NACIMIENTO DE UN JIGANTE
EN EL NORTE

  En el norte ha aparecido
Un jigante mui grandioso
En el pueblo de Caldera
Dicen que nació este mozo.

  Ciento diez cuadras de altura
Por noventa i seis de grueso
I cincuenta de pescuezo
Nació esta gran criatura.
De frente se me asegura
Que legua i media ha medido,
I nadie lo ha conocido
A este hombre interesante,
I tan monstruoso jigante
En el norte ha aparecido.

  Veinte cuadras solamente
Cada ojo de éste tiene,
I la nariz que sostiene
Tiene quince únicamente.
Su boca precisamente
Es como el mar mas monstruo-
Cuatro trenes con reposo      so
En ella pueden entrar,
I yo vengo a presentar
Un jigante mui grandioso.

  Veinte metros cada diente
Tiene el jigante en cuestion,
I la lengua del varon
Es de diez metros fielmente.
De sus barbas francamente
Una poblacion entera,
Hizo cama de manera,
Según el corresponsal,
I nació este colosal
En el pueblo de Caldera.

  En las pampas está habitando
Este hombre sin mentir.
I cuando quiere dormir
A poco se va estirando.
Con las nubes traveseando
Pasa el dia entretenido,
Tan fuerte su resollido
Que parece un mar furioso,
I en Caldera este coloso
Según dicen que ha nacido.

  Mui tranquilo por el mar
Se le suele ver andando
I por los buques saltando
Que es cosa de contemplar.
De un lado a otro pasar
Se le ve en el océano
Dos buques en una mano
Cierto dia levantó,
I mui léjos los llevó
A otro puerto lejano.

Ver lira completa

UNA MADRE QUE INTENTA
ASESINAR A SU HIJO
UNA MUJER QUE MATA A SU MARIDO
A PALOS
Y SOBRE EL BANDIDO LOYOLA
PRÓXIMA SENTENCIA DE MUERTE

  Por primera narraré.
Lo que ocurrió en la Castrina,
Matar quiso una asesina
A su hijo agregaré.
Luzmira Marin, diré,
Oculta sin mas razon
Tuvo la guagua en cuestion,
I al verse ya deshonrada
Quiso ahogarla la malvada
Con un enorme terron.

  Una señora que vió
Con otra impidió la escena
Mas la Marin como hiena
Quitar la guagua intentó,
Para arrojarla se vió
A un profundo canal;
Frustrado su acto brutal
Se le llevó a la prision,
Donde el premio de su accion
Espera la criminal.

  Elvira Diaz hirió
Con un palo poderoso
A Freire, su gran esposo
I al hospital lo llevó.
A los tres dias murió
El esposo en referencia
I la Diaz, en consecuencia,
A la prision fué llevada,
Donde espera la malvada
Por su crímen la sentencia.

  Dejando ahora a un lado
Una i otra criminal
Hablaré del infernal
Loyola, el gran malvado.
Este bandido afamado
Como se sabe asaltó
I brutalmente violó
A uno menor de edad,
I con la mayor crueldad
Al final le apuñaleó.

  Fresco se halla todavia
Ese crímen tan horrendo
Que castigo está pidiendo
El público dia a dia.
Loyola con cobardía
Asaltó aquel inocente
I le violó infamemente
Dejándole casi inerte,
I así la pena de muerte
Piden para el delincuente.

  Pena de muerte ha pedido
Según se sabe el fiscal
Para el torpe criminal
O el mas cinico bandido.
Dar de nuevo yo he querido
El retrato del malvado
Porque el público indignado
Bien le quiere conocer,
I el número doi a ver
Que en la seccion le ha tocado.

Imp. «El Debate»—S. Diego 291

Ver lira completa

GALANTERIA DE UNA VIEJA

  Una pobre limosnera,
De un jóven se enamoró
Doscientos pesos le dió,
Solo porque la quisiera.

  Dentro de la pieza estaba
Esta anciana un cierto dia
I suspirando decia:
Cuando jóven me encontraba
Todo el mundo me estimaba
I no encuentro quien me quiera,
Hasta mi plata le diera
Si yo un mocito encontrase,
I así en llantos se deshace
Una pobre limosnera.

  Un jóven que estaba oyendo
Lo que hablaba su vecina,
Fué i la esperó en una esquina
Cuando ella iba saliendo.
Al pasar le dijo riendo,
El jóven cuando la vió:
Hai Juanita, que haré yo,
Solo en el mundo i soltero!
I por este dicho infiero
De un jóven se enamoró.

  Si yo fuese jovencita,
Contestó luego la anciana,
En esta misma mañana
Seria su adoradita.
¿Cómo está misiá Juanita?
El jóven le replicó,
Siempre la idolatro yo
Sin olvidarla un momento;
I ella por creerle el cuento
Doscientos pesos le dió.

  Si es así dijo la vieja,
Sin rubor i con cinismo
Puede usted si quiere hoi mismo
Conmigo hacer la pareja.
El jóven se le perpleja
I con voz no mui entera
El le dijo de manera
Que su esposo seré yo?
I su plata ella le dió
Solo porque la quisiera.

  Esa noche, finalmente,
El jóven con su querida
Se fué a una sastrería
De donde salió decente.
Mas tarde, precisamente,
A su casa le llevó,
La anciana, donde entregó,
Cuanto cobre allí tenia;
I él en cuanto aclaró el dia
Solo a Coquimbo marchó.

Es propiedad del autor.—Se prohibe la reimpresion de estas poesias

       Juan B. Peralta
       Gálvez 824

Ver lira completa

REVISTA INVERNAL

  Sapo ya se están volviendo
Nuestros pobres campecinos,
Ya tomando agua parados
Estamos los santiaguinos.

  En Santiago mismo estamos
Con el agua hasta el pescuezo
I no poco contrapeso
En la capital pasamos.
Al mapocho pronto vamos
A ver lo que está saliendo
La Acequia Grande está haciendo
De las suyas con su aguita,
I los que viven cerquita
Sapo ya se están volviendo.

  El Camino de Cintura
Es un puro manantial
De no poderlo pasar
En ninguna noche oscura.
Peor que una levadura
Están todos sus caminos,
Esto pasan los centrino,
Con estas terribles aguas
I en el sur se han vuelto taguas
Nuestros pobres campecinos.

  Ya para el sur ningún puente
Dicen que ha quedado en pié,
Esto sucede diré
Año por año evidente.
I que hablamos de la jente
Que vive por esos lados,
Los guasitos empalados
Con los frios quedarán;
Porque hablando claro están
Ya tomando agua parados.

  Cuando al verano llegamos
Se olvida pues el Gobierno
Que va a venir el invierno
I mui cerca al rio estamos.
Mil proyectos presentamos,
Dicen algunos vecinos
Pero ellos a los pergaminos
Han pasado sin mas cuento
Miéntras que gritando al viento
Estamos los santiaguinos.

  Chile entero, finalmente,
Sufre con los aguaceros
Pero hai los chacareros
Esos dan diente con diente.
Aislados francamente
Quedan de la poblacion
Porque el tren en la estacion
Quedan no hallar puente bueno;
Así el Gobierno chileno
Atiende a nuestra Nacion

                                      J. B. P.

Ver lira completa

ESCANDALOSO SALTEO
EN EL PUEBLO DE RENGO

  En el gran pueblo de Rengo
Ha ocurrido últimamente
Un salteo escandaloso
Que ha impresionado a la jente.

  Doña Rosario Salinas
Señora mui respetable
Del modo mas admirable
Fué salteada esta vecina.
Nadie talvez se imajina,
Según los datos que tengo
De la manera, prevengo,
Como el salteo ocurrió,
Tan salvaje, diré yo,
En el gran pueblo de Rengo.

  A la señora citada
Dos bandidos degollaron;
A la sirviente ahorcaron
Con fiereza mui pintada;
De una sola puñalada
Los sinicos ciertamente
Podian precisamente
Matarlos en hora buena,
I en Rengo esta horrible escena
Ha ocurrido últimamente.

  Un sirviente que tenia
Esta señora, diré,
Muerto a puñaladas fué
Con bastante alevosía.
La horrible carniceria
Se cometió con reposo
De un modo tan silencioso
Sin tener ni a policiales
Cometen los criminales
Un salteo escandaloso.

  La señora, dice el diario,
Que vivia acompañada
I hasta la justicia honrada
Estaba en su vecindario.
Es algo estraordinario
I aun algo sorprendente
Como el hecho francamente
Se hizo tan cijiloso,
I este es el crímen monstruoso
Que ha impresionado a la jente.

  Por fin, Rengo justamente,
Se encuentra mui consternado
Por el crímen mencionado
Que ha ocurrido últimamente.
Con mucha razon la jente,
Pide en vista del suceso
Que se instruya este proceso
De un modo justiciero,
I que se saque algo espero
Por un guardian que está preso.

Ver lira completa

LA CATASTROFE DE RIO CLARO
DIEZINUEVE MUERTOS
DETALLES COMPLETOS

  El tren número cuarenta
Al rio Claro cayó
Por casualidad libró
La jente en esa tormenta.

  La Dirección Jeneral
De toda esplotacion
Tenia la conviccion
De lo que iba a pasar.
Por eso hizo colocar
Donde ocurrió la tormenta
Uno quien le diese cuenta
De lo que allí ocurriria,
I el ensayo tanteó un dia,
El tren número cuarenta.

  De Talcahuano venia
Ese tren de pasajeros
I en San Rosendo, me infiero
Que se anunció lo que habia.
Apesar que se sabia
El peligro, diré yo,
Siempre la órden se dió
Que el tren marchara adelante,
Por ese en el mismo instante
Al rio Claro cayó.

  Cuando el tren atravesaba
Por el peligroso puente
Se oyó un ruido de repente
I al agua el tren se lanzaba.
La jente loca gritaba
Cuando en el agua se vió;
La Empresa comunicó
La noticia prontamente,
Pero decia, la jente
Por casualidad libró.

  Diezinueve muertos son
Los que en aquel accidente
Quedaron precisamente
Según dice una version.
Considere la nacion
Cuánto perdió en buena cuenta
Pero nadie se amedrenta
I aun contento el Estado
Dice, a Dios gracia ha escapado,
La jente en esa tormenta.

  Por fin, dice finalmente,
Que aquéllos que ha colocado
En las lineas del Estado
Son los que matan la jente.
Estos indolentemente
Matan de un modo sencillo
Porque saben que ni un grillo
Aprobarán los señores,
Siendo que por matadores
Merecen ir al banquillo.

Ver lira completa

HORRENDO CRIMEN
UN SEGUNDO NERON QUE QUEMA
A SU MUJER

  En Ercilla últimamente
Un gran crímen ocurrió
Viva su mujer quemó
Un salvaje delincuente.

  Baldomero Castro fué
El Neron de que les hablo
Este hombre vuerto diablo
Quemó a su mujer diré.
Primero comenzaré
A decir que el indolente
A su mujer inocente
De las manos le amarró,
I ya verán que pasó
En Ercilla últimamente

  Atada la pobre esposa
La colgó en una cocina
I el cuerpo con parafina
Le empapó con fé pasmosa.
Luego una llama monstrosa
A la ropa le acercó
La infeliz es claro ardió
En medio del tormento
I en Ercilla sin mas cuento
Un gran crímen ocurrió.

  La huincha en que fué colgada
Se quemó al fin con el fuego,
I la infeliz cayó luego
Gritando desesperada.
Ardiendo encarbonizada
A una casa llegó
Por la voz solo se vió
Que esta era criatura,
I así Castro sin cordura
Viva su mujer quemó.

  Cuando ya vió consumado
Su crímen el asesino
Echó los pies al camino
Quizás adonde el malvado.
La policia ha buscado
Al salvaje activamente
El Neron astutamente
Busca en la fuga su abrigo;
I así huye de castigo
El salvaje delincuente.

  Por fin, concluyo diciendo
Que Castro mató a su esposa
En forma tan horrorosa
Por placer de verla ardiendo.
Hoi el salvaje anda huyendo
Por los bosques como fiera
Ojalá que Dios quisiera
Que al fin se le capturase
Para que él tambien pagase
Su crímen en una hoguera.

Ver lira completa

HORRIBLE DRAMA
UNA MADRE QUE ASESINA CINCO
HIJOS

  Una madre desgraciada
A cinco hijos mató
El Chileno publicó
La escena horrible i malvada.

  La pobre viuda vivia
Con sus cinco pequeñuelos
I aquellos pobres chicuelos
De hambre lloran dia a dia.
Como ella pan no tenia
Que darles desesperada
Sin decirle a nadie nada
Un dia dos ahorcó,
I este crímen cometió
Una madre desgraciada

  Los otros tres cuando vieron
Sus hermanos ahorcados
Llorando desesperado
En gritos se deshicieron.
Perdon en vano pidieron
La madre no les olló,
En cambio una hacha tomó
I con ellas les dió muerte;
I la mujer de esta suerte
A cinco hijos mató.

  Con el hacha la asesina
A los tres hizo pedazo.
I a los gritos i golpazos
Allí llegó una vecina.
El público se imajina
Que al sitio todo ocurrió
A ver el drama llegó
La justicia en el momento;
I este drama tan sangriento
El Chileno publicó.

  Dice el diario mensionado
Que la jente allí de pena
Lloraba de ver la escena
Que se habia perpetrado.
Agrega el diario citado
que la italiana asustada
Fué al manicomio llevada
En estado enloquecido,
Despues de haber cometido
La escena horrible i malvada

  Por fin, la pobre italiana
Que a sus hijitos mató,
De hambre se trasformó
En una fiera inhumana.
Hoi dia se encuentra insana
En una casa encerrada
Sin saber la desgraciada
El castigo que le espera
Porque sea como quiera
No será al fin perdonada.

Ver lira completa

Esquinazo para los santos

  A las siete i media en punto
He venido mi querida
A las puertas de tu casa
A darte los buenos dias.

  Cantando espero aquí afuera
Que abras tus puertas amada,
Que tu amiga está empeñada
En saludarte de veras.

  Las ocho el reloj tocó,
Pero espero con empeño
Que despiertes de tu sueño
Con el eco de mi voz.

  Las ocho i media estan dando,
Despierta, pues, dueña amada,
Que tu amiga idolatrada
A tu puerta está cantando.

  La señora fulanita
Ya su amiga le cantó,
I ahora le pregunto yo
Si me abre la puerta o nó.

JUAN BAUTISTA PERALTA.— Calle

Huemul 864.

Ver lira completa

Carta de un pretendiente
A SU QUERIDA

  Preciosa prenda querida
Dame pues tu corazon,
Te lo pido con razon
Antes de perder mi vida.

  Desde que te conocí
Te tengo en mi pecho amada,
Como una estrella adorada
Que solo me alumbra a mí;
El vivir pues ya sin tí
No deseo en esta vida;
Si quereis la suerte mia
I vivir con mas honor,
Concédeme aun tu amor
Preciosa prenda querida.

  Cuando en mi cama me siento
Suspiro, pero es en vano;
Me parece ver tu mano
Que me pasas al momento.
¡Oh! cuán grande es el tormento
Que me trae esa ilusion;
Pero sufro con razon
Porque todo eso es por tí,
I si tu sientes por mí
Dáme pues tu corazon.

  Si habeis sabido perlita
Cautivarme tú a mi
Tambien sabrás darme el sí
Con tu preciosa boquita.
Eso solo espero hijita
Para mi preparacion,
Si te exijo el corazon
Es porque llevas el mio
I por llenar mi vacio
Te lo pido con razon.

  Por primera vez le juro
Que he amado en este mundo,
Pero mi amor es profundo
Con usted se lo aseguro.
Para mí seria duro
Saber, perlita querida,
Que estaba comprometida
Con otro siendo mi amiga,
I espero que me lo diga
Ante de perder mi vida.

  Por fin, precioso lucero,
Recibe mi corazon
I ahora contestacion
Solamente pues espero.
En seña de que la quiero
Le prometo mi perlita
De que en esta carta escrita
Le mando mi nombre escrito,
I admita de su negrito
Un besito en la boquita.

Ver lira completa