Desconfianzas

  —«No lo dudes un momento
Que te amo con lealtad»
Dices en tu juramento
¡Quién sabe si así será!

  No sé que presentimiento
Me asiste cuando me dices:
«Oh! mi adorado tormento,
Que seremos mui felices
No lo dudes un momento!»

  ¿No serán la falsedad,
Los dichos que me has contado
Pruébame, pues, la verdad,
Como yo te lo he probado
Que te amo con lealtad.

  Yo tengo mis fundamentos
Para creerte… falsario;
Lo digo i mucho lo siento,
Aunque todo lo contrario
Dices en tu juramento.

  En fin, con poca bondad
Me dices cuando nos vemos,
Que hartos de felicidad
Andando el tiempo estaremos.
Quié sabe si así será!

       Anjel C. Lillo.

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Quejas amorosas.

  Ingrato, cruel, ¿hasta cuando
Te burlas de mis amores?
Ya veis que te amo tanto
Sin merecer tu favores!

  Desde que te estoi amando,
Vivo, mi almita, por tí
Dia i noche suspirando.
I tú me tendrás así
Ingrato, cruel, ¿hasta cuándo?

  Las amarguras mayores
Que sufro por merecerte
Me las pagas con rigores,
I en vez de unirme a tu suerte
Te burlas de mis amores.

  ¡Nó, pues, mi cielo, mi encanto,
Basta ya de ingratitudes!
Abrígame con tu manto;
Oid mis solicitudes
Ya veis que te amo tanto!

  ¡No desoigas mis clamores
Si quieres verme vivir;
No prolongues mis dolores
Porque no podré existir
Sin merecer tus favores!

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La guerra de sorpresa adoptada
por los peruanos

  Saben hacer los peruanos
Guerra mejor que un canibal:
A los heridos chilenos
Los matan i los calcinan.

  El don Lisandro Montero,
Guapo ya tan afamado —
Como lo fué el cholo Prado —
¿Creerán? de montonero
Se ha lanzado el caballero
Sobre mis nobles paisanos.…
Oh! pueblos americanos,
Pueblos todos de la tierra
Vean que clase de guerra
Saben hacer los peruanos.

  Sus crímenes cometidos
Con tanta barbaridad
Un dia, en Tarapacá,
¿Son de todos conocidos?
¿Qué hacen con nuestros heridos
Que en unas chosas se asilan:
¡A tomarlos no se animan
I prenden fuego a los ronchos!….
Hacen, pues, los cholos chanchos
Guerra mejor que un canibal.

  Cazadores del Desierto:
Ocho han sido hechos ceniza
En Tambillo… ¡Esto es horroriza!
Pronto el terrible escarmiento!
Que es ridiculo, por cierto,
Que nos quedemos serenos
O tardemos, por lo ménos.
En reventar ese vicho
Que dá muerte, como he dicho
A los heridos chilenos!……

  Siga en su guerra de asalto
El salvaje incorrejible,
Pero que el diablo lo libre
Si el roto lo caza al salto;
Porque ya ha habido un reparto
De órdenes que determinan:
—«A esos brutos que asesinan
A indefensos mutilados;
Cuando los pillen, soldados,
Los matan i los calcinan.»

  Tambien a mi Galvarino
Se le dió este decretito:—
«No deje usted puertecito
Parado, del cholo indino.»
¡Bravo! que andubo con tino
Mi amigo Sotomayor!
—¿Pirolita dictador:
Te van a sacar de quicio,
Cuando hasta el dia del juicio
Creías guerrear, señor!

       Anjel C. Lillo.

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Campero avanza sobre Tarapacá

  Con muchisima ansiedad
Viene marchando Campero:
De Krupp, Grass i Comblain
Salva se le hará al guerrero.

  Por un parte se ha sabido
Que por el Tamagural
Viene en marcha el jeneral
Campero, el mui aguerrido,
I que viene dirijido,
Ya se sabe con verdad,
Con rumbo a Tarapacá:
Camine pus, de carrera,
Vuele que el zunco lo espera
Con muchísima ansiedad!

  Póngase alas, si es posible
I vuele por el desierto
A ver el recibimiento
Que le hará el roto invencible,
Ese ser indestructible,
Cuyo corazon de acero
Ya conoce el mundo entero,
Ese roto que lloró
De gusto cuando esto oyó:
«Viene marchando Campero.»

  ¡Que llegue; que su demora
Dá la mayor de las pénas,
A esas huestes chilenas
Que ya el deseo devora,
Que no ven la misma hora
De ver al espadachin
Para meterle, por fin,
A él i a sus aguilitas:
Un millón de pildoritas
De Krupp, Grass i Comblain.

  Mi tocallo Eusebio Lillo,
Volando al norte regresa,
Llevando órden espresa
Para que al señor caudillo
Aimará, con todo brillo,
Con un lujo verdadero
Digno de tal caballero,
Se le hagan los honores
Como a Buendía en Dolores,
Salva se le hará al guerrero.

  En fin, a forzada marcha
Vuelvo a repetir, que avance
Ese que viene a estrellarse
Con el roto espalda ancha
Que ya lo aguarda en la cancha
Con su modo acostumbrado
Cual es: a coton quitado,
Con un pié hácia adelante
I en una mano el brillante
I agudo corvo, afilado,

       Anjel C. Lillo.

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La batalla de Camarones

  Con el coronel Melgar
Volaron los peruleros
Como no vuelvan los zorros
En los apuros mas fieros.

  Trescientos hombres marcharon
De Arica en una avanzada
I llegan a la quebrada
Camarones, donde armaron
Su cuartel, i atrincheraron
El campo, para esperar
Que allí los fuese a buscar
El enemigo. ¡I creian
Vencerlo, porque venian
Con el coronel Melgar!!

  Pero, ¡ai! se han ido a meter
De repente a esos terrenos
Unos cien diablos chilenos,
Diablos a mas no poder,
Que les principian a hacer
Unos tiros tan certeros
A los trescientos carneros.
Seguidito en lo que es panza
Que al horror de tal matanza
Volaron los peruleros.

  —«¡Volar Garcías Garcías!»
Fué la voz del coronel;
I hacen volar el cuartel,
I aquellas liebres bravías
Buscan a las cerranías
Por fragosísimos morros,
Como huanacos, cachorros,
Huyendo de nuestras balas,
¡Volando en faldas tan malas
Como no vuelan los zorros!

  I siendo así, muchos muertos
Han tenido los cholitos,
I sino arrancan! —toditos,
Bien cabales los trescientos,
Quedan allí boquia abiertos!…………
¿I han muerto nuestros guerreros?
—¡Uno de los granaderos!
¡Vivan los cien espartanos
Que han puesto a tantos peruanos
En los apuros mas fieros!!

  Ya ven, pues, hijos del Sol
Como el chileno los raja,
Aunque luche en desventaja
Cuando les carga a espolon……
Cuando le dan un malon
Dos, tres cholos, ¡agua! que lesos:
Les hace harina los huesos;
No les deja un diente, a combo
I luego… les cala el corvo
I los deja pati-tiezos.

       Anjel C. Lillo.

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Diálogo entre dos cholos
al visitar el «Huáscar» chileno
las playas del Callao

  — ¿Veis, perro, aquel humito?
—Sí, burro; prestad el antejo.
Pues si no me engaña el ojo
Es el «Huáscar», el mismito…
¡El es, el bonito;
Ve su gallarda figura,
Su aire marcial, su hermosura,
Miradlo, tan imponente!
— I viene, seguramente
A bloquearnos, ¡Qué lisura!

  —¿Qué trae atrás el coloso?
Una bandera maldita,
Que no le sienta nadita!
Vean que inri afrentoso
Trae ahora el mas glorioso
Buque de este gran oceano,
Oh! trapo inmundo, profano!
¿Quién se atrevió a enarbolarte
Sobre ese barco jigante
Que es el orgullo peruano?

  ¡Bueno el leso! Qué te ha dado
¿Te ha vuelto loco Pirola?
Esa nave ya no es chola
Desde que la ha capturado…
—¡Ya, ya, el Chile condenado!
Se me olvida de repente;
Lengua de tierra insolente!
—Que a dos naciones aflija.
—I parece lagartija!
Pegada del continente.

  —¿Vendrá al puerto el picaron?
Mucho lo quiero i lo estimo:
Pero a bala lo recibo
Aunque me muera de horror.
¿Por qué no viene, mejor
Galvaro en sus armastostes,
Con su flota de hotentotes,
Vichos de ese Chile inicuo!
—Que a pesar de ser tan chico
Nos zurra tantos azotes.

  ¡Maldito tonto Latuerta!
Ladraste como un mastino.
Mas, la rueda del destino
Que tanto ya nos afrenta,
Confio que en una vuelta,
A Chile le dé en la nuca.
—Ai, ai, ai, si, si, añañuca!
—I entónces vendra, de cierto
Nuestro «Huáscar» a este puerto
Como barco de Churruca.

       Anjel C. Lillo.

Imp. de «Los Tiempos» — Bandera, 24

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NECESITO COCINERA

  Necesito cocinera
con treinta pesos mensuales
tiene que saber lavar
y todo lo que se quiera
se prefiere una soltera
que tenga precisamente
rosadas mejilla y frente
y gracia particular
su dulzura en el hablar
y muy blanquitos los dientes

  Sus ojos tierrazurros
doben ser color de cielo
y la punta de su pelo
debe ser muy bien crespito
los labios bien rosaditos
igual que una muñequita
Se advierte a la sirvientita
su primera obligación
muy temprano a su patron
darle un beso con lengüita.

  Debe ser lo mas curiosa
en lustrarme los zapatos
Darle de comer al gato
y hacer las veces de esposa
bien arregladas mis cosas
a la mejor maravilla
el vestido a la rodilla
y su talle sin quebranto
debe tener por encanto
un lunar en la mejilla,

AUKA T. [T.] Rozas 1252. Concep.

Nota: verso publicado por Luis Romero C., ver.

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SE DESCUBRE LOS
HECHORES

  Tras de pesquisas prolijas
se descubrió a los hechores
los que del crimen autores
pagarán sus culpas fijas.

  Al tomar a Gulllermina
Martinez que era la esposa
se pensó que era gran cosa
y algo sabría la indina
pero nadie se imagina
que del muerto la propias hija
fuera a ser la hechora fija
de este crimen horroroso
descubierto por lo odioso
tras de pesquisas prolijas

  Confesas están del hecho
y han declarado de paso
que junto con un tal Suazo
esperaban el provecho
y que una vez satisfecho
al afán de sus dolores
estarían sin temores
gozándose de su hazaña
de pesquisas con la maña
se descubrió a los hechores

  Confesos y acongojados
están ante la justicia
la que ràpida y precisa
a la cárcel los ha enviado
por decreto del juzgado
van a pagar sus errores
antes que vengan mayores
cosas sobre su conciencia
y que tengan experiencia
los que del crimen autores

  Arrepentidas acaso
estarán ya de lo hecho
pues la muerte está en acecho
y marcándoles el paso
para que piensen el caso
de una eposa y una hija
que en una forma prolija
al varon asesinaron
y verán que si mataron
pagarán sus culpas fijas

  La pesquisa al aprehender
Guillermina Martinez
no iba errada de los fines
que ésta pudo tener
también la hijastra ha de ser
con Suazo conjuntamente
el testimonio viviente
de lo que hizo la malvada
por eso hoy encarcelada
se encuentra precisamente.

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Homenaje a la
Humanidad, en
Sor Maria Hortensia
Superiora del Hospital de Schwa
ger fallecida ultimamente

  El poeta popular
que entrando en la realidad
es muy capaz de opinar
en la actual Humanidad.

  Dijo hace siempo un poeta
«nada es verdad ni mentira
sino todo es del color
del cristal con que se mira
por ese mi pluma gira
estas líneas al trazar
un homenaje a lanzar
sin un temor a las criticas
de las ideas políticas
el poeta popular

  Una hija de san Vicente
santo de caridad esencia
la heramana Maria Hortensia
murió repentinamente
todo el obrero la siente
pues conoce su bondad
sacrificio y caridad
que en Schwager desarrolló
y por eso digo yo
que entrando en la realidad.

  Los mineros conocian
a esta sublime mujer
que aunque fuese por doquier
donde estaban la querían
y hasta en el norte iban
sus pesares a contar
ella les sabia dar
dinero y consuelo junto
y por eso en este asunto
es muy capaz de opinar

  Toda su preciosa vida
en sus palabras de: Quiero
dormir entre mis mineros
el sueño donde se olvida
hasta la cosa querida
que nos trajo a la heredad
donde el vicio y la maldad
con la virtud se combaten
y estas son cosas que laten
en la actual humanidad

  Por eso todos lloraron
por eso que la sintieron
y es por eso que fueron
con ella hasta que dejaron
sus restos que reposaron
en la tierra y el cariño
de ese corázón de niño
que el obrero posee
tan puro como la nieve
tan blanco como el armiño.

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CANTARES AL PUEBLO

Pueblo chileno, no llores
Tu tranquilidad perdida
Qué quieres ¡Así es la vida
En desgracias y en amores!.
Vuestros grandes salvadores.
Que te auguraban bonanza,
Después de llenar la panza
Murieron en el naufragio…
No olvides, pues, el adagio:
¿Quién porfia mucho alcanza»

Mira las estrellas adorada
Y pídele te ilumine
Y que tu pesar culmine
Y venga nueva alborada.
La esperanza tan deseada
Se fué, pero volverá
Y todo dependerá
De tu noble decisión
Diciendo de corazón
La Patria no morirá!

Se presentan tres campeones
En la lucha electoral,
Brindándote cada cual
Mil riquezas y ambiciones;
Pero si cuidado pones
Al buscar tu conductor
Y examina su labor
De hombre de trabajo y paz,
Muy luego comprenderás
Que Zañartu es el mejor.

Grove no debe llevar
Las velas en este entierro.
Queremos que un Sánchez Cerro
No llegue a este lugar.
El no debe gobernar,
Pues va con sable en la mano
Votar por él es en vano
Y aprovecha este consejo:
«El que ha sido moro viejo
No puede ser buen cristiano»

De Alessandri no hay cuidado,
Que el León ya no es lo que fué.
Metio la pata o el pié
Y con eso está embromado.
Ahora vive entregado
En su grata ocupación
De coronar su ambición:
Con el ojo siempre alerta,
Está detrás de la puerta
Cateando una Legación.

Arriba ¡No hay que ceder!
Alza con brío la frente,
Sé el tipo noble y valiente
De aquel tiempo que se fué,
Y al oido te diré
Con mi cariño y respeto:
Lo juro y te lo prometo.
Porque es muy seguro el dato:
Vota por el candidato
Enrique Zañartu Prieto.

Tú, entre los buenos y fieles
A Zañartu no abandones
Porque tiene pantalones
Bien amarrados con rieles
Y si obtiene los laureles
En esta ruda batalla
Qué atracón de chicha baya,
De empanadas y cazuelas.
Qué farras y francachelas.
Tendremos ¡por la chupalla!

       FIN

       JUSTO CLARO CANTO
       Poeta Popular

Imp. El Comercio

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