La captura de un puma
por Miguel Luis Castañeda, poeta popular de Cogotí.
En la alta Cordillera
de este río ‘e Cogotí
–según datos recogí–,
capturaron una fiera;
En una mala ladera
del cerro llamado hornito
andaban los campañitos
y para tomar aliento
se detienen un momento
y allí un hombre pegó un grito.
Manuel Alvarez, el nombre
del que atrapó a ese puma,
que sin el miedo que abruma
demostró el valor de un hombre;
Con un arrojo sin nombre
el modesto campesino
acompañado de un niño
se acercaron a la fiera
y adentro ‘e su madriguera
encontraron al felino.
Andaban buscando cabras
las que estaban extraviadas
ausentas de la majada
en esa tierra macabra;
él iba por una falda
echó una piedra a rodar
ya allí salió el animal
que estaba en un zanjón.
¡On Manuel, hey ‘ia el león!
le gritaba el oficial.
No andaban trayendo perros
y andaban los dos de a pie;
el puma al tranco se fué
por ese fragoso cerro;
en el alto hay un encierro
por un cordón de barrancos
el animal iba franco
y al niño on Manuel gritaba:
¡atájalo en la parada
y el niño gritaba al tranco.
La fiera se había escondido
y con toda precaución
encontraron al bribón
en un peñasco metido;
El puma desadvertido
allí no encontró salida
y por la ruta seguida
lo encontraron en su lecho
en un brete muy estrecho
que le servía ‘e guarida.
Ellos le vieron la cola
y le pi**aron¹ la puerta
trabajando muy alerta
y sin formar batahola;
Y lo dejaron a solas
así medio acorralado.
Al día siguiente armados
con otros cuantos vecinos
llegaron donde el felino
que estaba muy enojado.
Una ventanita abrieron
y ahí lo vieron rabiar;
pa poderlo doblegar
con la escopeta lo hirieron;
todos los que allí acudieron
al sentir esos rugidos
saltaron despavoridos
con intención de arrancar
al ver que ese animal
‘taba tan enfurecido.
Otro tiro dispararon
y lo hirieron con certeza
en la mismita cabeza
y así lo desatentaron;
de las patas lo amarraron,
lo sacaron a tirones
y a los perros comilones
lo echaron sin compasión;
él dio aún su manotón
antes de entregar sus dones.
1 Ilegible en el impreso.