Por José Mur, poeta popular de La Calera
“¿ Cuánto me cuesta un arroz
con una presa e’ pescado?”;
Dijo un niño harto hambreado
que en una pensión entró…
En seguida pensé yo
hacerle “mi reportaje”.
El hombre es cosa salvaje,
merece un párrafo o dos.
Se llama, pues, Luis Muñoz
trabaja aquí en Calera,
conoce la angustia obrera
con catorce que cumplió.
Años que ya los sufrió
pues su padre era borracho
y algo viejo y el ricacho
a la calle lo largó.
La familia así quedó
chica y sin pan, siendo muchos,
la miseria cual serrucho
el hogar desbandó.
Pero la moral salvó
Luis Muñoz y otro hermanito
menor, pero empeñosito,
entusiasta y cumplidor.
Trabaja en el comedor
del tren que va para el norte
el muchachito, a su porte
de un hogar quiere el calor.
Un plato de arroz hervido
con un corte de merluza
no es mucho; pero engaña
el hambre al que no ha comido.
Y ese niño que les digo,
consulta su presupuesto;
la dueña comprende el gesto
y baja el precio pedido.
Y al contemplar he sufrido
casi llorando pa` dentro
este mal tiene epicentro;
el capital corrompido.
Los ricos se han repartido
las riquezas de la tierra
en dos porciones que aterra
nombras ese repartijo.
¡Carajo…! si Dios maldijo
y castigó a trabajar
madrugan… para robar
los pillos de este cortijo.
Pal pueblo hambre y sudor
lo dice pues Luis Muñoz
y un pobre plato de arroz
que no alcanza a pagar.
En la mañana a estudiar
pedagogía burguesa,
luego abatir la cabeza
para enyugarse y cinchar.
Habla el rico de decencia
y enjuicia a los revoltosos
que atacan su vida de osos
como tales sin conciencia.
Ya los barrerá la ciencia,
y en el mundo ha de triunfar,
la igualdad para gozar
la hermandad, la inteligencia.