Historia de dos pájaros
Por Sergio Rueda, poeta popular de San Miguel.
Conocí dos pajaritos
que se amaron locamente,
sin que pasara por mente
ningún problema fortuito;
todo era grande y bonito,
lleno de paz y ternura
no sabían de amarguras
sólo sabían amar,
sin detenerse a pensar
que la vida es larga y dura.
Ella y él se conocieron
en las ramas de un pimiento,
muy felices y contentos
al ver que se descubrieron;
cantando y volando fueron
a contarle a todo el mundo
que su amor de un segundo
años y años duraría
y que el amor los haría
felices y vagabundos.
Sólo sabían cantar,
el decía poesías,
y ella al ver que la quería
se ponía a suspirar;
y de pronto al terminar
ella a él le daba un beso,
el que lleno de embeleso
se ponía a escribir
algo capaz de decir
lo grandioso que era éso.
Así se pasaba el tiempo
sin siquiera darse cuenta
ella se hallaba contenta
y él feliz miraba el campo;
sin pensar que como un lampo
lo feliz se pasaría
y que aquellas poesías
que ayer cantaron amor,
hoy lo harían al dolor
al no estar con quien quería.
Se hablaban al oído
con palabras muy bajitas;
de pronto la pajarita
separóse del querido;
era un cazador furtivo
que había logrado cazarla
y después de maltratarla
fue a encerrarla en unas rejas
y sólo se oyó una queja
del pajarito al dejarla.
El pájaro solitario
va triste y meditabundo,
es un pobre vagabundo
que suspira y llora a diario;
va arrastrando su calvario
y poco a poco muriendo
y en su pecho va sintiendo
el dolor de la que amara,
de aquella que se alejara
en una jaula sufriendo.
Por eso, si algún día
ves dos pájaros volando
y bajito conversando,
déjalos seguir su vía;
pues si dañas su alegría
tú no tienes corazón
y si mal tienes, mejor
que te lo saques del pecho
porque habrás visto de hecho
que no cumple su función.