Hablamos pal campesino
Anónimo
La vida del campesino
llena de miseria está:
de sol a sol la jorná
parece ser su destino;
sean piones o inquilinos
les corre la mesma suerte,
trabajan hasta la muerte
y sufrirán privaciones
hasta que sus batallones
de sus amos los liberte.
Hay 27 millones
de cuadras para cultivar
y hasta agora pa sembrar
ocupan 4 millones;
los hacendados se oponen
a trabajar lo demás,
así ganan mucho más,
aunque el pueblo quede hambriao,
¡estos ricos condenaos
ni el diablo los cambiará!
De trigo necesitamos
quintales 11 millones,
y a causa de los patrones
unos ocho cosechamos;
del extranjero importamos
trigo, papitas, arroz
pagando un precio feroz
sin haber necesidá,
que en Chile todo se dá,
como bien lo sabís vos.
Pa’la clase campesina
el salario es miserable,
la tiranía implacable
y la explotación indina;
cualquier cristiano abomina
al ver tantas herejías
entre ellas, las pulperías,
la miserable ración,
el pago de la obligación
y tan a otra picardía.
DESPEDIDA
Al fin; a los campesinos
un consejo les daré
que tengan a firme la fé
de mejorar su destino;
jornaleros e inquilinos
con la clase proletaria
en una acción solidaria
hallarán la salvación
impulsando en la Nación
la Ley de Reforma Agraria.