje Montt.

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Padecimiento de Job

    Había en tierra de Hus
Un hombre mui poderoso,
El que recibió de Dios
Aquel tormento espantoso.

    Job fue aquel hombre paciente,
Nacido en el oriental
Que jamas permitió el mal
Por servirle a Dios ferviente.
Este siervo consecuente
Con amor llevó su cruz
El Creador le dio esta luz
Al verse desengañado
Del Altisimo un mundo
Habia en tierra de Hus.

    Diez hijos tuvo el varon
Siete hombres i tres mujeres,
I cumplió con los deberes
De la celestial mansion.
Satanas con ambicion  
Le quito todo su gozo.
Por [ ] de aquel misterioso
La historia lo reconcilia,
Perdio bienes y familia
Un hombre mui poderoso.

    Este paciente ensalzaba
Al Señor como alma pura,
I rasgo su vestidura,
I alli el perdon le imploraba
Con fervor se encomendaba
Al uno y trino veloz
Pero el infernal atroz
Lo abatio como les digo,
Que ha sido un grave castigo
El que recibió de Dios.

    Tres amigos acurrieron
A la ruina de aquel santo;
Tuvieron terror i espanto
Cuando llegado lo vieron;
I de el se compadecieron
Siete dias sin reposo,
Mas al verlo tan leproso,
Los tres le dieron consuelo,
Porque le vino del cielo
Aquel tormento espantoso.

    Por fin les conté, señores,
Estas verdades cabales,
Que terrenos y animales
Perdio quedando en clamores;
Fue de los antecesores
Este siervo tan atento,
recibia el sufrimiento
Con mucha resignacion,
Asi da la esplicacion
El antiguo Testamento.

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¡El huaso
QUE ENLAZÓ EL TREN EN LA LINEA
DEL NORTE!

    De la estacion de Tiltil
Salio un rotito pequen;
I al encuentro le salio
I le planto el lazo al tren

    Un mocito campesino
Entro a gastar a un despacho
Pidiendo chicha en un cacho
Apuntado a lo cuadrino
En un caballo flontino
Que lo llamaba «El Fusil»
de ponche pidio un barril
I sirvio a sus semejantes
Que eran niños elegantes
De la estacion de Tiltil.

    Remolió en dicho negocio
Este huaso que menciono
Él se daba mucho tono
Que al contar es misterioso.
Dijo: yo me llamo Ambrosio
I vengo de Pelequen
Si esto dudan i no me creen
Lo pruebo con mis vasallos
A enlazar el tren, de gallo
Salió un rotito pequen.

    En voz dijo aquel maldito:
Tengo plata y producciones
I un cabestro en mis corriones
Que dice «diablo» clarito.
Lo vai a probar lueguito
En un toro que bramó,
Por ver que el diablo soi yo
Decia ahi pololiando.
La maquina iba pasando
I  al encuentro le salió.

    Mucho se admiro la jente
Al verle su facha i pompa
I a la maquina la trompa
Le fijó lijeramente.
Se encontro mui competente
I de éste hacia desden.
En el mismo acto lo ven
Que salio como una fiera
I emprendio a toda carrera
I le planto el lazo al tren.

    Señores, lo conté yo
Del tren i de este malvado
Que por haberlo enlazado
Media cuadra lo arrastró.
El lazo se le cortó
Por milagro del Eterno,
Si yo a decirles me interno
Es porque bien lo he sabido
Infieren que este habrá sido
El Demonio del infierno.

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Espantoso suceso
EN LA FABRICA DE CARTUCHOS

    A las nueve i media fué
Esta terrible esplosion
En el taller de artificio
Causó grave sensacion.

    Lectores, con sentimiento
Cuento lo que sucedió
El polvorin se incendio
¡Que triste acontecimiento!
Por asear el armamento
Ha habido lo que se ve
Las víctimas nombraré
Que mas de cuarenta han sido
I el siniestro acontecido
A las nueve i media fué.

    Mucho lloro el vecindario
 Al palpar lo que veian
Cuando las balas llovian
Invocaban el rosario
Yo me fundo por el diario
Para dar esplicacion
A Dios pedire perdon
Viendo sercano su fin
A sido en el polvorin
Esta terrible esplosion.

    El jefe de la maestranza
Alli murio i se comprende
Tal Jeronimo Melendres
Que desistio sin tardanza
No puedo darles probanza
De la ruina i sacrificio
Yo creia que era el juicio
Por el suceso horroroso
Viendo el siniestro espantos
En el taller de artificio

    Tambien fue Placido Diaz
Destrozado en la matanza
Junto con Pablo Orellana
Fueron a la tumba fria
Con Carlos Soto en seguida
Marcharon a la mansion
Fué tanta la compasion
Que sintieron los humanos
A niños, mosos y ancianos
Causó grave sensacion

    Por último, con tristeza
Señores doi a saber
Que se asombró el pueblo al ver
Tanto cuerpo sin cabeza
I las bombas con presteza
Se presentaron temprano
Por voz de aquel soberano
Son castigos merecidos
Al ausiliar a los heridos
Ocurrió el cura del llano

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Bríndis

DE UNA CONDUCTORA

    Brindaré sobre mi dicha
I en obrar no me rebajo,
Aunque ando de arriba abajo
Por aventurar la ficha;
Con esta copa de chicha
Comprometo al mas bizarro,
A la salud de mi carro
Voi a beber un traguito,
Obligando al cocherito
I despreciando al de tarro.

BRINDIS DEL COCHERO URBANO

    Brindo con delicadeza
Como cocherito urbano,
I en la mañana temprano
Vuelvo cantando a la Empresa;
Brindo porque me embelesa
Un amor de cumplimiento;
Con justicia me lamento
I en esto satisfago;
A salud tomaré un trago
De la conductora ciento.

BRINDIS DE UN CUADRINO

    Con mucho gusto i esmero
Brindaré como cuadrino,
Impulsando a mi destino
A nombre del Matadero;
Que correspondan espero
Sobre este mismo suceso,
Cuando yo a tomar empiezo
No me gusta de a copita,
Me pondrá la señorita
Once potrillos de a peso.

BRINDIS DE UN HUASO

    Yo soi aquel pobre huaso
Que mi error poco mitiga,
Se me entona la barriga
Cuando mecho lleno un vaso;
Para bolsiar no me atraso
Aunque no tenga ni cero;
Las chasconas por primero
Me suelen acuadrillar,
Donde merezco agarrar
Soi como perro presero.

BRINDIS DE UN VAQUERO

    Brindo por mi yegua flaca
I por mi jigante brazo,
Que donde pego un pencazo
Sale el bramido con caca;
Cuando un manco se me empaca
Se las allego de hachazo;
Para correr soi buenazo
Dándole valor al perro;
Guanaqueando por el cerro
Toda mi vida lo paso.

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Verso a lo divino

    El hombre que mancha el alma
Vive sin tener cordura,
Dándole muerte a Jesús
Como a un malhechor se apura.

    El mundo está mui perdido
Lleno de inmoralidad,
Porque ya la cristiandad
De la fé se ha desunido.
Se burlan del Rei temido
I no le adoran con calma,
Viendo que en la bella palma
Padece desde moderno,
Se hace reo del infierno
El hombre que mancha el alma.

    De las clamorosas penas
Pecador debes temer,
Porque te quiere envolver
Satanas con sus cadenas.
Mira, pues, si te condenas,
Pierdes tu buena ventura
I tu enemigo lo jura
Hallándote pervertido;
El que admite este partido
Vive sin tener cordura.

    Todo aquel de lei cristiana
Haga lo de San Agustin,
Que fué arrepentido al fin
Con su alma tan pura i sana;
Magdalena fué mundana
I de Dios tuvo una luz,
Se anegó al pié de la Cruz
En llanto, por el pecado;
Decia, yo lo he pasado
Dándole muerte a Jesús.

    Miremos en compasión
Al divino Medianero,
Atado en ese madero
Sufriendo con sensacion.
De tus culpas el perdon
Pide horrenda creatura
Que ya tu fin se apresura
Queriendo a la tumba echarte,
I el demonio por tentarte
Como un malhechor se apura.

    Al fin, en la perdición
Pasa el que vive engañado,
A la santa relijion
Breve la condenación
Recibirás por tus males,
Las glorias anjelicales
Ganemos con heroismo;
Huid todo el cristianismo
De las llamas infernales.

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Adivinanza

    De la raiz de un arbolito
Está vertiendo una fuente;
Con su preciosa torrente
Se conserva verdecito.

    Diré que el plantel nació
De un tronco de doble muro,
I allí se encuentra seguro
De un arroyo que vertió.
Esto que pregunto yo
Que contesten necesito.
Al mas ilustrado cito
Al premio, si me adivina;
Brota un agua cristalina
De la raiz de un arbolito.

    Doi a saber que esta planta
En su vida es ilusoria;
Su existencia es jiratoria,
I al verle su tipo encanta.
De la tierra se levanta
Por misterio el sér viviente,
I con el sol del Oriente
Restablece mas i mas,
I sobre su misma faz
Está vertiendo una fuente.

    Este árbol no es vejetal
Lo digo en mi entendimiento,
A mas no tiene cimiento,
Pero da un fruto especial.
Advierto que por señal
Su piel es mui resistente;
El ramaje es diferente,
Silvestre tampoco ha sido.
Se halla rejuvenecido
Con su preciosa torrente.

    En seguida el verso indica,
I en esta verdad me apoyo,
Que el riego por el cogollo
Diré que a éste se le aplica.
Toda nación se hace rica
Bien por el que yo repito.
Al mencionar no me ajito
Hablando sobre esta base
Aunque de cien años pase
Se conserva verdecito.

    Al fin, pido sin tardanza
A los sabios, si conviene,
Me digan lo que contiene
Esta ruda adivinanza.
Esto ha de ser sin mudanza
Porque es cosa mui sencilla;
A la cuadra o a la milla
De este mismo sexo ven;
En donde quiera que estén
Encuentran esta semilla.

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La niña encontrada
POR UN JÓVEN A LA ORILLA DE
UN ESTERO

    Estaba lavando mote
Esta niña en un zanjon,
Al momento que la vi
Se me alegró el corazon.

    Por hazaña contaré
El suceso de esta bella,
Que al verla me fuí donde ella
I a su presencia llegué.
Al pronto me le cuadré
Ofreciéndole un gran dote,
Ella se interesó al lote
Con su voluntad mui franca,
I al bordo de una barranca
Estaba lavando mote.

    Allí la empecé a embromar
Por si hallaba cabimento
Palabra de casamiento
Le tuve al acto que dar.
También le hube de jurar
Por la cruz de la pasion,
Me tomó mas aficion
Cuando los dedos crucé;
A la siesta me encontré
Esta niña en un zanjon.

    Cuando ya hicimos el trato
Siempre me quedé indeciso;
Porque me dijo, no aviso
Hasta volver del curato.
Le cargosié mucho rato
I tambien le dije así:
Por qué te niegas de mí
Cuando yo no soi pequen,
I me pareció mui bien
Al momento que la ví.

    Esta huasita era hermosa
Bella, bonita i aspierta;
Quedé con la boca abierta
Cuando yo miré esta rosa.
La traté de mariposa
En aquella situacion;
De mí tenga compasion
Le dije en aquel terreno;
I cuando me dijo bueno
Se me alegró el corazon.

    Al fin cuando se enroló
De mi lado no se aleja,
I en eso llegó la vieja
I a los dos nos apaleó,
Dijo, de dónde llegó
Este futre aquí a mi rancho,
Con una orqueta de un gancho
Me correteó por un llano,
I salí por un pantano
Mas embarrado que un chancho.

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El hombre ultimado
POR SU MANO EN EL ROMERAL

    En el Romeral se vió
El hombre desventurado,
En un espino ahorcado
A los tres dias se halló.

    Este fué un agricultor
Contrariado de su suerte,
El mismo se dió la muerte
Con el criminal error.
Todo lleno de furor
Él la vida se quitó,
Tres hijos abandonó
Cuatro con su fiel esposa,
¡Qué muerte tan alevosa
En el Romeral se vió!

    Porque su sandial perdió
De una peste jeneral
El aburrido fatal
Por su mano se ultimó.
Cuando el dia se llegó
De aquel fin tan desgraciado
A un potrero emboscado
Se fué clamando a María
I ahí sucumbió su vida
El hombre desventurado.

    Ya cuando al sitio llegó
A darse la muerte cruel,
Su verdugo fué un cordel
Que del árbol se colgó.
La mujer no se creyó
Lo que él le habia indicado:
Yo voi a ser sepultado
Le dijo, con toda fé,
I al dia siguiente fué
En un espino ahorcado.

    Culpable fué su patron
Donde él habia sembrado
Por haberle ejecutado
Arriendo con ambición.
La carta dió esplicación
Que por su mano escribió,
Ahí mismo la dejó
Donde él espiró angustiado,
Su cuerpo desfigurado
A los tres dias se halló.

    Al fin fué el fallecimiento
De este sér romeralino,
El pobre cumplió el destino
Con un dislocado intento.
Todos con gran sentimiento
Como aquí lo van a ver,
Quedó la pobre mujer
Al favor del lugar fijo,
Sin fortuna i con un hijo
Sin poderse sostener.

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