Ya con la vida pagó
Manuel Pozo, el desgraciado,
I para ser fusilado
En el banco se sentó.
Qué terrible confusion
Para el reo no sería
De ver que llegaba el dia
Que iba a ser su ejecucion!
Se llenó de emocion
Cuando al suplicio llegó;
El verdugo le vendó
La vista con su ataranto,
Al que aborrecian tanto
Ya con la vida pagó.
Siendo que va a fenecer
Digo aquí según mi idea,
Ni por mas hombre que sea
Se tendrá que entristecer,
I este infeliz en mi ver
Fué de la celda sacado,
Por cumplir lo decretado
Como chileno valiente
Miró al banco inditerente
Manuel Pozo el desgraciado.
Con su alma pura i serena
Recibió la comunion,
Sin que le diera afliccion
El peso de la cadena,
Viendo que la hora suena,
Dijo, ya estoi confesado
I me encuentro preparado
En completo i sano juicio
A marchar hácia el suplicio
Para ser ya fusilado.
Negó el Consejo de Estado
El indulto de la pena
A Pozo, i se le condena
A que muera fusilado.
A donde era destinado
Del aposento marchó;
Cuando el patibulo vió
Fiando en nuestro Señor
Sin tener ningún temor
En el banco se sentó.
Al fin cuando ya llegó
Al banquillo el criminal,
Su florete el oficial
Por señal lo levantó;
La descarga se sintió
En esa horrorosa escena,
Yo al esplicarme, con pena,
Digo al ponerme a pensar
Esto sirva de ejemplar
A la juventud chilena.