La ejecucion del reo
Manuel Pozo
EL REO PUESTO EN EL BANCO

  Ya con la vida pagó
Manuel Pozo, el desgraciado,
I para ser fusilado
En el banco se sentó.

  Qué terrible confusion
Para el reo no sería
De ver que llegaba el dia
Que iba a ser su ejecucion!
Se llenó de emocion
Cuando al suplicio llegó;
El verdugo le vendó
La vista con su ataranto,
Al que aborrecian tanto
Ya con la vida pagó.

  Siendo que va a fenecer
Digo aquí según mi idea,
Ni por mas hombre que sea
Se tendrá que entristecer,
I este infeliz en mi ver
Fué de la celda sacado,
Por cumplir lo decretado
Como chileno valiente
Miró al banco inditerente
Manuel Pozo el desgraciado.

  Con su alma pura i serena
Recibió la comunion,
Sin que le diera afliccion
El peso de la cadena,
Viendo que la hora suena,
Dijo, ya estoi confesado
I me encuentro preparado
En completo i sano juicio
A marchar hácia el suplicio
Para ser ya fusilado.

  Negó el Consejo de Estado
El indulto de la pena
A Pozo, i se le condena
A que muera fusilado.
A donde era destinado
Del aposento marchó;
Cuando el patibulo vió
Fiando en nuestro Señor
Sin tener ningún temor
En el banco se sentó.

  Al fin cuando ya llegó
Al banquillo el criminal,
Su florete el oficial
Por señal lo levantó;
La descarga se sintió
En esa horrorosa escena,
Yo al esplicarme, con pena,
Digo al ponerme a pensar
Esto sirva de ejemplar
A la juventud chilena.

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VERSOS DE PADECIMIENTO

  Desde que salí de casa
Entré en mis padecimiento
Ya no me queda ni aliento
Para llorar mi desgracia.

  Destinada a padecer
Me ausenté de mis mayores,
Entregada a los rigores
Del mundo i su proceder.
Hoi que no tengo qué hacer
Contaré lo que me pasa,
I a fé de Santa Tomasa
Diré lo que he padecido
No hai cuenta lo que he sufrido
Desde que salí de casa.

  Sin tener necesidad
A mis mayores dejé,
I cuando ya me ausenté
Solo encontré la impiedad
En mi triste soledad
Enviaba a Dios mis lamento
I mi grande aburrimiento
Me hacia pedir venganza
Porque en mi primera infancia
Entré en mis padecimiento.

  Causa de mi mala cruz
Me han de mirar de mal modo
Ella es causante de todo
Que no me supo dar luz
Pero manchar mi virtud
No intenté ni en pensamiento
Si cumplo mi mal intento
Todos me han de reprender
I de tanto padecer
Ya no me queda ni aliento

  Salí para no volver
De mi casa con valor
I la pena i el dolor
El juicio me hizo perder
I de verme padecer
Luego que salí de casa
Con la mayor eficacia
Así digo en mi afliccion
Tengo sobrada razon
Para llorar mi desgracía.

  Al fin, por andar rodando
Varias veces sin consuelo
Le doi mis quejas al Cielo
Entre congojas llorando
Me acuerdo de vez en cuando
Que salí sin bendicion
I aunque tarde es la ocasion
Cuando yo digo malhaya
Mejor será que me vaya
A pedirles el perdon.

Rosa Araneda, Calle de los Andes, núm. 11-A

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VERSOS PARA CANTORES.

  De toditos los suceso
Voi a formar poesía
Lo que está pasando hoi dia
Lo voi a dejar impreso.

  Para lucirme de pueta
I hacer mi suerte grandiosa
Espero solo una cosa
Que mejore mi planeta
Nadie me ha dado contesta
Si ganaré yo con eso
Por eso es que me intereso
Sacar leccion de un moderno
Para escribir un cuaderno
De toditos los suceso.

  Desde chico fuí aplicado
E intencionado a cantar
I si me llego a elevar
Me suelo ver apurado
Respuesta no he encontrado
Ni quién me venza en porfía
Sin tener ninguna guía
Hai mui pocos que hacen baza
Sobre todo lo que pasa
Voi a formar poesía.

  Señores, desde mi infancia
A mí me ha gustado el canto
I aunque a veces me levanto
Nunca he cantado alabanza
I aunque mi saber no alcanza
A tanta sabiduría,
Tengo en la memoria mia
Un trabajo que emprender
Dar a todos a saber
Lo que está pasando hoi dia.

  Cuando yo principié a hablar
Se me acercó la fortuna
Porque al saltar de la cuna
Ya sabia yo cantar
Fuí sabio sin estudiar
I filósofo en exceso
I aunque me traten de necio
Les diré en lo que me fundo
Que lo que pasa en el mundo
Lo voi a dejar impreso.

  Al fin, cuando era moderno
Me gustó cantar con buenos
No con talentos ajenos
Que el mio no mas comprendo
Mi poderío es eterno
Nadie lo puede dudar
De mis verso han de tomar
Esperiencia los autores
I cantar con los cantores
Me gusta más que rezar.

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VERSOS A LO DIVINO
Para el Dieziocho

  Viva el Dieziocho inmortal
I la Virjen del Carmelo
Con ella tiene consuelo
El Pabellon Nacional.

  Viva la sagrada historia
I el ánjel San Rafael,
El arcánjel San Miguel.
Viva la Santa Victoría
I mi padre San Pascual,
Viva ia corona real
De aquel Autor sin segundo;
Miéntras el mundo sea mundo
Viva el Dieziocho inmortal.

  Viva Dios en su mansion,
Padre del jénero humano,
Que con Poder Soberano
Libra a nuestro Pabellon.
Mediante a su corazon
Nos acercamos al cielo,
La avecilla emprende el vuelo
Hácia al lado del Jordan;
Viva el apóstol San Juan
I la Vírjen del Carmelo.

  Viva la Vírjen María
Que es norte del navegante
I le ofrece a cada instante
El consuelo i la alegría.
Aurora que dia a dia
Sale sin tener recelo
Alumbra dentro del velo
Con su resplandor, temprano:
Por eso todo cristiano
Con ella tiene consuelo.

  Viva la Iglesia romana
I aquel papa Celestino
Que nos enseñó el camino
De la relijion cristiana,
Oh! Catedral soberana
Con el gran libro misal
Alivio de todo mal;
Desde la jeneracion
Flamea en nuestra nacion
El Pabellon Nacional.

  Por fin, que viva, señores,
La Nacion i el Presidente
I nuestra Patria luciente
Con todos sus moradores;
Vivan nuestros defensores
Los que a Chile libertaron
Fama i renombre tomaron
Esos valientes campeones
Que con nobles intenciones
En Chacabuco triunfaron.

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Versos para el Dieziocho
VIVANDO AL PRESIDENTE.

  ¡Viva el Dieziocho inmortal
Que hace desechar mi pena,
Viva la Armada chilena
I el Pabellon Nacional!!

  Viva nuestro Presidente
I todos sus Edecanes
Que son bravos capitanes
En el peligro inminente.
Viva la estrella esplendente
Del tricolor nacional,
Viva el cóndor sin igual
I el huemul de tres colores
I todos digan, señores,
Viva el Dieziocho inmortal.

  Vivan nuestros batallones
I Dios los colme de gracia
I viva la democracia
Que dá al ejército leones.
Esos leales campeones
Que con la audacia más plena
Destrozaron la cadena
De la esclavitud notoria;
Viva este dia de gloria
Que hace desechar mi pena

  Viva el Ministro de estado,
I el hábil lejislador,
Viva la guardia de honor
I el estandarte sagrado,
Vivan los que están aliado
Con nuestra patria serena
En el orbe la más buena
Por su lujo i bizarría
Con toda su artillería,
Viva la Armada chilena.

  Viva el valiente operario,
Aunque de él no se hace caso,
Que con su robusto brazo
Hace abundar al Erario,
I hasta al mismo millonario
Le hace aumentar su caudal,
Viva nuestro jeneral
Baquedano, que en la guerra
Le dió gloria a nuestra tierrá
I al Pabellón Nacional.

  Por fin, viva la Nacion
I la Virjen del Rosario,
Que obligó a nuestro contrario
Se rindiera a discrecion,
Viva Dios en su mansion,
En el alto Cielo empírio,
Que nos libra del martirio
Cuano está la suerte ingrata,
Vivan su cielo de plata
Saturno con doce anillo.

212 Imp. Estrella de Chile, Sto. Domingo, 47

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La resurreccion
DE BALMACEDA SEGUN LAS
OPINIONES DE LA JENTE

  Mas me creo que no ha muerto
Balmaceda el presidente,
Yo soi capaz de apostar
Que está vivo en el oriente.

  Unos dicen de que está
En la nacion Arjentina,
Preparando la bolina,
Mas no sé si esto es verdad;
Me creo que es falsedad
Que lo hayan visto en el puerto,
Lo prueban de que es cierto
Que se embarcó de marino
Como es hombre tan ladino
Mas me creo que no ha muerto.

  Otros dicen que se fué
Para el norte en un vapor,
I se halla en el Ecuador
Eso yo tambien lo sé;
Pero no aseguraré
Por no engañar a la jente,
El cuento es algo ocurrente,
Por eso pregunto ya
Que me digan dónde está
Balmaceda el presidente.

  Otros dicen que pasó
Por los Andes a Mendoza,
Aquí no pruebo tal cosa
Porque no lo he visto yo.
Lo cierto es que se mató
Ya no podiendo escapar,
Se hubo de suicidar;
Digo, aunque es mui notorio,
Que se marcho al purgatorio
Yo soi capaz de apostar.

  Otros dicen que lo vieron
Embarcarse en Talcahuano,
Con un traje a lo cuyano
Pero no lo conocieron;
Porque allí no lo aprehendieron
Es todo lo que se siente,
Antes de que se presente
Debemos de ir creyendo
Porque se ha estado diciendo
Que está vivo en el oriente.

  Al fin si esto fuera así,
Lo que yo en mi verso escribo
Si se presentara vivo
Me darian crédito a mí.
Muerto, lector, no lo ví,
Te digo la verdad pura
Todo el mundo lo asegura
Que talvez seria brujo
Porque no aparce el sujo
En ninguna sepultura.

ROSA ARANEDA
CALLE DE SAMA, NÚM. 73-A

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Verso de literatura

  Cuando el sol se está entrando
Busca el ave su reposo,
Al prado mas luminoso
Pasan de bandas volando.

  Toda flor se fertiliza
En la pradera lozana,
I su suave olor emana
Si con otra se matiza;
Al oriente se divisa
La blanca autora alumbrando,
El bruto sigue pastando
Desde el fértil comedero
I llega a su dormidero
Cuando el sol se está entrando.

  Luego que el campo florece
Muestra ei ave su atencion,
Como en lindo pabellon,
Entre el ramaje se mece:
Por las tardes se entristece
I se oculta en lo boscoso,
En el árbol mas frondoso
Con un cántico risueño
Para entregarse al sueño
Busca el ave su reposo.

  La avecilla parlera
I los pájaros cantores
Se deteitan en las flores
De una i de otra manera.
Sonrie tan lisonjera
Con su trino amoroso
Alabando al Poderoso;
Por ver si encuentran consuelo
Encumbran todas el vuelo
Al prado mas luminoso.

  Se lamenta el pajarillo
Si la soledad le abruma
Antes que le salga pluma
Triste en el bosquecillo.
Desea tomar el brillo
Que las otras estan gozando
I se sigue lamentando
De verse allí sumerjido
Porque todas por su nido
Pasan de bandas volando.

  Al fin cuando es volador,
Sale con vuelo violento;
Risueño alegre i contento
Lo verán de flor en flor;
Si lo sofoca el calor
Busca la sombra i se para,
Porque bien le refrescara
El eco de su garganta,
De primera cuando canta
Entona una voz tan clara.

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Conmemoracion
DE LA CARNICERIA DE «LO CAÑAS»

  Estan los dictatoriales,
Los que hicieron la matanza
En Lo Cañas por venganza,
Sufriendo tremendos males.

  Culpan un tal San Martín
Que fué autor de tanta muerte
Creyendo hacer su suerte
Imitó como Cain;
Entró el caudillo ruin
Con la turba de chacales
Acérrimos criminales;
Digo en mi arrojo inaudito
Pagando su cruel delito
Estan los dictatoriales.

  Miles cosas invetaron
En favor de su patron,
Por interes de un galon
Que fué lo que se ganaron.
Pero cuando fracasaron
Perdieron toda esperanza;
Hoi puestos en la balanza
A nombre de la nacion
No les tengan compasion
Los que hicieron la matanza.

  Un señor Walker Martinez
Mandaba a esos valientes,
Jovenes todos decentes
Obtuvieron malos fines;
Siendo él de los paladines
Huyó a escapar sin tardanza,
Porque viendo que ya avanza
La hora terrible suena
Hicieron lo de la hiena
En Lo Cañas por venganza.

  Despues de que los mataron
Para saciar su furor
Sin órden del dictador
En el fuego los quemaron;
Los pocos que se libraron
Piden a los tribunales
Que esos hombres brutales
El cruel castigo reciban,
I los tengan miéntras vivan
Sufriendo tremendos males.

  Al fin los opositores
Nos estan matando a pausa,
Porque sin hallarnos causa
Nos urjen estos señores.
Tratan estos invasores
Al pueblo con gran rigor,
Cual de ellos es mas opresor
Digo escribiendo i pensando
Hoi como se están portando
Balmaceda era mejor.

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Combate por el amor
ENTRE UN REI MORO
I UN PRINCIPE CRISTIANO

Galiana, la mas bermosa,
Era hija de un rei moro
Mas reluciente que el oro,
Joven, esbelta i graciosa.

  Se creía el rei pagano
Victimar a su adversario,
I sucedió lo contrario
Porque lo mató el cristiano;
Principe real soberano
De Francia ciudad grandiosa,
A tomarla por esposa
Como bella anjelical,
Era en su palacio real
Galiana la mas hermosa.

  Galafre mui poderoso
Según la histora lo indica,
Que de la noble morisca
Era su padre amoroso;
Vivia tan orgulloso
Con aquel lindo tesoro,
La cuidaba con decoro
Que a todos causaba asombro,
La princesa que yo nombro
Era hija de un rei moro.

  El valiente Bradamante
Sin tener ningún recelo,
Desafía al cristiano a duelo
Creyendo salir triunfante;
Decia el feroz jigante
Hoi muero por la que adoro,
La jóven dijo, imploro
Protección i buen empeño,
Para que la halle su dueño
Mas reluciente que el oro

  Lo mismo que un Fierabras
Combatió el moro altanero,
Al mui noble caballero
Que encontró en aquella faz;
Sin cambiar un paso atras
Con pompa i con mucha prosa,
Con una furia espantos
Se presentó a la riña,
A morir por una niña
Joven, esbelta i graciosa.

  Al fin perdió la esperanza
I quiso darle la mano,
Pero su intento fué vano
Porque no cantó bonanza;
Perdió la espada i la lanza
Por usar de tal vileza,
Al punto i con lijereza
Su combatiente formal,
Le dió el golpe mortal
I le cortó la cabeza

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Versos a lo adivino
EL NACIMIENTO DEL NIÑO DIOS

  El dia del nacimiento
Del Mesías verdadero,
Se alegra mucho la jente,
Por todito el mundo entero.

  Cuando el Rei de tierra i cielo,
Nació en el Santo Lugar
Le vinieron a cantar,
Las aves con dulce anhelo.
Llegaron con tanto celo
En aquel feliz momento,
Los astros del firmamento;
De la hermosura del Niño,
Mostraron mucho mas brillo
El dia del nacimiento.

  Mucha jente con amor,
Visitaron a María
Con gran placer i alegría
I conocer su Señor,
Aquel monarca invasor
Heródes, el altanero,
Propuso ser el primero,
Por seguir su cruel destino
Quiso ser el asesino,
Del Mesías verdadero.

  Los reyes cuando supieron
Que estaba con San José,
Impulsados por la fé
Desde el Oriente vinieron.
En el pesebre lo vieron,
Que gorjeaba el inocente,
Como estrella refuljente,
Aquí venia a vivir
Cuando ya se oyó decir,
Se alegró mucho la jente.

  Fué mucha la concurrencia
Que se presentó al Portal,
A ver con gusto cabal
Al Sumo Bien de la ciencia,
La Vírjen con su paciencia
Lo cuidaba con esmero
A aquel humilde cordero
Con júbilo i arrogancia
Le cantaron alabanza,
Por todito el mundo entero.

  Al fin, cuando ya nació,
El Salvador de este mundo
Desde aquel mismo segundo
El campo se floreció.
Esto i mucho mas se vió
Según dicen los anales,
En los pueblos orientales
Recorría sus rebaños:
Hasta los treinta i tres años
Estuvo con los mortales.

ROSA ARANEDA
CALLE DE LOS ANDES, NÚM. 11-A

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