Tiempo há que andan paseando
unos cuantos disparates,
que un pendenciero vomita
desde la casa de Orates,
Joven, graciosa i bonita
yo conozco una poeta,
que anda como un cometa
vendiendo su musa escrita,
la pobre mujer se ajita
mientras su hijo va gritando
i a todo el mundo atajando
porque le compren un verso;
así detras del almuerzo
tiempo há que andan paseando.
Si el público se detiene
a leer por curiosidad,
al ver la barbaridad,
con que en el papel se viene,
al punto los recomviene
i les dá para tomates,
riendose de los vates
que andan a la luz del dia,
porque es la tal poesia
unos cuantos disparates.
Cuando vuelve a la oracion
vendiendo solo una chaucha,
hambrienta como una laucha,
mira en toda direccion
para dar un mordiscon
I al no hallar en quien, se irrita:
por eso en sus versos grita
desañiando a todo el mundo,
es el reto mas inmundo
que un pendenciero vomita.
Pero es inútil su yerro
pues de acuerdo estan los poetas,
conociendole sus tretas,
dejarla morder el fierro:
no hacer caso del cencerro
con que los llama a combates
sin que falten los quilates
para dar un tapa-boca
a la musa, hambrienta i loca
desde la Casa de Orates.
Yo no soi el Tamayino
soi otro poeta distinto,
pero por mi propio instinto
contra la bajeza opino:
por último con gran tino
voi a hablar esta centencia:
¡aquel1 que por su impotencia
lo arrastran en carretilla,
es una gran maravilla
que ande buscando pendencia.
1 Referencia a Daniel Meneses que era cojo.