Horrorosa matanza
OCHO DEGOLLADOS POR VENGANZA
DE AMOR

  Un salteo el mas horrible
Hubo en Caren en verdad,
Se horroriza el corazon
De ver la barbaridad.

  José del Cármen Canales
Fué el que hizo la matanza,
Por celos, nó por venganza
Con sus instintos brutales,
Imitando a los chacales
Aquel bandido temible,
Sin mirar ni un imposible,
I no habiendo quien lo roche
Propuso hacer en la noche
Un salteo el mas horrible.

  En la casa una querida
Tenia, i sin dar querella
Por separarse él de ella,
A todos quitó la vida.
La tal familia dormida
Estaba i sin novedad;
Por no haber seguridad
Callarme será forzoso,
I el crímen mas horroroso
Hubo en Caren en verdad.

  Tiembla la pluma en la mano
I hasta se turba el sentido,
Al narrar lo sucedido
Hecho que es tan villano;
El ateo ni el pagano
Le igualan a ese Neron,
Con justisima razon
No me quisiera acordar,
Solamente de pensar
Se horroriza el corazon.

  Nombres de los muertos

  José Paulino Pasten
Era el dueño de la casa
Con Parraguez Nicolasa
Mujer noble, como ven;
Sus hijos aquí tambien
Pedro, Juan en realidad,
Lorenzo que sin piedad
Amalia, Adela i Rosita
Son muertas i el alma irrita,
De ver la barbaridad.

  Al fin, todos degollados
Fueron en su propio hogar,
Ninguno pudo escapar
De las manos del malvado.
El amante desgraciado
Llegó con su tono altivo
Sin saber por qué motivo
Las victimó, yo lo indico
Desde el grande hasta el mas chico
No dejó a ninguno vivo.

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El marinero en el barco
NAVEGANDO EN ALTA MAR

  La lancha del pescador
Recala al venir el dia,
¡Ai de mí! que voi sin guia
En la barquilla de amor.

  Ved ese bravo marino
Que con tanto empeño rema,
Da gusto ver que no tema
Al furioso torbellino.
Las olas que de un contino
Quebran a su alrededor,
Con el mas grande valor
En medio de la marea,
Se mece i se bambolea
La lancha del pescador.

  Cuando principia a remar
I le sopla viento en popa,
Mas liviana que la estopa
Surca las aguas del mar.
Se sienta en proa a cantar
Risueño i con alegría,
Trova con tal melodía
Un cántico de alabanza,
Navegando con bonanza
Recala al venir el dia.

  Se levanta el mar furioso
Para en ondas envolverlo,
Luego comienza a mecerlo
El huracan alteroso,
I el marino venturoso
Vence con su valentía,
Bogando i lo desafia
Al combate sin deten,
Dice al perder el vaiven:
¡Ai de mi! que voi sin guia.

  El batalla heroicamente
En tan séria situacion,
Arriba en su embarcacion
En contra de la corriente.
Con su pericia eminente
Avanza sin ni un temor
Al puerto de tu favor;
El remador anheloso
Piensa llegar victorioso
En la barquilla de amor.

  Al fin, hace la jornada
El valiente marinero,
Llega al desembarcadero
I pregunta por su amada.
Al pintar el alborada
Olvida ya el sufrimiento;
Salta a tierra mui contento
Con acelerado paso,
I reposa en el regazo
De su adorado tormento.

ROSA ARANEDA
Calle Zañartu, Nº 8 (entre San Pablo i Sama)

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Cuecas varias

  Voi a navegar los mares
En una lancha de amor,
A ver si tengo valor
Para resistir pesares.

  Los pesares, bien mio,
     En un bajel
  Todos los aguantara
     Yendo con él

  Yendo con el ai sí
     En viaje a Europa
  Mi amor va navegando
     Con viento en popa.
  Así es, viva tu amor,
     En el vapor.

  Cada vez que te diviso
Que te quieres embarcar,
Corro pronto i tomo el remo
I yo principio a bogar.

  Bogando con cariño
     Siempre pasara;
  Con tal que fueras tú
     No me cansara.

  No me cansara, ai sí
     Paloma hermosa,
  Feliz será el amante
     Que a tí te goza.
  Así es que como i cuando
     Voi navegando.

  Una avecilla lloraba
Su desdicha i mala suerte
A veces hasta la muerte
En su llanto se deseaba.

  Avecilla que llora
     Entre las flores,
  Ven i lloremos juntos
     Nuestros amores.

  Nuestros amores sí,
     Donde nos vean
  Disfrutaremos de ellos
     Para que crean.
  Lloré voi consolado
     Contigo al prado.

  Muchas veces con su canto
Esta avecilla, es decir,
Con arrullos lisonjeros
Me ha sabido hacer dormir.

  Durmiéndome en sus brazos
     Gustoso clamo,
  Con tal que me dijera
     Si yo lo amo.

  Si yo lo amo, ai sí
     Con dulce calma,
  Sentiria un placer
     Dentro de mi alma,
  Así es si estoi durmiendo
     Te sigo viendo.

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Crimen en Talca
EL MARIDO QUE DURMIÓ CON LA
MUJER ONCE MESES DESPUES
DE MUERTA

  Talca, la ciudad del crimen,
Hoi dia es, según me creo,
No hai seguridad en la vida
Causa de tanto salteo.

  Hoi es Tránsito Inostrosa
Autor de otro asesinato,
Tambien este mentecato
Sufrirá muerte horrorosa.
Nuestra autoridad celosa
Harto fuerte los oprimen,
Pero así no se redimen
Los hombres, lector, infiero,
I es por tanto bandolero
Talca, la ciudad del crimen.

  A una jóven Leonor
Por sobrenombre Poquito,
Ultimó este maldito
Sin tener ningún temor.
Para saciar su furor
El pícaro con deseo
Desempeñó dicho empleo
Como cualquier libertino.
Llora su fatal destino
Hoi dia, según me creo.

  Once meses se asegura
Que con la muerta durmió,
Si es cierto lo que se habló
Eso es no tener cordura.
Hombre de conciencia impura
Es la persona aludida,
En el vicio corrompida
Era, digo con cinismo,
Por tanto bandolerismo
No hai seguridad en la vida.

  A la pieza el diablo leso
Entraba dia por dia,
Hasta que la policía
Hubo de tomarlo preso.
Hoi se le sigue el proceso
Según en los diarios veo,
Porque el crimen fué bien feo
Castigarlo será bueno,
I nadie vive sereno
Causa de tanto salteo.

  Al fin, despues que durmió
Meses con ella, el bellaco,
La echó adentro de un saco
I a un pajonal la botó.
Por unos niños se halló
El cuerpo de la Poquito,
I corrió el juez lijerito
Porque en todo es mui puntual,
I el indigno criminal
Pagando está su delito.

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El padre que últimó
AL HIJO EN RENGO
ESTÁ CONDENADO A MUERTE

  El padre que ultimó al hijo
A muerte está condenado,
Solo falta la sentencia
Del gran Consejo de Estado

  La justa corte de Rengo
Le dió sentencia de muerte,
Bueno que lo atraque fuerte
Digo, pero no convengo.
Con la pluma me prevengo
Para cuando ya esté fijo
El dia, el verso hoi dirijo,
Mui triste i con pecho franco,
Tendrá que marchar al banco
El padre que ultimó al hijo.

  En Talca el hijo al padre
Lo asesinó por dinero,
I el padre al hijo ahí, pero
Lo victimó aunque cuadre.
Su esposa porque es madre
En su contra ha declarado,
I habiéndosele probado
El hecho, según comprendo,
Por el crimen tan horrendo
A muerte está condenado.

  Por el articulo tres,
Lei del Código penal,
Lo condenó el fiscal
A muerte por esta vez;
En seguida firmó el juez
En contra de él sin clemencia,
Tambien de Su Excelencia
Digo aquí con sacrificio:
Para que marche al suplicio
Solo falta la sentencia.

  Creo que este padre cruel
A la verdad, ¡quién creyera!
Sufrirá aunque no quiera
Lo que sufrió Ismael.
Por lo sin alma i sin hiel
Se encuentra hoi encadenado,
En una celda encerrado
Sufriendo un grosero insulto,
Espera el pobre el indulto
Del gran Consejo de Estado.

  Al fin, tendremos que ver
Otra nueva ejecucion;
Yo pido la abolicion
De la pena, en mi entender.
Si esto llega a suceder
Todos lo tendrán a mal.
Decirlo es mui natural
Con un sentimiento pródigo,
Que barren de nuestro Código
La ejecucion capital.

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Despedida
DEL INFELIZ ISMAEL VERGARA
DE SU ADORADA HIJA

  Desde el banco donde estoi
Me despido con amor,
Ruegue por su padre, hija,
Al soberano Hacedor.

  Adios ánjel de mi alma
Le digo hoi de corazon,
Concédame su perdon
Para yo morir con calma.
Espero ganar la palma
Bendita, en el dia de hoi.
Puesto que pronto me voi
A la celestial mansion.
Le envio mi bendicion
Desde el banco donde estoi.

  Me avergüenzo de decir
De que yo su padre he sido;
Pero estoi arrepentido
I sé que voi a morir.
Por eso ántes de partir
Le suplico por favor
Que nunca tenga rencor
Con su padre desatento,
I en este triste momento
Me despido con amor.

  Hoi todito el mundo dice
Que soi un estravagante,
Pero este pueblo ignorante
A un inocente maldice.
I cuando ya me divise
Le encargo que no se aflija:
La hora se encuentra fija
I el cadalso se levanta,
Por eso a la virjen santa
Ruegue por su padre, hija.

  Ya va a acabar mi existencia,
Con justa razon me quejo
Que las Cortes ni el Consejo
Me hayan tenido clemencia.
Al recordar mi conciencia
Me maldigo con horror
Crimenes hai ¡gran Señor!
Pero igual al mio hoi nó;
Por eso aquí clamo yo
Al soberano Hacedor.

  Al fin, triste me despido
De mi hijita, ánjel puro,
I en mi juramento juro
De que muero arrepentido.
Lloroso i enternecido
Me encuentro en esta ocasion
I me llena de emocion
El hecho que ejecuté;
En mi familia manché,
Toda la jeneracion.

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Testamento
DEL INFELIZ FUSILADO ISMAEL
VERGARA, ESCRITO EN SU CA-
LABOZO.

  El infeliz Ismael
Antes de morir testó,
Un recuerdo de dolor
A su amada hija dejó.

  En nombre del Soberano
Principió su testamento,
Con pena i abatimiento
Al lado de un escribano.
Firmó con trémula mano
El grande i triste papel;
Despues que escribió en él
Sus pesares i tormentos
En sus últimos momentos
El infeliz Ismael.

  A su hija, por herencia
Le endonó la cruel fortuna
Que tuvo él desde su cuna
I le quitó la inocencia.
También la desobediencia
Para ella la dedicó,
Nadie me dirá que nó
Lo que escribió aquel cristiano.
Porque al ver su fin cercano
Antes de morir testó.

  También le dejó un librito
Que escribió en su calabozo,
Abatido el pobre mozo
Con el corazon contrito.
En él se haya hoi, repito,
Impreso su deshonor,
Tan triste i conmovedor
Es el cuaderno nombrado
I en él le dejó grabado
Un recuerdo de dolor.

  También dice que le deja
Su desgracia i padecer,
I sea buena mujer
Cuando crezca, le aconseja.
Ya su padre se le aleja
A donde Dios lo llamó;
Con esto se concluyó
Del hombre ya la escritura
I su inmensa desventura
A su amada hija dejó.

  Al fin, ruegue hija querida
Por su desgraciado padre,
Consuele a mi buena madre
Miéntras viva en esta vida.
Esta es mi despedida
Que en vez de tinta os diré;
Con lágrimas la firmé,
Para que tenga en memoria
I cuando ya esté en la gloria
Yo pediré por usted.

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Versos de literatura

  Bulli el insecto en la grama,
Brinca en el monte el cordero,
El ruiseñor i el jilguero
Revuelan de rama en rama.

  Nace el huracan furioso
Cuando el viento le acompaña,
I nacen en la montaña
Tigres, cocodrilos i oso.
Nace el reptil venenoso
I su ponzoña derrama,
La devoradora llama
Apaga los resplandores;
En la estacion de las flores
Bullí el insecto en la grama.

  Nace lluvioso el invierno
Deshaciendo el duro hielo,
Del aire cae en el suelo
Refrescando lo moderno.
Nace el temporal eterno
I humedece al mundo entero,
Despues de otoño primero;
Disfrutando el dulce gozo
Por el prado delicioso
Brinca en el monte el cordero.

  Nace la hermosa avecilla
I lijero el vuelo encumbra,
I ya cuando el dia alumbra
Sale a buscar la semilla.
Rompe su marcha sencilla
I llega a su habitadero.
Nace el pájaro agorero
En la inmensa oscuridad;
Cantan la felicidad
El ruiseñor i el jilguero.

  Nace la rosa fragante
Ostentando sus verdores,
Con sus vistosos colores
Se ve lo mas elegante.
Nace el fénix amante
I visita el panorama,
Por gozar de dicha i fama
Celebran al sol sus brillos
Como un mil de pajarillos
Revuelan de rama en rama.

  Al fin, nace la alegría,
Dándonos dicha i placer.
Nace el hombre i la mujer
Que se aman en compañía;
Nace la noche i el dia,
I nace el plantel florido
En el huerto de Cupido,
Está la rosa mas fina
Por la permision divina
Todo cuanto hai ha nacido.

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NÚMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA

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Canción amorosa
DEDICADA A AGUSTINA

  Bella Agustina, te cuento mis penas,
Las que sufro yo por tu hermosura,
Compadécete ninfa de mí,
Que es inmensa mi cruel desventura.

  Solitario en el mundo me hallaba.
Sin amor, ni fortuna, ni gloria,
Cuando vino a alegrar mi memoria
La esperanza que mas halagaba.

  Cuando vide tu imájen grabada
En el mármol, perdí mi sentido,
Quise en el acto correr donde tí,
I postrarme a tus piés yo rendido.

  Te ví tan hermosa, celeste, ¡ai de mí!
Bella jóven, de un alma inocente,
Desde entónces se encuentra mi mente
Ocupada en pensar solo en tí.

  Aunque léjos no puedo olvidarte,
I la vida sin tí me es odiosa,
Pero, ¡ai Dios! que te ví tan lujosa
Que quisiera vivir para amarte.

  Solo a tí yo te amara, bien mio,
Te adorara cual ánjel del cielo,
Si en el alma de un triste mortal
Derramaras un tierno consuelo.

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Cantos para señoras
QUINTILLA

  Yo te quise i tú me amaste,
Preciosísimo candor,
Te buscaste otro amor
Llorando a mí me dejaste.

  Ya no hai placer que me baste,
No hallo dicha ni consuelo,
De que te ví hermoso cielo
Yo te quise i tú me amaste.

  Lucero iluminador,
Clara luna cooperante,
Digo, quien fuera tu amante,
Preciosísimo candor.

  Siento un acerbo dolor
Que hasta el alma me devora,
¡Malhaya cuando la hora
Te buscaste otro amor!

  Desde que te separaste
Se aumentó mi desventura.
I en una triste amargura
Llorando a mí me dejaste.

  Al fin, no me satisface
Tu amorosa pasion,
I mi triste corazon
Parece que se deshace.

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