CANTA EL AGUILA | CONTESTA EL CONDOR |
Tiempo que no te veía , dime Cóndor; ¿dónde andabas? No te podía encontrar a pesar que te buscaba. |
Aquí nací y aquí lucho, y aquí no más me lo paso; debías haberme visto o sentir mis aletazos. |
Entonces vos fuiste, leso, y no fué la enfermedá: yo creí que era la gripe que me tenía apaliá. |
Lo que hoy sentís como gripe después serás pulmonía, ¡porque no voy a parar ni de noche ni de día! |
Háblame con claridá, como se habla entre las aves; no vengai con indirectas ni con versitos en clave… |
¡Qué tengo que ver con claves ni palabras de misterio hablo lenguaje del pueblo y conforme a su criterio! |
Entonces, vamos pallando sin que perdamos el paso; habrás de decirme ¿cuándo me aforraste un aletazo? |
Uno grande te aforré, ¿no lo sentís, por ventura? Te lo di con el Congreso Continental de Cultura. |
No me vengai con paliques, cállate Cóndor cargante; se celebró ese Congreso, pero jué insignificante. |
Por las rechupallas, ¿cómo podís ser tan animal, y hablar así de un Congreso de resonancia mundial? |
Mira Cóndor de los diablos, hasta cuándo molestai… ¿Por qué no te vas de Chile y tranquila me dejai? |
¡Eso no más te quisieras, vieja cínica y ladrona: adueñarte de mi Patria y ceñirte una corona! |
… … … … … … … … … (al verse pillada, se apequena…) … … … … … … … … … (Cae de un aletazo y protesta): |
A picotazo y zarpazo ya bastante habís robao, ¡agora aguanta la mecha, me tenís harto cabriao! |
¡Mira cobarde, matón, pegándole a una mujer! ¡Pero he de pagar con dólares y al cepo te han de poner! |
¡Suelta dólares, no más, y clava fuerte tus garras, que yo, de todas maneras destrozaré las amarras! |
… … … … … … … … … … (otro alegato la deja aturdida) … … … … … … … … … … … … … … … … … … … … |
Siempre fuiste amatonada y te hacís la mosca muerta; ¡pero todo Chile está vigilándote y alerta! |