El monitor altanero
Prat intrépido abordó,
I al golpe del plomo fiero
Muerto en la nave cayó.
Radiante el alba i hermos:
despertándose venía,
el mar dos naves mecía
a cual de ellas mas airosa.
La Esmeralda victoriosa
fué la que observó primero,
a los rayos del lucero,
dos naves allí llegar:
era el coloso del mar,
el monitor altanero.
¡El Huáscar! este fué el grito
que nuestros bravos lanzaron,
i a defender se aprestaron
nuestro tricolor bendito.
Cual rápido aerolito
e[l] Huascar allí llegó,
i el combate se trabó
con la nave formidable
que con valor indomable
Prat intrépido abordó.
—Nunca el bravo se rindió!
esclamó el noble valiente,
i la consigna fielmente
hasta sucumbir cumplió.
¡Al abordaje! gritó
saltando, osado, el primero;
mas, cuando el audáz guerrero
tenia el triunfo consigo,
cayó en el buque enemigo
al golpe del plomo fiero.
Radiante el cielo i ufano
escaló Prat de la gloria,
dando lustre a nuestra historia
con su arrojo sobrehumano.
De patriotismo mas sano
jamás ejemplo se vió,
pues aunque Grau le ofreció
salvarle, ¡oh noble lumbrera!
peleando por su bandera
muerto en la nave cayó.
La Covadonga al azar
la Independencia batía,
i hácia la costa se hacía
a fin de hacerla encallar.
No se hizo mucho esperar
la realidad de su intento,
que el monitor un momento
despues que lucha empeñó,
obligado a alzar se vió
bandera de parlamento.
Mayo 21.—1890. J. DE A.