Matemáticos profundos,
Astrónomos clocuentes,
Fotógrafos eminentes
Jeográficos sin segundo.

  La tierra está iluminada
Por los dos rayos del sol,
Entre nube i arrebol.
Por el eje gobernada.
De flores se ve alfombrada
En el otoño fecundo;
Los cuatro ángulos del mundo,
El hombre no ha conocido,
Trabaja i nunca ha sido
Matemático profundo.

  Tambien está dividida
En cinco partes cabales,
Escrita en los anales
Con tanta sabiduría.
Esplica la jeografía,
Mares, arroyos, vertiente,
Lagos i grandes corrientes;
Cada cual en su carrera
Prueban de hoi en la esfera
Astrónomos elocuentes.

  En sus grandes memoriales
Los filósofos, escriben
Que a nuestro globo dividen
Cuatro puntos cardinales,
Todas estas iniciales
Se han visto en los continentes
Los fuertes vientos rujientes
Elevados por la altura
Comprueban la verdad pura
Fotógrafos eminentes.

  El mapa es el principal
En las pájinas brillantes
Que guía a los navegantes
Hasta la Aurora Roreal,
A la línea equinoxial,
Hacen el viaje iracundo
Marchan, dicen me confundo.
Por cuya clevada sierra
Para conocer la tierra,
Jeográficos sin segundo.

  Al fin para completar,
Hai en partes orientales
Grandes árboles frutales
Se ven en todo lugar,
Tambien se hayan en el mar,
Peses sin comparacion,
Astros en la elevacion
Y estrellas en alto grado,
Que nadie las ha contado
Por tanta numeracion.

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  El corazón me has robado
I me dejaste sin él,
¡Ahora si que estoi bien!
Triste i descorazonado.

  No hai joya con qué igualar
Tu belleza i hermosura,
Ni la luz con ser tan pura
Te ha podido comparar.
Tu vista hace apagar
Los rayos al sol dorado,
Me dejas tan encantado
Bella hechiza idolatrada;
Con una sola mirada,
El corazón me has robado.

  La Luna con su blancura
No te iguala ni en creciente,
Ni la estrella del oriente
Que a tu presencia fulgura.
No retrata tu figura
El artista en su pincel;
I sois como el oropel
Lucero del firmamento,
Me has robado el pensamiento
I me dejaste sin él

  Las cuatro lineas del Sol
Se detienen en su esfera
En medio de la carrera,
Al contemplar tu arrebol.
Sois como el blanco farol,
Han dicho los que te ven,
El mas fragantoso Eden
Te perfumó, i yo delire,
Me privan que yo te mire,
¡Ahora si que estoi bien!

  Encantas con tu presencia
A reyes i emperadores,
I los mas sabios señores
Te han de rendir obediencia.
En la mas alta eminencia,
Reluces entre el nublado,
Cual relámpago animado
Al intentar separarme:
¿Tienes alma de dejarme
Triste i descorazonado?

  Al fin, ni la blanca espuma
Que brota sobre los mares,
No me alivia en mis pesares,
Por un pesar que me abruma.
Quiero al revisar la suma
Que seas mi guia o norte
Mi bien, cuando me trasporte
Aunque de modos estraños,
Con el tiempo i con los años
Tendrás que ser mi consorte.

ROSA ARANEDA
CALLE DE SAMA, NÚM. 73-A

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  En la tumba de un amigo
Lloraré mi desventura,
Encomendándolo a Dios
Al pie de su sepultura.

  Las ninfas de los jardines
Le depositarán flores,
Por hacerles los honores
Al compas de los clarines.
Malvas, azucenas, jazmines,
Le han de adornar, como digo,
Porque tiene de consigo
Con tan santa humana fe;
Lágrimas derramaré
En la tumba de un amigo.

  A dejarle sus coronas
De gran hermosura i briso,
Desde el mismo paraiso
Han de venir en personas,
De perfumadas congonas
Para eternar su dulzura,
Todas con mucha ternura
Vestidas de un blanco azahar,
Cuando las vea llegar
Lloraré mi desventura.

  Reinará la siempre-viva,
A los rayos de la Luna,
I el campeón de la tribuna
Mil homenajes reciba;
Cuando su vida se escriba,
No será el tiempo veloz;
Hoi con apasible voz
Con una abuegación suma
Iré triste con la pluma
Encomendándolo a Dios.

  Fué un escritor afamado
Don Manuel Antonio Matta,
Por patriota, nó por plata,
Nunca se vió fatigado.
Fué publicista ilustrado,
I sabio en literatura,
De conciencia siempre pura
Las lágrimas a torrentes
Derramarán sus parientes
Al pie de su sepultura.

  Al fin la patria de duelo
Se halla, desde sur a norte,
Porque ha perdido un resorte
Jime sin tener consuelo;
Atacama con anhelo
Es la que mas ha sentido,
Solo de ver que ha perdido,
A un hijo que allí nació,
Todo Copiapó quedó
En un pesar sumerjido.

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  Hoi dia ya no hai vergúenza,
La vergüenza se perdió,
Se cree que Balmaceda
De Chile se la llevó.

  Ya no se puede vivir
En mi pais, según creo,
Porque con tanto salteo
Todos hemos de morir.
No hai paz ni para dormir,
Según esplica la prensa,
El bandalaje comienza
A morar en desarreglo.
Entre los hijos del pueblo
Hoi dia ya no hai vergúenza,

  Ten piedad pues compatriota,
Mira que somos hermanos,
I no sean tan tiranos
Que esa mui fea nota.
Toda lágrima que brota
Le clama a Dios soberano.
La sangre que se esparció
Entre los hijos de Marte.
Desde la guerra a esta parte,
La vergüenza se perdió.

  Todos de caballería
Andan, i mui bien armados,
Los caudillos endiablados
Cometiendo la herejía;
Desde aquí a la Araucanía
Lo único que nos queda
Si la turba nos enreda,
De entre esa jente vaga
El que gobierna esa plaga
Se cree de que Balmaceda.

  Pretende el bandolerismo
En distintas capitales,
A los constitucionales
Sucumbir en el abismo,
Viviendo en el salvajismo
Por su jefe que perdió.
I a mas que no les pagó
Siguen esta vida ingrata,
Porque dicen que su plata
De Chile se la llevó.

  Porque al fin de la batalla,
El jeneral Baquedano,
Cuando lo tuvo en su mano
No castigó a ese canalla;
Por eso, hoi Chile se halla
En grande calamidad,
Los arruinan sin piedad,
Esto nos pasa por lesos,
Despues de tomarlos presos
Les han dado libertad.

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