La gran batalla de Lima
FIN DE LA REVOLUCION TRIUNFO
DEL JENERAL PIÉROLA I DERRO-
TA DEL PRESIDENTE CÁCERES

  En la América peruana
Piérola, el gran jeneral,
A fuerza de sangre i fuego
Se entró a la capital.

  A la desgraciada Lima
Por tres puntos la sitió,
I el domingo se avistó
La jente que se aproxima.
Trató de frsele encima
A las cuatro en la mañana,
Con su fuerza soberana
Fué en los pueblos el terror
El hábil batallador
En la América peruana.

  Hacia tiempo que estaba
Aquel caudillo potente
Con su ejército valiente
Que entraba i que no entraba.
El asalto el preparaba
De una manera formal;
Llegó el momento fatal
Para aquel pueblo orgulloso,
Porque salió victorioso
Piérola, el gran jeneral.

  El ejército de afuera
Para hacer su conquista
Con el bravo cacerista
Combatió como una fiera.
Su jefe en la pelotera
Avanzó i despreció el ruego,
Diciendo a su jente luego
Marchar sin mirar atras.
Triunfó el tal Nicolas
A fuerza de sangre i fuego.

  Cáceres el altanero,
Encontrándose vencido,
Las echó a fuego perdido
Patas para qué te quiero.
Huyó hácia el estranjero
Aquel tuerto irracional,
Siendo el autor principal
De pérdidas del cholaje,
Piérola con gran coraje
Se entró a la capital.

  Por último aquel gobierno
Por lo feo i mala cara,
Bueno es que es lo llevara
El demonio del infierno.
Fijate tirano cuerno
Que tu gobierno fué malo,
De miedo tal vez del palo
Propusistes arrancar,
Pero te voi a mandar
Este verso de regalo.

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Carta del reo
CÁRLOS CUBILLOS ANTES DEL FU- SILAMIENTO AL PUBLICO EN JENERAL.

  Doi al público esta carta
Triste i descorazonado,
Antes de pasar señores
Al banco del acusado.

  Pueblo chileno, atencion,
Oye que te voi hablar,
Sin algún punto faltar
De mi lóbrega prision;
Les hago esta narracion
Con furia i rabia harta,
Aunque el pecho se me parta
De pena i ya se desquicia.
Porque veo la injusticia
Doi al público esta carta.

  Maldito sea el licor
I las malas compañías,
Que quita al hombre alegrías
Privándolo del honor;
Hoi que por ser malhechor
A muerte estoi sentenciado,
La gracia se me ha negado
De indulto, como aquí digo,
Por eso a Chile maldigo,
Triste i descorazonado.

  Me llamo Cárlos Cubillos,
No puedo negar mi nombre,
Porque soi hombre i buen hombre
No me amedrentan los grillos;
Ni la barra i los anillos
Me hacen echar clamores;
A la luz de los albores
Con arrogancia i contento
Voi hablar lo que yo siento
Antes de pasar señores.

  En mi oscuro calabozo
He escrito yo esta esquela,
La cual mi vida revela
Desde cuando yo era mozo;
Mui luego, pronto i forzoso,
Tendré que ser destrozado
Con Alfaro acompañado,
Para dar la cuenta a Dios;
Nos verán ir a los dos
Al banco del acusado.

  Al fin, yo hice el cajon
Para Prat, allá en Iquique,
Cuando la Esmeralda a pique
Fué en aquel encontron;
I hoi me ha negado el perdon
La celosa autoridad;
Hágase su voluntad
Digo aquí con señoríos:
El hechor del jóven Rios
Ya se encuentra en libertad.

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Carta de pésame
A LA INCONSOLABLE MADRE DEL
INFELIZ ISMAEL VERGARA

  La mas cruelmente abatida
De las madres eres vos.
¡Que el cielo enjugue tu llanto
Tu desdicha tan atroz!

  Señorita, aunque hasta ahora
La honra yo no he tenido
De conocerte, he querido
No obstante eso, señora,
Escribirte ésta en la hora
Mas adversa de tu vida.
La idea fué concebida
Para ver si en algo calma
Las amarguras de tu alma
La mas cruelmente abatida.

  I ojalá permita el cielo
Que ella pueda mitigar
Tu mortífero pesar
De tu riguroso duelo.
De tu mortal desconsuelo
Que te persiguen en pos,
Llévalo en amor de Dios,
Si entre todas las chilenas,
La que hoi padece mas penas
De las madres, eres vos.

  Que el dolor desapiadado
Desde hoi tanto no taladre
El corazon de la madre
De un hijo desventurado.
Que harto ya lo han lacerado
El cruel sufrir i el quebranto,
I si ya has llorado tanto,
Como lo comprenderán,
Desde hoi mis votos serán
Que el cielo enjugue tu llanto.

  Si tu hijo i noble esposo
Ya de este mundo han salido,
Tu lamento dolorido
Que cese un tanto es forzoso;
I al Dios Todopoderoso
Clámale con tierna voz,
Que indulte al hijo feroz
Que a su padre le dió muerte,
I cesará de esta suerte
Tu desdicha tan atroz.

  Al fin, desde hoi a tus hijos
Conságrate noble viuda,
Que el Señor vendrá en tu ayuda,
Si con cuidados prolijos
Le das reglamentos fijos.
Esos tiernos corazones
No crezcan mui regalones;
Repréndelos a lo léjos,
I al darte aquí estos consejos
Yo te pido mil perdones.

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Sigue la aventura
DE DOS JÓVENES I UNA DAMA

  De plata un gran puñado
Sacó el huaso i le ofreció,
La dama no le admitió
I él se quedó burlado.

  Le juraba i le decia
Que fueran a donde el cura:
para tenerla segura
No hai duda él la convia.

  La dama le dijo: Ud.
Me habla de casamiento,
I a su falso juramento
Despues le contestaré.

  El la trató de abrazar
Para lograr su intencion,
I ella le dió un empujon
Con el que lo hizo tesar.

  Se tiró como a enojar,
Pero se recobró al momento,
Diciendo entre el pensamiento:
No la tengo mas de hablar.

  Volvió siempre al mismo punto
Porque el otro lo aconseja,
I se le atracó a la oreja
A hablarle del mismo asunto.

  El nombre de la madama
Se llamaba Juana Rosa:
Era bella i mui hermosa
I de amor ardia en llama.

  I para hacerse querer
Tenia un cierto modito,
Gorda pierna i pié chiquito,
I mui bello proceder.

  Con un cuerpo mui esbelto
Dejaba al hombre encantado,
Engolfado en sumo grado,
I en una esperanza envuelto.

  Tenia el pecho de iman
I la mano pequeñita,
La boca mui chiquitita
I un corazon de volcan.

  Una graciosa sonrisa
En sus labios de coral,
I su cara anjelical
Parecia una sonrisa.

  Ya dí todos los detalles
De la dama como son,
I al huaso en otro renglon
Lo pondré, aunque no se halle.

       (Continuará)

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NUMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA

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Un lance de amor
LOS PERCANCES DE UN AMANTE

  Una vez que me templé
De una niña en Quillota,
Casi me dejó empelota
Porque del amor le hablé;
Eso fué lo que gané
Con botarme a enamorado,
Quedé en el suelo botado
Sin saber la causa qué,
De frio les contaré
Amanecí todo miado.

  Ya lo que me levanté
Hallé un cántaro con vino,
Me dije i aquí le atino,
Pienso de quitar mi sé,
Era harina i la tomé;
Esto me pasó por lacho
De la puerta de un despacho,
Me llevaron por odioso;
Para echarme a un calabozo
Junto con otro borracho.

  Al otro dia temprano
Llegó a verme la morena,
I me encontró en una lona
Durmiendo con un paisano;
Haciéndome yo el monono,
Antes que el guardian me bote,
Salí a la calle al trote,
I ella a su casa me lleva
Descalzo, con tongo i leva,
Parecia monigote.

  Que me cumpliera mi antojo
Le decia a la muchacha
I no tenia una hilacha
Donde se parara un piojo;
Entónces quedé en remojo,
A la verdad ¡quién creyera!
A la otra noche tercera
Fué ella i trajo unos huasos,
Que me dieron de pencazos
Para sacarme de cera.

  Al fin lo que voi contando,
Es lo que gané en la riña,
Se llevó un huaso a la niña
I yo me quedé mirando.
Con ella siempre gastando
Andaba porque era prete,
No quiero ser alcahuete
Le dije, según pensar,
Ella se mandó cambiar
I a mí me dejó al garete.

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Versos de Literatura

  Pinta el íris nacarado
La blanca luz relumbrante,
En la celda deleitante
Brilla el primason rosado.

  Alumbra en el horizonte,
El crepúsculo brilloso
I el nublado tempestuoso
Cubre el altisímo monte;
Dando paso al Aqueronte
Que corre desesperado
Cuyo signo mencionado
De la luna su luz rubia,
I cuando pasa la lluvia
Pinta el íris nacarado.

  Sube el aire a la rejion,
Todos los dias temprano
Para anunciar el verano,
Desde aquella elevacion;
De la mar con precision,
Brota el vapor vaporante,
Se suspende en el instante
Con una furia eminente
Dejando ver al oriente
La blanca luz relumbrante.

  Cuando ya acaba el invierno
Principian a abrir las flores,
De diferentes colores
Perfumando lo moderno;
Con un brillo sempiterno
Se ve el campo rozagante
I aquel pajarillo amante,
Al llegar la primavera
Entona su voz parlera
En la selva deleitante.

  De la fuente cristalina
El viento esparce la espuma,
I el vejetal se perfuma
Con la brisa matutina;
Se desliza pura i fina
Por el vasto despoblado;
Queda el suelo tapizado
De flores color de grana,
I al refrescar la mañana
Brilla el primason rosado.

  Al fin la Aurora galana
Ya cuando el dia amanece,
A todo el mundo se ofrece
Risueña alegre i ufana;
Yo publico en esta plana
La naturaleza entera,
Porque el Autor de la esfera
Todo hizo con diestra mano,
Otoño, invierno i verano,
I por cuarto primavera.

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Versos
DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO

  El Democrático está
Reunido en asamblea,
Discutiendo en buena idea
Por tener la libertá.

  Yo le clamo al Poderoso
Que nuestro partido venza,
Hoi que a luchar comienza
Salga en todo victorioso:
Levante el tono orgulloso
Al trono de la verdá,
Dios lo mire con piedá,
Con santa i justa razon
Defendiendo nuestra union
El Democrático está.

  El obrero, el artesano,
Con la conciencia tranquila,
Corran a engrosar la fila
Que ya el plazo está cercano.
Fien en el Soberano
Que da lo que se desea,
Ya que el patriota se emplea
A venerar, su mercé,
Defendiendo nuestra fé
Reunido en asamblea.

  El hacendado, el gañan,
El pobre i el millonario,
Porque es de necesario
Juntándose todos van.
Trabajan con mucho afan
Por concluir la tarea,
Para que el público crea,
Esos leales campeones
Preparan sus corazones
Discutiendo en buena idea.

  Figuran cuatro partidos
Tal como aquí yo lo pinto,
I cada cual es distinto
Porque en dos se han dividido.
Una vez ya reunidos
Nueva lei se nombrará,
Por su propia voluntá,
Antes de que la nombremos,
Es bueno que trabajemos
Por tener la libertá.

  Por fin, la Vírjen María,
A Chile ha de favorecer,
En su angustia i padecer
Lo colmará de alegría.
La Cármen, en compañía,
Que es nuestra bella patrona,
En los templos se pregona
Por los ministros de Cristo,
Que con poder infinito
Bendecirá la persona.

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Mas detalles del
ALZAMIENTO I CARGA A LA
BAYONETA DE LA INFANTERÍA

  Treinta sociedades de obreros,
Viendo la cruel amenaza
En el domingo a la plaza
Corrieron todos lijeros.

  El comienzo del motin
Por una naranja fué,
Yo todo mui bien lo sé
Desde el principio hasta el fin.
Con agudo retintin
Pinto los hechos tan fieros;
En los momentos primeros
Viendo de que era un abuso
A la contra se les puso
Una multitud de obreros.

  La tropa de infantería
Cargó a la bayoneta;
Viendo que no se sujeta
El pueblo se enfurecia;
Miedo ni temor tenia
Aunque la suerte era escasa,
Ya de paciente se pasa
Si se dejara humillar.
Jamas sabrá acobardar
Viendo la cruel amenaza.

  El partido democrático
Se reunió en asamblea,
Porque tenia la idea
Que iba a ganar el beático,
Con su instinto turbático
Para envolverlo en la masa.
Solo a defender su casa
Al tiro se prepararon
Sus jefes los convidaron
En el domingo a la plaza.

  Los caudillos josefinos
Una envestida hicieron,
I mui luego atras volvieron
Aquellos santos divinos;
Hicieron los asesinos
Verter la sangre a regueros.
Con sus rezos embusteros
Con una devocion tanta,
Hácia al lado de la santa
Corrieron todos lijeros.

  Al fin, mujeres tambien
Pagaron la harina a nueve,
Que es lo que mas conmueve
Como en estos versos ven.
I hai muchas en el reten
Estan para aquella accion.
Horroriza el corazon
De ver sufrir tanto preso,
Porque el horrible suceso
Para la historia es borron.

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Grandes desórdenes
EN VALPARAISO.— EL PUEBLO
PROTESTA.—LA SOCIEDAD DEL
SEÑOR JARA.—MUERTOS I HE-
RIDOS.

  Ha habido un alzamiento
Allá en Valparaiso
Narrarlo será preciso
Sin demostrar un lamento.

  Del Teatro de la Victoria
Salió la gran concurrencia,
I el pueblo gran impaciencia
Demostró con esa gloria.
Teniendo, pues, en memoria,
El programa virulento,
En el critico momento
Se estiró como el elástico;
Por causa del eclesiástico
Ha habido un alzamiento.

  Le dieron un peñascazo
A don Ramon Anjel Jara,
Si el vulgo no me repara
Diré que estuvo buenazo.
El curita en aquel caso
Perdió el tino de improviso,
Le tostaron tan macizo
Según se dice o se opina,
Los rotos en la bolina
Allá en Valparaiso.

  En seguida a la Intendencia
Marchó la turba furiosa,
A hacer no sé qué cosa
Pregunto aquí con prudencia
Las piedras con gran violencia,
Caian como granizo,
Sin darle ningún aviso
Antes de que se me enrede,
Para que recuerdo quede
Narrarlo será preciso.

  A la imprenta de La Union
También la chusma atacó,
Sus puertas despedazó
Con justísima razon.
I Ramos, aquel mandon,
No asistió al hecho sangriento:
Para concluir mi cuento,
La valiente policía,
Pregunto ¿dónde estaria
Sin demostrar un lamento?

  Al fin, bastantes heridos
En la trifulca quedaron,
I urbanos carros quemaron
Los hombres enfurecidos.
Estos fueron encendidos
Tan solo por hacer mal,
Por causa del clerical
Que le da por ser odiado.
Estuvo por ser saqueado
Todo el puerto en jeneral.

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Versos de amor

  Cuando tengo pena, canto
Yo soi lo mismo que el loro,
Cuando tengo gusto, lloro
Porque callado no aguanto.

  La blanca luz de la aurora
Desde el oriente camina,
Con sus rayos ilumina
Tu frente, bella señora.
Mi corazon se devora
Sumerjido en tierno llanto;
De verme que sufro tanto
Me quejo i digo ¡ai de mí!
Estando ausente de tí
Cuando tengo pena, canto.

  El placer me da pesar,
El amor me da tormento,
I no descanso un momento
En mi tristeza i llorar.
Por ver si puedo aliviar
Tu misericordia imploro,
Si me olvidas no lo ignoro,
Ni aun pena me ha de dar,
Porque en querer i olvidar
Yo soi lo mismo que el loro.

  ¡Ah! qué placer yo tendría
Si posara en tu regazo
I me dieras un abrazo
Con caricias prenda mia.
Por tu lujo i bizarría
Eres para mí un tesoro,
Mas importante que el oro
Sois i me tienes cautivo;
Yo no sé por qué motivo
Cuando tengo gusto, lloro.

  Cierto estoi que tu hermosura
A mí me va a dar la muerte,
Porque me tiene mi suerte
Con el pié en la sepultura.
Es tanta la desventura
Mia que me causa espanto,
La cabeza me quebranto
Cada ocasión que te miro;
Me quejo, lloro i suspiro
Porque callado no aguanto.

  Al fin, te pido afanoso
Que me des siquiera un 
Ante que pase por tí
A la tumba del reposo.
Si muero, seré dichoso
En el cielo de tu amor;
Concédeme algún favor,
No me hagas tanto sufrir,
Dejando ya de existir
Concluirá mi dolor.

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NUMERO 8

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