Declaracion de los reos
Y LA SENTENCIA DEL JUEZ

Salas y el reo Belmar
Se encontraban procesado
Por el Consejo de Estado
Como cualquier criminal.

Que pena i qué confusion
Sufrirá un encarcelado
Al verse mortificados
En una dura prision
Sin hallar apelacion
Se lamenta aquel mortal
Porque vá a hacerse fatal
Con una muerte afrentosa
I sufrirán igual cosa
Salas i el reo Bermal.

Aquel que roba lo ajeno
Debe pagar su ignorancia
Pues por buscar la bonanza
Pierde lo más por lo meno
Mayormente en el chileno
Cualquier hecho es castigado
I pasa a ser fusilado
Para escarmiento del pueblo
I por su mal desarreglo
Se encontraban procesado.

Por cumplir su mal intento
Han sufrido este perjuicio
Que los conduce al suplicio
I esto sirva de escarmiento
En un oscuro aposento
No sé si se habrán fijado
Donde fueron encerrado
Se lamentan de su muerte
Siendo condenado a muerte
Por el Consejo de Estado.

Uno de ellos declaró
Que a la vieja i la muchacha
De que el otro con un hacha
Ha sido el que las mató
Todo esto lo confesó
En el mismo tribunal
Por el Código penal
De aquel salteo que hicieron
I el castigo recibieron
Como cualquier criminal.

Por último el compañero
Contó lo mas necesario
Que era todo lo contrario
Lo que decía el primero
Declaró que un forastero
En la casa lo encontró
Dijo de que él les abrió
La puerta i se fue a la calle
I por dar este detalle
Solo el pobre se vendió.

Ver lira completa

Los reos en el banco

    Por Dios que dará tristeza
Ver en el banco a un cristiano
Pidiendo a todos perdon
Con un Señor en la mano.

    Cuando el juez i el secretario
Les leen la triste sentencia
Claman a la Providencia
Con un dolor temerario
Reciben los necesario
Sacramentos de la Iglesia
Inclinada la cabeza
Marchan ya perdido el juicio
I al verlos ir al suplicio
Por Dios que dará tristeza.

    Estando bien confesados
Con el corazon contrito
Les piden Al Infinito
Que les borre sus pecados
I salen bien ausiliados
Llevando a un Cristo en la mano
Pero al ver su fin cercano
I que la hora ya suena
A quién no le dará pena
Ver en el banco a un cristiano!

    Salen llevando los grillos
Cuando se les cumple el plazo
Les hace acortar el paso
La barra i sus dos anillos
Hombres, mujeres i niños
Hacen una esclamacion
Que les dé la salvacion
Por el que espiró en la cruz
Puesto que murió Jesus
Pidiendo a todos perdon.

    El martes por la mañana
En la capilla estuvieron
Los ausilios recibieron
De la relijion cristiana
Despues del toque de diana
Estaban con pecho sano
Oh! Madre del Soberano
Consuele a un hijo querido
Mira que está arrepentido
Con un Señor en la mano.

    Al fin, cuando ya salieron
La jente se contristó
El verdugo los vendó
Cuando en el banco estuvieron
A los tiradores vieron
Tirar con gran prontitud
El sargento con quietud
Fué el que los vino a ultimar
I esto sirva de ejemplar
A toda la juventud.

Ver lira completa

El aguante
I EL SUFRIMIENTO DEL PUEBLO

  Aguanta, pueblo, la vela
Que te está metiendo el rico;
No abras jamas el hocico
Ni por mucho que te duela.

  ¡Caramba que es bien sufrido
Este rotito chileno!
Lo malo lo encuentra bueno
Aunque lo tienen futido;
Defender lo que ha perdido
No se anima i se recela;
Yo prometo ¡por mi abuela!
Decirte sin ni un tropiezo:
Para que no seas leso,
Aguanta, pueblo, la vela.

  Para mañana otra cala
De a metro te han de meter,
I tú no has de comprender
Mas que te veas en la mala;
Ninguna cosa te iguala,
Según lo digo i lo indico:
El pobre, cuando es borrico,
Ignorante i chapetón,
Resiste el grueso velon
Que te está metiendo el rico.

  Sufre, sufre con paciencia,
Chileno, la doble mecha;
La una vuelta a la derecha
Si sientes mucha dolencia;
Veis de que no hai clemencia.
I te tratan como a mico:
Sea grande o sea chico,
Hai no mas que ir aguantando;
Aunque te estén ahorcando
No abras jamas el hocico.

  Si tus amos te vendieran
A otro gobierno, es decir,
Tú tendrias que seguir
Porque mas plata tuvieran;
O si maltrato te dieran,
La tranquilidad consuela;
Dichoso aquel que se anhela
A resistir las penurias,
I nunca muestres injurias,
Ni por mucho que te duela.

  Al fin, hombre medio loco,
Te aconsejo con razon,
Reclámale a tu patron
Que no te pague tan poco;
Hoi que a la fortuna invoco
El que observes no es raro;
Aquí pongo punto i paro
Para seguir al destajo
Diciendo: el cambio está bajo
I el comercio se halla caro.

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NÚMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA

Ver lira completa

Contrarresto
DEL MUNDO AL REVES

  Vide a un hombre correr
Mas veloz que el pensamiento,
Tan rápido i tan violento
Por el aire sin caer;
No lo pude conocer
Porque no quiso pararse;
Contra un cerro estrellarse
Lo ví, i se perdió en la hondura.
Estando la noche oscura
Vide al sol eclipsarse.

  Debajo de un encarpado
Marchaba este hombre formal,
Causando un terrible mal
Por el vasto despoblado.
Desde lo mas encumbrado
Lo vi que se vino al suelo,
Cortando el denso velo
Sobre un altísimo monte;
I mirando al horizonte
Vide la luna en el cielo.

  Destroza al mas esforzado
Sobre la faz de la tierra,
Haciendo a todos la guerra
Rabioso, desesperado;
Da temor verlo enojado,
Porque es mas peor que centella;
Dicha fuerza, que sin ella
En las rejiones se pierde:
I arriba de un árbol verde
Vide una preciosa estrella.

  Encima de una mujer
Se ve este hombre temerario,
Con empuje involuntario,
Sin pensar lo que va a hacer;
Se principia a suspender
Rápidamente, lijero.
En su tiempo pasajero
Se mece sobre la espuma;
Para revisar la suma
Ví la pluma en el tintero.

  I a un preso sentenciando
Ví que estaba en un juzgado,
Con un alto majistrado
Sobre leyes alegando.
La cruel sentencia firmando
Sin algun punto faltar,
Lo comenzó a condenar
Diciendo con altivez,
Un ladron corriendo al juez
Al fin vide en un lugar.

Ver lira completa

Versos del mundo al reves
CONTRARRESTADO

  Vide a un hombre correr
Debajo de un encarpado:
Destroza al mas esforzado
Encima de una mujer.

  Vide al sol eclipsarse
Sin sus rayos apagarse;
Vide, estando seco el mar,
Contra las peñas chocarse:
Vide a un muerto levantarse
Vivo en su mismo ser;
El agua la vide arder,
Pues para mi fué rareza:
Sin tener piés ni cabeza,
Vide a un hombre correr.

  Vide la luna en el cielo
Vestida sin tener galas;
Vide un ave sin alas
Encumbrar el raudo vuelo;
Ví la escarcha sin conjelo,
Sin hacienda un hacendado,
Sin letras al abogado
I sin espinas las rosas;
He visto todas estas cosas
Debajo de un encarpado.

  Vide una preciosa estrella
Sin tener globo jirando:
A un mudo vide hablando,
I un camino habriendo huella;
Vi criando a una doncella
I a un chiquillo embarazado;
Ví sin letras a un letrado,
I cobarde a un valiente:
Con una furia eminente
Destroza al mas esforzado.

  Ví la pluma en el tintero
Escribiendo sin papel;
Ví un artista sin pincel
Hacer de una coma un cero;
Vide un año sin enero
I un invierno sin llover:
También vino un ciego a ver
Con prontitud i mui listo.
Todo esto que yo he visto
Encima de una mujer.

  Al fin, vide en un lugar
Que me causo una gran risa,
Al altar diciendo misa
I a un padre vuelto altar:
Vide a un contento llorar,
Con pena estaba cantando;
A un tullido ví bailando
Sin sus piernas mui lijero;
Vide a un juez prisionero
I a un preso sentenciando.

Ver lira completa

El asesinato
EN LA CALLE DE MARTINEZ
DE ROZAS

  El viérnes, como a la una,
Un hombre a otro mató:
Por haberle dado muerte
Pregunto ¿cuánto ganó?

  Mui tranquilo el vendedor
Caminaba sin cuidado,
Cuando el pillo desalmado
Le dió muerte sin temor.
No hai duda que el malhechor
Tenia hambre i hambruna,
I creyendo hacer fortuna
Con el dinero de aquél.
Lo victimó el roto cruel
El viérnes, como a la una.

  Los dos en mui buena union
Creo que iban conversando,
I el pillo lo iba aguaitando
Para pegarle el malon;
De un de repente el maton
A la mala le pegó:
En el cuello le asestó
La tremenda puñalada,
I como por bufonada
Un hombre a otro mató.

  El pillo tiró a arrancar
Por temor de caer preso,
Pero luego dió un tropiezo,
Que no se alcanzó a volar;
A la cárcel vino a dar
Por pegarle tan bien fuerte.
Hoi reniega de su suerte
Porque un sentir lo devora;
Maldice la triste hora
Por haberle dado muerte.

  Le pegó el bruto salvaje
Sin temor i sin recelo,
I ya cuando cayó al suelo,
Echó a correr cual celaje.
Hasta que el papel se raje
Lo he de mortificar yo.
Hoi que el turno me tocó,
Corriendo de arriba abajo.
Por haberle dado el tajo
Pregunto ¿cuánto ganó?

  Por último, es un tal Cañas
El que el asesinato hizo,
I hai que pegarle macizo
Para que no crie mañas;
Pica como las arañas.
Porque así es su destino;
I yo hablando determino,
Según lo que han publicado,
Diré de que es el finado
Un tal José Ramon Pino.

Ver lira completa

Horroroso crímen
UN HOMBRE MUERTO AHORCADO
I QUEMADO

  Pedro Vicencio Pasten,
Por un traidor delincuente
En su misma habitacion
Fué muerto traidoramente.

  Don Pedro le administraba
Un fundo a un tal Avendaño,
Cuando a fines del año
La muerte lo visitaba,
I llegó donde él estaba,
Con ataranto tambien.
En lo que en el verso ven,
El cuerpo como quedó,
Del modo que feneció
Pedro Vicencio Pasten.

  Despues de que lo mataron,
Sin mirar en el error,
Para saciar el furor
De una viga lo colgaron,
I de llapa lo quemaron
Ellos tan bárbaramente.
Bienhaiga el hombre valiente,
I aun estando dormido,
Murió mártir, se ha sabido,
Por un traidor delincuente.

  De los piés a la cintura
A donde estaba colgado,
Se le notaba al finado
Una inmensa quemadura.
¿Qué no tendrian cordura
Los hombres de aquella accion?
I talvez sin compasion
Trataron de darle muerte,
Porque se ha encontrado inerte
En su misma habitacion.

  Don Vicencio era jovial
Con todos, dia por dia,
I el bien que él les hacia
Se lo pagaron con mal:
Un corazon de chacal
Se quiere i tener hirviente
La sangre constantemente.
Digo yo aquí, aunque ultraje,
Que por manos de un salvaje
Fué muerto traidoramente.

  Al fin el pueblo, indignado
Por el horrorismo aquel,
Pide, si pillan al cruel,
De que sea fusilado;
Por nada, pues, perdonado
Tendrá de que ser, señores;
Sus castigos serán peores
Al tomarlo en el momento,
I servirá de escarmiento
A los demas salteadores.

Ver lira completa

La visitacion de los tres
REYES MAGOS AL NIÑO JESUS
A LO DIVINO

  Los tres reyes del Oriente
A tributarle el honor,
Con devoción i fé tanta
Visitaron al Señor.

  Los magos, cuando supieron
Que habia nacido el Niño,
Con gran placer i cariño
A saludarlo vinieron;
Gran gusto cuando lo vieron
Sintieron de un de repente;
Con el corazon ardiente
En aquel glorioso dia,
Llegaron donde María
Los tres reyes del Oriente.

  Para cruzar los creyentes
La elevada montaña,
Pues la fé les acompaña
En esos casos urjentes,
Ambos los tres eminentes
Marcharon a un tenor,
Llenos del gozo mayor
I sin demostrar la astucia,
Partieron de Seleúcia
A tributarle el honor.

  No hicieron no mas que ver
La estrella que apareció,
Salieron, según se vió,
Con regocijo i placer;
Sin mirar el padecer
Se hizo el viaje que encanta;
I no hai voz en mi garganta
Ni alcanza el entendimiento,
Pero esplicaré el contento
Con devocion i fé tanta.

  Solo por ver la presencia
Del Mesías verdadero,
Ambos los tres mui lijero
Entraron con reverencia:
Cada cual en su conciencia
Llevará impreso el amor;
De ver el claro esplendor
Ya se contaban ufanos:
Los tres nobles soberanos
Visitaron al Señor.

  Al fin, la Vírjen María
Presentó el hermoso hijo,
Con un poder tan prolijo,
Rebosando de alegría;
Hácia en sus brazos lucia
Aquel grandioso tesoro.
Ya que a la suerte imploro,
Dijo Melchor asombrado.
Su nombre ha de ser grabado
Con caractéres de oro.

Ver lira completa

Lamentos de un amante
ENFERMO DE AMOR

  Si supiera mi negrita
Lo que sufre su negrito,
Viniera a darme una toma
Con su mano de anjelito.

  Si viera en mi corazon
Las congojas i dolores,
La dueña de mis amores
Me tendria compasion,
Pronto i por cuya razon
Me haria alguna visita
Viendo que se marchita
Ausente de su amistad
Me tendria caridad
Si supiera mi negrita.

  Un momento no descansa
En sus crueles sufrimientos;
Lanza al aire sus lamentos
Por ver si encuentra bonanza:
Precipitado se avanza
Con un tono amorosito:
Marchando de hito en hito
Palpita triste, aflijido,
De ver que ella nunca ha sabido
Lo que sufre su negrito.

  Con su delicia i contento
Viéndome a mí padecer
Si ella supiese querer
No se apartase un momento;
Tranquila i con paso lento
Sale a su puerta i se asoma
Como inocente paloma
Con lcaltad i franqueza
Para quitar mi tristeza
Viniera a darme una toma.

  Si fuese fiel amadora
I voluntad me tuviera
Estaria a mi cabecera
Sin separarse una hora;
Con titulos de doctora,
Aunque estuviera un ratito
Junto con ella solito
Mas que me trate de insulso
Pido que me tome el pulso
Con su mano de anjelito.

  Al fin viéndome postrado
En la cama, agonizante,
Correría en el instante
A curarme con agrado;
Pondría mucho cuidado
No equivocarse en las ciencias
I yo con mis tres potencias
Le diré con mi decoro
Dáme un beso que mejoro
De toditas mis dolencias.

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NUMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA

Ver lira completa

Versos de amor
LO QUE ME COBRÓ LA INES

  Por una mirada un peso,
Por una sonrisa tres,
Por un beso un condorito,
Me cobró la bella Ines.

  La Ines siendo tan hermosa
Se pasea entre las flores,
Para que los amadores
La miren como una rosa.
La belleza de la diosa,
Sirve a muchos de embeleso,
No falta un roto sin seso
De tantos que hai hoi en dia.
Que le diga: te daria
Por una mirada un peso.

  Si no me dice te adoro,
Oh Ines, me muero de pena,
Porque con una cadena,
Estoi triste i siempre lloro.
La gracia i delicia imploro,
Yo sin ningún interes:
I un suspiro a cada mes,
A donde nadie lo viera,
De regalo yo le diera
Por una sonrisa tres.

  Desde el dia en que la ví
Sentí en mi pecho un dolor;
Pero aquel impuro amor
En nada lo convertí.
Por ver si me daba el si,
Clamé a la justicia, a grito:
Con su cara de anjelito,
A su casa me invitó.
Ella, pero me pidió
Por un beso un condorito.

  Era tanta su belleza
Que no hai con qué comparar:
Cuando la llego a mirar
Casi pierdo la cabeza;
Se apodera una tristeza,
De mí, por primera vez.
I ella con mucha honradez,
Al verme, yo, en su regazo,
Diez posos por un abrato
Me cobró la bella Ines.

  Al fin si la Ines se casa
Con otro, pierde el derecho:
Mi corazon entre el pecho,
Batalla i se despedaza:
Viendo que el desden lo abraza,
Gusto no puede tener;
Se siente desfallecer
Ya no pudiendo latir.
Se cree que va a morir
Por una ingrata mujer.

Ver lira completa