Frente a frente

CANTA EL AGUILA  CONTESTA EL CONDOR
Dentro de diez días más
mataré dos delincuentes;
no he podido hacerlo aún,
a pesar de que es urgente.
Los esposos Rosenberg
nunca fueron delincuentes;
la bandida serás vos,
ellos dos son inocentes.
Son espías moscovitas,
son comunistas, son rojos…
En fin, yo los mataré,
porque me dieron antojos…!
Ahí dijiste la verdá,
vil pájaro sanguinario;
querís matarlos por gusto,
por delito imaginario.
Por más que los torturé
no han querido “confesar”;
si quieren salvar la vida
algo tendrán que largar…
¿Y qué van a confesar
si ellos nunca delinquieron?
Tu crimen abominable
lo condena el mundo entero.
¿Decís que son inocentes…?
¡Y yo qué le voy a hacer…!
¡Por inocentes que sean…
tengo hambre y quiero comer!
También quisiste comerte
en Chile a Antonio Guardiola
un defensor de la causa
de la nación española.
Pero esta vez me salió
el tiro por la culata:
¡tu pueblo de mil demonios
todito lo desbarata!
Aquí fracasaste, Aguila,
en tu intento criminal,
y a mi pueblo lo ayudó
Guillermo del Pedregal.
En cambio, contra tu diario
ya conseguí un carcelazo,
y ésto no es ná, porque luego
le daré otro chancacazo!
Eres harto poderosa,
esto hay que reconocerlo,
¡pero a mi pueblo chileno
jamás lograrás vencerlo!
¡Calla, Cóndor insolente
si no querís que te mate!
¡Ya me tenís muy cabriá
con todos tus disparates!
Cállate vos, repugnante,
o te suelto un aletazo,
te desarmo y te destripo
y te dejo echa pedazos…!

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