La media noche seria
si mi memoria no yerra
cuando, por una ventana
entró el Chonchon a mi pieza.
Como sé que es este un pájaro
correo de malas nuevas
quedéme, ansioso esperando
lo que decirme tuviera;
como que es él quien al punto
que algún crímen se perpetra
viene volando a mi cuarto
del crímen a darme cuenta
para que yo lo relate
a los que estos versos lean.
Estuvo el «Chonchon» mirándome
y luego con voz siniestra
me dijo cerrando un ojo:
” Se fatalizó Sanhueza!!
” Con el Pollero y con Campos
” salieron de una taberna
” en donde habian bebido
” varias copas de cerveza,
” para irse á dormir la mona
” cada uno a su vivienda.
” Iban los tres muy contentos
” hablando cosas diversas,
” como ser: de sus negocios,
” de sus viñas y cosechas;
” al llegar frente a una casa
” de la calle de Carrera,
” en donde estaba parando
” por aquel tiempo Sanhueza,
” invitó a sus dos amigos
” con muy corteses maneras
” a que entraran un momento
” a departir a su pieza.
” La charla trajo las copas
” y siguieron pronto a éstas
” los vocablos injuriosos
” y las palabras groseras;
” de repente se abalanza
” lleno de furor Sanhueza
” contra el infeliz Pollero
” y lo hace rodar por tierra;
” a Cámpos dice en seguida
” que lo agarre de las piernas
” y sacando una navaja
” a su victima degüella.
” Huye despues espantado
” del sitio de aquella escena
” de dia y de noche oyendo
” los gritos de su concieucia
” no obstante haber sido el crímen
” fruto de la borrachera.
” La justicia inexorable
” caminando tras su huella
” dió al fin con él y engrillado
” trajéronlo de su hacienda
” y en oscuro calabozo
” sufriendo dos años lleva,
” sin escuchar otro ruido
” que el ruido de sus cadenas.
” Hace poco, condenado
” ha sido a la última pena.
” ¡Permitan Dios y la Vírjen
” no se cnmpla la sentencia!
” y que en vista de que ha sido
” siempre un buen hombre, Sanhueza
” encuentre en los majistrados
” misericordia y clemencia».
Author: humberto
El asesinato del Pollero
CARTA
DE
un Soldado a su Camarada
Mi querida Nicolasa.
Dejo el fusil por la pluma
Para saber si hay alguna
Novedad en nuestra casa.
Desde que me hice soldado
Gozo de salud propicia.
Un eterno adios he dado
A los ponches con malicia;
El aguardiente de grano
No lo huelo tan siquiera
Pues solo de esta manera
Se puede estar bueno y sano,
Mi querida Nicolasa.
Es verdad que de primera
Pensaba muy de contíno
En el Huachacay y el vino
Con agua aunque mas no fuera,
Mas hube de acostumbrarme
Y ahora ni a cañon rayao
Me hacen beber en tal suma
Que llegue a carambolearme;
Por eso hoy sin tar curao
Déjo el fusil por la pluma.
La mar de tiempo a que espero
Carta tuya o de tu hermana
Mas, por la tardanza infiero
que a las dos falta la gana
Miéntras yo me desespero;
Y así cuando salgo franco,
Que es de las doce a la una,
Voy al Correo a buen tranco
Para saber si hay alguna.
Por el cabo Retamales
Que estuvo aquí en vez pasada
Sé que estás libre de males
Y atrozmente embarazada.
Cuida con afan prolijo
Al que en dia no lejano,
Si la suerte ne es escasa,
Será, a la vez que buen hijo,
Un honrado ciudadano
Y orgullo de nuestra casa.
Oigo que tocan retreta
Y aunque escribiéndote gozo
Pienso alcanzar mi jineta
Siendo puntual y celoso.
Y aquí termino, mi ñata
Estos malhechos reglones
Pidiéndote mil perdones
Pues no te mando la plata
Por…… muchísimas razones.
Contrapunto
ENTRE EL
HUASO Y EL FUTRE
En la tienda de un bachicha
Estaba parado un huaso
Pronto ya a empinarse un vaso
Lleno hasta el borde de chicha
Pasó un Futre de colero,
De guantes, leva y junquillo
Y levantado el potrillo
Dijo el huaso: “Caballero,
Perdone que un pobre roto
Que está pasando un güen rato
Quiera compartir su plato
Con usté; pues aunque indoto
Sin escritura, ni ciencia
Ni físicas, ni gramática
Puede entablar una plática
Con la mesma Presidencia;
Contimás que para un trago
No se necesitan leves
Y así aunque sea hijo e reyes
Atráquese que yo pago”.
El Futre puso una cara
De toro bravo cuyano
A quien arriero inhumano
Las verijas garrochara
Y mirando de reojo
Al huaso franco y ladino
Exclamó fuera de tino
Con grandes muestras de enojo:
“Te pensais que un caballero
Noble, buenmozo y decente
Vaya a meterse con jente
De tu laya, majadero
Si aceptara, mis hermanas
Y mi mamá que dirian!
Contigo no beberia
Aunque muriera de ganas”.
— “Miren el futre encolao!
No era ¡recontra! pa tanto
Si a brindarle me levanto
Es porque soy educao,
Y cuando me hallo gustando
Y està la cartera llena.
Como yo no siento pena
No quiero a naide llorando”.
— “Cuidado con decirme eso
Huaso atrevido y bellaco
Que voy a llamar un paco
Para que te lleve preso”.
Esto que el huaso hubo oido
Se hace que saca el chicote.
Y el futre las echa al trote
Todo confuso y corrido.
El huaso se quedó riendo
De ver al futre que huia;
Y, quien sabe, si todavia
No irá el hijuna corriendo!
La gran inundacion
DEL BIO BIO
RELATO
en Poesía Moderna del suceso
Continuará la his-
toria en un Roman-
ce escrito especial-
mente y que se ven-
derá pronto, muy
barato, a la vez que
estamos en crísis.
Salió de su cauce el rio!
Dios me dé talento y seso
Para que pueda, el suceso,
Relatar como es debido.
El diezisiete en la noche
Comenzó el rio a crecer
Cual si sintiera placer
En hacer de agua derroche;
Y fué creciendo el Judío
En tal forma y tales modos
Que al punto pensaron todos:
¡¡Salió de su cauce el rio!!
Mandóse a la policía
Que acudiera prontamente
A dar auxilio a la jente
Que en el agua se perdia;
Mas la jente no quería
Sus casas abandonar
Prefiriéndose ahogar
En aquel raudal espeso.
Y para esto yo contar
Dios me dé talento y seso.
Despues de órdenes sin cuento
De los jefes y oficiales.
Fueron con ánsias mortales
Prestándose al salvamento.
Se sacaron los chiquillos
Sobre los hombros trepados
Los pascuales tan mojados
Que parecian pitíos
Sudaban con grande exceso
Conforme yo que atinjido
Quiero contar el suceso.
En carreras y alborotos
Muchas cosas se estraviaron
Aunque infinitas libraron
Los del órden y los rotos.
La Mercedes Conejeros
Perdió un manto de espumilla,
Un zapato, dos sombreros,
Una enagua y su bombilla;
La Sinforosa Ledesma
Un vestido de percala
Y su marido una lezna
Cuatro dientes y una pala
En fin que es larga la lista
Y el tiempo no ha permitido
Este hecho que nos contrista
Relatar como es debido.
Pero, queridos lectores.
Les prometo que muy luego
Y aunque me cueste sudores
Les daré tantos detalles
De lo ocurrido en la Mocha
En las casas y en las calles
Que van a quedarse tiesos
De puro gusto al mirar
Escrita en preciosos versos
Tanta cosa singular.
NECESITO COCINERA
Necesito cocinera
con treinta pesos mensuales
tiene que saber lavar
y todo lo que se quiera
se prefiere una soltera
que tenga precisamente
rosadas mejilla y frente
y gracia particular
su dulzura en el hablar
y muy blanquitos los dientes
Sus ojos bien azulitos
deben ser color de cielo
y la punta de su pelo.
debe ser muy bien crespito
los labios bien rosaditos
igual que una muñequita
Se advierte a la sirvientita
su primera obligación
muy temprano a su patron
darle un beso con lengüita.
Debe ser lo mas curiosa
en lustrarme los zapatos
Darle de comer al gato
y hacer las veces de esposa
bien arregladas mis cosas
a la mejor maravilla
el vestido a la rodilla
y su talle sin quebranto
debe tener por encanto
un lunar en la mejilla.
Luis Romero C
AUKA T. T. Rozas 1252 Concep.
Nota: verso publicado por Anónimo, ver.
Crimen Pasional en
Coronel
Por cuestiones amorosas
que en aquellas playas hubo
Sepúlveda Victor Hugo
se encuentra hoy en la fosa
Según investigaciones
el domingo 8 pasado
un crimen se ha perpetrado
en curiosas condiciones
según dicen las versiones
que se hacen de estas cosas.
hubo dos mentes celosas
que en un momente chocaron
y que un crimen resultaron
por cuestiones amorosas
Paseaban sus amoríos
una pareja en la playa
y de repente mal haya
casi se quedaron frios
porque sin vanos desvios
un tercero los detuvo
y con modo terco y rudo
los increpa en el instante
y un pujilato alarmante.
en aquellas playas hubo
A golpes furiosamente
se atacan por cada lado
pero uno mal parado
se nota precisamente
el otro ataca de frente
sacando el último jugo
para imponerle su yugo
al joven y a la chiquilla
y cayó en forma sencilla
Sepúlveda Victor Hugo
Porque el joven que veia
que la torta le iban dando
luego se fue agachando
y una piedra que allí había
la pescó con energía
y pegó en forma rabiosa
de una manera furiosa
le pegó en la cabeza
y asi el otro de una pieza
se encuentra hoy en la fosa
Después siguiendo la pista
se descubrió que el herido
que allí quedara tendido
es militante nacista
en forma muy partidista
en su diario han atacado
hasta un doctor afamado
porque la autopsia no hacía
y con toda picardía
este acaso han presentado
LAS GRANDES INUNDACIO-
NES EN CONCEPCION
La Perla del Bio Bio
sufre gran consternasión
debido a la inundaciòn
que le han hecho sus dos rios.
Desde el oriente al poniente
y desde el sur hasta el norte
no hai oido que soporte
la lamenteción doliente
todo el dolor de esa gente
se une en un solo gemido
porque todos han perdido
casi todos sus haberes
y se halla en los padeceres
la Perla del Bio-Bio
Cuarteles casas y ranchos
el Andalien ha arrasado
y civiles y soldados
en el barro, como chanchos
en sitios estrechos o anchos
están en esta ocasión
como si una maldición
hubiese en ellos caido
y por eso el pueblo hundido
sufre gran consternación
Me da pena relatar
lo del caudaloso rio
que se llama Bio-Blo
Hay miserias que contar
como no han tenido par
en ninguna otra ocasión
por las ruinas en montón
que sufre la gente pobre
como si el demonto obre
debido a la inuudación
Subió tres metros el agua
del rio en toda la orilla
no quedó mesa ni silla
y la gente como tagua
salvando al chico y la guagua
entre la lluvia y los frios
se oyen llantos y gemidos
en todita dirección
debido a la inundación
que le han hecho los dos rios.
Al sur la calamidad
es grande y según la prensa
todos hoy piden defensa
para el campo y la ciudad
que se hallan de gravedad
en peligro de inundarse
y los campos arrasarse
perdiendo vida y cosecha
pues dan como cosa hecha
que hay rios por desbordarse.
En Lota tambien hay dos
víctimas del temporál
que ha tratado tan mal
y son Sebastian Muñoz
y Antonio Cifuentes Reyes
que salieron a pesear
mas la traidora mar
botó a Muñoz y la chata
pero a Cifuentes hasta
después se le vino a hallar.
LA FUGA
DE TRES PRISIONEROS CHILENOS DE UN CAMPAMENTO PERUANO
Por si hubiera algún mortal
Que no sepa lo que es bueno
O mas bien dicho, no sepa
Lo que es el valor chileno,
Voi a referirle aquí
Una historieta que tengo,
Para que de ella saque
Un juicio cabal i recto
De lo que capaces son
Esos bravos sin ejemplo
Que hoi le zurran al Perú
En el mar i en el desierto.
— Cuando los cholos infames
De Tarapacá huyeron
Para Arica, nos llevaron
Unos cuantos prisioneros,
Entre éstos iban tres:
Era un sarjento primero,
(Necochea) i dos soldados:
San Martin, un bravo neto,
I Marin que amas de bravo
Era el mismo diablo en cuernos,
Gracioso hasta decir basta,
Pechugonaso i despierto,
— Convino un dia en fugarse
Este valeroso terno;
I tambien, los tres juraron
De quedar como un arnero
O a los peruanos robarles
Un estandarte chileno……
Llega, pues, la media noche
I aprovechan el silencio
O el roncar de los cholillos,
De guatita, por el suelo
Se arrastraron, i Marin
Se encamina mui resuelto
A robarse el estandarte
De entre miles de negros.
¡Toma la preciada joya,
Se la echa al hombro, en contento,
…Pero… oh suerte triste i perra!
Lo sienten los peruleros
I a palos i a culetazos
Lo dejan casi por muerto,
Mas, Marin no se manea
I grita: — «Venga, sarjento,
Que pesa mucho este diablo»
I les improvisa un cuento,
Diciendo que es sabedor
De un complot jigantesco
I que él denunciaria
A muchísimos jumentos,
I por este ardid quedó
El atrevido con cuero;
Pues los cholos se pensaron
I tenian fundamento
Que el dejar vivo a Marin
Harian descubrimientos…
Ya esa noche fracasó
De los tres su gran proyecto,
Pero a la otra noche, sí
Que echaron alas al viento
De este modo: Necochea
Clamó: «¡Bastante sed tengo
Voi, mi cabito, a ver si hai
Aguita en aquel estero!»
I Marin tambidn clamó: —
«¡Ya se me seca el güargüero!»
Consiguió tambien permiso.
I San Martin esto viendo
Se dispara de la fila
Como caballo de invierno…
I los tres toman el campo
Patas para que las quiero…
Los cholos, bien cutamudos
En vano lo persiguieron
Si los tres como huanacos,
Salvando despeñaderos,
Sin descansar un ratito
Toda la noche corrieron,
Pues querian verse libres
I a fé que lo consigueron.
Cuando el dia echo sus luces
Se encuentran nuestros mancebo
¿En que parte? ¡Maldición!
— «En la copita de un cerro,
I para mas desventura,
Sin darse cuenta del hecho,
A los piés de aquel gran morro
Ven el enemigo ejército.
Marin dijo, con gran mozo:
— « Aguarden cholos sopencos,
Hijos de punta e mi manta
Ya verán como los friego.»
I empiese a empujar un risco;
Se oponen sus compañeros
Pero Marin incistió
En su diabólico empeño;
— «Vengan a ayudarme, dijo,
A aplicar el lanza fuego.»
Le ayudan i el diablo grita:
— «Una, gallinasos puercos;
Dos, Sambos asquerosasos,
Tres, Maricones camuesos……»
I el risco emprende su viaje,
Al principio, un poco lento,
Pero luego despues ¡Cristo!
Su correr es tan violento
I arrastraba tantes piedras
Aquel proyectil grocero,
E hizo polvareda tanta
Que al llegar al campamento
Si hiso algunos estragos
No han visto sus artilleros.
De allí prontito la marcha
Siguen los pobres viajeros,
¡Llevando por guia el sol!
Por escabrosos senderos,
Sin una gotita de agua
Ni ménos un pan de afrecho.
Caminan de dia i noche
Por quebradas, portezuelos,
Pero ¡ai! la horrible sed
Hizo sentir sus efectos
En el jóven Necochea
Que al fin se encontró muriendo.
Marin quizo reanimarlo
Diciéndole: — «Mi sarjento: —
¿Se ha vuelto usted gallinazo?
¡Vaya, que mucho lo siento!»
Mas, viendo el noble soldado
De que el caso era mui sério
Esclamó: —«No soi pechoño
Pero sinembargo, oremos.»
Se hinca él i San Martin,
I elevan la vista al cielo
I una lágrima rodó
Por aquellos rostros tiesos!
Se levantan i Marin
Le dice a su compañero:
—«Por ahí» i los dos se marchan
En busca de agua, lijeros.
No trascurren diez minutos
Cuando el grito placentero
Se ayó de Marin, que dijo,
Con regocijo estupendo:—
— «No se muera todavía
Sarjentito, que allá vuelvo.»
I efectivamente llega
Con el kepí mas de medio
De agua, que el jóven bebió
Con lo cual recobró aliento,
El agua le dió la vida
Pues quedó hien sano i bueno,
A otro ratito, Marin
Dijo con tono burlesco
— «Nuestra madre de Andacollo,
Pues ya lo dicho está hecho,
Pero yo no haré mas manda
Para hallar un arroyuelo
Sin haber buscádole ántes;
Pero en fin, ya está, i marchemos.»
Siguen su marcha penosa
Ya no con sed, pero hambrientos
I caminan i caminan……
Cuando de repente un pueblo
Divisan hácia la costa,
Entre brumas i reflejos.
Marin gritó entusiasmado;
—«De allá somos, caballeros.»
Sus dos amigos se oponen
De ir a aquel lugarejo,
Alegando que eran prófugos
I que allá serian presos,
I el bravo Marin les dijo,
Entre gracioso i enérjico
«Ustedes son maricones,
Pues, así ya lo comprendo.
Mas bien quieren morir de hambre,
Que no ir al vino añejo
I a comer cazuela de ave.»
I diciendo así, corriendo
De sus amigos se aparta,
I lueguito estuvo léjos.
Necochea dijo: — «Nó,
No es justo que lo dejemos
Que vaya a fenecer solo,»
I remando a cuatro remos
Lo alcanzan i los tres niños
Pronto ante el pueblo estuvieron.
I van a ver mis lectores
Cómo estos tres macabeos,
Sin mas armas que la boca
Se hacen de una ciudad dueños:
Entran a carrera abierta
Vivando a Chile i diciendo:
— «No se tire ningún tiro,
A puñal que todo es nuestro.»
………………………………………………………
………………………………………………………
A esta terrible voz,
Se anegaron los avernos;
Se desquiciaron planetas;
Tembló la tierra i el cielo;
El sol apagó su luz,
I los mares se salieron.
En cuanto a los habitantes
Que esa voz tambien oyeron,
Lo mismo que un cañonazo,
Despues de sentir el fuego,
Salieron de sus cobachas,
Unos, golpeándose el pecho,
Los otros, con tanta lengua
Misericordia pidiendo…
I el gran jeneral Marin
Sin decir «aquí las tengo»
Donde mejor le cuadró
Acampa su rejimiento,
I lueguito tocó a rancho,
I pronto vino el almuerzo,
Vino, i azúcar con agua,
Harina i otros refrescos.
Despues hizo recostarse
I tambien dormir un sueño
A su jente, i él se echó
Al hombro un palo bien grueso,
I se principió a pasear
Mui si señor i mui terco.
Aquí llegaban las cosas,
Cuando se sintió un estruendo
De armas i jente chola
Que pronto le hacen un cerco.
— «¡Abran la puerta bribones!»
Les gritan los indios feos,
IMarin, de adentro grita:
— «Cállense zambos rosqueros,
Que si siguien fastidiándome
A revólver los condeno…»
En esto se abrió la puerta
I una bandada de cuervos
Entra para merendarse
A tres hombres indefensos;
Pero Marin es hermano
Del fraile autor del invento
De la pólvora, i a risas
Se les encara diciendo:
— «Arribita, aquí nos tienen,
Pues si han venido a comernos,
¿Qué hacen pues cholos roñosos
Que no nos despachan luego?
Pero apronten el gaznate
Para mis cumpas chilenos
Que mañana aquí estarán, (1)
Porque ya no está mui léjos.
¿Qué hacen, que no nos matan
¡Vean que cholos pendejos!»
Entónces, un italiano
Que entre los cholos, revuelto
Venia, les hizo ver
A los cuervos que era cierto;
Que al hacer tal desacato
Correrian un gran riesgo.
Los peruanos meditaron
Un poco, i se persuadieron
Que era verdad de que habia
Un peligro mui inmenso,
I le dicen al bachicha:
«Llévese estos diablos sueltos.»
I el italiano los lleva,
Sin trepidar un momento,
Para su casa i les hace
Tambien algunos festejos,
Despues el bachicha noble
Llamó a un paisanito nuestro
I le dijo: —«Anda a guiar
A estos seres intrépidos,
A éstos, cuyo valor
Traspasa al de aquellos jénios
De las fábulas fantásticas
En mil pavorosos cuentos;
A estos tres diablos sin hiel,
Que para baldon eterno
De estos mil de cucarachos
Que aquí viven i yo entre ellos,
Nos han tomado la villa
Causándonos tanto miedo…»
Marchan pues, los tres amigos
I dan agradecimientos
Al jeneroso italiano,
Por su buen comportamiento.
I salen de aquel lugar,
Alegres i harto risueños:
Tanto porque echaron guata,
Cuanto por ir al encuentro
De sus buenos camaradas,
De sus amigos sinceros.
Poco habian caminado
I topan con otro asiento
De chocitas i cuartuchos
De mui miserable aspecto.
Pronto el jeneral Marin
Frunciendo a la fuerza el ceño
Les dice a unas dos viejas:
— «Mujeres: —pues si yo quiero
Por quitame estas pajitas
Aquí a todas las degüello,
Pero no lo haré, i preséntenme
Lijerito un mensajero
Para mandarlo volando
Adonde están los chilenos»
I al sarjento Necochea
Le dijo: — «Mi buen sarjento;
Escriba lueguito el parte
Para en el fusil ponerlo.»
Pronto el señor Necochea
Busca papel i tintero
I en un momentito el parte
Quedó escrito en estos términos:
—«Mi capitan, mi mayor,
Mi comandante: queremos
Que usted nos mande encontrar
Porque ya andar no podemos»
I en el acto el jeneral
Arrancó un palo de un techo,
Lo rajó por una punta
I la plantificó el pliego,
I se lo dió a un chiquillon
Que parecia limeño,
Colla, yanga o chau chau,
Diciéndole:—«¡Como un viento!»
I lo lanza por un llano
Como quien lansa un torpedo…
Dió el indio con la avanzada,
I con bastante recelo
Le entregó la carta al jefe,
Pues temia mas o ménos
Que le dieran una frica
Como lo hacen entre ellos.
El jefe mui conmovido
Leyó el parte i dijo: «Bueno;
Salga un piquete llevándose
A este mozo cusqueño;
I si resulta una trampa
Córtenlo bien medio a medio.»
Se encamina la partida
Guiada del derrotero.
Que el indiesito les dá
Para encontrar nuestros deudos.
No habian andado mucho
Cuando ven venir corriendo
A mi buen Marin que viene
A salirles al encuentro:
Aun no se dan la mano
I Marin llega pidiendo
Un servicio al oficial.
Un servicio no pequeño
Diciéndole: —«Mi teniente,
Hágame el favor, le ruego:
Emprésteme su caballo
Para ver como anda el cuerpo»
A tan estraño pedido
Todos con ganas rieron,
I el teniente le concede,
I el gran jeneral ecéntrico
Monta el caballo i empieza
A talonearlo i correrlo;
A arrancarlo para allá,
I por acá revolverlo,
Cuando en éstas i otras ¡diablos!
¡Ai! no se le cargó al freno
I va Marin en el pingo
Volando con tanto vuelo
Que al saltar un hoyo el manco
Me lo votó limpio al suelo…
Despues de un rato, de allí
Se levantó algo cojuelo
I fué donde sus amigos
Gritando: —«¡Viva el Gobierno!»
Necochea i San Martin
Muchas lágrimas vertieron
Cuando fueron abrazados
Por jefes i subalternos,
Mucha impresion causó a todos
El estado lastimero
De esos tres mártires que,
Por huir del cautiverio
Pasaron tantas penurias
I tan terribles tormentos
¡Solo por amar su Chile
Con el amor verdadero……!
A Necochea llevaron
A ver a su padre enfermo
I aquí no será mi pluma
La que dé el menor destello
De luz sobre la emocion
Que padre e hijo tuvieron.
Solo sé que al buen patriota
Un subteniente lo han hecho,
Por lo que gozo en el alma
Porque eso es premiar el mérito,
¿I a Marincito i el otro?
¡Quien sabe! nada sabemos,
Traslado a quien corresponda,
¿A quién?— A Pinto prefiero,
Anjel C. Lillo.
(1) Por casualidad acertó, no sa-
biendo que habian chilenos por ahí.
Imp. de «Los Tiempos» — Bandera, 24
Graves denuncios
CONTRA EL GOBIERNO DE CHILE
Chile con indignacion
Ha sabido últimamente
Como nuestro presidente
Traicionaba su nacion.
Se habla con insistencia
Que el gran gobierno chileno
Negociaba mui sereno
La Puna i su diverjencia.
Ese acto de su eXcelencia
Significa una traicion
En contra de su nacion
Que comete sin justicia,
I recibe esta noticia
Chile con indignacion.
El ex-ministro acreditado
Ante el gobierno del Plata
En una carta relata
Lo que Errázuriz ha intentado.
Nos dice aquel majistrado
Que el patriota presidente
Entregaba ocultamente
La Puna a otra nacion,
I el pueblo de esta traicion
Ha sabido últimamente.
Con Moreno celebraba
El gobierno conferencias
I en aquellas confidencias
Pruebas de amistad le daba.
Ademas le aseguraba
Que el arbitrio ya vijente
A efecto precisamente
Chile no lo llevaria,
I a esto el pueblo diria
Como nuestro presidente.
En una sesion secreta
Celebrada últimamente
La minoria valiente
Combatió la opereta
Con que el gobierno sujeta
Los rasgos de su intencion.
La Cámara en su sesion
Rechazará aquel tratado
Porque en el pacto un malvado
Traicionaba su nacion.
Al fin, pues, lo que acontece
Es gravísimo i funesto
I debe saberse presto
Sea, pues, como se fuese.
Si el lazo alguno merece
Que se le ate prontamente;
El pueblo enérjicamente
Debe todo averiguarlo,
Para que proceda a ahorcarlo
Aunque sea el presidente.
JUAN B. PERALTA.— Galvez, 828.
Supuesto fin del litijio
CHILENO ARJENTINO
Todo asunto ha concluido
Con la vecina nacion,
Aplauso a la solucion
Que el gran conflicto ha tenido.
La tenacidad gastada
Por la nacion arjentina,
Es la culpa mas indigna
De la odiosa paz arnada;
La litigante porfiada
Solo el arreglo ha admitido,
Porque al vecino ha temido
Lo vió armar su juventud,
I gracias a esta actitud
Todo asunto ha concluido.
El asunto que hoi termina
Con los vecinos de oriente
No se ajusta ciertamente
A nuestra propia doctrina;
¿Por qué quedó una colina
O un punto sin solucion?
Talvez la administracion
De Chile en esto discrepó,
Porque siempre algo dejó
Con la vecina nacion.
Cuando este asunto dejó
Don Diego Barros Arana,
Nuestra diplomacia vana
A su cargo la tomó;
Esto solo le bastó
A nuestra administracion
Para dar sin discrecion
La Puna con sus terrenos,
I así den pues, los chilenos
Aplauso a la solucion.
En cuanto Roca subió
Al poder, precisamente,
Propuso aquel Presidente
Un plan que aquel inventó;
Un tribunal ideó
Según yo mismo he sabido,
Que resuelva sin mas ruido
La cuestion sobre la Puna,
I aplaudamos la fortuna
Que el gran conflicto ha tenido
Chile por fin aceptó
Aquella proposicion
Que importa a nuestra nacion
Su deshonra advierto yo;
En ello ya consintió
Nuestro astuto Presidente,
Ahora el pueblo inconsciente
Tendrá que sufrirlo todo,
Aunque se cubra de lodo
La honra del continente.