La muela del juicio
por Ricardo González, poeta popular de Viña del Mar.
CUARTETA:
¡Ay, mamita!, este dolor
que me ha hecho maldecir
¿por qué tanto he de sufrir?
gritaba a más y mejor.
GLOSA:
Mientras estaba durmiendo
una noche muy tranquilo
me levantaron en vilo
mi cabeza sacudiendo;
me sacaron trasponiendo
el techo con gran horror
sentí un tremendo pavor
cuando mi cara clavaron
gritar sólo me dejaron
¡ay, mamita! este dolor.
Diez mil brujas me llevaron
a la cueva ‘e Salamanca
en un gato me fui al anca
entre toas me colgaron;
una muela me sacaron
y empezaron a subir
y con estruendo a reír
sobre mi muela tremenda
armaron gran remolienda
que me ha hecho maldecir.
Reventaron las montañas
llegó el propio Lucifer
clavó rojo un alfiler
en la muela con gran saña;
quise romper la maraña
sólo pude conseguir
ponerme pronto a gemir
mi familia se alarmó
y sólo decía yo:
¿por qué tanto he de sufrir?
Al Seguro fui aquel día
con la muelita cargante
ni inyecciones ni calmantes
existían todavía:
allí un dentista había
con cara de poco amor
no le importó mi dolor
y se puso a tironear
yo junto con patalear
gritaba a más y mejor.
DESPEDIDA:
Por fin la muela arrancó
después de harto forcejear
ella llegó a traspirar
y aturdido quedé yo;
y todo esto me ocurrió
con la muela ‘e moledera
no se la doy a cualquiera
porque mal lo va a pasar
¡cuando me llego a acordar
me agarra una tembladera…!