Consejos para el hombre
EN CONTRA DE LA MUJER

  En el medio de la jente
Se castiga la mujer,
Para que tenga vergüenza
Hasta que aprenda a querer.

  El hombre ántes de casareo
Tiene que mirar mui bien
La mala mujer tambien
Lo puede hacer condenarse.
Si despues llega a quejarse
Lo tratarán de insolente
Castiguela diariamente
Si acaso le sale arisca
I dele una doble frisca
En el medio de la jento.

  Si se llegare a casar
Sin conocer a su bella,
Tendrá que sufrir con ella
I despues le ha de pesar:
I si él se quiere apartar,
Como suele acontecer.
Todos lo han de reprender
I el pobre dirá pensando
Que aunque haya jente mirando
Se castiga la mujer.

  Si llega a tomar estado
Sin haberla conocido
Tendrá que verse aburrido
I bastante apesarado
Por lo que le haya pasado
Sufra mucho i con paciencia;
Si le hacen alguna ofensa
A su adorado tormento
Retela a cada momento
Para que tenga vergüenza.

  Si te sale mui parada
Porfiada i de mal talento
Zúrrale como de intento
Un charquican de patada:
No hai que dispenarle nada
Porque es darsea aborrecer,
A golpes la has de tener,
Si acaso te cobra celo.
Dale un buen tiron del pelo
Hasta que aprenda a querer.

  Al fin si acaso te engaña
O cuento a la casa traiga
Pégale por donde caiga
Hasta quitarle la maña;
I si se te pone uraña
Regálale un prescozon
Muéstrate como Neron,
Pueda ser que se arrepienta,
De este modo a la insolente
Se hace darse a la razon.

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Drama sangriento
EN EL HOSPITAL
MUERTOS I HERIDOS

  Allá en San Juan de Dios,
Dentro del mismo hospital
Sucedió el drama sangriento,
Que no se ha visto otro igual.

  En la misma casa santa
Fué el hecho horroroso,
Por un enfermo furioso
Que al vulgo asombra i espanta;
El con su lujuria tanta,
Con una ira feroz,
Sin pérdida mató a dos;
Digo aquí con sentimiento,
Que sucedió lo que cuento,
Allá en San Juan de Dios.

  Con gran furia el diablo loco,
Con mano cruel i atrevida
A dos le quitó la vida,
I le parecia poco:
Tranquilo, i no me equivoco
Tomó el pequeño puñal;
Con el que se hizo fatal.
Por su gusto i sin querer
Hizo la sangre correr.
Dentro del mismo hospital.

  La sala de la Purísima,
Con sangre quedó manchada,
I esta accion tan malvada
La vió la Vírjen Santísima,
Soberana nobilisima,
Porque en aquel momento
Permitiste con contento
El sacrilejio inhumano,
Por un hombre que era insano
Sucedió el drama sangriento.

  Los enfermos con temor.
Aunque postrados estaban,
Al Hacedor le clamaban,
Los librara del rigor.
I el humano matador,
Con una furia infernal
Cual sanguinario chacal.
Como les iré diciendo,
Cometió el crimen horrendo,
Que no se ha visto otro igual.

  Al fin, la guardia llegó
A tomarlo prisionero,
I el loco saltó lijero
Sobre ellos i les pegó.
Bastante se resistió,
Porque estaba enfurecido,
I cuando se vió vencido
Con una intencion perversa,
Porque le faltó la fuerza
Le dijo él, estoi rendido.

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Perdon jeneral
CON LA LEI DE AMNISTÍA
A TODOS LOS REOS POLÍTICOS

  Todos los reos políticos
Ya se hallan en libertad,
La santa lei de amnistía
Con ellos tuvo piedad.

  Cuando la lei fué al Senado
Uno de los paladines,
La atacó hasta los confines
I nada ganó el malvado:
El decreto fué aprobado
En los momentos mas críticos,
Muchos hombres analíticos
Pidieron con voz de rei,
Que no entren a la lei
Todos los reos políticos.

  Dijo don Cárlos Saqueo
Con mucha argucia i patrañas,
Que a los reos de lo Cañas
Perdonarlos era feo.
Ahora si que le creo
Al pechoño en realidad.
Que con gran barbaridad
Porfian i mas porfian;
Pero los que harto sufrian
Ya se hallan en libertad.

  Jesús, el crucificado
Dijo con tan santa idea,
Cuando predicó en Judea,
Unos con otros amados
I hoi sus ministros malvados,
Dentro de la sacristía.
Estampa de la herejía
Vienen siendo por su gala,
I hasta prueban de que es mala
La santa lei de amnistía.

  La jente allá en el Congreso.
Dijo con voces malditas:
Esta lei a los curitas
Les va a llegar hasta el hueso:
Se pasa de mas de leso
Quien no crea esta verdad:
La divina Majestad
Al ver la tribulacion,
Desde su misma mansion
Con ellos tuvo piedad.

  Al fin si la relijion
De Jesus pierde la fé,
Mas tarde, según se ve,
Va encontrar la perdicion.
Viendo que en nuestra nacion
Los hombres son tan católicos,
Puros santos i apostólicos
I ellos siempre los enredan.
Y así quieron que les crean
En sus sermones diabólicos.

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Evasion
DE REOS DE LA CARCEL-PENITEN-
CIARIA, CINCO MUERTOS I MU-
CHOS HERIDOS

  Veintiocho reos, lectores,
Con gran valor se evadieron;
Por un socabon que hicieron,
Huyeron esos señores.

  Como a las tres de la tarde
Fué el suceso mencionado,
El que aqui doi apuntado,
Echándole un dios te guarde;
La guardia nada cobarde
Con brevedades mayores,
Persiguió a los malhechores
Que hacia los campos volaban:
Eran los que libre estaban,
Veintiocho reos, lectores.

  Un muchachito llegó
A la puerta, i dió el aviso,
Mui fijero i de improviso
La guardia se preparó
En el mismo acto sonó
Un tiro, i todos sintieron:
A las armas se dijieron
Esos hombres aguerridos,
Porque asi los detenidos
Con gran valor se evadieron.

  Cinco meses há que estaban,
Digo, según mi pensar,
Trabajando sin cesar
Por ver si se libertaban;
Cuando ya todos volaban.
Por un milagro los vieron,
Los guardias, i los siguieron,
Con sus armas, prevenidos,
Estos se habian huido
Por un socabon que hicieron.

  Setenta metros de largo
El subterráneo tenia:
Cómo se trabajaria
Pregunto, aquí, i sin embargo,
Yo no me hecho ningun cargo
Al darles sus pormenores,
Si hai otros versos mejores
Que hablen con mas verdad,
Por tener la libertad
Huyeron esos señores.

Los nombres

  Al fin, doi: con Navarrete,
Romero, Váras, Espinosa,
Pinto i Gallardo, con prosa
Oyaneder, se entromete,
Carrasco i Carreño, apriete,
Duran, Hirino i Parada.
Cadiz, Nuñez i Arriagada,
Dos Lopez, Galvez i Cornejo,
Perez Jimenez, parejo,
Son los de esta encartada.

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Fin de la aventura
DE DOS JÓVENES I UNA DAMA

  Habiéndose ya juntado
Juana con José María.
Pasaron un feliz dia
Sin temor i sin cuidado.

  El con gusto le decia,
¿Por qué me estaba embromando?
Ella contestó llorando:
Dios así lo permitia.

  Yo decia, bartulando
De ver su inicua impiedad:
Ausente de mi deidad
¿Tendré que estar hasta cuando?

  No se pasaba un momento
Sin acordarme de tí:
Eran tristes para mí
Las horas i un gran tormento.

  Cuando en la cárcel estaba
Te lo confieso, mi cielo,
Que con el mayor anhelo
Con tus caricias soñaba.

  Noche i dia suspirando
Pasaba en el calabozo,
I con un sentir forzoso
Me iba menoscabando.

  Con amorosas caricias
Le dijo él con dulzura,
Es bueno ir donde el cura
Para unir nuestras delicias.

  Ella contestó al momento
Con un gran desasosiego,
Vamos a la iglesia luego
Que nos den el Sacramento.

  Para hacer nuestra ventura
Le pido con pecho sano,
Por medio de un escribano
Hagamos una escritura.

  Con gran júbilo i contento
El esposo con la esposa,
Sin pensar ninguna cosa
Se marcharon al convento.

  Despues que ya se casaron
Ambos los dos esposados,
Con muchos, acompañados,
La boda la celebraron.

  Al fin, con veneracion
El marido i la señora,
Se encuentran viviendo ahora
En una feliz union.

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NÚMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA

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Versos de la vida
I LAMENTOS DEL JUDIO
ERRANTE

  Desde la Era cristiana,
Samuel, el Judío Errante,
Anda, anda noche i dia.
Sin descansar un instante.

  El dia del Viérnes Santo
Despues que Cristo espiró,
De Jerusalen salió
Sin haber ningún quebranto;
Recorrió con ataranto
Primero, la parte indiana,
Mui triste i de mala gana
A la verdad, quién creyera,
Vaga él, sin que se muera,
Desde la Era cristiana.

  Si se detiene un momento
Una voz del Infinito,
Le dice, anda maldito,
Aunque te falte el aliento;
Suspira con gran lamento
El infeliz caminante,
Fatigado i anhelante
Por el desierto penoso,
Jamas encuentra reposo
Samuel, el Judío Errante.

  Cruza los inmensos mares
Sin que le hagan resistencia,
I sufre con su paciencia
Los tormentos i pesares;
Recorre varios lugares
Por ver si encuentra alegría;
Con pena i melancolía
Alza los ojos al cielo,
Sin poder hallar consuelo
Anda, anda, noche i dia.

  Por las sierras, sin tardanza
El hielo el frio i la escarcha,
No le impiden su marcha
A él, porque siempre avanza:
A los lagos se abalanza
Cuando los tiene delante;
En todo sale triunfante
I hasta de él huye la muerte,
Maldice su mala suerte
Sin descansar un instante.

  Al fin, ya ha recorrido
Las cinco partes del mundo,
Con un dolor tan profundo
Se halla mui arrepentido:
Del yerro que ha cometido
Pide perdon jeneral:
Como justo i natural
Es cosa que lo han de ver,
Cesará su padecer
El dia del juicio final.

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Verso a lo divino
DESPEDIDA DE ANJELITO

  Adios mi madre amorosa,
Ya se va su hijo querido
A la mansion del olvido,
En esta hora penosa.

  Adios luminoso altar
Donde me estan celebrando,
Hoi me voi a ir cantando
A otro hermoso lugar:
I espero que he de hallar
A la ciudad santa, hermosa,
Que allá la vírjen gloriosa
Me tiene un trono consigo,
I ántes de partir le digo:
Adios mi madre amorosa.

  Adios mesa donde estoi
Pensando en marchar al cielo,
Lleno de gracia i de anhelo,
Me encuentro en el dia de hoi;
Para la gloria me voi
Contrito i arrepentido,
De la inocencia vestido
Triste, con pena i lloroso,
De su presencia con gozo
Ya se va su hijo querido.

  Adios mundo engañador,
Que engañas a los mortales
I yo a los coros reales
Iré por ver al Señor;
Con sentimiento i dolor
De todos ya me despido,
Porque mi destino ha sido
Morir ántes que pecar;
Adios, i me han de llevar
A la mansion del olvido.

  Adios vida ilusoria
Del planeta en que viví;
Ya salgo i digo: ¡ai de mí!
En viaje para la gloria.
He de cantar la victoria,
I mi alma será dichosa
Sin que me falte una cosa,
Digo sin ningún desliz;
I espero de ser feliz
En esta hora penosa.

  Al fin, madre, no me sienta
Le suplico sin demora,
Porque si acaso me llora,
Mi pena mas se aumenta;
Pronto yo daré mi cuenta
Al Señor sacramentado,
I espero ser perdonado,
I nada he de padecer;
Sin poderme detener
Me separo de su lado

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Amenaza
DE LA ARJENTINA, QUE SE ENCUEN-
TRA ALIADA CON BOLIVIA PARA
HACERNOS LA GUERRA.

  No hai que acobardar chilenos,
Si la Arjentina quisiera
Pisarnos nuestra bandera,
Eso no seria bueno.

  Tiempo hace que estan los cuyanos
Por declararnos la guerra,
Porque creen que en nuestra tierra
Los rotitos son marranos;
Nuestros jefes soberanos
Reclutarán los mas buenos.
Nos quieren mirar en ménos,
Siendo que somos vecinos:
I al venir los arjentinos
No hai que acobardar chilenos.

  Riojanos i mendozino
Se hallan entusiasmados,
En armas civilizados
Para ponerse en camino;
Sus jefes, con mucho tino,
Al cruzar la cordillera,
Con una voz altanera
Anima al gancho valiente;
Pelcaria mas de frente
Si la Arjentina quisiera.

  Si quiere esa gran potencia
Entrar al Chile florido,
El chileno, aunque vencido,
Hará doble resistencia.
Saldrá con tal emerjencia
La indiada de la frontera,
Cada cual como una fiera,
Estas menciones les hago
Mas bien que no hagan amago
Pisarnos nuestra bandera.

  Los bolivianos pretenden
Conquistar a Antofagasta,
I Chile les dice, basta,
Mis soldados no se entienden.
Saldrán, como se comprende,
A defender el terreno
Con un empuje sereno,
Hasta vencer o morir;
Rendirnos sin combatir,
Eso no seria bueno.

  Al fin, cuando nuestro jefe,
Jeneral de divisiones,
Salga con sus batallones
A castigar al hereje,
Antes que al tiempo lo deje,
Con heroismo impotente
Marchará el rotito urjente.
Despreciando el santo ruego;
I cuando ya rompa el fuego,
Hará temblar al Oriente.

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Completos detalles
DE LOS TRES NIÑOS DE LA CALLE
DE MAIPÚ

  Los tres niñitos que fueron
Gran tiempo martirizados,
Por un hermano malvado
Los infelices sufrieron.

  Por un milagro divino
Se descubrió esta impiedad,
Que causó gran novedad
Hasta en un pais vecino.
Que sufran mas no convino,
I gracia que no murieron;
De la miseria salieron
Lectores, los pobrecitos,
I ya se encuentran gorditos
Los tres niñitos que fueron.

  Para hacerlos fenecer
Del abrigo les privaron,
Dios sabe cómo aguantaron
Con tan poco de comer.
Ya cesó su padecer
Por órden del señor Prado,
I hoi se hallan regocijados
En una grande opulencia,
I aguantaron con paciencia
Gran tiempo martirizados.

  De humanos no son figuras,
Digo en mi humilde entender,
I da lástima de ver
A las tristes criaturas.
Fueron tal sus desventuras
I el castigo soportado,
Que en un miserable estado
Ya no podian vivir
I éstos iban a morir
Por un hermano malvado.

  No fué verdad que heredaron
Los veinticinco mil pesos,
Que nos creimos los lesos
Porque los diarios contaron.
Solamente ellos tocaron,
La casa donde los vieron,
I los cronistas mintieron
Lectores, en los momentos,
Los mas atroces tormentos
Los infelices sufrieron.

  Al fin, tambien nos dijeron
Que uno de ellos era muerto,
Esta mentira no es cierto
Porque ya la desmintieron;
El denuncio lo tuvieron
Por un tal Rodolfo Plaza,
Mi pluma mas no se pasa
Detallar los desacatos;
Vayan a ver sus retratos.
Que estan como en la casa.

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El crímen
DE LA CALLE DE RIQUELME.
EL ASESINO ES CONDENADO A
MUERTE.

  Entre Moneda i Cañada,
Un perverso criminal
Con un agudo puñal
Le dió muerte a su cuñada.

  Llegó el hombre en mi entender
Furioso i mui enojado,
Donde estaba el concuñado
Buscando a su mujer.
I no pudiéndola ver
La dicha fiera malvada,
Como iba a mano armada
Mas feroz que un tigre hambiento,
Cometió el crimen sangriento
Entre Moneda i Cañada.

  Número sesenta i seis
Es la señal de la casa,
La que hoi en duelo se abrasa
Como que aquí lo vereis,
I si a mí no me creeis
Lee algun diario formal,
El te da cuenta cabal
Del hecho, porque está impreso,
I es el autor del suceso
Un perverso criminal.

  El señor Neftalí Caña
Como majistrado serio.
Con un enérjico imperio
Dió ya fin a la campaña.
Lo condenó con hazaña
A la pena capital;
Gana Urzúa, el fiscal
También le atracó bien fuerte,
Porque le ha dado la muerte
Con un agudo puñal.

  Para el hechor es decir
Hai un dicho mui sencillo,
Que aquel que mata a cuchillo
A bala debe de morir.
Sin poderse resistir
Morirá i esto no es nada,
El por una humorada
Con voz i con tono altivo
Sin que le diera motivo
Le dió muerte a su cuñada.

  Al fin, la Corte parece,
Sin que le tenga clemencia,
Ha de probar la sentencia
Ya que este crimen se ofrece.
Impune no permanece
El hecho, i ya está probado;
Confesó el reo nombrado
Que es autor, con pecho franco,
I tendrá que ir al banco
Para morir fusilado.

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